Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Puedes Contar Conmigo por zoe

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

zoe- Jejejejejeje ^^u

zoe- ¿Luego por qué no terminas los otros fics?

zoe- ¿Porque el destino me odia wizz? Dx

zoe- ¬¬

zoe- Déjame ser wizz, se me ocurrió ayer y no pude evitarlo, además, tengo un mes transtornada con esa canción wizz.

zoe- ¿Con esa solamente? ¬¬

zoe- Bueno ¬///¬ con casi todas las de LOVG wizz.

DISCLAIMER: APH no me pertenece wizz, es de Hidekaz, Romano y España son de sus respectivos jefes xD...ok no ¬¬ y la canción es de LOVG. Carajo, practicamente nada es mío wizz TTuTT *apunto de suicidarse*

Notas del capitulo:

zoe- Sigo diciendo que la falta de advertencias me pone mal wizz.

zoe- Sigo diciendo que ere sun pervertida, depreavada, tonta ¬¬

zoe- ¬¬...es fin -suspira- espero les guste wizz, algo rosado para leer xDD

Puedes Contar Conmigo.

 

Un café con sal. Ganas de llorar.
Mi mundo empezando a temblar,
presiento que se acerca el final.
No quiero ganar. Ahora eso qué más da.
Estoy cansada ya de inventar excusas que no saben andar.
Y sólo quedarán los buenos momentos de ayer que fueron de los dos.
Y hoy sólo quiero creer …

 

Caminaba desolado por las heladas y concurridas calles de Madrid, no tardaría en caer el invierno, solo faltaban unas semanas para las primeras nevadas. La navidad estaba cerca y él, estaba solo.

Romano lo dejó, su Romano se había ido, harto de todo aquello usando de pretexto la reunificación italiana. No pudo evitar sonreír con nostalgia mientras pensaba en el mayor de las italias.

Cada paso, cada lugar, cada recuerdo vividos a su lado permanecían intactos dentro de su memoria y su corazón. Incluso pensaba en qué había hecho mal, qué no le había dado a la otra nación, si le faltó demostrar más amor del que le demostraba.

-Sólo fue de visita donde Ita-chan, él…volverá…¿cierto?

Agachó su cabeza bastante resignado, de nada serviría hacerse esa clase de ilusiones.

-Lovino…

 

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir.
La vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo.

 

Se abrazó a sí mismo tratando de evitar el llanto, de verdad que él se había enamorado de Lovino, pero qué hacer cuando éste no le correspondía. Enjugó sus lágrimas con la manga de su abrigo y continuó su camino; sólo había un problema, todo le recordaba al muchacho, las tiendas, las cafeterías, los parques e incluso heladerías, el cine, el mercado no se quedaba atrás.

En cada uno de esos lugares habían pasado gratos y memorables momentos, como amigos, como “familia” y como…

Cabizbajo fue hasta una butaca en la banqueta, que pertenecía a una linda y cómoda cafetería, la favorita de Lovino, debido a que la camarera era linda.

Miró atentamente a su reflejo, pudo ver el vaho reflejado en el cristal y sus traicioneros ojos derramando una lágrima tras otra. ¡Ya no podía contenerlo más!

 

Nunca hubo maldad. Sólo ingenuidad.
Pretendiendo hacernos creer que el mundo estaba a nuestros pies.
Cuando el sueño venga a por mí en silencio voy a construir
una vida a todo color donde vivamos juntos los dos.
Y sólo quedarán los buenos momentos de ayer que fueron de los dos.
Y hoy sólo quiero creer…

 

-No me dio tiempo de confesarme –escondió su rostro entre sus manos-. No pude decirte lo que realmente sentía por ti, Lovino.

Lloró un buen rato sentado en aquel lugar donde la gente pasaba, lo veía e ignoraba. Alzo la vista cuando notó el frío aumentar, era tiempo de regresar a su casa, pese a que no quería. Era su casa la que más malos recuerdos le traía.

Pero el cielo estaba tiñéndose ya de un hermoso color morado azulado y las primeras estrellas comenzaban a salir parpadeando tenuemente en un principio, pero que con el paso de las horas ese parpadear se haría más intenso.

 

Avanzó a paso quedo, observando las construcciones en su zona, estaba mandando a arreglar todo, reconstruirlo para dejarlo moderno, pero sin perder ese toque colonial que Romano tanto amaba.

Todo lo hacía por él y solamente por él.

 

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir.
La vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo para siempre.

 

Aún podía recordarlo, tan nítido como si hubiese sido ayer…

 

FLASH BACK.

 

-¡Hey, Romano! Vamos a comer jun…¿q-qué haces?

-Estoy empacando, idiota. ¿Acaso no lo ves?

-Pe-pero porqué…

-Me regreso donde Veneziano, maldición. Solo quiero estar en casa.

 

Ese comentario fue como un balde de agua helada sobre la nación que representaba la pasión, ¿es que acaso no consideraba esa su casa? ¿No le consideraba como alguien importante en su vida? ¿Cómo de su familia? Fue en ese instante que el castaño sintió su mundo desmoronarse, no podía, no quería creerlo. Lovino, él, no lo quería.

Lo que restó de la tarde el español no pronunció palabra alguna, ni un suspiro dejó escapar. Por consiguiente, Lovino tampoco lo hizo.

Ni a la hora de despedirse, nunca había sido tan fría, tan distante, tan vacía.

 

-Bien…me…¡me largo! –y de un portazo la nación italiana salió de la casa española.

-Hasta…pronto –murmuró cabizbajo a la nada, una vez que todo quedó en penumbras. Simplemente se levantó, sin encender luz alguna, y se sirvió un vaso de brandy. No quería extrañar a Lovino, pero era algo que no podía evitar, porque más que otra cosa, lo amaba.

 

FLASH BACK END.

 

Y no puedo evitar echarte de menos
mientras das la mano a mi tiempo y te vas.
Yo siento que quiero verte y verte y pienso
que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir.
La vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor
al verte esperando en mi portal sentado en el suelo sin pensar
que puedes contar conmigo.

 

El español abrió lentamente la verja de su casa, cuando se percató de que algo cayó sobre su nariz. Un copo de nieve; había empezado a nevar, ¿qué podía ser más deprimente que eso? El invierno ya estaba empezando a azotarle, las fechas festivas estaban cerca y él estaba sólo y sin amor.

 

-Lovino…

-¿Qué quieres?

-Te amo.

-¡Idiota! ¡¿Cómo puedes decir algo tan vergonzoso en el patio de tu casa?! Alguien podría oírte, maldición.

-Pero es la ver…¿eh? –el español se gira rápida y efusivamente hacía el portón de su casa, y ahí estaba él, sentado en las escaleras NO mirándolo, totalmente sonrojado y maldiciendo quedamente.

-¡¿Qué esperas?! Hace frío, maldición.

 

Una sonrisa se dibuja en el rostro del español, quien poco a poco avanza hasta donde el país del rulo (uno de tantos ¬¬) abrazando y besándole. Acción que no fue detenida por el menor, pero vaya que le hizo estremecer.

 

-¡A-antonio!

-No te preocupes, si te enfermas, yo cuidaré de ti. –El mayor no había desecho el abrazo, miró hacia la maleta del otro y volvió a sonreír antes de robarle otro beso.

 

Que recordarás las tardes de invierno por Madrid,
las noches enteras sin dormir.
La vida se pasa y yo me muero, me muero por ti.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).