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Mas allá del sueño por Ciel Phantom

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Notas del fanfic:

ni la serie ni sus personajes me pertenecen, de lo contrario habria puesto mas explicita la relacion de Tom y Oli. digo ya deporsi es baste obvia. jajaja

Notas del capitulo:

espero que no este muy loco. en fin creo que la aclaracion ya la hice en la entrada asi que muchas gracias por leer. y mas a quienes se tomen la molestia de dejarme comentario

Más allá del sueño.


 


Estaba tan cansado. Los últimos metros que lo separaban de la portería del equipo Brasileño los percibía tan largos. El marcador estaba empatado y solo quedaban como tres minutos del partido.


 


_Oliver. _ esa voz era de su mancuerna perfecta.


 


Misaki se encontraba corriendo a su lado. El sudor le caía por sobre la frente. La playera blanca de la selección se le pegaba al cuerpo. Sus hermosas piernas blancas resaltaban, la fina capa de traspiración las hacia brillar.


 


_Oliver, vamos. Tenemos que anotar el último gol. _dijo de forma casi apagada, sin embargo le regaló una sonrisa brillante.


 


_Sí. Tienes razón. Vamos Tomy.


 


Rybaul y Santana intentaron detenerlos. Una marcación doble debía ser suficiente para frenar a la combinación dorada de Japón. Steve y Ralf salieron en su ayuda. Con los dos medios fuera. Tom burlo con gran facilidad a los volantes, Oliver lo seguía. Como siempre su trabajo de pases era impecable. 


 


Los últimos dos defensas y el portero intentaron detenerlos. Oliver dribleo con gran agilidad. El defensa en su desesperación por quitarle el balón le dio un jalón dejándolo en el suelo. Sin embargo a un logro mandar un centro a Misaki que estaba en buena posición para el remate. El defensa restante se barrió sin importarle nada. Ya pagaría después la amonestación.


 


_Tommyyyy…. _grito Oliver. El castaño reacciono a tiempo para evadir la jugada. Mandando el balón con su pareja.


 


_¡Oliver tira! _dijo


 


Aduras penas el pelinegro logro encontrar una posición cómoda, pero la distancia era mucha y dudaba que si tiraba desde ahí entrara. Necesitaba la precisión y la fina trayectoria que lograba darles Tom.


 


_Oliver.


 


Sus piernas por inercia se habían dirigido hacia el centro de la cancha. Misaki se encontraba parado justo a su lado, como siempre.


 


Solo ese tiro puede darnos la victoria. No lo dijo, y no era necesario; el castaño sonrió y asintió, siempre estaban conectados.


 


_Tiro Doble.  _gritaron al unisonó.


 


Y con gran habilidad lograron lo imposible. El balón había entrado un segundo antes de que el árbitro pitara el fin del partido.


 


Japón dos, Brasil uno. Ese fue el marcador final.


 


Misaki grito de la emoción, no podían creer que su  gran sueño se hiciera realidad. Ellos eran los campeones del mundo.


 


Oliver sentía su cuerpo estallar de la felicidad. Pero aun faltaba algo. Camino rápido, decidido. Y sin pensarlo mucho tomo por la cintura al castaño y le planto un beso. Suave y algo torpe en un principio, después ya desesperado. Tom enrosco sus brazos alrededor del cuello del pelinegro y Oliver tenia los suyos  bastante ocupados delineando toda la espalda y cintura del castaño.


 


_Te amo.


 


La confesión llego solo cuando logro dejar unos segundos los labios de su mancuerna. Una linda sonrisa se dibujó en esos perfectos labios rosas. Los ojos caramelo brillaron de dicha.


 


_Oliver yo también te a…


 


 


 


 


 


Sentía su cuerpo demasiado pesado. Era como estar atrapado dentro de si mismo, apretó los ojos con algo de esfuerzo. Un mareo le advirtió que abrirlos de improviso sería mala idea, de forma paulatina comenzó a abrirlos. La luz del día entraba a raudales por las ventanas de la blanca habitación.


 


Que fue lo que había sucedido. Estaba a punto de escuchar esas palabras que lo harían el hombre más feliz del planeta.


 


_Oliver.  Oliver… _Esa voz si no se equivocaba era la de su madre. _Oliver. Gracias a Dios que despertaste. Me asusté mucho cuando te desmayaste. _comenzó a llorar.  _Y luego no despertaste por dos meses y…


 


_¿Por dos meses? _su cabeza intentaba asimilar toda la información.  _¿y qué paso con mis amigos?


 


_¿Con tus amigos? No entiendo. Oliver tu único amigo, Bruce, fue quien me llamo y el… pues no debe tardar en venir. Te visita todos los días


 


Miro por unos instantes el rostro de su madre. En el no existía mentira alguna. Su corazón dio un tumbo;  soltando un grito doloroso: Tommy.


 


_Debo de ir a…


 


_¡Oliver no! _exclamo antes de que su hijo pudiera dar un paso fuera de la cama.


 


Oliver quedo en shock. Podía ver sus piernas hasta las rodillas, pero más abajo no había nada.


 


_¿Pero qué fue lo que paso? Esto no puede estar pasando. Mamá yo he ganado el campeonato Mundial. Soy parte de la selección de Japón, juego para el Cataluña en España y Roberto Cediño…


 


_Oliver apenas tienes dieciséis, mira, mírate en el espejo, no te miento, tu ni siquiera tienes edad para… _intento darle el objeto reflejante. _Hijo. Oli, debió haber sido un sueño muy hermoso. Pero…


 


_No fue un sueño. No pudo ser solo un sueño. _grito con fuerza.


 


El doctor y dos enfermeros entraron a toda velocidad. Su madre sollozaba angustiada e impotente. Lo recostaron con rudeza sobre la cama y le aplicaron una gran cantidad de sedante. Nuevamente sentía lo letárgico del sueño invadirle. ¿De verdad todo fue una quimera?


 


 


 


 


 


El día anterior había despertado. Dándose cuenta de su horrible realidad. Su madre lloro a cántaros, cuando le relato su maravillosa aventura en el mundo de Morfeo. Y él mismo no podía creer aun, que toda esa gran travesía para ganar el campeonato mundial solo fuera un sueño. Una efímera ilusión que se desvaneció en cuanto abrió los ojos. Parecía que la pesadilla era la que estaba viviendo ahora.


 


Con mucho esfuerzo se levanto lo suficiente para quedar sentado. Miro por sobre las telas que lo cubrían esa parte en donde deberían estar sus pies y que no existían. Apretó los puños con fuerza y dolor.


 


_Maldita sea. _Gruño. Sintiendo la frustración de no querer aceptar esa verdad. Su situación.


 


Aunque ahora le surgía una duda. ¿De donde había sacado tanta información y personas para recrear esa odisea? Pero por sobre todo. ¿Solo abría imaginado a su gran amor Tom Misaki?


 


De solo pensar en la posibilidad de ello, tenía ganas de sedarse para siempre. Quedar en coma, en ese momento le parecía la más grande alegría.


 


El sonido de unos delicados golpes en la entrada llamó su atención. La puerta se abrió sin esperar respuesta.


 


_Buenas tardes.  _una dulce sonrisa angelical se dibujó en sus facciones del joven de ojos y cabello color caramelo. _Me da gusto encontrarle despierto, seguramente su mamá estará muy feliz.


 


El joven  vestía por completo de un azul cielo. Llevaba en las manos una paleta de madera con varias hojas. Se acerco hasta la única mesa al lado de la cama. Tomo el termómetro para colocarlo sin pedir permiso debajo de una de las axilas del pelinegro. Posterior mente saco un estetoscopio listo para medir su presión.


 


_Este… _intento decir Oliver, la puerta se abrió por segunda vez.


 


_¡Ah! Buen día joven Misaki. No sabía que se encontraba revisando a mi hijo.


 


_Pase señora Atom. Solo estoy midiendo su presión y temperatura, el Doctor Fogartini me ha pedido que este al pendiente de él durante las próximas cuarenta y ocho horas. Es solo por precaución. _ se apresuro a aclarar cuando las facciones de la mujer se tornaban tristes. _ Dentro de tres días, si todo sigue normal podrá llevarse a su hijo. _le sonrió a la señora.


 


_Muchas gracias. No sabes el gusto que me dio el que fueras tu quien estuviera a cargo de mi pequeño Oliver.


 


_No tiene porque darlas señora Atom. Recuerde que es parte de mi formación como médico. _Cerró los ojos para embellecer su sonrisa.


 


_Tommy.  _Una gorra roja se asomo tímidamente por la puerta ligeramente abierta a hurtadillas


 


_Benji. Te he dicho que no vengas en mis horas de servicio. _el castaño hizo un pucherito tierno.


 


_Lo sé. Pero es importante. Hoy viene Pierre, quiere conocerte en persona y… _de solo escuchar ese nombre, todos los vellos del cuerpo se le erizaron. Y es que había tan poca diferencia entre su mundo de ensueño y la realidad.


 


_Ya hablamos de eso. Además tengo ya un compromiso. _decía mientras intentaba cerrar la puerta sin verse mal educado.


 


_¿Con quién?


 


_El joven Misaki ha prometido ayudarme a mí y a mi hijo para que pueda salir de paseo esta tarde. _era su imaginación o su madre parecía estar de verdad molesta con el chico de la gorra. Es decir Benji, y casi juraría que se apellidaba Price.


 


_¡Oh! Disculpe señora, no la había visto. _se le colorearon las mejillas de la pena.


 


_De eso ya me di cuenta. Creo que debería respetar más los horarios de los hospitales. Y como nos está incomodando le ruego que se marche. _y con palabras tan amables, quien se rehusaría a irse.


 


_¡¡Ah!! Si disculpe. Tom te veo mañana.


 


_Sí. Está bien


 


La señora Atom miro cerrarse la puerta con algo de molestia. Luego se dirigió al chico, cambiándola por una comprensiva.


 


_Si no quieres que tu amigo siga intentando liarte con ese tal Pierre deberías decirle directamente que no te interesa. Nadie tiene derecho a obligarte a nada. _con gesto maternal le acaricio la mejilla.


 


_¡¡Eh!! ¡Ah! Sí. Gracias. Y lo de esta tarde. _al parecer Benji no fue el único avergonzado. Los pómulos de Tom estaban ardiendo.


 


_No tienes que venir. Para lo del paseo ya he pedido permiso con el doctor y…


 


_Iré. _su tono sonó tajante. Decidido. _ Es decir, yo estaré aquí a las tres para acompañarlos. Con permiso.


 


Se podría decir que salió huyendo del lugar.


 


_Es un jovencito muy listo y amable.


 


_¿Como lo llamaste?


 


_Es cierto, no lo conoces. Su nombre es Tom Misaki y lleva cuidándote desde que ingresaste al hospital. Por ahora esta de voluntario, aprende lo básico. Dentro de algunos meses presentará el examen para la Nacional de Medicina.


 


_¿Tom Misaki?


 


_Es un chico ejemplar. Aunque no me gusta ese amigo suyo. Siempre intentando encontrarle pareja. No es que me moleste sus preferencias. Pero es un jovencito tan lindo. Espero que el tal Pierre no sea un grandulón mal hablado.


 


_No lo es. Es rubio de ojos azules.


 


_¡¡Eh!! ¿Y cómo lo sabes Oliver?


 


_Supongo que los llegue a escuchar mientras hablaban.


 


_De verdad. ¿Pensé que no podías captar nada a tu alrededor?


 


_Al parecer si mamá. Más de lo que debería. _ahora tenía algo en claro. Tal vez todos sus desvaríos se debían a las voces en su exterior. y por nada del mundo permitiría que le quitaran de nuevo aquello que lo hacía feliz. _¿Madre que te parecería tenerlo de hijo?


 


_¿A quién?


 


_A Tom Misaki…


 


 


 


 


 


Su madre no se había tomado tan bien las cosas. Es mas casi es ella a la que tuvieron que ingresar.  Pero ahora con el trauma casi ya en el olvido. Ella le ayudaba a colocarse las ropas. De un brinco algo brusco paso de la cama a la silla de ruedas que ahora si recordaba había utilizado desde siempre.  Muchas de las cosas que él creía ciertas se fueron desvaneciendo y las reales caían con gran fuerza. Recordaba las burlas de sus compañeros de colegio. Su tristeza al verlos jugar, correr, ser raudos como el viento.  Sus horas frente a un ordenador haciendo tareas, y adelantando trabajos. A su único amigo Bruce. A su madre y a su padre, siempre dándole lo mejor de ellos.


 


Una dulce voz interrumpió sus pensamientos. Esa bella cabellera castaña asomaba por la puerta pidiendo permiso para entrar.


 


De inmediato su madre le permitió la entrada. Aunque ahora podía notar un leve rubor en las mejillas de su progenitora.


 


El paseo se dio con calma. El sol estaba en lo alto, sin embargo la temperatura era ideal para estar afuera. La brisa vespertina soplaba amablemente.


 


_Te gustaría un helado. _Tom lo miraba con una pisca de malicia en sus lindos ojitos. _la comida del hospital no es tan buena.


 


_Sí, gracias.


 


Mirándolo ahí. Podía darse perfectamente cuenta de que si en sus sueños había terminado enamorado de Misaki, en la realidad eso también pasaría. Quien podía pasar desapercibido ese encanto natural del castaño, ese brillo que te deslumbra y te atrae con su calidez y candor.  Esa amabilidad digna de un ángel.


 


_¿Juegas futbol? _fue lo primero que se le ocurrió preguntar cuando lo vio de regreso con los helados.


 


_Eh! Ah! Pues, sí. ¿Como lo sabes?


 


_Solo era una pregunta. No es que lo supiera. ¿Qué posición te gusta?


 


_Juego en la media.


 


_Es una posición importante.


 


_Pues supongo. Realmente a mí se me hace difícil, porque nunca he encontrado a nadie que juegue a mi nivel. _Levanto las manos moviéndolas enfrente de él. _No es que sea un gran genio, la verdad es que no tengo las grandes dotes…


 


_Estoy seguro de que tú mancuerna perfecta esta por ahí, en algún lugar esperándote.


 


_Eso suena muy bien, pero…


 


Algo golpeo su pie con suavidad. Miró hacia abajo. El balón de soccer parecía esperar por él. Con habilidad dio un pequeño toque sobre el esférico y este obedeciendo dio unos giros levantándose por el aire. Cayó sobre su cabeza dando unos alegres brinquitos, deslizándose sobre su pecho para volver a bajar hasta la rodilla, en donde jubiloso dio unos saltitos más. 


 


Los aplausos lo distrajeron. Varias personas lo observaban. Entre la multitud pudo apreciar una gorra roja que se acercaba a paso tranquilo.


 


_Al parecer después de todo si tenían que conocerse. Tommy te presento a Pierre Le Blanck, Pierre, él es Tom Misaki, el prodigio del soccer…


 


_No me llames así. _protesto Tom con los colores delatando su incomodidad.


 


_Pues a mí me parece un seudo bastante acertado. _el rubio le extendió la mano.


 


Misaki dudo unos instantes antes de aceptarla. Una vez unidas algo cambió.


_Te gustaría jugar un rato con nosotros. Vamos Tom solo un rato… _trataba de convencerlo Benji. _La prueba es la semana que viene y si no practicamos, pues tendremos muy pocas probabilidades de quedar como seleccionados…


 


_Pero es que yo…


 


_Si es por mi puedes ir. Puedo ver la cancha desde aquí y me encantara verte jugar. Además mi madre no tarda.


 


_Bueno yo…


 


_Ve. A cambio quiero que metas un gol en mi nombre. _Oliver intentaba aguantar las lágrimas.


 


_Está bien. Te prometo anotar en tu honor. _ salió a todo correr con los otros dos.


 


El partido no fue nada reñido. Tom y Pierre hacían una combinación perfecta, y a Benji en la portería se le hacía bastante fácil parar cualquier tipo de tiro. Ellos eran prodigios en ese deporte.


 


Pierre no desperdiciaba un solo momento en que pudiera estar cerca de Tom, fue solo un leve segundo. La mano del francés tomo deliberadamente la de Misaki.  El castaño bajo la cabeza ligeramente, Oliver estaba a punto de gritarle, Tom era demasiado frágil y penoso como para hacer un escándalo;  lo dejaría pasar, no diría nada; ó al menos eso pensó. Hasta que esa tibia y suave mano correspondió el apretó.  Solo los observo un rato mas, luego dio media vuelta para entrar de nuevo al hospital.


 


_Espero que seas muy feliz Tommy


 


Lo dejaría libre. Porque sus alas aun podían llevarlo lejos. Lo remontarían a las nubes. Lo separarían de él.  Las suyas estaban rotas.


 


Desde aquello, el prefirió dejar el hospital. Hacia tanto que no sabía de él.


 


 Habían pasado tal vez algunos años. Y fue en televisión que escucho la noticia que le partió el alma.  


 


 


“El día de hoy, Tom Misaki y Benji Price. Los  dos jugadores más importantes de Japón regresan a esta, su tierra natal, para formar parte de la Selección Nacional en la próxima copa del mundo. No hay persona que no tenga grandes expectativas en estos dos genios del Soccer. Cabe destacar que ambos han formado parte de equipos europeos mundialmente reconocidos por su nivel futbolístico. Siendo esto último motivo de gran alboroto al saberse el compromiso anunciado el día de ayer, entre Pierre Le Blanck; actual capitán de la selección Francesa y Tom Misaki.  El medio campista a declaro frente a la prensa que su amor por el Artista del campo, no influirá en su desempeño como representante de Japón, y muy por el contrario está ansioso de medir destrezas con su futuro esposo.  Benji Price está de acuerdo con que…”


 


Y apago el televisor. Ya no quería saber nada más. Era suficiente su tristeza. Ahora lo único que deseaba era dormir. Dormir y soñar con que esta vez sí podría escuchar esas palabras tan dulces como la miel.


 


Con cuidado de ser visto tomo un pequeño frasco.


 


_Madre, Padre. _los dos estaban en la sala. _me voy a dormir.


 


_Duerme bien hijo. _su padre se levanto a darle un beso en la frente.


 


_Que descanses y tengas dulces sueños amor. _ Ella lo abrazo con fuerza y cariño.


 


_Los amo. No saben cuánto.


 


_Y nosotros a ti hijo.


 


Ella sintió un golpe en su pecho. Un mal presentimiento comenzaba a nacer. Su niño dio media vuelta para dirigirse a su habitación. Su corazón retumbo con fuerza. Su esposo la miraba, la duda escrita en sus facciones.  Prefirió ignorar lo que intuía.


 


Al traspasar el umbral, cerró la puerta con seguro. Se coloco su camiseta, la diseñada para la selección.  Por detrás se encontraba estampado el número diez. Se acodo en su cama plácidamente. El frasquito en su mano hacia ruido como de sonaja, muy seguramente por las pastillas que contenía.


 


_Volveré a donde soy feliz, a donde todo es maravilloso. Iré a donde tú estás conmigo. Quiero escucharte decírmelo


 


De un jalón vacio el frasquito, las casi treinta pastillitas para dormir desaparecieron en su boca.


 


 


 


 


 


 


 


 


_Te amo.


 


Le confesó para luego tomar los labios de su mancuerna. Una linda sonrisa se dibujó en esos perfectos labios rosas. Los ojos caramelo brillaron de dicha.


 


_Oliver yo también te a…


 


Sus amigos y compañeros los asaltaron con júbilo. Levantándolos a ambos en brazos, interrumpiendo la contestación. Esta vez no se le iría.


 


Con todas sus fuerzas logro acercarlo lo suficiente a él.


 


_Termina la oración. _Necesitaba, le urgía escucharlo.


 


Misaki sonrió ante tal pedido. Con un ágil movimiento lo beso una vez más.


 


_Oliver yo también te amo. Te amo, te amo, te amo…


 


La voz del castaño se perdía al igual que cualquier otra cosa. Pero no le importaba en lo absoluto. Ahora era feliz.


 


Fin


 


 


 


 


 


 


 


 


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