Odiaba ponerme el uniforme de la escuela los días lunes, pero como era día de lluvia al menos la chompa servía de algo.
Termine un rápido desayuno y corrí a prisa a la escuela. A mitad del camino me di cuenta de que la llovizna de esta mañana estaba aumentando rápidamente y si no me apuraba quedaría empapado. Aunque quisiera apresurarme para llegar a la escuela debía pasar por la casa de Sakura, mi hermosa y peli rosa compañera de escuela.
Al doblar la esquina me encontré con ella y… oh, como era de esperarse el señor “yo lo puedo todo y soy mas cool que tu” alias Sasuke estaba con un paraguas en mano y con la otra abrazando a sakura por los hombros. Di un respingo y me acerque por detrás de ellos, rápidamente apreté la cintura de Sakura y esta dio un saltillo leve.
-¡Es que estas loco Naruto!- dijo sakura mientras se sacudía su falda de las gotas de lluvia que cayeron sobre esta- La próxima vez asusta a Sasuke en ves de a mi. Es que no tienes delicadeza.
-Lo siento mucho, Sakura-chan –dije rápidamente mientras cogía su bolso color fresa- Al menos perdóname con este acto de caballerosidad de mi parte, te lo pido.
-Tendrás que llevarlo por todo un mes… ¡Oye! Estas todo empapado Naruto, es que no tienes miedo que te enfermes o algo por el estilo.
-Alguien que toma leche todos los días, es un callejero y tiene energía de sobra es imposible que se enferme- dijo Sasuke abrazando nuevamente a Sakura y cubriéndola con el paraguas- Además, los idiotas no se enferman.
-Oye, no soy un estúpido –gruñí y casi inmediatamente estornude.
-Oh, al parecer aun te quedan algunas neuronas –dijo Sasuke avanzando con Sakura y sin mirar a tras.
Camine rápidamente tras de ellos dos y esta vez abrace por la espalda a Sasuke. Por un momento sentí algo como una pequeña corriente eléctrica recorriendo mis brazos y pecho. Sasuke voltio y vi su rostro sonrojado, ¿abra sentido lo mismo? Me empujo y le indico a Sakura que continuaran. Sasuke me dio una ultima mirada, como si no supiera que pensar. Sakura murmuro algo y este le sonrió, así, regresaron a su conversación.
Ya no los seguí, decide saltarme las clases.
Encontré un árbol en el cual podía descansar luego de tanto caminar. De pequeños yo y Sasuke nos dimos un beso, pero fue por casualidad y simple broma del destino. Mas. Desde aquel día cada vez que nuestros ojos entraban en contacto o estábamos demasiado cerca, siempre tenía una sensación parecida a una corriente eléctrica. Esta vez lo sentí más fuerte, y en el fondo de mi, deseaba ver otra vez el rostro de Sasuke así de sonrojado.
Sacudí mi cabeza y empecé a gritar interiormente de que era una broma lo que sentí.
“¿Cómo se vera el rostro de Sasuke excitado?” llegue a pensar y cosas parecidas a esas pasaron por mi cabeza.
Me quede dormido en algún momento, mientras me negaba esos pensamientos y me preguntaba que sentía: Tal vez era la adolescencia.