Era de noche, las estrellas hermosas y brillantes ya todas en lo alto del firmamento nocturno. En la casa de nuestros Dioses todo estaba en silencio, paz y tranquilidad; pues estos dormían plácidamente en sus habitaciones, haciendo una excepción por el adorable YooChun, quien aún algo adormilado, arrastraba por la sala la cobija que le cubría todas las noches.
Caminó silenciosamente por los pasillos hasta llegar a la cocina y sirviéndose un poco de leche en una taza se sentó en la mesa perdiéndose casi al instante en sus pensamientos.
Su tez bastante pálida, mucho más de lo normal, sus mejillas algo sonrosadas y las pequeñas pero notables ojeras bajo sus pequeños y adormilados ojitos mostraban que nuestro hermoso ratón no se encontraba del todo bien.
Tomó la taza, y, entreabriendo sus labios, ingirió un sorbo de aquel líquido blanco para casi inmediatamente sentir como se ahogaba provocando que empezara a toser con cansancio, vaya que realmente se sentía mal.
Sintió como una fuerte mano se posaba en su espalda dándole suaves golpecitos en ésta ayudándole a calmar su tos.
- ¿Te encuentras bien, Chunnie? -escuchó la ronca pero varonil voz de su líder haciéndole voltear para mirarle; al hacer esto, el mayor posó esta vez una de sus manos en su frente verificando su sospecha, YooChun tenía fiebre.-Ve a descansar, Chun...-susurró con dulzura brindándole tiernas caricias en su mejilla.
-Estoy... Bien...-habló débilmente sumamente sonrojado por la calentura y también por la pena que le causaba que su querido Hyung le viera en ese estado.-Sólo me duele un poco la cabeza...-sonrió apenas ligeramente mareado, intentó ponerse de pie pero, al hacerlo, su cuerpo se desplomó cayendo inconsciente en los brazos del mayor.
-¡YooChun!-alarmado, le tomó en brazos con delicadeza llevándole a su habitación y recostándole en la cama acobijándole. Se sentó a su lado observándole con preocupación en sus ojos.-Pequeño...-
Pasados unos minutos despertó, abriendo sus ojitos encontrándose con la mirada de su líder. Se sonrojó, por lo que desvió la mirada con vergüenza.
-Chunnie, dime ¿Qué es lo que tienes? –interrogó con voz suave demostrando su preocupación en ella.-Últimamente has estado así, distante, callado y no me gusta como te vez…-
Al escuchar lo último, el pequeño ratón sintió algo de tristeza, YunHo notó eso por lo que sintiéndose un poco mal, corrigió.
-Quiero decir… Que me gusta verte feliz…-dijo casi sin pensarlo, sonrojándose y sonrojándole. Carraspeó.-Los chicos también están muy preocupados… No sabemos que tienes, somos tus amigos deberías confíar en nosotros… Pase lo que pase vamos a cuidarte…-rodeó su frágil cuerpo con sus fuertes brazos e inmediatamente pensó que habían nacido el uno para el otro; le acomodó en su pecho con ternura.
Se alejó un poco para mirar su rostro dulcemente sonrojado y sus ojitos con un ligero brillo en ellos. Aquella imagen le enterneció, y, deseando probar esos rosados labios, se acercó poco a poco a su rostro acortando la distancia entre ambos, pero…
-¡Oh! YunHo… No sabía que estabas aquí….-la voz de JunSu les interrumpió haciéndolos alejarse rápidamente.