Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Junjou Christmas por Byakuran

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Subo también el capítulo dos aprovechando que tengo tiempo aún xDDD

(Estoy en la Universidad esperando que llegue la hora de mi último seminario del día xDDDDD)

Capitulo 2: ¿Navidad? Sólo junto a ti… - Nowaki


Otra noche en vela, trabajando, pero no le importaba: adoraba su trabajo y estaba orgulloso de ello, por lo que no le importaba trabajar tanto como hiciese falta. Lo que de verdad le tenía preocupado, era la actitud de su pareja.

Cierto es que no era la persona más directa y afectuosa, todo lo contrario de él, pero después de todo el tiempo de relación que cargaban a sus espaldas, había aprendido a entender cada uno de sus gestos, expresiones,…incluso a interpretar sus diálogos nerviosos cuando hablaban de algo importante.

Y, a pesar de esa actitud fría y algo seca, cuando quería podía ser verdaderamente lindo.

Asique el modo de comportarse de su querido castaño era algo de lo que se había percatado a la primera. Y no sólo eso, últimamente lo notaba algo distante con él, como si lo estuviese evitando a propósito y era eso, lo que más preocupado lo tenía, haciendo que llegarse a imaginarse bastantes cosas, ninguna de ellas buenas.

¿Qué era lo que rondaba por la mente de Hiro-san?

Con un suspiro, termina de colocarse la ropa de abrigo, cogiendo su mochila y saliendo de los vestuarios. Justo cuando va a doblar una esquina…

-Yoh, Nowaki, ¿ya te vas?-pregunta un chico, acercándose a él con una sonrisa de oreja a oreja, la cual es correspondida rápidamente con una más amable por parte del peliazul.

-Ohaeyo, sempai.-saluda, añadiendo al instante.-Si, acabo de terminar mi turno.

-Ah, yo igual. Se me hacen demasiado largos estos turnos.-dice, siguiendo su camino hacia los vestuarios, pero tras dar unos pasos, se detiene de nuevo.-Por cierto, ¿ya has hecho planes para las vacaciones?

-¿Eh?...ah, sí, ya los hice.-responde, ligeramente intrigado del porqué de la pregunta.

-Lástima, te iba a decir de venirte a pasar unos días a la sierra. ¿Tan importantes son esos planes? ¿No puedes cancelarlos?

-Iie. Lo verdad es que ya los tengo desde hace tiempo y son muy importantes.

-Ah, entonces supongo que no hay de otra.-dice, encogiéndose de hombros.-Pero al menos vendrás a la reunión, ¿no? Hemos quedado algunos del hospital para ir a tomar algo.

-Supongo que no hay ningún problema.-dice, recolocándose la mochila.

-Entonces perfecto. Yo te aviso con el día y la hora. Hasta luego.-se despide con un gesto de la mano, perdiéndose por los pasillos.

Este le responde el gesto, encaminándose de nuevo hacia la salida del edificio, caminando distraídamente por la calle, sumergiéndose de nuevo en sus pensamientos.

En los últimos días había mucho más trabajo por lo que se había visto obligado a estar horas extras en el hospital, aunque teniendo en cuenta las fechas por las que estaban, era algo de lo más normal.

Aun así, rezaba una y otra vez para que no se arruinasen las navidades y pudiese pasar más tiempo con Hiro-san.

Y de nuevo volvía al tema principal: ¿qué es lo que le pasaba?

Tenía la extraña sensación de que algo le ocurría al castaño, pero cada vez que le preguntaba sobre ello, este respondía con evasivas o, simplemente, no le respondía. Le dolía pensar que quizás estaba molesto, lo cual no ocurría por primera vez debido a lo flexible de su horario de trabajo, o incluso, que ya no le importaba tanto como antes. En cierto modo tenía miedo de que se hubiese cansado de él, después de todo eran 4 años de diferencia y, a pesar de no ser mucho, para él era un abismo difícil de superar. Y, aunque el otro insistía en que no le diese más vueltas al asunto, era algo que no podía dejar de plantearse en algunas ocasiones.

Amaba a Hiro-san por encima de todas las cosas y sabía, después de muchos esfuerzos, que el castaño también lo amaba. A su manera, pero le amaba. Estaba consciente que para él, con su carácter y personalidad, se le hacía difícil hacérselo saber de manera tan directa y, por eso, eran sus pequeños actos del día a día los que le revelaban sus sentimientos.

Pero, ¿qué es lo que Hiro-san había visto en él? ¿Qué le atraía?

Al girar en una esquina, no puede evitar chocar con otra persona.

-Mira por dónde vas, muchacho.-replica la persona contra la que chocó, ligeramente molesta.

-Gomen nasai. Iba algo distraído.-se disculpa, mirando a la cara al otro.

-Ah, tu eres…

-…-el peliazul mira con sorpresa al hombre frente a él, pensando que las casualidades son extrañas a veces.-Usted es…

-Veo que me recuerdas.-dice el otro, sonriendo de manera divertida.-Vaya, menuda casualidad. Pero, ¿qué haces aquí a estas horas? ¿Está Hiroki contigo?

-Iie, acabo de salir de trabajar.-responde, devolviéndole la sonrisa y sintiendo una ligera punzada de celos ante la mención de su amante. Cómo le gustaría a él también poder trabajar junto a Hiro-san.

-Oh, entonces vas a casa. Me vienes de perlas~-repone el otro alegremente, rebuscando en su maletín y sacando un par de papeles, tendiéndoselos.- ¿Podrías dárselos a Hiroki de mi parte? Dile que necesito que haga 200 fotocopias de cada uno y que las organice, que yo he tenido que ir a buscar un libro que encargué.

-H-Hai.-responde, tomando los papeles con cuidado.

-Aunque…-mira el reloj, y se lleva una mano a la barbilla, pensativo.-teniendo en cuenta la hora, seguramente estará ya en el despacho. Desde hace una semana o así, llega bastante temprano a la universidad. ¿Ha pasado algo entre vosotros?

-Todo está perfectamente.-responde, sin perder la sonrisa pero internamente molesto. ¿Porqué se metía donde no le llamaban? No es que le cayese mal ese hombre, pero después de lo que pasó aquella vez en el que Hiro-san y el pasaban por un mal momento…no podía sentir cierto recelo hacia él, sobre todo teniendo en cuenta que estaba casi todo el día junto a él.

-Entonces, será cualquier tontería suya.-contesta el otro, encogiéndose de hombros-Entonces, me voy. Gracias por el favor~.-dice, comenzando a alejarse.

-No hay de qué.

Y se queda unos instantes viendo como el mayor se aleja, para después continuar su camino, sólo que esta vez con un destino diferente. Curioso, echa un vistazo superficial a los papeles y según estaba viendo, parecían una especie de textos, seguramente de práctica del temario que estaban dando en esos momentos.

Rebusca en la mochila hasta dar con su móvil, marcando un número de teléfono que ya conocía más que de sobra. Tras los cuatro primeros toques, una voz ligeramente adormilada le contesta.

“¿Si?”

-¿Hiro-san?

“¿Nowaki?... ¿Qué pasa? ¿Ya saliste de trabajar?”

-Hace unos minutos-responde, feliz-Hiro-san, ¿estás en la universidad?

“Sí, ¿por?”

-Me han pedido que te dé unos papeles, asique voy para allá.

“¿Unos papeles? ¿De qué? ¿Quién te los dio?”

-Creo que son para unas clases…

“No puede ser… ¿Miyagi? ¿Te encontraste con Miyagi?”

Oh, al parecer estaba sorprendido y según notaba en su voz, también ligeramente preocupados. No lo culpaba, después de todo, era su culpa por haberse lanzado en aquella ocasión sobre el hombre ese, pero, ¿quién no lo hubiese hecho en esa situación?

Hiro-san era suyo y punto. No estaba dispuesto a que llegase alguien a ponerle las manos encima.

-Hai.

“…”

-¿Hiro-san?

“¿Dónde estás ahora?”

-Pues…unas calles más allá del hospital, supongo que tardaré unos 10 o 15 minutos en llegar.

“No, está bien. No es necesario que corras, aún me quedan dos horas hasta que empiece la siguiente clase.” Y al acabar la frase un bostezo mal disimulado la sigue.

-Hiro-san, ¿desde cuándo estas allí?

“¿Eh? Desde…anoche” otro bostezo desde el otro lado de la línea. “Tenía que corregir unos exámenes y preparar un par de cosas para las clases.”

-Podrías haberlas hecho en casa, Hiro-san. No es bueno…

“Ahora no, Nowaki. Cuando estemos en casa lo hablamos."

-Pero, Hiro-san... 

"Hasta ahora.” Y cuelga.

Otra vez le había vuelto a dejar con la palabra en la boca y le había esquivado. 

Con la mirada entristecida, se queda mirando unos instantes la pantalla del móvil, pensando en mil y una cosas. 

Tras unos instantes, aprieta el aparato, guardándolo de nuevo en su mochila y con decisión, aligera el paso.

Iba a hacerle hablar le gustase o no, y si para ello tenía que ponerse serio, lo haría. Si tenía que gritarle un poco, lo haría.

No quería pero…era la única solución para lograr aclarar todo el embrollo. No permitir que esta situación continuase por más tiempo. 

Lo haría…costase lo que costase.

CONTINUARÁ~

Notas finales:

Siguiente Capitulo: ¿Navidad? Con un lindo terrorista - Miyagi


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).