Romper la rutina normalmente no suele ser muy fácil para nadie pero como es lógico el creer que eso no pasaría con él fue una gran fallo y el encontrarse frente a todo esa gente sin más le hizo tragar más saliva de la pensada; je rutina, pero a caso a eso se le podía llamar romper la rutina, quizás para él era más sencillo llamarlo así.
Tomó aire y se lanzó de camino al escenario donde como aquellas personas estaría la persona por la cual todo su mundo había dado mil vueltas en menos de una semana; quiso retirarse en el momento en el que los focos le cegaron , puso una mano para taparse los ojos y tropezó; unos brazos fuertes lo tomaron por la espalda y una linda sonrisa aniñada le animo a despreocuparse; no tendría nada que temer porque sabía que si ese chico estaba allí no habría nada de que preocuparse.
Se irguió y desarrugó sus ropas; unos pasos más y se encontraría frente a todo el público a nada de cumplir su sueño pero sabía que una persona como él , alguien de tan bajo nivel no podría lograrlo nunca.
-Canta- dijo una voz a sus espaldas.
-No puedo-susurro por lo bajo y bajó la cabeza ocultando de nuevo su cara al público.
-¿Por qué?-le contestó mientras casi terminaban los últimos retoques de la música de inicio que volvía a comenzar por segunda vez.
-No puedo hacerlo-el nudo de su garganta se hacía cada vez más grande- yo no me lo merezco.
-¿Dices que me he equivocado contigo?¿que no te mereces lo maravilloso que eres?-continuaba susurrando cada vez más cerca de él rodeándole con sus brazos fuertes y masculinos.-Yo no lo creo-continuó acurrucando con melosidad su cara entre el hueco de la cabeza y el hombro- eres lo mejor que hay en el mundo; por lo menos para mi y yo sé que no me equivoco.
El chico moreno le miró sorprendido olvidado por un momento donde se encontraba; de nuevo volvía a conseguirlo, de nuevo aquel chico volvía confundirle de esa manera que tanto le gustaba; el más joven le sonrió con ternura y le condujo de nuevo hacia más cerca del público.
-Deja que todos envidien tu belleza, ciérrales las bocas a todos esos idiotas que te han hecho sufrir tanto.
Y entonces cantó; la gente ni siquiera pudo hablar ; cantó mientras recordaba que hace una semana el haber insultado a un maldito crío rico que casi se lo lleva por delante le había conducido a tener la mejor semana de su vida en aquel diciembre tan frío; estaba cantando como siempre había soñado y todo el mundo le miraba mientras sonreía; aquel misterioso muchacho le había hecho cambiar tanto y lo mejor de todo era lo que amaba y al terminar aquella maravillosa experiencia se lo diría.
Todo el mundo le aplaudía, aquello había sido maravilloso, salió corriendo en busca del chico que lo había logrado pero no le encontró; preguntó por todo lados y nadie supo que decirle hasta que..
Fijó su mirada en una de las fotos que estaban mal colgadas en el fondo del pasillo a los camerinos, se acercó con tremenda cautela y la observó con detenimiento, apartó la espesa capa de polvo que lo cubría parcialmente y sus ojos se abrieron perplejos; ahí estaba él , mirándole con unos ojos oscuros color sepia como el resto del retrato del grupo de personas, bajó la mirada y leyó la fecha de la vetusta instantánea…
Bajó la cabeza y sonrió con ternura mientras sonreía y murmuraba un dulce “te quiero” que se llevó el viento mientras las lágrimas silenciosas comenzaban a escaparse de sus ojos sin que pudiese hacer nada por evitarlo.