Preparándose.
-Harry, me alegra que vinieras a mi despacho.- dijo haciendo un gesto con la mano al muchacho para que tomara asiento.
-Y yo me alegro de volver a verle Director.- contestó el pelinegro aceptando su ofrecimiento sobre la silla con un cojín mullido que decidió dejar a un lado.
-¿Dónde están el resto de los alumnos a los que e pedí que vinieran a nuestra reunión privada?- inquirió Albus.
-Pues… el caso es que… ellos están…
-No te preocupes Harry, yo los recibiré.- susurró.
El Director se levantó, tomó su vieja pero cuidada varita y con una leve movimiento circuar abrió la puerta para dejar pasar un grupo que se apoyaba en ella para escuchar y que cayeron al suelo , provocando un sonoro estruendo.
-Cuento tiempo Director…-dijeron dos gemelos pelirrojos al unísono.
-Nos preguntábamos…- continuó una castaña.
-Que querrías…- siguió un pelinegro.
-Comunicarnos.- Finalizó otro pelirrojo más bajito.
-La verdad es que he pensado en trasladaros a la EAI de Londres. Para que sigáis vuestra enseñanza. ¿Qué os parece?
-Mire, señor, la verdad no lo entiendo.- dijo Harry.
-Harry, mi secretaria que, por cierto, puede ver el futuro, me ha recomendado el traslado. Me comentó lo que vio y yo he hecho caso como veréis.
-Lo siento Director, pero no tenemos planeado abandonar este lugar, así que lamento decirle que el viaje que ha hecho hasta aquí ha sido en vado.
El Director rió, tomo una cajita de madera pequeña con caramelos de limón y se la ofreció a los presentes.
-¿Queréis un caramelito de limón?- tan sólo Harry tomó uno de los caramelos y sonrió al viejo.- Querido Harry siempre serás el único que acepte mis caramelos, ¿cierto?
Los dos sonrieron volvieron al tema.
-Me alegra comunicarte que vuestros documentos ya han sido enviados mediante una lechuza hace media hora y escasos minutos. Los alumnos serán informados al comienzo del curso. Y vosotros llegaréis dentro de tres días a Díntela y sorprenderéis a los estudiantes y profesores con una coreografía que elegiréis. Lo mejor es que repaséis alguna del curso anterior.
-Pero…- fue lo que alcanzó a decir Harry.
Todos estaban atónitos. Demasiado deprisa. Un cambio demasiado grande. Demasiado intrigante. Demasiado diferente. Inesperado.
-No os preocupéis, pero no os diré el contenido de la visión.
-¡Director!-Gritó el ojiverde al tiempo que Dumbledore hacía aparecer una masa de humo malva proveniente de una pelotita. Cuando este se dispersó el ya no estaba.
-¿Y eso?- preguntó Hermione.
-Lo ha aprendido de los magos muggle.- aclaró Harry.
Se miraron y tomaron camino al recibidor donde se sentaron en un par de sofás para hablar sobre lo ocurrido. Ninguno salía de su asombro, no salían sus palabras, no sabían que decir. Pero un el muchacho de la cicatriz rompió el silencio…
-Nevile- se dirigió a otro moreno algo más alto.- Ve y habla con los tutores para pedirles los pasaportes.- vio como se fue- Hermione ve a comprar algo de comer para el camino. Ron acompáñala.- cuando hubieron desaparecido, se dirigió a los gemelos.- Id a los dormitorios y haced las maletas. Fred tu harás la tuya, la mía y la de Ron. George tu encárgate de la tuya, la de Neville y Mione. ¿ lo captaron? Yo esteré en el escenario eligiendo una coreo que impresione pero que sea fácil de recordar.
-En ¿cuál?- dijo Fred.
-¡Como que en cuál, chicos!
-Si no te has dado cuenta estamos en el quinto establecimiento y hay varios escenarios y con distintas pistas.- replicó George con cara divertida.
-Es verdad…Estaré en el escenario principal menor, donde ensayan los de primero durante las vacaciones, solo somos seis así que no necesitamos uno grande. Nos vemos después.
-Nos vemos, Director.- clamaron los gemelos a la vez riendo.
Harry echó los ojos al cielo y tomó el camino contrario. Cuando llegó, se sentó con las piernas cruzadas frente a un portátil y una lista de canciones en la mano. La primera era Tú de Sergio Dalma, Dimelo a mi de Eros Ramazzotti, entre otras. Al cabo de media hora se decantó por Sergio Dalma.
http://www.youtube.com/watch?v=qXykiwTiZas
Para cuando los demás llegaron él ya estaba practicando y esperándolos. Todos lo miraban, y pensaban en cómo podía seguir en el mismo curso que ellos persuadiendo a El Director para que no lo pasaran de curso. Se movía con sutileza y gracia. No tenía ninguna dificultad, se movía lentamente, haciendo de todos sus movimientos un verdadero arte. Ellos le consideraban el mejor. Su baile, su habilidad, cualidades, como se acomodaba perfectamente a la música, de forma que hacía parecer que él la creaba y marcaba la melodía que resbalada por su cuerpo, marcando cada músculo utilizado en su movimiento. Como si fluyera de la nada, por eso el se encargaba de las coreografías y era el bailarín principal. También los ayudaba con sus problemas de baile y en las demás materias. Nunca se quejaba, era raro verlo fuera de sí. Incluso aún no podían asimilar que aquel maduro chico hubiera gritado a Albus Dumbledore.
-No queremos distraerte…- dijo Fred elevando la voz mientras se sentaba en el suelo.
-Ni interrumpirte.- completó George.
Todos se adentraron en la habitación.
-Sois estúpidos. Venga todos a sus puestos, bailaremos Tú de Sergio Dalma. Es lenta y tenéis que compaginar los movimientos lentos y las expresiones.
El baile comenzaba con Harry tirado en el suelo, Herm se acercaba y le daba un beso en la frente. Él abría los ojos. George, Fred y Ron se acercaban por la derecha, izquierda y al otro la lado del cuerpo. Los tres lo tomaban y levantaban en forma de cruz sujetando sus brazos, torso y piernas. Harry se subía de pie a los hombros de los gemelos y saltaba por encima de Ron haciendo una voltereta y cayendo agazapado. Entonces entraba Neville con Mione que había desaparecido al entrar los pelirrojos. Todos hacían movimientos ligeros y sutiles. Los pasos era lentos y se acoplaban formando un triángulo del que Harry era la cabeza.
Después de estar horas y horas ensayando tomaron una ducha, se vistieron cómodamente y siguieron practicando al día siguiente para que todo fuera perfecto.
Continuará…