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Prueba de fé por Aim

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Notas del fanfic:

 

Los personajes de DMC no me pertenecen, se pertenecen entre ellos y a sus respectivos creadores y diseñadores de la capcom; los personajes de ANGEL; LEON; ZEUS; SHADE Y MUSA si son obra mía, si deseas usarlos házmelo saber, tienen derecho de autor (es broma, pero por favor avisa)

 

 

Notas del capitulo:

Es mi segundo fic de estos dos, pero les advierto, es Universo alterno, así que aquí no son hermanos, es un fic con un acto contenido de sangre, y realmente no se si así sean las cosas, pero en este, mi mundo si lo es, muajajaja, por favor dejen reviews, o les dejaré sin el final, que ya está listo, solo de subirlo.

 

Las puertas de la iglesia se alzaban a sus espaldas mientras se alejaba, no podía llorar, porque era algo que en el fondo deseaba, aunque no se hubiera dado

No como el deseaba,

Cuando estuvo lo suficientemente lejos lloró, no por haber decidido no ordenarse

Sino por la rabia, la tristeza, la decepción

¿Por que se había marchado él?

¿Por que lo había abandonado?

Solo un par de días atrás se habían entregado plenamente el uno al otro, en el momento en que había renunciado al camino que una vez eligió, solo para estar con él

- Estúpido Dante- murmuró entre dientes

Y en ese momento sus lágrimas arreciaron aún más, no podía odiarlo

Realmente le era imposible

Pero como lo deseaba, deseaba odiarlo para que así al menos lo pudiera olvidar

Pero sabía que eso era algo que no ocurriría jamás, así como nunca amaría a alguien de la misma forma en que le había amado a el

Apresuró el paso y corrió a todo lo que daban sus piernas, sintiendo su corazón desgarrándose, no quería recordarlo, pero no podía, todo le recordaba a él, a su aroma, a su perfume,

Cada parte del paisaje parecía contener algo de él, y le engañaban de forma dolorosa

Porque le hacían creer, si, lo hacían.

Le hacían pensar que él aún estaba a su lado

Se detuvo por la falta de aire cerca de un mirador con vista al mar, y sus piernas lo dejaron caer al suelo de rodillas por su peso y en ese momento deseo morir

Ese lugar, ese maldito lugar

..............................................flash back..........................................

- Debes estar cansado- aseguró Dante con una de sus radiantes sonrisas.

- ¿por que lo dices?- indagó Vergill intentando reprimir sin mucho éxito un ligero bostezo

- Es como la decima vez que bostezas- rio el otro suavemente- te he tenido corriendo de un lado a otro todo el día, de seguro que tenías cosas más interesantes que hacer en la iglesia

- Como crees- afirmó el mayor de los dos- es agradable estar contigo- y dicho esto se sonrojó levemente

- Vergill...- intentó decir Dante pero al momento desistió de la idea y concentro su mirada azulina en el mar

- ¿Sucede algo?- cuestionó el otro centrando sus ojos grises en el menor con intensidad

- Olvídalo- pidió Dante negando haciendo que su cabellera plateada usualmente despeinada se agitara con el movimiento

- Vamos dímelo- pidió Vergill cerrándole el paso al ver que el otro hacía amago de levantarse- ¿que no somos amigos?

- Lo somos- respondió el menor con firmeza- pero...

- ¿pero que?- indagó el mayor con firmeza haciendo brillar sus orbes grisáceas- ¿no confías en mí?- el otro se estremeció- vamos Dante soy un futuro Sacerdote, existe el llamado secreto de confesión

- Por eso mismo no puedo decírtelo- respondió el menor zafándose con presteza

- ¿Por el secreto de confesión?- bromeó Vergill, algo poco usual en él

- No- soltó Dante- porque eres un futuro sacerdote es que no puedo decírtelo

 - ¿Dante que sucede?- preguntó enseriando sus facciones y aprisionándolo entre sus brazos mirándolo directamente a los ojos con lo que Dante ladeó el rostro

 - Dímelo- exigió al ver que el otro no daba respuesta y apretaba los ojos con fuerza como si fuera a llorar

 Tú me gustas- dijo casi en un susurro mientras le daba un fuerte pisotón y se iba corriendo

Vergill se quedó estático, casi sin respiración ¿Había oído bien?, si era así... si era así

Negó con la cabeza, indeciso, sobre si debía seguirlo o no

.................................. Fin de flash Back.........................................................

 

Habría deseado jamás haberlo seguido pero lo había hecho y nada más encontrarlo le había besado con todas sus fuerzas, con desespero, con amor y entrega.

Así era el cuando estaba con Dante, toda barrera que su usual seriedad y frialdad pudieran imponer se disipaban de súbito.

Le amaba tanto, tanto, que al poco tiempo renunció a ser un sacerdote para estar con él, aún recordaba el brillo de sus ojos cuando le había dado la noticia.

Era tan hermoso, como todo él, aún tenía el sabor de sus labios en los suyos, aún recordaba cada centímetro de piel, cada suspiro, cada gemido, cada beso húmedo.

Todo estaba presente allí, latente, tangible en su cerebro que se esforzaba por mantenerlo presente.

Y dolía, si, dolía

Porque ahora por mucho que deseara que el estuviera allí, por mucho que suplicara que todo fuera una broma de humor negro del chico, sabía que no era así, el no estaba, se había marchado, y no volvería.

No sabía por que se había ido, tan solo el día anterior había hablado con él, y como un niño le juró amor eterno, y el otro lloró con el y le juró lo mismo, y como amantes que eran, se habían entregado algo el uno al otro, un par de collares que representaban sus promesas.

Una maldita promesa rota. Enfureció

Si, por primera vez enfureció con él mismo, porque le había creído cada una de sus mentiras al menor, porque jamás había dudado de su palabra, porque no le importaban sus secretos,

Pero debió ser así. Porque entre sus secretos estaba el que pensaba abandonarle.

Se levantó ahogando por primera vez su llanto, se limpió los ojos y se dirigió hacia la oficina del Cardenal, había recibido una nota del mismo.

Aminoró el paso al llegar a la puerta del mismo, dentro escuchaba voces

-¿Crees que el deba saberlo?- preguntó una voz

-Ya es suficiente con que haya caído en sus encantos- habló el cardenal- como para que además le digamos que la razón por la que estaba bajo custodia era que se trataba de un súcubo... de un demonio

- ¿Demonio?- se preguntó Vergill alejándose, la palabra le sonaba de algún lado, era un demonio pero no sabía de que tipo, eso explicaba mucho, y la verdad prefería no saber más.

Caminó de vuelta al mirador y sostuvo el collar dispuesto a arrojarlo, pero antes  de hacerlo lo miró de nuevo, tantos recuerdos le asaltaron en un segundo y frunció el seño, se dio la vuelta y regresó a la oficina del cardenal, tenía en claro lo que debía hacer ahora, el había caído si, pero no permitiría que nadie más lo hiciera, de eso se encargaría él.

 

Notas finales:

Lo siento, lo siento, pero que puedo decir, siempre hay algo más oculto en el transfondo.

Besitos.


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