Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los Amantes Son Dementes por misery_182

[Reviews - 90]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

¡Hey you! ¿Qué tal su inicio de semana? :D Pues el mío dos tres xD tradujese o sea se maso menos xD

He aquí el capítulo 14 de este fic, uuy Dei se jue a Inglaterra juju ¿Les confieso algo? Inglaterra es uno de los países que me encantaría conocer en algún momento de mi vida, no creo que pase, pero dicen que la esperanza muere al último, ¿Qué no? xDD

En fin, disfrútenlo, sin más, ¡a leer!

 

 

Capítulo 14.- El sentimiento es profundo y también real

Ahora dormía, profundamente, pareciera que nada lo podía despertar, ni siquiera el sonido de su celular timbrando en la habitación principal. O el de los autos correr justo debajo de su ventana, siendo de madrugada, era normal. También que el celular los hubiera interrumpido un par de veces, su hermano necesitaba saber dónde se había metido, pero luego de media hora dejo de llamar, tal vez se dio cuenta que su adorado hermano menor se pudo ir a divertir con alguna chica, o un chico, para ser exactos.

Comenzó a besar su cuello, con la intención de despertarlo. Se removió un poco, y el pelinegro sonrió. Siguió besándolo, bajando poco a poco.

-Ya basta...- gimió por lo bajo, volvió a sonreír. El pelirrojo terminó por despertar -¿Qué haces?- pregunto adormilado.

-Nada- respondió, y luego lo beso. Despacio, con ternura, y cariño, todo el que había estado callando. El menor correspondió con ganas, aunque extrañado por la forma del beso.

-¿Qué fue eso?- cuestiono al separarse, viéndose directamente a los ojos.

-Tengo que decirte algo- lo ignoro.

-Lo que sea, dímelo en la mañana- girándose para quitárselo de encima, dándole la espalda.

-Tiene que ser ahora- volteándolo y quedando encima de él, de nuevo.

-Bien, ¿Qué es?- el otro no respondió, las palabras se atoraban en su garganta, justo ahora, ¿Por qué? Se preguntaba mentalmente. -Si no dirás nada, hasta mañana...- haciendo el ademan de acomodarse.

-Te amo- soltó de repente.

-¿Qué qué?- confundido.

-Desde el primer momento me gustaste, y ahora me es inevitable, te amo- explicó.

-Ah... Sai, yo, no...

-Déjalo- lo interrumpió -solo quería que lo supieras- sonrió un poco -buenas noches- luego lo besó y se levantó de la cama.

-Espera, ¿A dónde...?

-No importa, duerme- volvió a sonreír tristemente.

¿Cómo podía volver a dormir después de semejante confesión? El ojinegro estaba loco si pretendía que durmiera así como si nada. Y en efecto no lo hizo, no durmió, paso el resto de la noche pensando en aquello, era tan irreal, parecía un sueño, un mal sueño del que, extrañamente, no quería despertar.

Porque él quería a Itachi, o eso quería creer, es decir, Sai no estaba nada mal, pero de una copia de Sasuke, como varios ya se lo habían dicho, aunque él no lo creyera así, al gran Itachi Uchiha, mil veces prefería al último. Aunque al parecer, este ya tenía ese lugar de su corazón ocupado, o al menos ese lado de la cama.

¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?

No podía salir del departamento así como así, seguramente lo vería, y tendría uno de esos momentos incómodos en los que no estás seguro de que hablar o que palabras usar, entonces decides quedarte callado y por consecuencia también se formará un silencio incómodo.

n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n

Se dejó caer en una de las sillas del comedor, se sentía tan estúpido y mal consigo mismo, pero las cosas no se iban a quedar ahí, lo iba a buscar y le diría todo lo que sentía por él, no se permitiría tenerlo un segundo más lejos. Se puso de pie, tenía que verse bien para él, y para algo tan especial como lo era declararle sus sentimientos, porque iba a ser especial, inolvidable para ambos, estaba seguro de eso.

n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n

Luego de su enésima vuelta por la recamara y otro suspiro más, sabía que debía ir y buscarlo, hablar de eso, aclararle lo que sentía, o lo que no sentía y dejarlo por la paz, a él, a su relación, a sus sentimientos y a su orgullo.

Se puso la camisa a medio abotonar y salió del lugar, cerró la puerta detrás suyo, tratando de no hacer ruido, y camino hasta aquella puerta a la que nunca había entrado, el estudio según él. Toco suavemente y al no recibir respuesta, la abrió, asomando la cabeza, recorriendo el lugar con la mirada pudo darse cuenta de que no estaba vacío. El moreno estaba ahí, sentado en una gran silla, dándole la espalda a la puerta y en consecuencia a él. Sostenía una taza con algún líquido caliente en él, la época de lluvia había comenzado.

Quería hablar, pero no sabía exactamente qué decir, ya lo veía venir, sabía que había sido mala idea buscarlo para hablar, ¿hablar de qué? Esa sí que era una muy buena pregunta, y en realidad sabia la respuesta, pero no sabía cómo expresarse, vamos, Sai debería de comprenderlo, era un artista y entendía eso no saber cómo "plasmar" tus sentimientos en alguna obra o algo, ¿no?

-Tengo que decirte algo- hablo luego de un rato, trago saliva al ver como la silla se iba girando de a poco, dejándolo ver a aquel pelinegro de piel tan blanca que parecía nieve. Tal vez, después de todo, podría seguir a su lado, solo tal vez.

-Dime- y le dio un sorbo a su taza dejándola sobre el escritorio.

-Quiero que sepas algo, tu no estabas dentro de los planes de mi vida en un principio, yo tan solo pensaba en Itachi, quería estar con él, casarme, porque eso se suponía que debíamos hacer, ¿recuerdas, aquel día en aquella plaza?- le pregunto sonriendo tristemente. ¿Qué si lo recordaba? Por supuesto que sí, ¿Cómo podía olvidar el día que lo conoció? El ojinegro sonrió de medio lado. -Pero además de habernos conocido, también conocí a tu prometido, aquel rubio de ojos azules, mmmh... De...

-Deidara- completo.

-Claro, él- suspiro -él se quedó con Itachi y tú me llevaste contigo, me alejaste de él, pero creo que él no se molestó, supongo que prefiere estar con Deidara antes de que conmigo- se entristeció bajando la mirada. -Al principio, pensé que no sería tan malo estar contigo una noche, pero luego de cómo me trataste ese día, me di cuenta que se podría repetir, y luego de todo este tiempo junto a ti, te tengo que aclarar algo...

-Espera un momento- interrumpió, el pelirrojo lo miro extrañado, ¿acaso no estaba siendo suficientemente claro? - ¿Dices que Itachi y Deidara están juntos? Es decir, ¿Qué son pareja?- pregunto sorprendido.

-¿Qué? Yo no dije eso, solo que se quedaron juntos, ¿Qué ya no recuerdas?- pregunto molesto -y si están juntos, ¿Qué importa?- restándole importancia.

-Tu no lo entiendes- se puso de pie entre ansioso y desesperado. -Deidara se va a ir del país, a Inglaterra- le dijo sacando su celular.

-Espera, ¿Qué estás haciendo?

-Itachi no lo sabe- quería salir de la habitación para hablar con el Uchiha, pero una mano lo detuvo.

-Tú no vas a ningún lado sin antes escucharme- le arrebato el celular.

-¿Qué? Tengo que decírselo, no lo sabrá, se va a...- intentando recuperar el aparato.

-¿Y qué? ¿Acaso te importa más que tu primito sepa que su amado se largó del país que lo que tengo que decirte?- camino hasta estar detrás del escritorio, recargándose en el respaldo de la silla.

-No- dijo luego de un suspiro -dime ya, ¿Qué es lo que me tienes que aclarar?- viéndolo a los ojos.

-Bueno...- se lo estaba pensando un poco más, respiro hondo y hablo -sé que estuviste con Sasori- dijo -y no quisiera que me vieras como un plato de segunda mesa- la mirada del azabache estaba confusa y tenía el ceño fruncido a causa de lo mismo. -Algunas personas me han dicho que él y yo nos parecemos, y que yo solo soy su reemplazo- dijo un tanto triste y con la voz baja.

-¿Qué dices?- se fue acercando lentamente. -Tu nunca serás plato de segunda mesa, si eres mi postre favorito- estaba frente a él, extendió una mano para rozar su rostro y el pelirrojo retrocedió dos pasos -y mi cena, desayuno, almuerzo y merienda y todo lo demás- sonrió de medio lado.

El de ojos verdes volvió a retroceder, esta vez el mayor estaba más cerca de poder tener algún contacto con él.

-¿Y quién te dijo que se parecen?

-Algunas personas que dicen conocer a Sasori- respondió rodeando el mueble de nuevo, recargándose en el primer lugar vacío que encontró. Sin mirarlo en ningún momento.

-Esas personas no te conocen entonces- imitándolo, pero detrás de él, queriendo acariciar su brazo sobre la tela de su camisa. Gaara se quitó de nuevo y camino hasta el otro extremo de, el que estaba siendo, su centro de su atención en ese momento. Cruzo los brazos, bajo la cabeza y la mirada. -Tú y Sasori no se parecen- dijo sin moverse, solo observándolo.

-Ambos tenemos el cabello rojo.

Sai lo siguió, esto se estaba volviendo repetitivo, pero seguiría al Sabaku hasta donde quiera que él fuera. Ahora estaba a su lado, tratando de que no se alejara una vez más.

-Eso no quiere decir nada. Tú tienes los ojos verdes, y me encantan- agrego, parándose frente a él, acariciando su cabello -tu cabello es mucho más sedoso y además huele bien- sonrió ante su sonrojo, le tomo la barbilla para alzarle el rostro -además, este tatuaje- acaricio su frente con la yema de los dedos -y tu forma de ser, tienes algo que él no, tu personalidad es única... ah, y tu cuer...

-Ya entendí- dijo alterado y con los nervios a flor de piel.

-Entonces, ¿ya te diste cuenta que lo que digan las personas de ti o de mí no me interesa? Que solo me interesa lo que digas y pienses tú de mí.

-¿Y que ya olvidaste a Sasori?- pregunto queriendo confirmar, o saber algo que quería que fuera realidad. El pelinegro soltó una risita y cerró los ojos.

-Sí.

-Dime algo- ordeno -¿Qué es... lo que más te gusta...?

-Bueno...- pensó -me gusta pintar, dibujar... me gustas tú- lo miro agachándose para verlo desde debajo de su barbilla. -Pero... lo que más me gusta es como dices mi nombre entre gemidos cuando te hago el amor- y luego lo beso. Estaba tan sonrojado, que lo único que pudo hacer fue rendirse ante aquel beso lleno de cariño que le estaban brindando.

Tal vez, después de todo, si podría quedarse con Sai. Podía ser un tanto fastidioso y pervertido de vez en cuando, pero la verdad es que era todo un caballero y podía amar sin ser amado; la cuestión era que, amaba, pero si era correspondido, en el fondo, lo era.

n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n

Debía de consolarlo, ¿Qué más podía hacer? Su hermano mayor ya estaba lejos no había modo de cambiar eso, su celular interrumpió aquellos sonoros lamentos del rubio.

-¿Diga?- respondió sin alejarse mucho del menor.

-Sasuke, ¿estás con Naruto?

-Sí, ¿por...

-Necesito que le preguntes donde rayos esta Deidara- interrumpió.

-¿Eres idiota o qué? Se acaba de subir a un avión con dirección a Inglaterra.

-¿Qué?- incrédulo.

-Lo que escuchaste, y ya no molestes- y corto la comunicación.

-¿Era Itachi?- pregunto el ojo azul.

-Sí.

-Pobre- se lamentó por el Uchiha mayor.

-¿Por qué?- cuestiono confundido.

n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n

No podía, no quería despertar, no quería darse cuenta de que está a cientos de kilómetros de su casa, de sus amigos, de su familia, de su Itachi... porque era suyo... si, lo era, pero ahora lo había perdido, tal vez para siempre.

-Deidara despierta- llamaba su abuela sacudiéndolo de a poco. El aludido abrió los ojos sin ningún esfuerzo y suspiro largamente. -Hemos llegado- anuncio con una sonrisa en el rostro, más el menor no dijo nada, giro su cabeza a la ventanilla y observo la inmensa ciudad debajo de ellos.

Llegaron al aeropuerto y bajaron despacio, con paciencia, la mayor con una enorme sonrisa en el rostro, mientras el otro conservaba su rostro inexpresivo, intentando convencerse de que era lo mejor. Al principio todo parecía tan normal, tan igual a su hogar, una leve sonrisa surco sus labios.

-Vamos afuera, nos esperan- lo apuro. Un elegante auto justo frente a la puerta los esperaba, y un tipo con pinta de mafioso estaba parado a un lado de este, vestía un traje negro y ese extraño gorro que usan los choferes, lo que supuso seria ya que rápidamente se acercó para tomar sus maletas.

Sin decir nada, los tres subieron y partieron. El tiempo era eterno y el camino igual... es decir, todo se veía exactamente igual, cada casa, cada edificio, tan similar al anterior. El clima era más frio, el vidrio se empañaba con la respiración del rubio, observaba a través de este, aburrido. El panorama cambió radicalmente al verse en una especie de fraccionamiento, no era privado, pero si exclusivo, pareciera que solo la clase alta estuviese ahí.

Bajaron del auto aun en silencio. Observando todo a su alrededor, sin percatarse por donde caminaba, el rubio se alejaba, calle abajo, de la enorme casa en la que se habían detenido. Un pequeño parque deportivo llamo su atención, luego un gran edificio que parecía abandonado, se fue acercando despacio a él.

-Dicen que esta embrujado y que sectas satánicas se reúnen ahí para hacer sus sacrificios- le dijo una voz femenina detrás de él, volvió su vista y su cuerpo viendo a una chica más o menos de su edad, con el cabello teñido de azul y vestida de negro.

-¿En serio?

-No, solo lo usamos para hacer fiestas- respondió sonriendo -soy Konan- se presentó extendiendo su mano.

-Deidara- estrechando su mano. -Con que fiestas, ¿eh?- pregunto interesado caminando de regreso.

-Sí, pero no todos pueden entrar, necesitan estar invitados o pagar una cuota,- sonrió de medio lado -habrá una mañana...

-¿De verdad? ¿Quieres que venga?- conqueteo devolviéndole la sonrisa. Por un efímero momento había olvidado a Itachi.

-No depende de mí, pero hablare con Pein- volvió a sonreír y se despidió dejándolo frente a su nueva casa, alejándose rápidamente de ahí.

-Me alegra que ya hayas conocido a una chica Deidara- lo abrazo su abuela -pero hay mejores partidos, sabes- el rubio la miro con fastidio mal disimulado, avanzaron dentro de la mansión -organizare una gran fiesta donde puedas conocer a las chicas solteras y de familias reconocidas, para que puedas elegir a alguna y salir con ella...- y siguió hablando sin que él le prestara mucha atención.

Entonces, el pelinegro volvió a su cabeza. Y descubrió que, por más lejos que se fuera de Itachi, este estaría con él, en su memoria, en sus cinco sentidos y en su corazón.

 

Notas finales:

 

¿Les gustó? Anden, no me contesten xD  Uju, la declaración SaiGaa, en lo personal, me encanta este capítulo, por eso precisamente.

Quisiera desearles un muy feliz día internacional de la bicicleta, si, hoy es día internacional de la bicicleta, ¿qué? No me juzguen, lo escuché en la radio xDDD

También informales que hoy es cumpleaños de Freddie Mercury, si, el lider de Queen, estaría cumpliendo 65 años... lo leí en Google :''3

El sábado fui a la feria y saludé a alguien :'3 hehe no les diré a quien porque luego ciertas personas (Yuari) me tiran carrilla y no gracias ñ.ñ' si, solo por ella, dejaré a todos con la duda, muajaja xD Pienso volver a ir a la feria este jueves porque hay un festival de Rock, ¡yeah! Y el viernes, porque va a estar Saúl el Jaguar, ajua, orgullosamente mexicana, del norte y del mero Chihuahua, si 'eñor xDDD

Ya pues, me emociono xD Tengan bonita semana, buena vibra gente, cuídense, besos. Smuak´s.

 

 

misery_182

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).