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ToKyo Lover por Saturnalic

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Notas del capitulo:

Es un fanfic que rescaté del pasado. Hace años que lo escribí y pude reencontarlo al fin. Lo remodelé un poco y aquí está. Eh... eso xD.

I hope ya' like it!~

El ruido de la lluvia golpeando la ventana hizo que sus ojos se abrieran lentamente.
Ese olor que le rodeaba, era tan dulce…
Se levantó apoyándose en sus antebrazos. La habitación naranja pálido se llenaba de la cálida luz del sol apareciendo entre los altos edificios de la ciudad de Tokyo y esparciéndose en ella.
Se escuchaba su voz cantando alguna canción que le era familiar.
Se levantó de la cama lentamente y miró por la ventana. Se veían los coches de la gente que iba a trabajar.
Ahí estaba él, su bonita y brillante melena azul caía por su delgado y provocador cuerpo mientras destellaba con los primeros rayos de sol. Preparaba algo que parecía dulce.
— ¡Buenos días Toto! - Dijo el rubio rascándose la cabeza.
Tenerle cerca siempre le hacía sentir como sin aire…
— ¡Buenos días! ¿Qué tal dormiste?
El más alto se volteó hacia el rubio, con una bella sonrisa. Sus ojos se encontraron y no pudo retener una sonrisa.
— Bien, demasiado… No quería levantarme… - murmuró estirándose, pero sin apartar la mirada de Toshiya.
— Estoy preparando tortitas, enseguida estarán.
Se sentaron en la mesa, el mas bajo no podía apartar su mirada de la sonrisa de él.
— Basta ya Kyo, ¡Debes verte como un estúpido! - Pensaba, mientras sentía que sus mejillas intensificaban en color rosáceo.

— ¿Y bien? ¿Está bueno? - Preguntó el peliazul con un gesto dulce.
— Si, mucho.
— Sé que no te gusta mucho el dulce, pero… - se disculpó.
— ¡No, está muy rico!
Realmente no le gustaba el dulce, pero no se moriría por comerlo de vez en cuando.
A poco ambos acabaron, el más alto se levantó a recoger.
— Kyo, ve a vestirte, tenemos que ir con los demás ahora.
El rubio asintió y subió a vestirse.

— Kyo, ¿Estás listo ya? - Preguntó Toshiya desde abajo de las escaleras.
— Síi…, ¡Enseguida bajo!
El pequeño bajó rápidamente las escaleras, llegando a la entrada.
— Kyo-Chan, sólo tenemos un paraguas.. No sé dónde estará el otro. Así que tendremos que ir juntos.
— Okei, no importa.. - Rió mientras se rascaba la cabeza.

**FlashBack**
— Ahí seguro que no lo encontrará nunca, y si lo encuentra no podrá utilizarlo igualmente…
Pateando el paraguas bajo la lluvia, intentaba meterlo patosamente en la alcantarilla, llenándose de barro.

**End FlashBack**

— Uah, ¡Qué frío hace hoy!
El rubio se colocó los zapatos mientras maldecía al frío y salieron. El sol se veía entre los altos edificios, la gente iba con prisa hacia el trabajo con cara de estúpidos, no debe ser muy agradable trabajar en domingo.. Los jóvenes ya salían a la calle para aprovechar hasta el ultimo instante de ese radiante pero frío día.
— Wow, ¡Tienes razón! ¿Tienes demasiado frío, Kyo?
— Hm.. Creo que puedo con él... - Asintió abrazándose al delgado cuerpo de Toshiya.
Abrazado al cuerpo de él, podía sentir su corazón. Su olor, su tacto, todo en él era agradable.
Al cabo de un rato llegaron a una casa muy nueva de un extraño color.
— ¡Hemos llegado! - Exclamó Toshiya.
A la puerta salió un pelirrojo desconocido para el más bajo.
— Mira Kyo, él es Die.
— ¡Wow! - Se acercó el pelirrojo, agachándose ligeramente para quedar cara a cara con él. - ¿Tú eres el Kyo del que tanto habla Toshiya?
— Pues claro. - Contestó el pequeño, erguido, casi de puntillas con gesto de orgullo.
— ¡Entremos o moriremos congelados! - Rió Toshiya.

Dentro de la casa había dos hombres más, uno de ellos tenía el pelo violeta y unos rasgos muy fuertes que le hacían verse muy atractivo, Kaoru y el otro lucía un bonito castaño claro y cara de chica, de una chica muy bonita, al que le presentaron por Shinya.
— Kaoru, Shinya, él es Kyo. - Dijo el pelirrojo mientras agarraba la mano de Toshiya.
— Espera ahí Kyo, tengo que hablar algo con Die.. - Le dijo al menor desordenándole el pelo.
El pequeño se sentó ante la mirada de los otros dos. No podía soportar no saber de qué hablaba Toshiya con aquel otro, el cual no le gustaba demasiado. Siempre había creído que alguien que jamás dejaba de sonreír no era de fiar.
— ¿Dónde está el baño? - Preguntó al que parecía mayor.
— Está ahí, por ese pasillo, la tercera puerta a la izquierda. - Le explicó el hombre del pelo rosado con un gesto amable.

— Por aquí se fue Toshiya con aquél… - Pensaba mirando en todas las puertas de la gran casa.
Llegó a una que no estaba cerrada del todo. La empujó un poco, apretando los dientes y entrecerrando los ojos, pues crujió un poco. Se asomó sin hacer ruido, no quería ser descubierto.
Dentro se encontraban los dos. El cuerpo de Toshiya estaba apoyado en la pared, con un brazo de Die a cada lado de la cintura. Se besaban lascivamente, aunque a Kyo le pareció que DIE BESABA a Toshiya.
El rubio huyó de ahí, aguantando la respiración, intentando hacer el menos ruido posible.
— Pero… ¡¿Quién diablos se creé para besar a mi Toshiya?!


— No puede ser.. ¡No! Claro, seguro que no lo vi bien..
Se sentó en el suelo intentando auto convencerse de que realmente no lo vio. Pero por sus mejillas corrían las lágrimas sin que nadie o nada aparentemente pudieran frenarlas. Él las secaba casi a golpes, como si más que limpiarlas quisiera espantarlas.
— Pero.. ¿Por qué me hace esto a mi? ¿Es que soy demasiado bajo?, ¿Demasiado pequeño?, ¿Demasiado.. ¡Rubio!? ¡Quién sabe por qué Toshiya permite que ese tonto de Die le bese y yo no!
Se secó las lágrimas y regresó al lugar donde estaban Kaoru y Shinya.
— ¡Hola! - Exclamó dulcemente, haciendo sitio para sentarse entre Kaoru y Shinya.
La gran sala se llenaba de silencio, un silencio tranquilo. El rubio reposó su cabeza en las piernas de Shinya, sus ojos casi no podían mantenerse abiertos y al poco se durmió.
— Ah, se ve tan tierno.. - Suspiró Shinya.
— ¿Te gusta? Secuéstralo. Aunque Toshiya se enfadaría… Definitivamente. ¡Pero puedes violarlo!
Shinya miró a Kaoru, incrédulo, a pesar de estar acostumbrado a él.
— En ningún momento he hablado de sexo. Tú eres el que se acuesta con todos a los que ves por…

Antes de que pudiera acabar la frase llegaron Toshiya y Die.
— Mierda, ¡Se te durmió encima! - Rió Toshiya - Lo siento, se duerme en todas partes.
— No importa, es un amoooooooor~ - Rió Shinya, seguido de los demás.

Durante un largo rato los cuatro hablaron y rieron como siempre.
El pequeño empezó a restregarse los ojos.
— Oh, ¡Al fin despiertas! Tenemos que regresar a casa, es tan tarde... - Dijo Toshiya, con el gesto dulce característico de él.
— No, no quiero. Quiero quedarme aquí con Shinya y Kaoru. - Gruñó el pequeño.
— Pero.. ¡Kyo! - Rió Toshiya. Se le estaba acabando la paciencia por hoy.
— Además - interrumpió el rubio, de nuevo - llueve mucho, y hace frío.
— Okei, pues entonces os llevaré en coche, ¿Te parece Kyo?

Se despidieron de todos, Shinya le prometió a Kyo que se verían cada día, ya que ellos tenían cosas que hacer con Toshiya y por lo tanto el podría ir con él. Kyo se quejó, pero pareció convencido. Se negó, siquiera, a mirar a Die, por lo que Toshiya tubo que disculpar su temperamento, obligándole a hacer una pequeña reverencia ante él, empujándole la cabeza hacia abajo. Eso enfureció más aún a Kyo.

La lluvia golpeaba el coche de Kaoru. Los marrones ojos de Kyo se escapaban por la ventanilla y se posaban en Dios sepa donde.
— Kyo, ¿Qué te pasa? - Preguntó Toshiya acercándose más a él, pasando su brazo por detrás de su cuerpo.
— Nada.
Se sacudió para que le soltase y se alejó de él todo lo que le permitía el coche. No quería respirar su aroma, ni sentir su piel, ni su cabello. Pues en ese momento no le parecían dulces.
— Hueles a otra persona. - Replicó el pequeño sin apartar la vista de la calle.
— ¿A otra persona? No sé por qué dices eso.
El tono de voz de Toshiya se oía diferente, era lejano e incluso hiriente para el corazón del pequeño.

Durante los 10 minutos restantes de camino, un silencio asquerosamente incómodo y cortante se apoderó de la parte trasera del coche, pues Kaoru iba inmerso en la música.
A poco llegaron, Kaoru se ofreció a pasar para tomar un té a petición de Kyo.
— Es tarde, debería marcharme. - Dijo Kaoru mientras acariciaba el rubio cabello de Kyo, que estaba leyendo su nuevo manga de warumono sobre sus piernas.
— ¡No! - Gritó Kyo - ¡No te puedes ir! Es tarde y llueve mucho, es peligroso ir en coche, podrías sufrir un accidente…
— Pero.. ¡Kyo! - Toshiya no podía creer lo que estaba escuchando. Ya no reía, su rostro reflejaba enfado, se estaba pasando.
El pequeño ignoró al peliazul y siguió insistiéndole a Kaoru. Toshiya se rindió.
— Eh.. Kaoru, si quieres te puedes quedar. Kyo no me dejará dormir si te dejo irte… - Rió amargamente.
— Bueno, pues iré al coche a buscar mi uniforme del instituto y regreso, ¿Okei?


[ . . . ]


Caminaba por el largo pasillo, guiándose con las manos en la oscura y fría pared. Por la puerta de su habitación entraba luz que asomaba desde la ventana. Y ahí estaba él. La luz dibujaba su silueta en los ojos del rubio haciendo que su corazón se acelerara. Se acercó a él y se quedó delante de la cama, olía bien, pero “bien” del modo que lo hacía Toshiya.
— ¡Kaoru! - susurró. - No puedo dormir.. Kaooooruuu…
El más grande no respondía, estaba tan profundamente dormido que ni aunque lo sacudiera se despertaba.
— ¡Diablos! Ahora entiendo a Totchi cuando dice que es frustrante pelear conmigo para despertarme por las mañanas.
Pero no se rendiría tan fácilmente. Se acurrucó en su pecho, en la misma postura que él, mirando hacia la ventana. Agarró su brazo y se rodeó con él, de forma que parecía que se hubieran dormido así, abrazando el más mayor al más pequeño. Miró por la ventana, seguía lloviendo. La lluvia siempre había despertado la melancolía en él y empezó a tararear una cancioncilla.
Al rato salió del trance y se dio cuenta de que la respiración de Kaoru había cambiado y se quedó en silencio. Sentía su corazón en la espalda.
— Tienes una voz preciosa.
Aspiró, más sonoramente de lo que quería y sostuvo la respiración un segundo; sintió como le subía la sangre directamente a las mejillas.
— Vaya… pensé que dormías… ¿Te he despertado? No era mi intención. - se disculpó sin intención de moverse.
— Nop, no me he dormido en toda la noche.
— ¡Mentira!
— Ok, es mentira. - Rió - Pero no te preocupes, no me has despertado tú.
 -Silencio-
— Oye, no es que me moleste, pero… ¿Cuándo has llegado a entre mis brazos?
 -Silencio-
— Oh… Eso. Sí, es que no podía dormir y… Vine a estar contigo pero como no te despertabas…
— ¡Ooh, ok! - Rió de nuevo, con su grave voz - Uuhm, eres tan tierno…
Agarró a Kyo y lo apretó más contra su pecho.
— ¡No soy tierno! ¡Soy WARUMONO!
Empezó a revolverse hasta que consiguió girarse y ponerse de cara a él con cara de enfado. Kaoru no pudo reprimir una carcajada.
— Si eres tierno, ¡asúmelo! -Reía mientras forcejeaban.
 Kyo, incluso siendo más pequeño de edad y de altura, se zafaba bastante bien de todos los intentos que Kaoru hacía por atraparle. Siguieron jugando un rato, riendo, hasta que Kaoru logró bloquear a Kyo sosteniéndole las muñecas por encima de la cabeza, apretadas contra la almohada; con una pierna rodeaba las dos del pequeño para que no pataleara.
Kyo podía sentir sobre su piel la presión y el calor de la pierna de Kaoru, envuelto en uno de los pijamas azules de Toshiya, ya que éste llevaba unos shorts y una camiseta que casi los tapaba hasta medio muslo.
— Te atrapé. - susurró Kaoru. Sus ojos brillaban en la tenue luz que entraba por la ventana de la ciudad.
Kyo, sin apartar la mirada de sus ojos, asintió. Sus mejillas tenían un color rosáceo que resaltaba sobre su pálida piel. Al igual que sus labios, sonrosados, húmedos y entreabiertos. La respiración de ambos era agitada por los juegos.
Kaoru sintió como los profundos ojos marrones de Kyo se clavaban en los suyos y le ardían en la cabeza.
Se acercó un poco más, le besó brevemente y se alejó un poco para volver a mirarle a los ojos. El rubio no tardó a penas en devolverle el beso. Intentó soltarse las manos y al ver que no podía mordió el labio inferior de Kaoru y mientras tiraba de el lanzó un gruñido, cosa que provocó una sonrisa torcida en el del pelo violeta.
Después de dejar que forcejeara un rato más le soltó, y los brazos del pequeño rodearon rápidamente el cuello del mayor.
Soltó sus piernas, las que separó para meterse entre ellas, acariciándole el interior de los muslos.
Kyo pasó lentamente su lengua por el cuello de Kaoru, de abajo hacia arriba, antes de morderle. Eso excitó demasiado a Kaoru, que deslizó su mano desde la pequeña cintura de Kyo hasta debajo de sus shorts y …
— ¡Espera! - Gimió Kyo poniéndole una mano en el pecho, alejándolo un poco, jadeante.

Notas finales:

Para sugerencias, críticas, amenazas o proposiciones de matrimonio... ¡Escribidme un review! estaré encantada de responderlo :3.

 

(Para estar en primavera, hace un frío horrible... ;_;)


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