Las manos del moreno recorrían ahora el torso desnudo del joven rubio, sus labios estaban unidos en un casi interminable beso y ahora se preparaba para entrar en su cavidad nuevamente, los gemidos del menor eran cada vez con más frecuencia y su cuerpo tenía una temperatura que ascendía a cada segundo.
-R-roy… Detente, sentí… sentí un dolor extraño esa última vez- Reclamo Ed, pero aun así mantenía la ternura en su voz.
-¿Qué sucederá si no quiero?-susurró Roy, sonriendo, mientras seguía bajando con sus manos por el cuerpo de su pareja.
-De…deten.. ¡Detente idiota!-exclamo, luego de perder la compostura y lanzarlo lejos del sofá.
Esta iba a ser la tercera vez de la noche, en que fundían ambos cuerpos en uno solo. Llevaban poco más de un año amándose. Pero aun así, Roy nunca estaba del todo satisfecho y siempre terminaba por enfadar al menor, cosa que le excitaba aún más.
-Pero que aburrido te has puesto Edo- sonrió Mustang, mientras se abotonaba la camisa para luego arreglar su ropa.
-Hey, no quiero que alguien se dé cuenta de... de lo n-nuestro.-contesto Ed vistiéndose-Pondrías en riesgo el puesto por el que tanto has luchado 'coronel'.
El moreno se acercó a él y lo beso nuevamente, no se cansaba de hacerlo, ya que según él era irresistible.
-Es por eso que te amo, enano-le desordeno el cabello y se dirigió a su puesto de trabajo.
-¡Idiota!- se sonrojo y se dirigió a la puerta, luego se volteó- Coronel, intentare regresar pronto, no me engañe- sonrió y salió.
-¡Mándale saludos a Alphonse!-gritó Roy a sus espaldas.
Ed hizo un gesto con la mano y se alejó por el pasillo, pensando en que ya no quería tener que volver a irse de Central, o mejor dicho del lado de Mustang.
Cada vez que recorría esos pasillos y veía a los oficiales y alquimistas voltearse a saludarlo o hacerle una reverencia, se sentía invencible, pero al ver a su hermano menor. Alphonse atrapado en esa 'armadura' la impotencia se apoderaba de su ser.
-¡Hermano! –La voz de Alphonse lo saco de sus cavilaciones, lo estaba esperando junto con un gatito sentado en las escaleras de la Oficina Central.
-¡Alphonse! ¿Por qué has venido? Te dije que me esperaras en…-un leve mareo lo distrajo "Ha de ser por que no he comido" Se dijo a sí mismo- ¿Has encontrado algo relevante? –preguntó sin darse importancia.
-¡Sí! Por eso vine a buscarte, aunque creo que tu encontraste más cosas con el Coronel Mustang; Bueno ¡Llegando a la frontera con Xing hay un…! ¿Hermano, me estas escuchando?- Alphonse miro a Edward quien lo ignoraba por completo. Tenía cara de preocupación y se estaba tocando el abdomen.
-Aaaah ¿Acompáñame a comer algo antes de partir? Ahí me cuentas todo lo que hayas averiguando- sonrió y empezó a caminar hacía un local de comida rápida- Tengo unas ganas de echarme comida basura al estómago.
El local era bastante pequeño y poseía poco mobiliario, pero perfecto para encontrar 'comida basura' y licor. Se acomodaron en una mesita para dos, la silla de Alphonse reclamo ante el peso de este, pero no cedió. Una muchacha corrió a su mesa en cuanto se ubicaron ahí, seguida por la mirada de los presentes.
-¿Qué se van a servir, señores alquimistas? –Consulto con un tono amable la mesera. 'Es el Alquimista de Acero y su hermano extraño, seguro me darán una buena propina' Pensó la muchacha.
-¡Genial! –El rubio tronó sus dedos y empezó a ojear el menú- Quiero esta tarta, papas, una botella de eso, dos porciones de esto, ¡Oh esa cosa se ve genial! Una porción de lo que quiera ser eso y…-estaba inmerso en el menú, mientras la mesera y Alphonse lo observaban divertidos.
-Hermano, ¿estás seguro que podrás comer todo eso?-preguntó el menor con algo de escepticismo.
-Alphonse, recuerda que según nuestra tesis yo tengo que alimentarme, dormir y crecer por nosotros dos-contesto Edward confiado y luego se gira dio a la mesera- Tráigame todo eso por favor.
-De inmediato traigo su orden, señor- la muchacha asintió y corrió a la cocina.
-Alphonse, cuéntame lo que averiguaste-Edward adquirió un tono de voz más serio y lo miro fijo, con los brazos cruzados.
-Claro hermano, Bueno mientras estaba sentado en las escaleras de la biblioteca jugando con unos gatitos hermosos. Pasaron al lado de mi dos alquimistas estatales, hablando de un alquimista que no se deja ver mucho; Le llaman 'Alquimista crea vidas' Porque eso es lo que hace, es capaz de tras un Circulo de Transmutación creado por el mismo que lleva tatuado en el lomo de la mano izquierda crear una vida totalmente nueva donde sea. Según oí, ahora se encuentra en el este, cerca de la frontera con Xing. Lo han visto un número reducido de personas. Pero ellas aseguran que lo vieron revivir a un perrito que había sido atropellado creo vida dentro de una joven que no podía ser madre… esto no es muy verídico pero su capacidad de 'crear vida dentro de un humano' trasciende de sexo, ósea seas hombre o mujer, él puede crear vida en tu interior ¿No es hermoso? -Alphonse detuvo su narración y observo a Edward, que estaba atónito- ¿Qué sucede hermano?
-A-alphonse, ¿Cómo luce este tipo?-pregunto el mayor, que sostenía un plato de pastel en una mano.
-No lo sé, creo que alguien del el diario lo fotografió… ¿Para que necesitas saber cómo luce? Si cuando nos encontremos con el sabremos que es el tipo…-Fue interrumpido por Edward que se levantó de golpe y le quito el diario que tenía en su poder un hombre.
-¡¿Qué mierda~?-El grito de Edward impulso hacía la pared el trozo de pastel que había entrado a su boca.
-¿Hermano que sucede?-Detrás de su armadura se avergonzó y sonrojo por la expectación que habían acaparado de las personas que estaban en el local.
-¡C-cr-creo…. CREO QUE YA ME ENCONTRE CON ESTE ALQUIMISTA HIJO DE PUTA