Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~ [Bell the Cat] Black Cat ~ por Natsu_Tsuki

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La vida de los j-rockers aquí presentes no me pertenecen, quisiera para prestarlos pero no u.u

Aviso que si no es suficientemente leído o con los mensajes que recibía del otro fic (Gato Negro) este será borrado y el otro no será seguido owo Así de simple ^^

Notas del capitulo:

Hello!!!! Aquí Mitsu sube su fic "Gato Negro" ahora titulado "~ [Bell the Cat] Black Cat ~" *O*

Las razones son sencillas -w-

1. Mi cuenta no abre ._. Maldito A-Y e_é

2. Nunca lo seguí de flojera y porque que se me perdían los caps, además me demoraba como 3 meses en actualizar xD

3. Ahora viene el colegio! Así que, aunque no lo crean, la inspiración me vendrá más recurrentemente owo

En fin, como dije más arriba (o más abajo ._.) si no recibo la misma cantidad de leídas o de rr por lo menos en este cap, este fic será borrado y el otro, por ende, no será continuado ^^ Sólo se le mostrará a cierta persona que em presiona por seguirlo ._. *cofcofnaocofcof* owo

En fin, no los entretengo y lean *O* 

 

Ya dije, lo volví a escribir nuevamente, más detallado y con otros escenarios :D

Primer sueño: Me estoy volviendo loco…

A veces pienso que la gente es muy ilusa, demasiado para mi gusto. Pero a la vez hay que dejar serlos; uno no puede meterse en la vida de los demás y en lo que crean, aunque no nos guste.


Y digo esto por las personas que, ingenuamente, piden deseos a entes invisibles, hadas que supuestamente sí existen, estrellas fugaces, etc. En fin, todo esas estupideces fantasiosas, como en las que cree Shima. Primeramente, mi nombre es Suzuki Akira. Un chico de 17 años como cualquier otro, o bueno, casi como cualquier otro. El idiota de que les hablo se llama Takashima Kouyou y es mi mejor amigo desde 3º básico, hemos estado en las buenas y en las malas siempre, y siempre me apoya en todo. No le interesa lo superficial o mi actitud “ruder” como dicen que soy en el colegio, él me acepta tal cuál soy y estoy feliz de ello, ya que nos parecemos mucho, pero… De todas formas siento que algo me falta, y ya sé que es.

- ¿Y ahora quién es? – pregunté suspirando rendido al escuchar el teléfono del comedor sonar, claramente no podría volver a dormir. Estaba agotado de la fiesta de anoche y tenía una resaca que se la deseo a todos (sí, para que sientan como sufro en este momento). Lo único que agradezco es que es sábado y no hay colegio, pero no quita el hecho de que Shima me joderá todo el santo día.
Me levanto con pesar restregando mis ojos con mi brazo para despertarme de una vez y camino hacia el teléfono que aumenta aún más mi dolor de cabeza con aquél estruendoso sonido.

- Diga… - y ahí acabó mi paz…

- ¡Iguanita de mi corazón! ¿Cómo estás? ¿Llegaste vivo a tu casa? – y adivinen quién me habla con ese tonito de voz entre preocupado y burlón.

- Shima, déjate de gritar ¿quieres? Mira que mi cabeza parece que explotará… - y era cierto, me sentía de lo peor y Shima no ayudaba mucho que digamos.

- Ya ya, lo siento mucho Aki, pero no pude evitar pensar que te hubieran secuestrado, violado e incluso botado a las afueras de la ciudad – ¡que felicidad! Mi mejor amigo se preocupa de mi bienestar, que amable… ¿Notan el sarcasmo?

- Tranquilo, que estoy de lo mejor sin tu compañía – dije para picarlo un poco, sabía que se molestaría.

- ¡Iguana del demonio, y yo preocupándome de ti! Eres un malagradecido - ya, mucho melodrama. Mi cabeza cada vez retumba más y no soporto más sus chillidos.

- Lo siento Shima, lo siento. Es que… Bueno, ya, ¿qué quieres?

- ¡Ven a mi casa! Uke-chan estará también y pidió que trajeras… Espera… ¿Qué le querías pedir? – esto último lo dijo gritando, mi cabeza no aguantará mucho más.

“Que traiga doritos, almorzaremos tacos” - ¡Tacos!

- Ya oíste, trae doritos. Vendrás a almorzar con nosotros quieras o no – lo haré porque no quiero que Uke acabé con mi hermosa vida – Estamos en mi casa, te esperamos. I love you~ - fue lo que me dijo antes de cortar la llamada. Ni siquiera me dejó responder.

Bueno, no podía hacer más que seguirles el juego. Sabían mi estado y sólo querían joderme el puto día en el que podría estar durmiendo tranquilamente. Esperen, dijo almuerzo… ¿Qué hora es? Observo mi reloj y marcan… ¡Diablos! Son las 1 de la tarde, ¡me quedé dormido! Que novedad. Mejor se apresuro o Uke se desquitará conmigo… Es mi segundo mejor amigo y muy buen confidente. Se llama Yutaka Uke y aún así pienso que su madre y/o padre le arruinaron la vida con aquél nombre. Lo conocemos desde 6º básico y los tres hemos sido inseparables. Él es de una familia de “alcurnia” pero los detesta a todos por no dejarlo tranquilo en lo que respecta a su futuro, así que decidió escaparse de casa y venirse a vivir a unas cuadras de donde vive Shima. Es muy valiente, lo reconozco y es muy buena gente pero cuando se enoja, es cosa seria.

Me dirigí nuevamente a mi cuarto para buscar algo de ropa e irme a dar una ducha rápida. Saqué unos boxers grises, jeans negros algo gastados con cadenas a un lado y una camiseta del mismo color con una calavera que decía “Disorder”, una chaqueta negra con arreglos blancos y mis botas con estoperoles del mismo tono. Fui al baño, dejé mi ropa en una banca que tenía y me metí a la ducha con agua fría. Es tan relajante y de inmediato me quita el sueño. Después de 5 minutos salí y me sequé completamente. Me puse mi ropa y me arreglé el cabello además de delinearme un poco los ojos y como olvidarla: mi bandita. La amo más que nada en este estúpido mundo y nadie jamás me verá sin ella.
Salgo rápido sin olvidarme de mi celular y mis llaves hacia el departamento de Shima, lo bueno es que no queda lejos y de paso compro los doritos que me encargaron. A paso lento observaba la gente pasar, sonriendo, apurada de vuelta a su trabajo o tan sólo caminando. Tan embobado estaba en el panorama que no me di cuenta que pisé algo.

- ¡Ñyaaaaa~! – saqué rápidamente mi pie y observé lo que había bajo este. Un gato… un gato… Mierda, las cosas que me pasan. Ahora este gato me ve con ojos de asesino en serie y pues, no es que le tenga miedo a un gatito pero, ya bueno, sí me da miedo. Me da miedo que destruya mi hermoso rostro con sus asquerosas garras. Pero cuando me alejo un poco veo como el gato vuelve a caer. Me fijo un poco y veo que tenía una pata lastimada y dudo que yo haya sido el responsable, era una cortada bastante larga que empezaba en una de sus patas hasta donde sería su espalda. Bufé molesto y decidí seguir mi camino pero algo me dijo que no podía dejar a aquél animal tirado en el suelo. Quizás sea porque amo a los animales y sería idiota dejar a un pobre gato muriéndose mientras los demás pasan por su lado sin hacer nada. Bufé más molesto nuevamente y retrocedí hasta donde estaba el gato, lo tomé entre mis brazos y me dirigí hasta el negocio más cercano que encontré.

Al llegar tomé un canastillo y dejé al gato dentro, mientras algunas personas me veían raro yo seguía mi camino hasta los doritos y aproveché de llevar algo de gasa también. Pagué y me fui con el gato en brazos y la bolsa con la compra en mi mano derecha directo a la casa de Shima, lo peor era que no dejaba de removerse entre mis brazos y tenía que hacer maniobras mortales para que no saltara de de estos mismos.
Cuando llegué, tuve que dejar la bolsa en el suelo; el gato me estorbaba para tocar el timbre pero no lo dejaría tirado, esperé un poco y fue Uke quién me atendió.

- ¡Akira llegas-! ¿Qué traes ahí? – me preguntó curiosamente, de estos dos no me salvo. Uke iba vestido con un pantalón negro no muy ajustado pero que realzaba su figura, además de una camisa blanca entreabierta en la zona del pecho y zapatillas de casa.

- Un gato. Y ya, déjame entrar que no es muy liviano que digamos.

- ¿A quién le dices gordo nya? – una vocecilla un poquito chillona se oyó y ambos (Uke y yo) quedamos estáticos en ese momento.

- Escuchaste eso… ¿cierto?

- S-sí. Cre-creo que fue Shima, iré a verlo – y se fue corriendo asustado, aunque yo haría lo mismo en este momento.

- Esto es mi imaginación… Jaja, debió ser Shima creyendo que hablábamos de él – me puse a reír por mi ocurrencias pero en eso, me fijé en lo que traía en brazos. Y es que aquél gato me miraba de una forma tan adorable y enojada al mismo tiempo, que con esos ojos azules no sabías si tenías que gritar del miedo o tan sólo sonreírle tiernamente.

- ¡Aki-chaaaaaaaaaan~! – llegó la molestia. Iba “femeninamente” vestido con una polera larga, al que le llegaba hasta los muslos, sin mangas y de color gris, un chaleco largo de color negro y unos jeans ajustados del mismo color. Mi amigo cada vez se pone más gay de lo que es….

- ¡Suéltame de una puta vez Shima! – me estaba asfixiando con su “abrazo”, menos mal me soltó pronto o moriría joven.
- Shima, suéltalo o no tendremos una iguana malhumorada que nos acompañe en el almuerzo – dijo Yutaka un tanto nervioso. Creo que la impresión de lo anterior aún no se iba.

- Buuu~ Aguafiestas… ¡Oh my gosh! ¡¿Qué llevas ahí?! – bueno, ya se dio cuenta.

- Una serpiente con pelo y se dice god, no gosh.
- Sí tú, el que mejor habla inglés – se burló, pato del demonio – Y eso no parece una serpiente, las serpientes no tienen pelo…

- ¡Claro que no es una serpiente! – Tomé a la bola de pelos desde su pelaje y lo puse en frente de su rostro - ¡Es un gato, o acaso quieres que te lo tire encima y te rasguñe!
- ¡Claro que no! – respondieron dos voces a la vez. Oh oh… Los tres nos miramos un poco sorprendidos y… asustados.
¿Yo, asustado? Pues créanlo o no, sí. Una voz era de Shima pero la otra… Yutaka estaba que le daba un infarto de la impresión, Shima reía de forma maníaca y yo fijé mi vista hacia la cosa negra que tenía en mis manos. Me veía con recelo, a todos de la misma forma.

- ¡No aceptaré que me tires encima de alguien para hacerle daño nya! – Oí un golpe seco, me fije lentamente en como Shima seguía riendo… en el suelo… desmayado… casi inconciente. Que raro, y más raro que Kai siga parado, con la vista fija y sin moverse. Yo, yo aún estoy en shock.

“No fue sólo mi imaginación, ¿cierto?

Y vi todo negro.

 

 



- Akira… Despierta, ya es de noche – veía un poco borroso. Sentía mi cuerpo pesado sobre algo blanco, supongo era la cama de Shima. Y recordé todo lo anterior: el encuentro con ese gato, mi llegada hasta aquí y lo que provocó que quedara inconciente. Rodé mi visión hacia el lado, donde estaba Kai mirándome con una pequeña sonrisa de alivio. – Pensé que no despertarías muy pronto. Vamos, levántate. Shima, está viendo la televisión.

A duras penas logré sentarme en la mullida cama, cuando todo me empezó a dar vueltas. Puse una mano en mi cabeza y con la otra me sujeté del velador que había a mi lado. Caminé despacio hasta la sala, viendo como Shima sonreía bobamente al ver los premios de un concurso de lotería por al televisión. Kai estaba en la cocina, cocinando a lo que mi nariz decía que eran los tacos del almuerzo. Y a todo esto…

- ¿Dónde está el gato? – dije sin rodeos. Si lo llego a ver, o me desmayo, o… no lo sé.

Vi como la expresión de de Shima cambiaba a una de nerviosismo y la de Uke a una de seriedad.

- Este, Aki-chan, ¿quieres… quieres acompañarnos al baño?

Estos dos partieron como un rayo al baño y se quedaron estáticos viendo la puerta, como pensando aún si debían abrirla o no. Shima tomó el picaporte de esta misma y en el interior del baño se dejó ver a una cosa peluda de color negro jugando con una bola de lana. Estambre, gato, que obvio, pero…

- Hola, veo que has despertado nya – dijo aquella cosa con una expresión parecida a la de una sonrisa.

- Chicos, díganme que me imaginé todo lo que dijo o creí haber escuchado de ese gato, que me estoy volviendo loco, cualquier cosa menos que es verdad.

- Lo siento Akira, no te podemos mentir. En verdad habla – todo estábamos con una expresión de seriedad en nuestros rostros, no cabía duda alguna. Ese “gato” hablaba y nosotros como tres tontos no sabíamos que diablos decir al respecto.

Definitivamente, o el mundo está desquiciado o yo voy en proceso. Luego de eso, Shima cerró rápidamente la puerta del baño y nos quedamos mirando fijamente, a lo cuál yo solté un suspiro.

- Chicos, ¿qué haremos con él? – yo no tenía ni la menor idea.

Me miraron y en sus rostros se formó una sonrisa maliciosa.

- Dirás, que harás tú Aki-chan – comenzó Shima. ¿Por qué sólo yo? Dio una ligera risita que me hizo dar escalofríos.

- Tú lo encontraste, tú lo trajiste, tú te lo llevas y te encargas de él – sentenció Kai con su mirada mata Akiras y ambos alzaron los hombros, pasaron por mi lado, mientras se sentaban a comer sus tacos. Ya ni hambre me quedaba.

Y ahí estaba yo, observándolos comer pacíficamente tacos con los doritos que amablemente me había ofrecido a traer, con una sonrisa en sus caras, que ni el mismo gato parlante se las borraba.

Notas finales:

Ya saben, todo lo dejé explicado arriba. Nos vemos~ :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).