Capítulo 1
Era pleno otoño en Konoha. El clima naturalmente caluroso del lugar había cambiado a un agradable fresco y de los árboles que rodeaban la aldea desprendían hojas con cada corriente de aire.
En la azotea de la torre del Hokage se encontraba Naruto Uzumaki, aspirando el aire mientras recargaba el peso sobre el barandal. Su capa naranja con llamas en negro ondeaba y sus cabellos rubios se maceaban estorbándole levemente la visión.
– Gaara – llamó con un tono apagando, bastante atípico en él, y el mencionado, que se mantenía un par de pasos detrás suyo, desvió la mirada de la montaña Hokage para posicionarla sobre su amigo – ¿Estás seguro?, es que yo... –
– Confió en ti Naruto – interrumpió calmado y como respuesta el rubio rumió sus palabras al tiempo que fruncía el ceño – Sabes que es muy poca la gente que conozco en Konoha – El pelirrojo prefirió continuar antes de que su amigo comenzara con la rabieta que antes habían dejado pendiente – es un favor lo que te pido –
– Pero... – su interlocutor sintió algo quemándole la garganta – ¡¿Qué clase de favor es ese?! además ni siquiera estoy de acuerdo con esto ¡¿Cómo es que a ti no te importa?! – se soltó del barandal y lo miró con gesto acusador
– Es por mi aldea – argumentó y Naruto acentuó un gesto de disgusto
– Las aldeas necesitan ninjas fuertes que las protejan, no estas estupideces – infló los mofletes. Ahora pensaba que era uno de esos momentos en los que Gaara merecía un buen golpe en la cabeza. Era increíble que todos dijeran que, de los 2, el pelirrojo era el más sensato ¡Claro!
Gaara evaluó a su amigo y sonrió levemente, había un símil entre la reacción de Naruto y la de sus hermanos – debo hacerlo – comentó determinado y apacible, como siempre.
El rubio dejó escapar el aire y para serenarse decidió volver a mirar el paisaje – Al menos – murmuró ya sabiéndose derrotado – ...dime ¿Qué es lo que prefieres? –
Gaara lo acompañó en el barandal – Lo que elijas estará bien – Naruto bufó – No quisiera obligar a nadie, así que con que tú lo apruebes y acepte estoy bien –
– Mira Gaara – Naruto controló sus palabras – estoy de acuerdo en eso, pero ¿Te das cuenta que me pides que elija a la persona con la que te vas a casar? ¡Necesito algo más que “lo que elijas está bien”! –
El pelirrojo lo meditó por un momento – Es que no tengo preferencia por algo en específico – confesó cuando se dio cuenta de que nada se le venía a la mente
Naruto hizo una rabieta personal – Olvídalo, no puedo así, voy a apalear a los miembros del consejo y les sacare las tripas si se niegan a... –
– Como tú – Gaara interrumpió los pensamientos y palabras sádicas de su amigo
Las mejillas del rubio se arrebolaron – ¿Qué? –
– Alguien como tú estaría bien – seguía hablándole con aquel tono plano que usaba para todas las situaciones – si te pudiera elegir me casaría contigo, así que quiero alguien como tú –
– Ahh – Naruto se quedó sin palabras
- Así – Gaara miró a la aldea y se perdió en ella con un gesto ensoñador – quiero a alguien que entienda lo importante que es proteger y luchar por lo que quieres. Que puede apreciar los pequeños aspectos de la vida y enfrente sus problemas con tu misma fuerza y determinación – sus ojos brillaron y el silencio se hizo entre ellos.
Naruto estaba bastante sonrojado, así que bajó la mirada para perderla en el barandal – Eh si bueno, yo... yo - la lengua se le atropelló dentro de la boca – no puedo porque soy Hokage y no podría mudarme a Suna, como seguro se mudará la pareja que elijas – sus palabras eran indefinibles pues las decía con voz rápida y por lo bajo – o te ayude a elegir… como dices – Los ojos esmeralda miraban atentamente al rubio como si lo que dijese fuese algo que él no sabía – sería bueno que estuvieses enamorado de alguien, así tú dirías quien y yo pregunta… – llegado a ese momento y porque los engranes en el cerebro del rubio giraron se sonrojó más – pero, pero estaría bien que... tú como tu… tu hermana... - de pronto cayó en cuenta de algo – ¡Temari! – aquello se consideraría un grito tomando en cuenta su nivel de voz anterior y Gaara, que se había perdido en el discurso del rubio intentando entenderle, giró los ojos en varias direcciones esperando encontrar a su hermana en algún sitio.
– ¿Temari? – cuestionó regresando a la realidad
– Si, jaja Temari San, ella ¿Por qué no se casa con Shikamaru? –
Gaara le lanzó una mirada incrédula – Porque no es Kazekage –
– ah ya ya, pero ella es tu hermana ¿No?, al caso vendría siendo lo mismo –
– No lo creo –
– ¿Estás seguro? – El rubio comenzaba a irse por las ramas
– Estoy seguro –
Naruto se rascó la cabeza – Pues... - intentó disminuir el sonrojo que aún conservaba – A parte de “eso”, ¿Qué otra cosa te gustaría? -
Gaara se concentró y miró el alegre pueblo de Konoha, viviendo el día a día bajo sus pies.
- Un hombre – volvía a decirlo de manera plana
- Un hombre – repitió Naruto como para asegurarse de lo que había escuchado, el género era muy importante al fin y al cabo - ¡Ves! - estalló mirándolo acusador – Yo como iba a saber tus preferencias si no me las dices ¡¿Que hubieras hecho si elijo a una mujer?! -
Gaara miró hacia atrás, desviando la atención que tenía sobre Naruto, y agudizó la mirada levemente – Ya te lo dije. La verdad es que me da lo mismo, no tengo preferencias en específico – se apresuró a continuar porque vio su distracción le costaría que su amigo volviese a protestar – pero si me caso con una mujer esperarán que tenga hijos y... por la situación no me parece conveniente. Por eso un hombre estaría bien. -
Uzumaki lo miró enarcando una ceja pero el pelirrojo ya no parecía hacerle mucho caso. Gaara estaba distraído, como si hubiese notado algo – creo que debo irme – sentenció con un resoplido y segundos después desapareció con ayuda del viento y su arena.
Naruto se quedó viendo al vació extrañado para luego suspirar y, sin más, azotar la cabeza contra el barandal.
Desde que cuarto Kazekage muriera en la guerra y en Suna se nombrará a Gaara kage. Los consejos de dicha aldea y konoha habían comenzado una campaña intensiva para limar las asperezas y que todos olvidaran que el padre del pelirrojo había colaborado con Madara para llevar a cabo la última guerra. Pero eso era excesivo, más tomando en cuenta que Gaara había tenido un desempeño envidiable y honorable en la guerra.
- Io Dobe – escuchó pasos a su espalda y no necesitó girar la cabeza para saber quién lo llamaba
- Teme ya volviste de tú misión – no despegó la frente del metal – No sabes la semana que he tenido -
Escuchó la risa sarcástica de su compañero – Me lo imagino, cuando entraba a Konoha Ino me contó todo – hizo una mueca, como si le molestase el recuerdo aunque fuese una total mentira – pero lo que no sabía era que Gaara te pidió hacer de casamentera -
- Deberías de dejar de escuchar mis conversaciones privadas, soy el Hokage ¿sabes?-
- Eres un dobe y la peor persona para hablar sobre espiar conversaciones -
- Sasuke teme ¿Qué voy a hacer? -
- Pues – Sasuke se acercó y ocupó el lugar en el barandal que antes ocupara le pelirrojo – comenzar con buscar a alguien como tú – no pudo evitar sonar amargo y cuando miró de reojo al rubio le enfadó ver como sus mejillas se le volvían a colorear
- Tú... tú... ¡Aah callate! Maldito teme -
- ¿Qué? – Sasuke se hizo el desentendido y recargó la espalda el barandal al tiempo que levantaba el rostro y perdía la vista en el cielo – Harían una pareja bastante… – sopló aire, despectivo como siempre
-…Bastante ¿Qué? – Naturo entrecerró los ojos, enfadado
- Gaara besa el suelo que pisas – otra vez no pudo evitar sonar amargo
Naruto volvió a pegar la frente al barandal – Él es mi amigo – recalcó por si las dudas – pero no lo culpo por admirar al gran Naruto Uzumaki –
Sasuke resopló – Dobe –
- ¡Además!, no sé porque estoy hablando contigo de esto – lo miró mal.
- Con alguien tienes que llorar el hecho de que no te puedes casar con él - Sasuke se cansó de la posición y recargó los codos al metal del barandal. Ahora podía mirar a los aldeanos pasearse y al equipo de Gai que hacer bulla justo debajo de donde ellos estaban.
- ¡Teme! No estoy llorando nada –
- Acéptalo Dobe – para ser una burla Sasuke no lograba que aquello sonara amigable, más bien parecía un reclamo – Te gusta Gaara, por eso te opusiste al tratado de alianza –
- No es eso – el rubio infló los mofletes
- Claro que sí, ¿Sabes? Si dejaras tu puesto podrías ir con él… ni siquiera eres buen Hokage – escupió aún un tanto enfadado.
Naruto hizo un gesto ofendido - Yo no me quiero casar con Gaara, ¡Y soy un gran Hokage, tu Hokage! –
El pelinegro se permitió mirarlo con duda y olvidando las funciones de Naruto como líder de la aldea continuó atacando - ¡Ah! ¿No?, Por eso no le negaste nada cuando dijo que si pudiera se casaría contigo -
- … -
- … -
- Y... – el sonrojo del rubio se convirtió en defensiva - ¡¿Y qué caso tendría?!, sólo fue una suposición, igual no puede ser y… y… no me estaba pidiendo casarse conmigo, no tenía por qué contestar a eso – Naruto cruzó los brazos e hizo un mohín enfadado – Teme tonto – rumió por lo bajo.
Sasuke volvió a resoplar y el rubio estalló
- ¡Y eso que importa! Igual ¿Por qué tendría que darte explicaciones a ti? ¡Sólo estas celoso! –
Sasuke respingó por el grito y perdió toda su actitud indiferente - ¿Celoso?, ¡Yo! – las manos y la voz le temblaron levemente pero Naruto no se dio por enterado.
- ¡CLARO! – hizo un gesto acusador - te molesta que Gaara quiera casarse con alguien como yo y no como tú, pero no es de sorprenderse, con el maldito genio que te cargas, además de que soy mil veces mejor opción – puso los manos sobre sus caderas haciendo un jarro con su cuerpo.
El silencio se hizo entre ellos hasta que el duelo de miradas terminó con Sasuke lanzando un resoplido cansado.
– Usurantonkachi, de verdad que... te voy a demostrar – sin más subió al barandal y saltó de él para caer en la calle y echarse a correr dirección a la salida de la aldea
- ¡Hey teme! – Naruto vio a Sasuke irse y sin pensarlo 2 veces se lanzó tras él - ¿A dónde vas? ¡¡Regresa!! –
Sasuke corrió tan rápido como podía y sonrió al darse cuenta de que Naruto seguía sus pasos pero que él aún le sacaba ventaja.
- ¡TEME! – Naruto gritó para que su amigo parara. Sasuke no podía dejarlo con la palabra en la boca.
- hum – Sasuke sacó un grupo de shuriken y comenzó a lanzarlas en dirección del rubio.
Naruto no tuvo problemas en esquivarlas y hubiese comenzado a burlarse del pelinegro, debido a su mala puntería, sino hubiese sido porque las armas cambiaron de dirección y lo tomaron por sorpresa encerrándolo en una explosión.
- Dobe - el pelinegro sonrió autosuficiente justo cuando sintió que alguien saltaba por encima de él y dando una maroma caía frente suyo.
- ¿Te atreves a llamar así a tu Hokage? – Naruto hizo un gesto de autosuficiencia – no podrías atrapar así al ninja número 1 de Konoha –
Sasuke resopló – Si dejaras de presumir, te darías cuenta que hace mucho que no estoy aquí – y en una nube de humo el pelinegro se desvaneció dándole a entender al rubio que había estado persiguiendo a un bunshin.
Naruto hizo una pequeña rabieta y con ayuda del sage mode descubrió la verdadera posición de su amigo/enemigo – Ni siquiera estas tan lejos – comentó como si pudiese escucharlo.
Unas cuadras más al oriente Sasuke entrecerró los ojos justo cuando encontró aquello que estaba buscando.
La cabeza pelirroja de Gaara se divisaba entre un grupo de gente a unas casas frente a él y sin ceremonia dio un par de saltos hasta caer frente a él e impedirle el paso. La mayoría de los que estaban alrededor respingaron por su repentina aparición.
- Sasuke – Gaara miró al pelinegro sin cambiar la expresión, pero en sus ojos podía notarse la curiosidad.
- Gaara - Uchiha encontró sus ojos ónix con el aguamarina.
Temari y Kankuro, que iban detrás de su hermano menor intercambiaron mirada de interrogación.
Y pasaron unos segundos en silencio.
- Cásate conmigo – el pelinegro pidió con gesto serio y sin desviar la mirada, Gaara pestañeó y todos los chismosos se quedaron en shock.
Kankuro casi se va para atrás, Temari sintió que le daba un paro cardiaco y resto de la gente comenzó a murmurar porque aquello estaba de fábula “¿Acaso Sasuke Uchiha le había pedido matrimonio a Sabaku no Gaara?”.
Gaara volvió a pestañear y pareció como si estuviese evaluando al pelinegro. Casi como si lo considerara y entonces, cuando se disponía a responder, se escuchó a alguien tropezar y resbalar desde el tejado a su derecha.
Todos voltearon la vista y vieron como Naruto caía de cara contra el suelo de la calle.
- Naruto – Gaara brotó de sus labios preocupado y Sasuke sonrió prepotente.
- No – el rubio se levantó como pudo y en menos de lo que cualquiera pudiera ver, se interpuso entre el Kazekage y Uchiha elevando un brazo en dirección al último – No – repitió entre dientes.
- ¿Qué? – Sasuke se puso a la defensiva y miró fijo al rubio.
- ¿Qué es lo que te pasa Teme?, no puedes ir y pedirle a Gaara que se case contigo – el rubio frunció el ceño – ¡¿Estás loco o qué?! –
- Y ¿por qué no?, yo puedo hacer lo que me da la gana – retó al rubio y sus miradas se conectaron con una chispa eléctrica.
- Porque no – Naruto también se puso a la defensiva - ¡NO y punto! –
- Esa no es razón – Sasuke gruñó – Yo no soy Kage así que puedo hacer lo que me da la gana –
- Es porque no eres Kage que debes pedirme permiso y no te lo doy –
- Y eso es porque tú lo dices, no tengo porque hacerte caso –
- Todo el que se quiera casar con Gaara debe pedirme permiso –
- ¿Eres su padre o que?-
- Soy su amigo y él me lo pidió, y tú no eres ni una opción –
- Pues él me contestará, a ti ¡¿Qué te importa dobe?! –
- No me importa lo que hagas pero no puedes –
- ¿Eres tonto o qué? no te interpongas, esto es entre él y yo – lo intentó apartar pero Naruto lo tomó de la solapa
- No eres buena persona –
- ¿Y tú si? – Sasuke también lo sujetó
- Soy mejor que tú – le dijo entre dientes
- Ya quisieras, ni puedes caer decentemente – Sonrió sardónico
A ninguno de los que estaban ahí le sorprendió que aquellos se enfrascaran en una batalla verbal y sin sentido, pero aquello era una exageración.
Temari y Kankuro tenían unos enormes goterones en la cabeza y la gente alrededor los miraba impresionada. Detrás de ellos Gaara negó con la cabeza y cerró los ojos, sintiendo pena ajena por la situación que estaban montando.
- Vámonos – le ordenó a sus hermanos y pasó a un lado de Sasuke y Naruto como si aquello no hubiese pasado.
Minutos después Naruto y Sasuke seguían peleando y la discusión había perdido el sentido por completo.
- ¡Callate dobe! Tus gritos hacen que me duela la cabeza – Sasuke se apretó las sienes y se separó de Naruto un par de pasos
- No sé qué querías demostrar - el rubio murmuró cruzándose de brazos – de todas formas Gaara respondería que no, ¿No es así? – Naruto se giró hacia donde el pelirrojo antes estaba y fue cuando por fin se dio cuenta de que estaban solos.
Las personas evitaban chocar contra ellos, pero ya nadie les ponía ni el más mínimo de atención. Al darse cuenta el par tuvo la decencia de avergonzarse un poco.
- Me largo – informó Sasuke girándose
Naruto frunció el ceño y también se volteó para ir de vuelta a la torre Hokage justo cuando alcanzó a divisar una nube de polvo y una mancha rosa que se acercaba a gran velocidad.
- ¡NARUTO! – Sakura llegó hasta donde ellos estaban y sin previo aviso le soltó un golpe al rubio que lo mando varios metros lejos - ¡Ah!, lo siento Sasuke kun – se disculpó al darse cuenta que si el mencionado no lo hubiese esquivado el recién golpeado lo habría pasado a llevar consigo.
- Sakura chan – Naruto lloriqueó al tiempo que se paraba y se acariciaba la mejilla - ¿Qué fue lo que hice?-
- Me dejaste haciendo todo el papeleo porque debías hablar con Gaara san y estas aquí, tan tranquilo – se acercó dando un par de zancadas y tomó al rubio del cuello de la camisa – deja de holgazanear –
Sasuke observó con un gesto serio como la chica arrastraba a su amigo.
- ¡Ah!, Sasuke kun – Sakura se detuvo y esbozó una pequeña sonrisa – Necesitamos el informe de tu misión, en cuanto puedas –
- ¿Cómo en cuanto pueda?, lo necesitamos aho… ¡Auch! Sakura chan ¿Por qué…- protestó cuando lo golpeó
- ¡Cállate Naruto! – la pelo rosa sonrió nerviosa y se despidió del Uchiha con una reverencia.
Sasuke se quedó solo a mitad de la calle. Miró hacia el cielo y sonrió levemente – Naruto – susurró antes de desaparecer rumbo a su casa.
En los últimos meses Konoha se había vuelto un lugar bastante pacifico, la situación era tan tranquila que Incluso la Godaime se había permitido tomar unas vacaciones dejando a cargo de la aldea a Naruto, al cual el puesto temporal se le había subido a la cabeza y no paraba de repetirle a todos lo bien que le quedaba el título.
En esos momentos, los únicos disturbios que había en la aldea eran cuando Sasuke peleaba con Naruto pues, últimamente, había descubierto lo muy atraído que se sentía por el rubio y lo poco que él se enteraba de aquello.