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Lujuria por Lady_Atenea

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Notas del fanfic:

Este es un fanfic que ya había subido cuando tenía mi anterior cuenta con el seudonimo de Aley_chan. Esta cuenta fue eliminada así que lo vuelvo a subir en esta, mi nueva cuenta.


Solo quería aclarar que NO ES PLAGIO


 

Notas del capitulo:

No puedo decir más que espero que disfruten del Fic.

 

 

 

Amo a Ryan, lo amo con todo mi corazón, pero… no puedo evitar que esto pase. Eliot para mí es como una araña, y yo la estúpida mosca que cae en la trampa de su telaraña y se queda atrapado. Por mucho que intente dejarlo y me repitiera mil veces lo mal que está engañar a Ryan con su propio hermano… simplemente no podía parar.

Lo que Eliot y yo teníamos no tiene nada que ver con el amor o el cariño. Es más una perturbación… pura lujuria y deseo. Es sexo salvaje, solo eso.

 

 

Días como hoy son los que me siento peor, cuando estamos todos juntos. En el jardín están tu familia, las parejas de tus hermanos y hermanas y otros tantos invitados a los cuales no les sé ni el nombre. Entre toda la gente que hay estás tú junto a tu nuevo novio de turno. Sois tan diferentes, no sé cómo le puedo amar a él y a la vez sentirme atraído por ti.

Celebrábamos el treinta aniversario de mis suegros. Un gran evento al que asisten muchos de sus socios. Ryan, como siempre, aprovecha para saludar a todo el que puede y habla animadamente con algunos compañeros de trabajo o amigos, realmente no lo sé y tampoco me interesa en este momento.

Ahora mismo no puedo hacer más que seguir todos tus movimientos. Veo como presentas  tu nuevo novio a algunos amigos. Conozco esa táctica. Haces que el hombre se distraiga mientras tú te escabulles de la fiesta, pero antes de entrar a la casa me miras, sonriéndome de medio lado, clara invitación a pecar... invitación que es aceptada por mí.

Verifico que Ryan siga entretenido y te sigo. Ya no trato de luchar contra este instinto, solo me dejo llevar. Veo que subes las escaleras que llevan a la segunda planta y entras a uno de los lavabos. Sin pensarlo abro la puerta, siendo recibido por un par de brazos que me rodean el cuello y me atraen hacia dentro del aseo. Tus labios se apoderan de los míos con urgencia comenzando así un feroz beso mientras entierras tus dedos en mi cuero cabelludo. Yo no me quedo atrás y llevo mis manos a tus nalgas, tan redondas y dispuestas para mí, apretándolas con fuerza y pegando nuestros cuerpos aún más.

Te escucho gemir dentro del beso ¡Oh, gloriosa melodía para mis oídos!

-¿En el baño?- te pregunto interrumpiendo el beso, porque si bien no era la primera vez que lo hacíamos en un aseo, justo al lado teníamos varias habitaciones desocupadas en las que eran poco probable que nos interrumpieran, o aun peor, que nos descubrieran.

-Bueno… si lo asemos aquí no mentiremos cuando nos pregunten donde hemos estado y les respondamos que en el lavabo.- Tú respuesta no me sorprende, eres maquiavélico… y eso me excita.

Esta vez soy yo quien inicia el beso, no por ello menos feroz. Haces que me apoye contra la puerta mientras metes una de tus escurridizas manos entre nuestros cuerpos, posándola sobre mi miembro que ya está duro y expectante. Abres el botón y el cierre de mi pantalón con urgencia y metes la mano dentro de mi bóxer, acariciando toda la longitud que se endurece aún más por el contacto.

Con tu otra mano desatas mi corbata y abres los botones de mi inmaculada camisa y caricias los músculos de mi pecho y estómago. Meto mis manos por dentro de tu pantalón, esta vez apretando tus nalgas sin telas de por medio, sintiendo la textura aterciopelada de ese par de trozos de carne que tanto me gustan.

Sin decir nada te arrodillas frente a mi masculinidad, cogiéndola con ambas manos. Soplas la punta hinchada y húmeda mientras tus verdes ojos brillan complacidos ante mi expresión de placer. Poso una de mis manos en tus hebras lacias y suaves para imponerte el ritmo. Metes parte de mi miembro en tu boca mientras juegas con tu lengua, con ese trozo de musculo que me vuelve loco. Empujo tu cabeza para que metas todo mi pene dentro de tu boca, sé que puedes hacerlo aunque sea grande, lo has hecho en muchas ocasiones. Eres un maestro en chuparla, no he probado a nadie mejor que tú en eso. Sabes cómo lamer, cuanto debes apretar y hasta cuando morder para hacerme gemir.  

Te levanto del suelo, es suficiente, no pretendo correrme en tu boca, hoy no, tenemos poco tiempo.

Bajo tu pantalón y ropa interior a la vez, te volteo haciendo que apoyes tus manos en el mármol del lavamanos, quedando frente al espejo. Separo tus nalgas y hundo un par de dedos dentro de ti. Te siento temblar y soltar un lastimero jadeo, pero como siempre, no dices nada, en realidad entre nosotros lo que menos hay son palabras. Muevo los dedos en círculos mientras los abro y cierro como tijeras. Cuando siento que no puedo esperar más saco los dedos y abro nuevamente tus nalgas, entrando de una sola estocada.

En la gloria, así es como me siento cuando estoy dentro de ti. Eres tan endemoniadamente estrecho que no puedo esperar mucho para empezar a moverme. Te oigo gemir suavemente y sonrío, ya me puedo mover con más facilidad. Aumento el ritmo, se cuánto te gusta que lo haga duro, fuerte, salvaje. Entro y salgo de tu cuerpo con rapidez mientras te muerdes el labio para no gemir muy fuerte, sabes que te mataría que nos descubrieran y Eliot me dejara.

-¡Dios, ahí, justo ahí, dame más duro!- me dices con urgencia cuando doy en el punto que te hacer enloquecer. -¡Joder John, sí!

Me encanta cuando me lo pides así, me calienta en exceso que me hables de esa manera.

Sigo penetrándote tan fuerte como me es posible, entrando hasta lo más hondo que puedo llegas. Cuando ciento que estoy cerca cojo tu miembro y te masturbo con la misma fiereza con la que te envisto, hasta que siento como explotas en mi mano, manchando parte del espejo que era testigo de nuestro encuentro, y parte del lavamanos. Al sentir el placer de cómo te cierras en torno a mi miembro, alcanzo el cielo y termino dentro de ti.

Miro al frente y el espejo me devuelve nuestra imagen. Te veo  con los ojos cerrados, la boca entreabierta, las mejillas sonrojadas y la cabeza echada ligeramente hacia atrás. Si no fuera porque abajo está Ryan, seguramente preguntándose donde estoy, te lo hubiera hecho de nuevo.

Me separo de ti. Cojo papel para limpiarme y me acomodo la ropa, después me lavo las manos y me dirijo hacia la puerta.

-Apresúrate a bajar.

Salgo del lavabo y cierro la puerta tras de mí. Como dije, entre nosotros no hay amor, solo lujuria y pación.

 

 

Bajo las escaleras y veo a Ryan, como suponía, me estaba buscando. Le sonrío y me acerco para besarlo cariñosamente mientras le cojo la mano y regresamos al jardín.

-¿Dónde has estado? Te estaba buscando.- me pregunta con un tierno puchero. Lo amo tanto, me moriría si lo perdiera.

Puede que deje mis encuentros furtivos con Eliot solo por este gran amor que siento por Ryan…

-En el lavabo, mi amor.

 Algún día…

 

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer mi Fic, espero que lo hayan disfrutado.


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