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Los Amantes Son Dementes por misery_182

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Notas del capitulo:

 

Hey you! Gracias por soportar una semana entera a que actualice ñ.ñ Este será, tal vez, el único capítulo que edite un poquito antes de subirlo (y con editar me refiero a quitar dos o tres párrafos u.U ) igual no creo que esos párrafos hayan sido totalmente necesarios, era algo así como lo que llaman "paja", para que el texto se extienda mas xDDDD

Casi olvido que tengo que actualizar antes de irme xDDD pero lo recordé a tiempo, así que aquí está su capítulo de cada lunes :3 Siento que es corto, pero así me quedó luego de esa pequeña "editada", igual ya era corto desde antes xDDD

Nos vemos abajito, sin mas, ¡a leer!

 

 Capítulo 6.-Simple amante loco

-Sai... anda... conserva al pelirrojo- le dijo Itachi en un susurro, para que el nombrado esbozara una sonrisa triunfal y se llevara al ojo verde lejos de la pareja. -¿Estás bien?- pregunto preocupado al rubio.

Fue lo último que alcanzo a escuchar de los labios de Itachi, ya que ese pervertido se lo había llevado lejos. Él quería estar con Itachi, no con ese pervertido; Itachi era su prometido, no ese... pervertido; y además era tan... pervertido. Era el único adjetivo que encontraba para referirse a ese pelinegro.

-Oye ¿tienes hambre?- preguntó Sai más el pelirrojo no contestó -¿Por qué no me contestas? ¿Te han comido la lengua los ratones?- dijo divertido, seguía sin contestar, se cruzó de brazos y se quedó parado a la mitad del camino. -Qué bueno que no quieres comer ni hablar, así podre mantener ocupados tus labios- le dijo, Gaara lo miro interrogante, el pelinegro se paró enfrente de él, con el rostro a escasos centímetros de el del contrario. Su respuesta: lo tomo de la mano y llevo lejos de las personas.

Lo llevo a un kiosco que estaba en uno de los jardines del parque, había árboles, arbustos y flores, a pesar de aun ser invierno. Gaara se quedó pasmado observando el paisaje, tanta belleza en medio de la ciudad era irreal, no, irreal era que el sexy Itachi había preferido a ese feo rubio en lugar de a él, lo tenía todo, su cabello rojo y sedoso, sus ojos verdes, agua marina mejor dicho, y el tatuaje que tenía en la frente con tinta roja, lo hacían ver sexy, al parecer de él mismo.

Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando Sai lo abrazó por la espalda, pasando sus manos por la cintura del pelirrojo, susurrándole cosas al oído.

-Eres hermoso...- decía -no puedo creer que tanta belleza se halle concentrada en un solo ser, tus ojos verdes...- pausó -tu cabello tan sedoso y rojo, ese color es tan...-

-Tan ¿Qué?- pregunto con aire de ofendido.

-Tan... seductor...- sonrió de medio lado -y ese tatuaje que tienes en la frente, te hace ver tan sexy. Gaara rio.

-¿Dices eso en serio o solo para llevarme a la cama?

-Tómalo como quieras- contesto separándose lentamente de él, caminando al otro extremo del kiosco, dándole la espalda.

-"Tómalo como quieras" ¿Qué clase de respuesta era esa? ¿Qué lo tome como quiera? Que idiota- pensaba el pelirrojo, pero, además de ser una respuesta idiota, esa frase, se le hacía familiar, no recordaba de donde ni de quien, pero eso no importaba en esos momentos, lo que importaba era: ¿cómo lo tomaría? Si bien, él quería estar con el sexy Itachi, no con ese pervertido, aunque mirándolo bien y para ser sincero con él mismo no está nada mal. Además algo de sexo no le haría mal, y también se quitaría a ese pervertido sediento de sexo de encima, y tendría el camino libre... corrección, casi libre para con el sexi Itachi, aún tenía que encargarse de ese feo rubio.

Notas mentales: Deidara = feo rubio. Sai = pervertido. Itachi = el sexy Itachi.

El caso es que serían dos pájaros de un solo tiro. Se giró para decirle algo inteligente y, conservando la mayor parte de su orgullo, llevárselo a la cama. No pudo auricular palabra alguna, ya que el pelinegro había cazado sus labios en un beso, con mucha pasión y dándole a entender que lo que pasara entre ellos no pasaría de esa noche. Luego de un rato, se separaron, unos centímetros, casi nada, el pelirrojo tenía un leve sonrojo, que a los ojos del azabache se veía adorable.

-¿Nos vamos?- susurro Sai. El otro solo asintió sabiendo lo que venía. Caminaron tomados de la mano, pero no como una pareja, sino para que el pelirrojo pudiera ser guiado sin palabras. Subieron al auto del pelinegro, este le robo un beso apasionado al pelirrojo luego arranco en dirección a Dios sabe dónde.

Luego de un rato de camino, en el que en cada semáforo en rojo se besaban haciendo molestar a los demás conductores por tardarse en avanzar, llegaron a un gran edificio, donde parecía ser vivía Sai. Estaciono el auto, entraron por la puerta principal, primero el pelinegro seguido por su pareja ocasional. Al subir al elevador, no se terminaron de cerrar las puertas cuando el ojinegro ya tenía acorralado al de ojos claros, besándolo.

Llegaron al piso 6, bajaron del elevador y caminaron por un largo pasillo hasta el final. Sai abrió la puerta invitando a pasar al pelirrojo, este entro observando el exquisito gusto que tenía, los diferentes cuadros de pintores famosos colgados en las paredes, y esa decoración tan, ¿Cómo se podría decir? ¿Novedosa? Quién sabe. No pudo seguir observando, sintió los brazos el pelinegro en su cintura y sus manos en su pecho, además del cálido aliento en su cuello.

-Vamos precioso- lo hizo avanzar por el corredor, pasaron enfrente de la sala-comedor, había una puerta diferente al resto, parecía ser el estudio. Hasta que llegaron al final del pasillo, entraron a una puerta a la izquierda, del lado derecho había otra casi igual, de no ser que esa tenía un pequeño letrero colgado en la manija, no pudo leer lo que decía. Sai le quitó la camisa con desespero, aun estando detrás de él.

-¿Y por qué la prisa?- pregunto girando la cabeza para verlo de reojo.

-Te deseo- le contestó, besando levemente su mejilla. Lo giró por completo para ver como se había formado un sonrojo en sus mejillas, ignoro eso y lo besó apasionadamente sacándole el aire, jugando con su lengua. Hizo que caminara hacia atrás hasta topar con la cama, tumbándolo y poniéndose arriba de él, siguió besándolo, bajo por su cuello y dejo una gran marca que lo hizo gemir del dolor.

El ojinegro se recostó a un lado del pelirrojo, ambos normalizando su respiración. Gaara se quedaba dormido, y sintió un delicioso calor, estaba siendo abrazado por Sai, se sorprendió, luego se quedó dormido. Demasiado esfuerzo fisco para un día.

Gaara despertó un rato más tarde, encontrando al pelinegro a su lado. Se levantó sin hacer ruido y se vistió, puso la mano sobre la perilla.

-¿Ya te vas?- preguntó Sai desde la cama.

-Sí, debo regresar a casa- sin mirarlo.

-Bien- dijo simplemente, había pasado un rato excelente, ¿repetirlo? No, gracias, sería demasiado pedir.

-Adiós- dijo, luego salió, cerró la puerta detrás de sí mismo, y observo la que estaba frente a esta. -No molestar- susurro leyendo el pequeño letrero que colgaba de la manija -muy conveniente- pensó. Pero había algo ¿Qué había detrás de esa puerta que necesitaba de tranquilidad? Tanta como para poner un letrero en la perilla. Estaba indeciso si entrar o no. No debía, no era su casa. Pero la curiosidad fue más fuerte. Poso su mano en la manija, a punto de girarla recordó algo. -La curiosidad mato al gato- esa frase se la repetía su abuela cuando niño para que no se metiera donde no le importaba.

Seguiría ese pequeño consejo, retiro la mano y caminó por el pasillo de antes, observo todo con detenimiento, se paró en la puerta principal, a un lado de esta una pequeña mesa con una libreta y un bolígrafo, lo tomo y anoto su número de celular y nombre. Le había agradado estar con ese pelinegro, lo aceptaba, y la idea de repetirlo le parecía demasiada buena como para dejarla pasar. Luego salió, detuvo un taxi y se fue a su casa, no tenía caso regresar al parque, seguramente Itachi ya no estaría ahí.

Sai salió de su habitación caminando lentamente, se dirigía al estudio, y noto un leve cambio en su casa, esa libreta que permanecía cerrada a toda hora, estaba abierta, en la página de arriba un número y un nombre: Gaara. De algún modo le alegro eso, el pelirrojo estaba dispuesto a repetir eso, sonrío. Arranco a hoja y cerró la libreta aquella. Entro a su estudio.

Un escritorio al centro, una de esas sillas de empresario detrás de este, y alrededor, cientos de libros. Recorrió el lugar con la mirada, suspiro pesadamente y se sentó en esa silla. Observaba el papel donde estaba el número del chico. Presentía que Gaara no sería otro simple amante.

n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n.n

En otro lugar, un departamento para ser precisos, un rubio se entregaba totalmente a un pelinegro. Otra vez, esa especie de cita había terminado en otro de sus encuentros casuales.

 

Notas finales:

Está corto, ¿cierto? Si, ya sabía xDDDDDDD

Ayer llovió mucho por donde vivo :3 Descubrí que tengo un ligero trauma por incluir canciones en mis ff o capítulos de estos xD Mi equipo de beis ganó la serie y va como en 4to o 5to lugar, pronto empezarán los play off y espero que si pasen D:  xDD

No se que mas decir, siempre tengo algo interesante y hoy no... como no, hay una torre de latas de té Arizona y Coca cola en mi mesita de noche :3 xDDDDDDDD

Me fugo, nos vemos hasta el siguiente lunes o cuando responda sus muy lindos rv que son tan amables de dejarme ñ.ñ

Cuídense mucho, besos. Smuak´s.

 

 

misery_182


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