-Se puede saber que coño te pasa?? – le espetó una cabreada ardilla nada mas llegar a la sala, cerrando la puerta de un portazo. Había dejado a Kenzo hablando con Kai con la excusa de que había olvidado algo en la sala y que iba a por ello.
-A mi?? – preguntó con indiferencia – nada, por qué lo dices?? – Hiroto no podía salir de su asombro, cómo podía actuar su amigo con aquella hipocresía??
-Cómo que por qué lo digo?? – desde luego estaba haciendo uso de todo su autocontrol para no abalanzarse contra él y darle de ostias – tú crees que es normal la forma en la que has tratado a Kenzo?? Él no te ha hecho nada!!! – le gritó furioso. En ese momento entró Shou, ya que Nao al final también se había unido a la conversación de los bateros y se aburría soberanamente
-No sé de que me hablas – contestó con simpleza cogiendo su guitarra. Hiroto abrió sus ojos pasmado por la actitud del más alto, cómo podía destilar tanto cinismo?? Se mordió el dorso del dedo índice para no soltarle una sarta de burradas que realmente no sentía y que eran fruto del enfado que en ese momento cargaba contra el moreno
-Mira, cuando dejes de ser taaaaaaan gilipollas hablaremos, que ahora yo tengo que ir a hacer una entrevista y no me sobra el tiempo para desperdiciarlo con hipócritas como tú – le espetó con todo su enfado, se dio media vuelta y salió de la sala igual que entró: dando un portazo.
-La verdad es que te has pasado con Kenzo – habló Shou calmadamente, cuando se recuperó de la impresión de ver a Hiroto de esa guisa.
-Déjame, quieres?? – le “escupió” Tora, no estaba de humor después de lo que había pasado, aunque sabía que se lo había ganado a pulso.
Cómo se podía ser así con una persona que no le había hecho nada?? Estaba que echaba humo con la actitud que había tenido Tora con su amigo, estaba indignadísimo con la hipocresía que había mostrado su compañero de banda. No podía creer que todavía no hubiera asimilado que también Karasu era su banda y que también era importante para él ese proyecto, aunque siempre anteponía Alice Nine a todo. Intentó calmarse mientras bajaba por el ascensor, no quería que Kenzo se diera cuenta de su estado de ánimo, no quería que se sintiera culpable de algo que no tenía que ver con él. Respiró profundamente varias veces antes de que el ascensor llegara a la planta baja para tranquilizarse, y verse mas calmado para Kenzo.
-Bueno que?? –dijo apareciendo ante aquel trío de bateros que estaban de lo mas entretenidos comentando algo de sistemas para baterías – Kenzo nos vamos ya?? – dijo mirando su reloj, el cual marcaba casi las tres de la tarde – no vaya a ser que pillemos un atasco…
-Tienes razón Pon – respondió levantándose de la silla – me alegro de haberte vuelto a ver Kai-kun – sonrió
-Lo mismo digo – respondió el de GazettE
-Nao, nos vemos mañana – se despidió Hiroto
-Vale – sonrió – que os vaya bien!!
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Por primera vez en mucho tiempo el silencio que se había instalado entre ellos era incomodo. Hiroto quería evitar el tema y Kenzo simplemente quería preguntar, pero no quería incomodar al rubio, tenía la sensación de que si pedía explicaciones sería como poner al guitarrista entre la espada y la pared… pero no soportaba la idea de que un compañero de profesión tuviera algo contra él y mas si no le había hecho nada, al menos que él supiera.
-Tora-san me odia – no puedo evitar soltar de golpe, y fue más una afirmación que una pregunta. Hiroto sonrió de medio lado con tristeza
-No te odia – contestó calmadamente, recibiendo un gesto incrédulo por parte del batero pelinegro – simplemente que… - dudaba si contárselo o no
-Qué?? – le preguntó invitándolo a hablar
-… - suspiró con cansancio, y es que toda esta situación con Tora lo superaba, jamás había estado así con alguno de sus compañeros y menos, por tanto tiempo. Cuando se formó la banda solo pensaron que sería para una única actuación en el Jack in the Box Summer 2009, pero los volvieron a llamar para la edición de invierno del mismo festival hacía apenas un mes... y ahí fue cuando las cosas con Tora empezaron a torcerse – no es que te odie, es solo que no le gusta demasiado la idea de que esté en otra banda, el por qué?? No tengo idea – decía con tono triste – es algo de lo que no quiere hablar y… yo no soy de las personas que fuerzan a otras a hablar sino quieren, pero lo de hoy a pasado de castaño oscuro, y tengo que aclarar las cosas con él, aunque ahora mismo no tengo ganas ni de verlo en pintura – dijo esto último apretando los dientes y sus puños. Kenzo por su parte escuchó todo en silencio, él también tuvo problemas con los de su banda, pero no fueron tan graves, como al parecer eran los de Hiroto.
-No te preocupes – le dijo – ya verás que todo terminará arreglándose – le puso una mano en la rodilla y se la apretó a modo de consuelo – y ya sabes que puedes llamarme cuando quieras no?? – dijo apartando momentáneamente la vista de la carrera para mirar a Hiroto que le dedicaba una agradecida y tierna sonrisa. Pero su mano seguía ahí, en la rodilla, no la apartaba, y aquel contacto le resultaba extraño a Hiroto, ni bueno, ni malo, ni desagradable, era como una especie de ¿cosquilleo? ¿nerviosismo?... Apartó momentáneamente su mirada de la del batero y éste al ver donde el guitarrista miraba, se puso rojo y apartó la mano inmediatamente devolviéndola al volante. Y no supo por que, pero aquel gesto de Kenzo le hizo gracia y su corazón dio un fuerte brinco en el pecho, que le hizo sonreír más, por lo que desvió su mirada y apoyó su codo en el borde de la luna del coche y escondió la parte baja de su cara en su puño.
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Aún recordaba la tarde anterior… Después de la entrevista en BARKS, en la que aprovecharon para, aparte de grabar la entrevista promocional de LASTICA, para grabar también un mensaje de felicitación del nuevo año, se fueron de bares, aunque sin desfasar, ya que algunos al día siguiente tenían, o ensayo con sus respectivas bandas, o grabación o se encontraban en pleno proceso de composición, como era el caso de Hiroto. Pero qué bien se lo pasó, le sirvió muchísimo para evadirse durante un buen rato de la discusión que tuvo el día anterior con Tora, y Kenzo… no podía parar de recordarlo, de llevar a su mente su sonrisa, cada gesto que el batero hacía le parecían extrañamente encantadores, como cuando en su rostro dibujaba una mueca misteriosa para hacerlo rabiar o cuando decía las cosas con doble sentido…
Sin embargo, lo bueno poco dura, y ahí se encontraba en su sala de reuniones componiendo, o mas bien haciendo el intento, ya que si no hablaba con Tora poco o nada podrían componer… Desde que llegó aquella mañana a la sala, el más alto no le había dirigido la palabra y si lo miraba, pareciera que quisiera matarlo con sus pupilas llanas de ¿reproche?… Y ahí estaba rasgueando acordes sueltos, sin mucho sentido y sin un esquema fijo a seguir, mirando de soslayo a su compañero de cuerdas que hablaba animadamente con el bajista… Sabía que el pelinegro con cara de tigre se guardaba algo más dentro de sí con respecto a Karasu, pero no sabía exactamente el qué. No podía ser que estuviera enfadado con él por su desempeño con Alice Nine, ya que no lo había descuidado en lo mas mínimo, pero entonces ¿qué era? Suspiró silenciosamente, se aseguró de que la conexión de sus cascos a la guitarra eléctrica estuviera bien y decidió ponerse a hacer algo más productivo que estar intentando descifrar el inaguantable e inexplicable comportamiento de Tora en los últimos días.
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Tras un par de horas divagando entre notas, acordes y compases, finalmente pudo componer una base para la nueva canción. Cierto que no era nada del otro mundo, pero al menos ya tenían una base desde la que partir a componer la parte musical. Llamó a Shou para mostrarle lo que había pensado, al cual le pareció bien. Ante la aprobación del vocal no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro.
-Shinji, Hiroto compuso algo, ven y escúchalo, a ver qué te parece – le pidió la marmota casi rubia.
-¿Para qué? Total, al final Hiroto siempre hace lo que le da la gana… - aquel comentario envenenado, hirió en lo mas profundo al mas bajo, que abrió los ojos con desmesura provocado por el asombro que le provocaron aquellas palabras, y dejó petrificado al resto de la banda.
-Mira Amano, que te den por el culo tío – no pudo evitar soltarle al mayor – gente, yo me voy, no pienso estar aguantando su mala ostia, por yo no sé que razón. Así que cuando se le pase la tontería me llamáis – término sentenciando el rubio que agarró sus cosas y se fue. Salió de la sala dando un portazo cabreadísimo.
-“Tío ¿tu eres gilipollas?” – oyó que decía Saga cuando sintió que alguien abría la puerta de la que había salido segundos atrás - ¡Hiroto! ¡Hiroto! ¡Espera, joder! – exclamó Nao agarrando al guitarrista por la muñeca
-¿Qué pasa? – le preguntó de mala gana
-No te vayas – le pidió – por favor, no se lo tomes en cuenta…
-Nao, llevo todos estos días intentando no tomárselo en cuenta –contestó cansadamente y con algo de reproche en su voz – pero sabes perfectamente que se está pasando muchísimo conmigo, y con Kenzo ayer ni te cuento, porque lo viste con tus propios ojos – las cuencas se le llenaron de lágrimas, pero se reprimió las ganas de llorar, no lo hacía nunca y esta no sería una excepción – yo así no puedo trabajar, se cierra en banda y no quiere contarme, así que, que le den – terminó de decir dándose la vuelta y yéndose de allí dejando a su paso un rastro de mala ostia.
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Llegó a su apartamento con unas ganas irrefrenables de llorar, pero desde que tenía uso de razón había llorado en contadas ocasiones, y no quería que esa fuera una de ellas, si tenía que llorar prefería que fuera de felicidad, pero no por aquello. Sin saber por qué la imagen de Kenzo apareció en su cabeza, y quería llamarlo, y que fuera a su casa y que estuviera con él… pero sabía que en el momento en que le contara todo, en el momento en el que sintiera sus brazos a su alrededor, se derrumbaría y lloraría, y no le gustaba verse débil ante nadie, y menos quería preocupar al batero por el gilipollas de su “amigo”.
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No lo podía evitar… estaba preocupado por Hiroto. Al final el más bajo, el día anterior, acabó contándole que había discutido con Tora justo después de la comida, y llevaba todo el día pensando en él y en cómo le habría ido el día. Discutir con alguien de tu banda nunca es plato de buen gusto, y la cosa se agravaba mas todavía cuando una de las partes no cedía y se cerraba en banda… ahora que estaba en su apartamento, se encontraba con una batalla interna entre llamarlo o no llamarlo. ¿Qué hacer? Lo mas lógico sería llamarlo, si era su amigo… pero… ¿y si el guitarrista aún se encontraba con el resto de Alice Nine? ¿En ese caso sería buena idea a arriesgarse a ello? Al final se le acabo ocurriendo una idea…
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“Cuando hayas acabado con tu banda dame un toque y te llamo, tengo que hablar contigo”. Hiroto se quedó mirando fijamente la pantalla de su iPhone… ¿Realmente quería hablar con él? O mejor dicho ¿sería capaz de aguantar la compostura y no echarse a llorar al oír su voz?... No estaba muy seguro de ello, por lo que optó por ignorar aquel mensaje y seguir viendo el programa de televisión que tenía sintonizado en aquel momento, iluminando lo que comenzaba a ser un oscuro salón, provocado por la puesta de sol.
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Si el día anterior estaba preocupado por el guitarrista alicio, hoy lo estaba aún más. No había contestado a su mensaje de texto, y eso no era normal en el más bajo. ¿Le habría pasado algo? ¿Habría dejado de hablarle hasta solucionar los problemas con su banda, o mejor dicho, con Tora? ¿O le había hecho algo que le hubiera molestado y él no se dio cuenta? Su mente era todo un caos, no paraba de hacerse preguntas con respecto al menor… Así que al terminar el ensayo de la mañana dio el ensayo por finalizado dándole a los miembros de su banda la tarde libre con la excusa de que tenía unos asuntos pendientes. De camino al parking de su discográfica llamó a Nao, ya que se llevaba bastante bien con él… y además lo conocía y sabía que sería discreto
-Hola Nao, soy Kenzo – saludó nada mas oír como el otro batero descolgó el teléfono
-Hola – saludó el del pelo multicolor saliendo de la cafetería ya que había mucho jaleo en ella y no se enteraba bien
-Oye está Hiroto con vosotros?? – preguntó preocupado
-No, de hecho me mando un mensaje esta mañana diciendo que no vendría… - suspiró
-Mmmm vale… - dijo un poco triste
-Pasa algo?? – preguntó Nao preocupado
-Eh! No nada… solo que tenía que comentarle un par de cosas, y como no me contesta… - dijo con tono algo nervioso – etto… bueno nos vemos, adiós y gracias Nao-san – colgó la llamada, se montó en su coche y se fue al apartamento del menor. Sabía que algo andaba mal, y no podía dejarlo solo.