Capítulo 3: Sasuke, que alegría que seas huérfano
Naruto dio por perdido el resto de ese día pues sin la ayuda de Sakura y con el hostigamiento de Sai, no había forma de que avanzara en sus deberes.
La verdad era que siempre creyó que ser Hokage sería algo más interesante que hacer papeleo pero, era de esperarse, en esos tiempos de paz era muy difícil que le tocara clasificar o asignar una misión rango S.
Así que, aburrido, después de advertirle a Sai que deseaba cenar SOLO fue directo a Ichiraku y se comió un enorme tazón de ramen con raciones extra de carne.
No deseaba pensar de nueva cuenta en Sasuke porque, insólitamente, le perturbaba y le causaría indigestión. Así que entabló una amable plática con el viejo dueño y una vez pagada la cuenta fue directamente a su departamento.
Lanzó sus ropas al suelo, se metió a la cama en interiores y pensando que el calor de la noche se encargaría de arroparlo cerró los ojos dispuesto a dormir a pierna tendida.
Sin embargo, pasados unos minutos, se dio cuenta de que no podía.
– No – se dijo pegando el rostro a la almohada – Sasuke no está enamorado de Gaara - no tenía idea del por qué ese tema no abandonaba su cabeza. Sabía que era extraño que le preocupase a tal grado y que era una tontería que fuese el principal motivo por el que no podía dormir, pero se convencía pensando que aquello le perturbaba porque se trataba de Sasuke y Gaara, sus dos mejores amigos.
Le gruñó a la almohada y la golpeó. En ese momento no paraba de pensar en todos los gesto de Sasuke y las últimas veces que pasaron tiempo juntos – Ese Teme – le dijo al techo y la oscuridad – Gaara no pensaba aceptar –
Aunque, justamente después de decirlo se quedó callado de nueva cuenta, pensándolo detenidamente ¿No verdad?
Mañana temprano tenía que preguntarle al Kazekage. Por una, aún más, extraña razón debía confirmar qué era lo que había pensado responder.
A la mañana siguiente no se topó con Gaara. Aunque tampoco hizo mucho intento por encontrarlo pues, después de meditarlo, le daba un poco de miedo obtener una respuesta afirmativa. ¿Qué haría si Gaara quería casarse con Sasuke?, ¿Qué pasaría si se correspondían el uno al otro?
Negó con la cabeza bruscamente.
No, definitivamente las cosas no eran así. Sasuke sólo había querido demostrarle que era mejor que él y había usado una forma poco ortodoxa para hacerlo y, claro, Gaara no caía en ese tipo de artimañas. Era por ello que los había ignorado.
No necesitaba mayor explicación.
Cuando llegó a la torre Hokage se encontró con que Sakura ya estaba ahí, parecía atareada con los papeles que había abandonado el día anterior y en cuanto cruzaron mirada se dio cuenta de que su amiga había tenido un insomnio peor que el suyo.
- Buenos días – saludó cauteloso a la chica y ella suspiró a modo de respuesta.
- Buenos días – levantó un par de papeles y se los mostró con un gesto cansado – Sólo falta esto –
-¡¿Sólo eso?! – Gritó entusiasmado y como respuesta la pelo rosa se tomó la cabeza
- Naruto baka, cállate – mostró un gesto bastante amenazante
- Ahh, lo siento – Se encogió sobre sí mismo rascándose la barbilla, en ese momento Sakura se parecía a Tsunade cuando tenía resaca.
Ella volvió a resoplar y dejó los papeles que antes le mostró en el escritorio – creo que puedes terminar con eso sin problemas, me voy a dormir – se estiró y lanzó un largo bostezo – Pasé toda la noche trabajando y por fin está listo – Caminó a un lado del rubio y le dedicó una sonrisa con un tinte aterrador – Si lo arruinas te mataré –
Naruto se puso rígido como una piedra y asintió con rapidez.
Haruno sólo entrecerró los ojos y lo abandonó. En cuanto estuvo sólo pudo respirar con tranquilidad.
Sai llegó mucho más tarde y aunque se alegró porque ahora no debía usar sus mil y un artimañas para que Sakura lo dejase a solas con Naruto, también se desilusionó porque, según él, tenía unos apodos bastante buenos para sacar a la chica de sus casillas.
Naruto pasó gran parte de la mañana haciendo bolas de papel y encestando en el bote de basura con un gesto distraído. Aún no hacía nada del trabajo que le había dejado su amiga y con la llegada de Sai menos podía concentrarse.
- Naruto kun – le llamó el pelinegro sentado en su escritorio después de que el mencionado hiciera un berrinche para que no se sentara sobre sus piernas – Para ser Hokage eres pésimo en eso – señaló las bolas de papel esparcidas en el piso.
El rubio suspiró y estaba a segundos de protestar cuando escucharon una especie de barullo fuera de la habitación antes de que tocasen a la puerta.
- Pase – permitió Naruto antes de que la puerta le revelase a Neji y a Hinata.
- Hokage sama – saludó el castaño con seriedad, él era el único de sus amigos que lo respetaba y le daba su lugar sin soltarle un familiar Naruto. Aunque no por eso dejó de mirarlo reprobatorio al ver como permitía a Sai estar sobre su escritorio como si estuviese en el parque.
- Naruto kun – reverenció Hinata tan sonrojada como siempre.
- Neji, Hinata chan – el rubio esbozó una sonrisa feliz de poder tener una excusa para no poner manos a la obra en lo que debía - ¿Qué ocurre? – comenzaba a imaginarse una emergencia en la que necesitaban sus únicas y sorprendentes habilidades.
Pero como repuesta Neji se quedó callado largos segundos y Hinata jugueteó con sus dedos frenética.
- Yo… - el castaño inhaló hondo – Quiero tu permiso para casarme con el Kazekage –
Todos hicieron un largo silencio después de eso.
- ¡¿Qué?! – preguntó Naruto sólo para asegurarse de que había escuchado bien – pe..pero si tú no eres amigo de Gaara – soltó lo primero que se le vino a la mente – ¿Te gusta? – Neji alzó una ceja en respuesta y Sai dejó escapar una risita fingida.
- ¿Eso importa?- Neji habló en un tono plano y continuó antes de que Naruto pudiese protestar – creía que esta era un actividad diplomática. Desde ayer el clan Hyuuga expresó sus deseos de unirse a Suna –
El hokage miró al castaño sin creérselo y luego desvió la mirada hacia Sai quien se encogió de hombros. La verdad es que jamás le cruzó por la cabeza que después de que rechazara a Hanabi como opción mandasen a Neji – Si pero… -
- Eso no va a ser posible – se escuchó una potente voz y en la puerta apareció la madre de Kiba arrastrando al mencionado del cuello de la camisa – porque será mi Kiba y el Clan Inuzuka quién se unirá a Suna, ¿no es así hijo mío? –
Kiba iba a protestar pero un fuerte empujó y una mirada de advertencia de la mujer lo hicieron lanzar un gruñido entre dientes que pareció sonar como un – Si madre –
- Sé que elegirá al Clan Inuzuka Hokage sama – La mujer le sonrió amable al rubio
Naruto parpadeó sin creérselo – Bueno pues… - No pudo contestar porque antes da asimilar lo que ocurría apareció Shino dando pasos lentos y actuando como si nada.
- Naruto no puede tomar una decisión sin haber escuchado la propuesta del Clan Aburame –
El chico traía las manos dentro de los bolsillos y pasó entre sus dos compañeros sin hacer un solo gesto reconocimiento. Su atención estaba fija sobre Naruto que, como siempre, sintió un escalofrió porque Aburame era raro… muy raro.
- ¡¿Qué?! – Kiba fue el primero en reaccionar dando un saltó al tiempo que se interponía entre el Hokage y su compañero de equipo – Tú no puedes también estar metido en esto – rabió exaltado, como acostumbraba.
Shino movió ligeramente la cabeza e hizo que sus lentes brillaran.
- Tú, tú – Kiba lo empujó con un golpecito al pecho
- Tenemos la misma edad ¿Lo sabes?, ¿Quién sino yo? – Shino lo apartó con un gesto de mano
- Pero… - el castaño gruño – Tú no puedes – como respuesta su compañero de equipo lo miró fijo e intrigado.
- Muy bien Kiba – la madre del mencionado lo felicitó – debes defender los intereses de la familia – el chico se sonrojó y desvió la mirada – ahora lo dejo en tus manos – y tras hacerle una reverencia a Naruto abandonó el despacho.
Volvieron a hacer un largo silencio.
El hokage observó a sus 3 amigos – Entonces ¿Ustedes se quieren casar con Gaara? – No le gustaba la situación, para nada.
- ¡YO NO! – Gritó Kiba potente – Mis padres me quieren obligar y también a él – señaló a Shino – Así que elige a Neji y listo –
- Y ¿Qué te hace pensar que no me interesa el Kazekage? – Soltó Aburame sin sacar las manos de los bolsillos de su parka – La verdad es que me parece alguien muy interesante –
- ¡¿QUÉ?! – Inuzuka casi se va de espaldas - ¿Quieres separar al equipo? – Miró a Hinata – ¡Dile algo! –
La pelo azul dio un par de pasos hacia atrás – eh..ah..yo…yo… Ki.kiba kun…-
- Deja tranquila a Hinata sama – Neji se interpuso entre la mirada fija de Kiba y la chica.
El grupo estaba por comenzar a pelear. Kiba con Shino y Neji con ambos por hostigar a Hinata con preguntas incomodas. La chica estaba a nada de llorar y Sai parecía que se divertía como nunca.
Naruto cerró los ojos – Ninguno de ustedes quiere realmente a Gaara –
- Yo no dije…- Shino iba a protestar pero el rubio lo cortó
- Ah sí aja – Nunca, elegiría a un raro como Shino para que fuese el esposo de su amigo. Jamás.
- Esta es una cuestión de clanes – Neji se cruzó de brazos – los sentimientos no están de por medio Hokage sama –
Naruto arrugó el entrecejo mientras caminaba a la silla de su escritorio y se dejaba caer en ella - Pues no los acepto, a ninguno – informó.
Neji y Shino se exaltaron ligeramente, mientras Kiba comenzó a dar saltos en el despacho.
- ¿Se puede saber a qué se debe su decisión? – Cuestionó Hyuuga
- Estamos hablando de matrimonio – gruñó – Ya es bastante malo obligar a Gaara a casarse, como para que la persona que elija decida mudarse a Suna sólo porque su clan lo ordenó –
- Pero Naruto kun – Sai se paró a un lado del Hokage y acarició sus cabellos en un gesto romántico que el rubio rechazó alejándose – ese es el objetivo del tratado de alianza –
- Es por eso que yo no estoy de acuerdo con esto – miro a sus tres amigos – Así que olvídenlo – rectificó tajante.
- Que pereza – se escuchó y la persona que entró al despacho no requirió presentación – eres bastante problemático –
- ¡¿Tú también?! - Gritaron Kiba y Naruto a la vez
Shikamaru, el recién llegado, se hurgó el oído con desidia – Yo no me caso ni de broma, eso es bastante complicado –
- Entonces, ¿Qué haces aquí? – Naruto ya no quería sorpresas, pues a esas alturas sólo faltaba que aparecieran Chouji y Lee… Sin contar a Sasuke y a los otros 2 queridos miembros de su equipo Suigetsu y Juugo.
Shikamaru suspiró – Tsunade sama estaba preocupada por este tema y nos ordenó que vigiláramos que no fueras a causar un gran problema - con nos se refería a Sakura y él – si le niegas la oportunidad a los clanes sin una causa razonable causarán una guerra interna –
- Causa razonable – Naruto se desparramó en el asiento como niño pequeño – Tengo una causa muy razonable –
Sai a su lado negó mientras lo miraba condescendiente y como respuesta el Hokage bufó.
Shikamaru y el resto lo miraron, esperando a que se diese cuenta de que su fundamento era endeble en una sociedad como la suya.
Pero como Naruto no parecía dispuesto a ceder Sai se aclaró la garganta y, con su típica sonrisa que no decía nada, esperó a tener la atención de todos – Naruto kun creo que es razonable decir que has negado la petición de los clanes porque Sasuke Uchiha pidió la mano del Kazekage desde el día de ayer y ya le has otorgado el permiso, todos sab… –
Naruto se paró de un salto haciendo bastante ruido - ¡CLARO QUE NO! – Gritó a todo pulmón – SASUKE JAMÁS SE CASARÁ CON GAARA – Lo miró fijamente, tan cerca que lo hizo callar al instante, sin darse cuenta de que respiraba su aire de manera bastante peligrosa. No lo notó hasta que Sai, sin dudar, acortó la distancia y rozó sus labios un ínfimo segundo antes de que Naruto lo golpease y mandara a volar fuera del despacho en un gesto estilo Sakura.
- Aargh – gruñó y se limpió los labios sabiendo que estaba absolutamente sonrojado – Yo, está bien, lo voy a pensar. Sólo, déjenme solo. –
Kiba se quejó sabe de qué asunto, Neji y Hinata partieron con una reverencia; y Shino se acercó hasta su escritorio – No puedes darle preferencia a Uchiha sólo porque es tu mejor amigo –
A Naruto le dolió la cabeza.
Antes de partir Shikamaru le hizo más advertencias sobre la importancia y la necesidad de tener contentos a todos los clanes. Como siempre las cosas se complicaban por culpa de las grandes familias y, mientras golpeaba la cabeza contra el escritorio, le llegó un momento de inexplicable felicidad… el clan Uchiha… ese clan ya no existía, el último sobreviviente ya no era ni remotamente importante o influyente… Sasuke NO era ni sería una opción.
Esbozó una sonrisa de satisfacción. Ahora tenía un peso menos encima. Sasuke estaba descartado y ningún tratado de alianza inútil separaría a su amigo de su lado.
Por su parte Sasuke estaba entrenando sus ataques de fuego. Flotando en la superficie del lago gracias al manejo de su chakra.
- Sasuke – Llamaron a su espalda y no se molestó en girarse porque desde hace segundos había sentido su presencia - ¿Qué es lo que estás haciendo? –
El mencionado lanzo un resoplido - ¿Qué parece que estoy haciendo? –
- No juegues conmigo Uchiha – el tono de voz fue tranquilo pero Sasuke pudo imaginar el gesto hastiado que tendría su interlocutor – Si crees que Naruto va a descubrir en un segundo que te ama sólo porque decidiste ir a pedirme matrimonio vas por mal camino –
El pelinegro lanzó un gruñido – Gaara – arrastró enfadado – por qué no puedes dejar de meterte en mis asuntos –
- Serían tus asuntos sino me inmiscuyeras en ellos. Además, te lo dije, quiero a Naruto – Sasuke por fin se animó a encararlo, Gaara estaba frente a él con los brazos cruzados y sus ojos verdes aguantaron, como si nada, su mirada fulminante – Comienzo a dudar de mi idea sobre ti –
- Lo que tu pienses – Sasuke se acercó hasta el pelirrojo poniendo una escasa distancia de 5 centímetros entre ellos – me tiene sin cuidado –
Gaara cerró los ojos, intentando controlar el temblor que le producía la cercanía del otro. Sasuke, por su parte, sonrió. Sabía perfectamente el tipo de reacciones que el Kazekage tenía en su presencia y aunque Sabaku era perfectamente capaz de derretirse a su toque, también tenía claro que Gaara prefería a Naruto en todos los sentidos.
Así como él.
- Más te vale hacer algo respecto a Naruto – Gaara despertó del trance tan pronto se dio cuenta de que Sasuke ya lo había abandonado – sino pediré a Naruto –
- No digas estupideces, el Dobe no sólo es el Hokage, es un jinchuriki. Nadie podría sacarlo de la aldea y él jamás lo permitiría –
Gaara lo retó – Pronto volverán a repartir a los bijuus y Naruto partirá a Suna si se lo pido. Siempre lo he amado y yo no tengo miedo de decirselo –
Uchiha activó el sharingan sin se consiente de ello – inténtalo – sabía que Gaara no hablaba enserio, aunque no pensaba fiarse. Imaginaba que si el pelirrojo le hablaba a Naruto de sus sentimientos y le inventaba un cuento sobre cuán desdichado sería si lo obligaban a casarse, bien podía tener una oportunidad. Más si usaba la influencia y simpatía que el resto de los Kages sentían por él.
El kazekage giró el rostro, no pensaba caer en una ilusión fabricada por Sasuke cuando estaba en ese plan sádico y sin responder a la provocación desapareció.
Sasuke gruñó y se tranquilizó. Le fastidiaba que Gaara siempre se hiciera el interesante, ya no veía el momento en que lo casaran y se largara de Konoha. Le agradaba, sí, pero lo mataría si intentaba algo serio con Naruto.
Hacía tiempo Gaara le había prometido que se haría a un lado y que jamás intentaría algo con el Dobe pero que ahora viniera a presionarlo y le diera un ultimátum le hacía pensar que se estaba retractando.
- ¿Qué tan difícil sería matarlo sin que se diesen cuenta de que fui yo? – se murmuró en broma… aunque no descartó la posibilidad.
No, sería más fácil lograr casarlo con alguien más. De preferencia Sai y así mataba a dos fastidiosos pájaros de un tiro.
.:TBC:.