Capítulo 1. Sexo casual
En una de las habitaciones de una lujosa casa, se escuchaban fuertes gemidos, en la cama se encontraban dos cuerpos. Uno era de cabello negro, lacio y largo, ojos negros, profundos como la noche, que ya había caído en la ciudad, moreno y en su cuerpo se notaban bastante bien los músculos, claro sin llegar a exagerar. El otro, un poco más pequeño, de rubios cabellos, mucho más largo que los del primero, caían como una bella cascada de oro por la espalda del chico, y los ojos, esos ojos, azules, como el cielo, no, ni siquiera el cielo había llegado a tener ese azul tan precioso, pensaba el ojinegro.
El rubio cabalgaba salvajemente encima del Uchiha, luego de un par de envestidas más el ojinegro se corrió en el interior del rubio, a su vez este último en el abdomen del mayor.
-Itachi...- dijo el rubio, luego se quedó dormido en el pecho del pelinegro, este, por su parte lo veía como a un ángel bajado del cielo, y lo amaba, como no había amado a nadie en el mundo. ¿El rubio lo sabía? No. ¿Por qué no decírselo? Por supuesto que no, temía que sus sentimientos no fueran correspondidos, ya que, lo que había entre ellos no era absolutamente nada, solo deseo sexual. ¿Amor? Para nada.
Habían llegado a un acuerdo mutuo, sin besos, sin palabras de amor, sin amor, solo sexo, placer, y nada más, tampoco paseos por el parque, ni regalos, al fin y al cabo entre ellos solo había deseo, solo eso. También se habían ahorrado la parte de salir a cenar, de conocerse antes de irse a la cama.
Itachi sabía eso, y aunque desde el primer momento lo había amado, se abstuvo de decírselo.
FLASH BACK
Pov´s Itachi.
-Itachi, te presento a Deidara, el hermano mayor de Naruto- me dijo Sasuke, mi tonto hermano menor, en compañía de Naruto, su pareja. Y de verdad que tiene un buen gusto.
-Mucho gusto- dije viéndolo de pies a cabeza, observando su bello cuerpo. Sasuke nunca hacía nada bien, pero esta vez lo hizo, en realidad hizo algo realmente bien, presentarme a la persona que había estado esperando desde hacía no sé cuánto tiempo. Extendí una mano para saludarlo cortésmente, él la acepto, pude sentir su calidez, fue como tentar el paraíso aun estando vivo.
-El gusto es mío- contestó, su voz: música para mis oídos.
-Me disculpan- dijo mi hermano, al parecer noto que quería quedarme solo con el rubio. El ambiente se volvió algo tenso, no sabía de qué hablar con ese chico, no sabía nada de él, solo que era hermano de mí, bueno, cuñado.
-¿Quieres ir afuera?- me preguntó, yo solo asentí. Comenzamos a caminar por los jardines de la mansión, olvide mencionar que estábamos en una de esas fiestas a las que solo van personas de la alta sociedad, era realmente molesto ver todos esos rostros llenos de hipocresía.
-Deida...- comencé a hablar, pero él me hizo callar, me beso en los labios, naturalmente correspondí. Metió su lengua en mi boca, quería dominar el beso, pero pronto tome el control, lo tome de la cintura y lo acerque a mí, pude sentir como pasó sus brazos por mi cuello, profundizando más el beso. Suerte que estábamos alejados del resto de las personas, aunque no me importaba que todos en la fiesta y en el mundo entero supieran que amaba al rubio de ojos azules, aunque ni siquiera lo conociera.
Se separó lentamente de mí -vamos a otro lugar- me dijo, yo acepte, fuimos a un hotel, no podíamos ir a donde él se estuviera hospedando o yo, algún paparazzi nos vería entrar, o alguno de los trabajadores se encargaría de que todos los periódicos se enteraran, y se armaría un gran escándalo, aunque estuviéramos lejos de Japón, en Londres, Inglaterra para ser más específico; con ambas compañías, mi padre y el de él, firmarían un contrato, un negocio o algo así, no me importaba en lo más mínimo lo que fueran a hacer, yo solo quería tomar ese angelical cuerpo, sentirme dentro de él.
Habían pasado algunas horas desde que nos recuperamos del orgasmo, estábamos acostados en la cama del hotel, no se había quedado dormido como esperaba, todo estaba en silencio, él recostado a mi lado, tapado hasta la cintura con la sabana, estaba a punto de decirle que me había enamorado de él.
-Sabes que entre nosotros no puede haber nada- me dijo, más bien me aseguró. Se me quebró el corazón, en realidad deseaba decirle lo que sentía. Más me abstuve y solo asentí. -Entonces... ¿Qué pasara entre nosotros?- me pregunto como un niño.
-Tú ya lo has dicho, no puede haber nada...- hice una pausa -...solo, sexo casual- concluí. Él solo asintió, yo estaba completamente destrozado, no pensaba claramente, debía salir de ahí cuanto antes. Me levanté y comencé a vestirme delante de él.
-¿Qué haces?- me preguntó.
-Me voy, tengo cosas que hacer...- contesté, faltaba poco para que amaneciera -además, si mi padre y mi hermano no me ven por la mañana se preocuparan... tu deberías hacer lo mismo- lo miré, estaba algo desconcertado, por mi actitud tal vez, pero ¿Qué actitud podría tener? Me había dicho que no podía haber nada entre nosotros, era lo más normal ¿no? Solo asintió, y luego se levantó y se vistió. Yo no salí del cuarto de inmediato, quería verlo un poco más, estar en su presencia.
-¿Quieres que pida un taxi?- me preguntó, negué con la cabeza, la noche anterior habíamos llegado en su auto.
-Descuida, yo lo haré- le conteste.
-De acuerdo- me dijo, al parecer estaba triste, no tenía idea de por qué, me interesaba saber, pero ya habíamos hecho un trato, entre nosotros solo habría, sexo casual.
Fin Pov´s Itachi.
END FLASH BACK