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ShizNat: La Diferencia por Strawberryloveless

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Notas del capitulo:

Hola hola a todos! pues como sabran, hace tiempo hice este fic, en realidad planeaba que se quedara con un capitulo, pero sus reviews dicen que les hubiese gustado una continuacion y aqui se las traigo! porque como dije antes: su opinion me interesa! :) espero que les guste, disfruten la lectura. Creo que este cap es muy largo jajaja 

2. UNA VEZ MAS

 

  • Narradora: Natsuki


El ruido de la moto, el viento que golpeaba frenéticamente el casco, el ir esquivando autos a toda velocidad y el recuerdo de las cartas que Shizuru había dejado para mí me atormentaba y al mismo tiempo me impulsaba a ir en su búsqueda. Un temor agobiante me hacía querer retroceder cuando pensaba en la posibilidad de que fuese demasiado tarde para buscarla, para decirle que aunque no estaba segura de lo que sentía, la extrañaba, que sencillamente necesitaba estar a su lado, sentirla cerca. Tenía miedo, no de Shizuru, si no de estos confusos sentimientos que me habían involucrado desde hacía un año en esta vergonzosa situación, en la que nunca imaginé terminaría persiguiéndola, como ella solía hacerlo conmigo.


Estaba decidida a encontrarla, pero mi mente no podía dejar pasar la idea de que probablemente a estas alturas ella podría estar con alguien más. Probablemente suene estúpido pensar algo así, ya que ella me amó profundamente varios años y solo habían pasado seis meses desde su última confesión, pero… ¿y si alguien más había conquistado su corazón? Yo había rechazado por completo sus sentimientos hasta el último día que nos vimos, pero en Kioto probablemente alguien más no lo hizo, además Shizuru es encantadora. Está llena de palabras cálidas, inteligencia, elegancia, esa dulce sonrisa y una belleza poco común, seguramente había encontrado a una persona que pudiese darle todo lo que yo no pude, hacerla feliz. Frené con violencia antes de pensar siquiera en orillarme. Algunos conductores pitaron escandalosamente pero fueron ignorados, ya que mi mente se encontraba luchando por entender, si valía la pena intentarlo sin estar completamente segura de mis sentimientos. Tragué saliva y miré la carretera que me llevaría hasta ella. No sabía si estaba haciendo lo correcto, pero entonces ¿qué debería hacer para calmar este vacío tan profundo dentro de mi pecho? Forcé un poco la vista y alcancé a leer un letrero que estaba a escasos metros de mí y que captó por completo mi atención “Retorno a 1km” Me sudaron las manos, pues aún tenía la posibilidad de ser una cobarde y regresar como si nada hubiese pasado. Podría olvidar este sentimiento y convencerme de que Shizuru era feliz con alguien que le correspondiese tal y como ella merece. Fue entonces que a mi mente volvió la última línea de la segunda carta de Shizuru “Natsuki, siempre te amaré” ¿Podría ser? ¿Podía confiar en unas simples palabras escritas por ella hace seis meses? ¿Y si no era así? ¡Mierda! ¿Por qué tiene que ser tan complicado? Cerré los ojos un instante, buscando serenidad, debía pensar claro antes de tomar una decisión. A mi mente volvió su rostro, su figura, su olor y el sonido de su voz. Una lluvia de recuerdos me invadió. El jardín donde nos conocimos, su ayuda incondicional frente a cualquier situación, esa época cuando éramos Hime y ella me protegió por encima de todo cuando mis poderes me hicieron vulnerable, nuestro primer beso antes de desaparecer, nuestra última conversación, sus lágrimas… abrí los ojos y mire detenidamente el largo camino de concreto que aún me faltaba por recorrer. Sin duda, Shizuru me había amado demasiado, no podía dejar de hacerlo en tan poco tiempo. Confiando en esa idea y sin dudarlo un segundo más, arranqué con rapidez, dejando atrás el letrero que hacía unos instantes, me habría hecho cometer el error más grande de mi vida.

Por fin, después de manejar varias horas, llegue a Kioto. Me detuve para sacar de mi bolsillo un papel en donde había anotado la dirección de Shizuru. Leí un par de veces, memoricé las letras y continué mi búsqueda. Tras pasar calles, casas, templos, parques y escuelas varias veces, por fin encontré el lugar. Se trataba de un alto y antiguo edificio rustico, los ladrillos rojizos adornaban la mayor parte del mismo y las enormes puertas y ventanas tenían bordes de refinada madera color marrón, definitivamente seria este el lugar que Shizuru elegiría para vivir pues iba completamente con ella. Estacioné la moto del otro lado de la acera, retiré el casco y sin pensarlo dos veces me encamine con rapidez, entrando al edificio. Quede maravillada con el lugar, ya que era sumamente elegante por dentro. Muebles antiguos, lujosa alfombra debajo de mis pies, cuadros retorcidamente encantadores y un personal impecable. No había ascensor, por lo que subí las escaleras casi corriendo. Llegue al tercer piso y caminé por el largo corredor buscando el número escrito en el papel. Luego de varios minutos, me topé con la puerta de su departamento. Dude un instante y respire hondo, hacía mucho que no nos veíamos. No recuerdo haber estado tan nerviosa en mi vida. Con manos temblorosas y un corazón acelerado me armé de valor suficiente para tocar la puerta. No hubo respuesta alguna. Las dudas se apoderaron nuevamente de mí, tal vez la dirección que había conseguido era incorrecta. Moví negativamente la cabeza para después volver a golpear, pero ahora con más fuerza. Nada. Mire por debajo de la puerta y note que las luces estaban apagadas. Me puse de pie y recargue la espalda sobre la madera color marrón. Debo admitir que estaba un tanto decepcionada. Mire el móvil, era viernes y pasaban de las ocho de la noche, seguramente Shizuru había salido. Espere un par de minutos, pero ella no apareció. Preferí esperar afuera, por lo que regresé hasta donde había dejado la moto, tenía que ser paciente o de lo contrario habría venido en vano.


Contemplé la bella noche y con ella la enorme y exquisita luna, la cual estaba siendo testigo de que por primera vez en mucho tiempo, estaba abriendo mi corazón de una manera que ni siquiera yo hubiese llegado a imaginar. Miré la hora y seguí esperando. Me encontraba del otro lado de la calle, recargada sobre mi motocicleta, justo frente al enorme edificio. Subí a tope el cierre de mi traje, pues empezaba a hacer frio, pero el hecho de saber que la vería, era motivo suficiente para sentir calidez en mi corazón. Esta chica había tocado mi alma por encima de cualquier otra persona, era aquella que siempre había estado para mí, esa hermosa mujer que nunca hizo otra cosa que no fuese pensar y preocuparse por mí. Yo había rechazado su amor, la había rechazado a ella por completo, dejé que me besara y que después se marchara, sabiendo que eso nos lastimaría a ambas. No tuve el valor suficiente para detenerla y aceptar estos confusos sentimientos, por lo que ahora me veo aquí, en esta situación, buscándola, persiguiéndola después de seis meses, teniendo la pequeña esperanza de que me pueda aceptar nuevamente. Me tomó un buen tiempo darme cuenta que realmente la extrañaba, que este vacío era por su ausencia, que todo este tiempo si pude seguir adelante fue gracias a ella que supo sacarme de aquellos días de soledad con sus palabras, con su paciencia y sobretodo con su amor. Nunca lo había pensado, pero ahora me daba cuenta de que después del carnaval de las HIME, mi vida se resumía en dos simples palabras: SHIZURU FUJINO. Todo mi mundo giraba en torno a ella, pues si necesitaba algo esa chica lo conseguía, si quería un consejo, una palabra cálida Shizuru aparecía, cuando necesitaba ayuda en alguna materia, ella me dedicaba el tiempo que fuese necesario, aun cuando estaba llena de trabajo por hacer, sin siquiera esperar algo a cambio. Tal vez muy en el fondo era yo quien quería estar a su lado y por eso siempre terminaba buscándola. Es curioso, pero ahora podía ver con claridad, que sin importar la situación, al final terminaba siendo arrastrada hasta ella, así como una torpe polilla es atraída por la luz.


-Que estúpida eres, Natsuki- me reprocho a mí misma en un suspiro. Elevo la mirada hacia el edificio de ladrillos, es demasiado alto y la luna comienza a ocultarse detrás de él. Examino lentamente el perfecto rectángulo, de arriba hacia abajo. Noto que hay algunas aves paradas en lo alto de la figura, se pasean de un lado a otro sobre los bordes del techo con sus diminutas patas, agitando sus emplumadas alas, seguramente contemplan un mejor paisaje que yo desde esa altura. Desvió la mirada, hay un par de ventanas abiertas y otras cerradas, algunas habitaciones encienden las luces mientras que otras permanecen completamente apagadas. Cortinas abiertas permiten que mis ojos contemplen a diversas personas realizando sus actividades cotidianas, veo algunos televisores encendidos, escucho un par de risas, gritos y escasas conversaciones provenientes de los primeros pisos. Desciendo más rápido la mirada con el fin de terminar mi evaluación sobre el elegante lugar, topándome con el gran portón principal de color marrón, del cual entra y sale una diminuta cantidad de personas.

Es en ese momento en el que mis pupilas se dilatan y mi corazón se sobresalta al reconocer esa perfecta figura. Sus lacios cabellos castaños se mueven en armonía con el viento, mientras Shizuru camina a paso lento sobre el otro lado de la acera. Noto que un sobresalto la hace detenerse con brusquedad antes de entrar al enorme edificio, ella gira la cabeza hacia la izquierda y esboza una amplia y perfecta sonrisa ¿A quién le sonríe? No obtengo respuesta ya que mi corazón se acelera, tenía tanto tiempo sin verla. Siento una emoción y una sensación de alivio por no haber tomado el retorno hace unas horas en aquella carretera.


Aunque estaba muy nerviosa, no podía esperar más, por lo que me encamine al borde de la acera, esperando a que la luz roja del semáforo detuviese a la enorme cantidad de autos que me impedían llegar a ella. No despegue la vista ni un segundo, era la misma de siempre, solo que ahora su cabello estaba un poco más largo que antes y su vestimenta universitaria era aún más formal que la de Fuuka. La mire agitar animadamente la palma de la mano derecha, al parecer estaba saludando a alguien, después contemple como se acercaba a esa persona, forcé la vista y gracias a que la distancia entre nosotras no era mucha, pude notar que se trataba de una chica. El semáforo apunto verde, pero yo me quede inmóvil, observando la escena frente a mis ojos. ¿Quién era ella? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Era mucho más bajita que Shizuru, tenía cabellos negros, los cuales llevaba atados en una alta cola de caballo, su piel era blanca y poseía una figura demasiado delgada. Me sorprendió cuando me di cuenta que llevaba puesto el mismo uniforme escolar que Shizuru. Mire atenta, apreciando como ambas platicaban animadamente, pero el ruido de los autos me impedía escuchar su conversación. Sentí un malestar desconocido cuando note que Shizuru le sonreía con tanta dulzura y la chica reaccionaba sonrojándose ¿Qué era esta punzada en el pecho? Suspiré, necesitaba tranquilizarme. Seguramente estaba malinterpretando las cosas, además se trataba de una simple charla. Seguí atenta a cada movimiento que hiciesen. El semáforo detuvo por segunda ocasión a los autos y yo dude, no quería llegar de repente sin saber quién era esa chica. Podría tratarse de una amiga, pero tampoco descartaba la posibilidad de que se tratase de una novia. El malestar desapareció por fin y con ello nuevamente pude observar la escena y entonces todo pareció empeorar. La chica se había abalanzado sobre Shizuru, quien no opuso resistencia alguna y abrió los brazos de par en par, recibiéndola en un caluroso abrazo. La rodeo con ambos brazos y la mantuvo así varios minutos.

Cerré los ojos por inercia, no quería mirar, incliné la cabeza y apreté con fuerza ambos puños de las manos. Se trataba solo de un abrazo, eso no significaba nada, no debía tener mayor relevancia. Sin embargo, cuando levante la vista una vez más, ese vacío que había sentido durante estos seis meses regreso a mí, cuando vi que la chica le estaba haciendo entrega de una carta ¿una declaración? Shizuru sin pensarlo dos veces acepto el sobre ¿Eso era una señal de que había aceptado sus sentimientos? Cuando creí que lo peor había pasado, vi como la chica se paró de puntitas para alcanzar la mejilla de Shizuru y plantarle un corto beso. La castaña no correspondió a tal gesto, pero pareció algo sorprendida. Malestar, es la palabra que usaría para describir este momento, pues en mi interior parecía como si algo se hubiese quebrado. “Debí venir antes” pensé antes de dar media vuelta, dispuesta a regresar a Tokio. Fue en ese momento en el que una chica desconocida cruzó la calle descuidadamente cuando el semáforo seguía en luz roja. El ruido de los frenos de todos los automóviles fue escandalosamente feroz.

 

  • Narradora: Shizuru


Conductores molestos pitaron escandalosamente llamando la atención de todas las personas de alrededor, incluyéndome. Miré directamente a la calle, una extraña chica había cruzado con el semáforo en rojo, ocasionando un embotellamiento de autos. Vi a la joven avergonzada pedir disculpas mientras inclinaba la cabeza repetidas veces, pero eso no detuvo los insultos y abucheos por parte de los enfurecidos conductores. La seguí con la mirada y sonreí al verla caminar torpemente del otro lado de la acera, pero fue en ese preciso instante que me topé con ella. Esa espectacular figura se estrelló entre mis pupilas una vez más, igual que la primera vez. Deje de respirar y mi corazón latió con fuerza. No podía ser, estaba soñando.
-¿Natsuki?- murmuré su nombre después de tanto tiempo y mi corazón se llenó de felicidad. No despegue ni un segundo los ojos de ella, no podía ser verdad. Estaba del otro lado de la acera, subiéndose a la motocicleta ¿realmente era ella? Como si me hubiese escuchado, Natsuki elevo la mirada y después de seis meses, sus esmeraldas y mis carmín se encontraron una vez más. Ella de inmediato rompió el contacto visual sonrojándose con violencia. Mi corazón sintió una fuerte punzada, cuando note sus ojos empañados. La vi tomar el casco ¡se va! Casi al instante, comencé a correr rumbo al paso peatonal, olvidándome completamente de mi compañera espectadora.
-¡Natsuki!- grité mientras esperaba impaciente la llegada de la luz roja. Ella me miró con cierta tristeza, tomó el casco con una mano, mientras que con la otra acomodaba su cabello para ponérselo - ¡Natsuki! ¡Natsuki! ¡Espera!- grité frenéticamente cuando vi que bajaba el cristal del casco, lista para arrancar. No lo pensé mucho cuando opte por seguir el ejemplo de la chica anterior y crucé la calle repentinamente. El ruido de los autos frenando, los pitidos y algunos gritos de los conductores no me detuvieron. Llegué hasta la acera y el ruido del motor encendiéndose me hizo correr todavía más rápido.
-¡Natsuki!- grité al tiempo que llegaba hasta ella y la tomaba del brazo con fuerza, mientras trataba de recobrar el aliento. Inmediatamente me miró.
-¡Suéltame!- forcejeó, pero no la pensaba dejar ir, la abracé con fuerza por encima de los hombros y me hundí en su cuello ¡Dios mío! Amaba su aroma.
-No te vayas- suplique- Por favor, no te vayas sin decirme primero a que has venido- Sentí como su cuerpo se relajó al instante.
-Suéltame - volvió a decir ahora con más calma. Aunque no quería, tuve que apartarme. Me alejé lentamente y la miré como si no la hubiese visto en años, seguía tan hermosa como siempre.
-¿Qué quieres?- me dijo ella con cara seria y desviando la mirada.
-¿No se supone que debería ser yo la que haga esa pregunta? Tú fuiste la que viajó kilómetros hasta aquí, ¿puedo saber porque?- mantuve fija la mirada, deseosa por abrazarla una vez más.

  • Narradora: Natsuki


-Venía a darte las gracias- respondí estúpidamente sin mirarla. ¿Por qué dije eso? ¡Rayos!
-Yo no he hecho nada ¿a qué debo el honor?- ella pareció sorprendida. Su voz era igual de dulce y aún conservaba ese acento que la diferenciaba de los demás. No quería mirarla, estaba enfadada conmigo misma, debí irme rápido antes de verla, antes de que ella me viese. Ahora no sabía que decir, la seguridad que sentía antes, se había esfumado luego de ver la escena anterior.
-Yo...bueno, realmente...-Su penetrante mirada me ponía lo suficientemente nerviosa como para hacerme tartamudear.
-Podemos platicar adentro – interrumpió mientras señalaba el enorme edificio- Creo que hay demasiados espectadores, además estaríamos más cómodas - agrego ella sonriendo. Miré a nuestro alrededor y note que varias personas nos miraban con atención. Me sonroje y asenté con la cabeza avergonzada por la escena anterior.
Bajé de la moto, retiré el casco y acomodé algunos mechones rebeldes de mi cabello. Desde nuestro encuentro, sentía la intensa mirada de Shizuru sobre cada uno de mis movimientos y yo no había tenido el coraje de mirarla a los ojos ni un segundo debido a eso. Cruzamos la calle y caminamos hasta llegar al enorme portón del edificio y entonces recordé a la chica que estaba con Shizuru. Miré discretamente alrededor y no la encontré, se había ido ¿debería preguntarle? Probablemente en otra ocasión. Caminaba al costado de Shizuru, ella no había dicho nada desde que sugirió entrar y yo tampoco. Recorrimos la larga y lujosa alfombra, mientras escuchaba a mi acompañante saludar a un sinfín de personas durante el recorrido. Siempre ha sido tan popular.
-Es en el tercer piso- comentó Shizuru hablando por primera vez desde hacía un buen rato.
-Lo sé- esa palabra se escapó de mi boca. Shizuru me miró con ojos interrogantes y yo trate de disimular el evidente sonrojo, sin embargo ella no hizo cuestión alguna, solo me sonrió y siguió subiendo las escaleras mientras yo le seguía fingiendo no conocer el camino.
-Es aquí- dijo Shizuru deteniéndose mucho antes de llegar a la puerta que coincidía con la dirección que yo había investigado. La mire interrogante.
-Creía que tu departamento era aquel- señale la última puerta del pasillo y ella me sonrió traviesa, con eso entendí que había caído en su juego, en su trampa.
-Entonces si investigaste la dirección completa, que feliz me hace saber eso- dijo sonriente mientras continuaba caminando hasta la puerta donde horas antes la había esperado paciente. Me quede parada, sonrojada, cerré los ojos momentáneamente para después esbozar una media sonrisa. Extrañaba esta clase de bromas, tan propias de ella. Shizuru introdujo la llave, giro la perilla de la puerta para después hacerse a un lado.
-Adelante- dijo antes de que su mirada se encontrara con la mía, por segunda ocasión. Asenté con la cabeza con gesto de agradecimiento y entre. Camine titubeante por la habitación mientras sentía los ojos de Shizuru seguirme con atención. Escuché la puerta cerrarse a mis espaldas y casi de inmediato ella camino hasta donde me encontraba parada.
-Haré un poco de té- dijo ella adentrándose en una segunda habitación- Siéntate, en un segundo te haré compañía- su silueta desapareció seguida de su voz. Yo me quede en silencio.


Caminé despacio rumbo al sofá que ella había señalado antes de entrar a la cocina. Analice el lugar. En mi opinión, era un departamento bastante grande para una sola persona ¿viviría con alguien más? De repente el rostro de la chica de antes volvió a mi mente. Sacudí la cabeza, tenía que dejar de hacerme preguntas tontas, pues lo único que hacía era inquietarme más. Me senté en el sofá y esperé, el silencio reino al instante, solo podía escuchar el ruido de los utensilios de cocina. Era tarde, seguramente pasaban de las nueve y tendría que manejar a casa toda la noche, pero no importaba, tenía un motivo para estar aquí y no pensaba irme sin aclarar mis sentimientos o al menos, no hasta saber quién era esa chica. Estaba demasiado nerviosa como para seguir esperando, me puse de pie y caminé hacia la habitación en la que Shizuru había entrado hacia unos instantes. Mis pasos fueron tenues y lentos. Me detuve inmediatamente cuando me topé con su figura, me recargue sobre el marco de la puerta y la observé con atención. Ahí estaba ella, con su largo cabello castaño y esos profundos ojos carmín. Inclinada, buscando un par de tazas dentro de un compartimento de madera junto a la estufa. La escudriñé en silencio de pies a cabeza ¿siempre había sido tan hermosa? Exhale de repente, delatándome. Shizuru me miro por encima del hombro y me sonrió.
-Ara, no te escuché entrar- dijo poniéndose de pie con ambas tazas.
-Tu departamento es muy bonito- balbucee mirando detenidamente los alrededores.
-¿Te parece? Aunque siempre he pensado que es demasiado grande para una sola persona ¿no crees?- preguntó vagamente mientras servía el té, yo no respondí, la vi tomar ambas tazas y caminar hasta mí.
-Aquí tienes, Natsuki- pronunció mi nombre tan lentamente que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
-Gracias Shizuru- respondí prefiriendo mantener la vista fija en el líquido. Sin decir nada, caminamos hasta el sofá. Ella se acomodó sobre el pomposo mueble antes de dar un pequeño sorbo a su taza de té.
-Entonces pasaste el examen- dijo de repente sobresaltándome.

  • Narradora: Shizuru


-Sí, fue una nota perfecta- me dijo y noté como una sonrisa orgullosa se dibujaba en su rostro- Por eso vine a agradecerte Shizuru, no lo hubiera conseguido sin tu ayuda-
-No tienes nada que agradecer Natsuki, todo fue gracias a que te esforzaste mucho. Felicidades - dicho esto, el rostro de Natsuki reflejó felicidad - ¿Sabes? me siento importante...-dije captando nuevamente la atención de esas esmeraldas-...Natsuki viajó kilómetros solo para darme las gracias ¿No será más bien que me extrañabas y querías verme?-
-¡¡Tonta!! ¡No digas esas cosas!- gritó escandalosamente con ese tono avergonzado que a mí me encantaba escuchar. Su rostro enrojecido y esa mueca de molestia me hicieron sonreír. En verdad estaba contenta de que hubiese venido a buscarme y aunque no esperaba que un agradecimiento fuese el motivo, con eso era más que suficiente para mí.
-Solo bromeo Natsuki…-dije intentando tranquilizarla-…pero, en verdad me hace muy feliz volver a verte, te he extrañado mucho- Ella me miró con un suave rubor cubriendo sus mejillas, desvió la mirada para tomar aire y luego decir:
-No creo que a tu novia le agrade saber que le dices este tipo de cosas a otras personas- No entendí a qué venia ese comentario tan repentino.
-¿Mi novia?- No tenía la menor idea de lo que Natsuki estaba diciendo, pues hasta donde estaba enterada, yo seguía estando soltera.
-Si, la chica que estaba contigo hace unos minutos afuera del edificio-
-¿La chica que estaba conmigo?- Aunque ya sabía a quién se refería mi enfurecida Natsuki, quería hacerle enfadar un poco más y con ello saber cómo era posible que hubiese sacado tan precipitadas conclusiones.
-¡Sí! ¡La chica que te abrazó afuera del edificio, después te dio un sobre y al final te besó! ¡De esa chica hablo!- No pude evitar sorprenderme ante el tono de voz y el enfado con el que Natsuki decía esas palabras. Ahora entendía porque decía que esta chica era mi novia, no pude evitar sonreír. Acaso esta era una escena de ¿celos?
-Te refieres a Kagura- comente y ella ni siquiera me miró, continuó con el ceño fruncido, brazos cruzados y la vista hacia otra parte.

 

  • Narradora: Natsuki


Así que el nombre de esa mujer era Kagura. No entendía porque hablar sobre ella o el simple hecho de recordar la escena me revolvía el estómago. Mai había dicho que esta sensación es llamada… ¿Celos? ¿Estaba celosa? No, eso no era posible.
-Con que estabas mirándonos- dijo Shizuru con ese tono juguetón que tanto odio pero que al mismo tiempo me gusta.
-¡Y como no querías que las viera, si estaban en medio de la calle!- traté de excusarme - Yo estaba esperándote, pero no pude acercarme cuando te vi porque tú y ella estaban…muy…juntas – tartamudeé torpemente.
-¿Natsuki estas celosa de Kagura?- me dijo sonriente con esa mirada fija - No tienes por qué estarlo…-Shizuru acerco el dorso de su mano a una de mis mejillas, acariciando con dulzura mí ya enrojecida piel -… sabes que yo solamente te quiero a ti Natsuki. No podría pensar en alguien más que no fueses tú cuando se trata de amor - La seriedad con la que dijo esas palabras me detuvo el corazón un instante, pero en automático mi boca se abrió para decir:
-¡Shizuru! ¡No digas ese tipo de cosas! - ella me sonrió al tiempo que retiraba su mano, como si hubiese estado bromeando, pero su rostro reflejó cierta tristeza. Hasta ahora me daba cuenta que, cuando rechazaba esa clase de comentarios, abrazos, cumplidos o algo por el estilo, esa mirada de soledad se apoderaba de los ojos de Shizuru. Ya no pude decir nada, me aferré a la taza de té esperando a que el semblante de su rostro desapareciese por arte de magia, mientras me culpaba por no poder ser yo quien lo cambiase.
-Kagura es una chica de mi universidad, es menor que nosotras…-comenzó a explicar con calma - …ella es muy cariñosa con todas las personas. Lo que viste no fue nada más que un agradecimiento – la voz de Shizuru sonaba decaída. La vi colocar su taza vacía sobre la mesita que estaba frente al sofá.
-¿Agradecimiento?- pregunte mirándola interrogante.
-A ella le gustaba un chico de mi clase llamado Ren, pero él no tenía la menor idea de que ella existía…-Shizuru se quita los zapatos antes de subir los pies al sofá - …- así que me pidió ayuda para que él fuese su novio - Ella esboza una media sonrisa antes de seguir con la historia - Fue muy divertido ¿sabes? tardamos bastante tiempo para que ella consiguiera una cita con él. Justo hoy, Kagura me dijo que Ren se le confeso, luego de darme la noticia me abrazó y no pude evitar corresponder a su abrazo, estaba feliz por ella...- Mientras Shizuru explicaba detalladamente que había pasado mientras yo malinterpretaba la escena del otro lado de la calle, todo comenzaba a tener sentido-…La tarjeta que me dio es de agradecimiento, puedes leerla si gustas...- dijo señalando el sobre que estaba encima de un par de libros viejos a lado del sofá -…y en cuanto al beso, eso no me lo esperaba, pero te puedo asegurar que se trató de un beso amistoso – Dijo finalizando la historia y clavando nuevamente su mirada en mí, como esperando que dijese algo.
-No te pedí una explicación, ni siquiera tenías porque dármela- Usé un tono indiferente, aunque debo admitir que sus palabras me tranquilizaron demasiado.
-Pero sé que la necesitabas- sus palabras llegaron de sorpresa. La miré, sus carmín me miraron y por un momento me sentí como en aquellos días de Fuuka, cuando ambas estábamos juntas y no a kilómetros de distancia. Sin duda, solo Shizuru era la única persona capaz de comprenderme sin que yo dijese una sola palabra.

 

  • Narradora: Shizuru


Platicamos sin parar de un montón de cosas. Reímos a carcajadas cuando Natsuki me conto que Nao se había vuelto cada vez más religiosa. Platicamos sobre Mai y Mikoto, quienes se habían vuelto incluso más cercanas que antes. También surgió el tema del consejo estudiantil y las nuevas reglas que Haruka le había sugerido usar a Yukino durante su presidencia, para que los alumnos fuesen más responsables. Natsuki me conto lo buena que se había vuelto en los deportes y sobre su trabajo de medio tiempo, el cual consistía en vender motocicletas. Hablamos sobre Kioto, mi nueva universidad y el gran grupo de amigos y admiradoras que había conocido recientemente. Sin embargo, pese a la gran confianza que nos tenemos la una a la otra, yo la miraba y al conocerla tan bien, sabia, pero sobretodo sentía, que me ocultaba algo importante. Sin darnos cuenta, se había hecho tarde.
-Creo que es hora de que me vaya- dijo Natsuki colocando la taza vacía sobre la mesita al tiempo que se ponía de pie.
-Pero se ha hecho de noche, podría sucederte algo en el camino – dije tratando de evitar su partida.
-Es por eso mismo que me voy, debes querer descansar y no quiero ser una molestia. Vendré a visitarte en vacaciones - No quería dejarla ir ¿qué hacer para detenerla una vez más?
-¿Planeas conducir toda la noche? Es muy peligroso Natsuki, podrías pasar la noche aquí – Sonaría atrevido, pero estaba realmente dispuesta a hacer lo que fuera para que se quedara un poco más.
-No te preocupes, estoy acostumbrada, eso no será problema. Nos veremos en un par de meses – Empezaba a desesperarme, aquel día fue tan difícil despedirme de ella y aunque habían pasado seis meses, dentro de mí, nada había cambiado. La amaba profundamente, siempre lo haría. Haberla visto hoy, saber que vino a buscarme y ver que estaba frente a mí después de tanto tiempo, me llenaba de una inmensa alegría, no quería que se fuera. No de nuevo. Nunca.
-Natsuki espera…-dije poniéndome de pie y tomando su mano con delicadeza. Ella se volvió a verme alerta-…Mira, parece que está empezando a llover- señalé en dirección a la ventana. Fue como si mis plegarias hubiesen llegado al cielo, ahora tenía una excusa para no dejarla ir, por lo menos no esta noche.
-Es una simple lluvia Shizuru – insistió tercamente ella.
-Natsuki…-dije su nombre en un suspiró-…no me conoces si crees que te voy a dejar ir con este clima y de noche-
-Pero…-
-Además es casi fin de semana, no hay prisa en regresar ¿o sí?- ella solo me miro con desaprobación y yo sonreí - Entonces no se diga más, te quedas esta noche- dije finalizando la discusión. Una mueca de disgusto y un suspiro profundo me indicaron que se había dado por vencida, pero segundos después volvió a hablar.
-De acuerdo, buscare un hotel entonces…-
-Ara, ¿no habíamos hablado antes sobre que este departamento es demasiado grande para una persona? Sabes que puedes pasar la noche aquí - Sabia que mi proposición sería algo atrevida para ella, pues conocía mis sentimientos y no habíamos vuelto a dormir juntas después de aquella terrible noche durante el carnaval de las Hime, sin embargo debía intentarlo.
-No, Shizuru yo…- amaba la forma en la que el rubor cubría cada rincón de su rostro mientras hablaba con ese tono de voz avergonzado y molesto a la vez.
-Viniste a visitarme de tan lejos, lo mínimo que puedo hacer es dejar que te quedes a pasar la noche ¿no crees? Además los hoteles aquí son muy caros- insistiría una y otra vez hasta que aceptara.
-Está bien…-accedio sin sonar muy convencida - …solamente porque he venido inesperadamente y me he quedado sin dinero - se echó nuevamente al sillón con esa cara de puchero que tanto extrañaba ver. Sonreí llena de emoción.

 

  • Narradora: Natsuki


Mi corazón latía con fuerza mientras miraba a Shizuru destender las sábanas de la cama. Me había dado un baño y ella me había prestado una de sus pijamas favoritas. Me sentí abrumada por el perfume que desprendían las prendas de Shizuru, era como si ella me tuviese envuelta en un caluroso abrazo. Y aunque yo había sugerido dormir en el sofá, ella había rechazado completamente la idea, así como yo había descartado la suya de que ella durmiese en su propio sofá, por lo que terminamos durmiendo las dos en la misma cama. Mis movimientos eran torpes y nerviosos, sentía el pecho acelerado y una ansiedad terrible.
-Ya está- dijo Shizuru luego de colocar un par de almohadas extra sobre la cama.
-De acuerdo- dije mirando en otra dirección. Ambas nos recostamos, Shizuru apagó las luces y solo el brillo de la luna a través de la ventana, me permitía contemplar la perfecta figura que estaba a mi lado.
-Que descanses Natsuki- su voz era como un fosforo en medio de la oscuridad.
-Si…descansa Shizuru- los latidos de mi corazón se estabilizaron poco a poco. El silencio reinaba en la habitación y yo no había podido cerrar los ojos ni un instante. Fue entonces que recordé que aún no le confesaba nada a Shizuru; Tenía que decírselo, mañana regresaría a Tokio, debía aprovechar ahora que estábamos juntas. Tragué saliva, respire profundamente y la miré. Contemplé su rostro sereno, el sonido de su respiración, su larga y sedosa cabellera castaña y ese perfil increíblemente perfecto.
-Shizuru…-susurre muy sutilmente. Ella no reacciono- Shizuru…-le llame de nuevo y no hubo respuesta, estaba profundamente dormida, debía estar cansada, pero yo necesitaba hablar con ella. Con manos temblorosas toque la piel desnuda de su brazo, el contacto fue asombroso, era tan suave.
-Nat...suki...-susurró entre sueños, el calor subió con rapidez a mi rostro. Retire la mano y baje la mirada ¿qué debía hacer? antes de salir de la habitación, la miré una vez más. No podía hacerlo, por más que quería me faltaba valor. Tenía miedo, miedo de amar y ser lastimada, miedo de no saber amar y lastimarla. Deambulé una y otra vez por todo el departamento hasta toparme con un par de hojas y un bolígrafo.

 

  • Narradora: Shizuru


Cuando desperté al siguiente día Natsuki no estaba. Me incorpore con rapidez y de inmediato note que al pie de la cama se encontraban perfectamente dobladas las prendas que le había dado la noche anterior. Me levante a toda prisa, evitando prestarle mucha atención al dolor en mi pecho ¿se había ido sin siquiera despedirse? Imagine que mi proposición la pudo haber incomodado, pero no pensé que llegaría al extremo de marcharse sin decir algo. Desde aquella noche, he tenido claro que ella nunca me aceptara, ni a mí y mucho menos a mis sentimientos. No importa cuánto tiempo llegue a pasar, ella siempre estará ahí como una amiga y nada más. Recorrí detenidamente el departamento pero no hubo rastro alguno de ella. Mire por la ventana y su motocicleta tampoco estaba donde antes. Se había ido. Un suspiro y un aura de tristeza me invadió rápidamente de pies a cabeza. Al menos tenía la satisfacción de haber dormido con ella en la misma cama y ese pobre recuerdo me reconfortaba un poco. Tomé una ducha rápida antes de dirigirme a la cocina y preparar una taza de cafe, habia perdido el apetito. Durante mi rutina diaria, visualice un sobre que estaba encima del mueble de libros viejos y junto a él, se encontraba la carta de agradecimiento que me había dado Kagura el día anterior. Con el corazón desbordándose camine temerosa hacia el desconocido papel “Buenos días Shizuru” decía al reverso de éste. Emociones de todo tipo comenzaron a invadirme, entre ellas miedo. Abrí el sobre y saqué la hoja del interior para leer lo siguiente:

Creo que no te conocía, creo que no lo sabía,
Que estabas cerca de mí.
Tuve que darme cuenta después de perderte
Para saberlo, solo como tú lo sabias.
Lo siento, no pude darme cuenta de que estabas llorando,
Lo siento, yo iré ante ti.
Una vez más, una vez más,
¿Puedes venir a mi lado una vez más?
Siempre, siempre te amaré solo a ti.
Este lamento tuvo que llegar tarde a mí
Y ahora te amo más.

Fui tan estúpida para decir, que no estabas en mi corazón,
Mis palabras te han dolido mucho.
Si no hubieras existido, no habría conocido la felicidad,
Pero ahora lo sé, eso que se llama amor eres tú.
Gracias, por mostrarme lo que es el amor,
Gracias, te amaré mas ahora.
Una vez más, solo una vez más,
¿Puedes venir a mi lado una vez más?
Siempre, siempre te amaré solo a ti.
Te quiero, te quiero, te quiero,
¿Podrías aceptar a alguien como yo una vez más?
El amor que me has dado, siempre te lo compensaré.
Por favor, permíteme estar a tu lado,
Por favor, toma mis manos una vez más…

Shizuru, hace tiempo me di cuenta que nuestro amor nunca tuvo diferencia.
Lamento decirlo hasta ahora pero, yo también, te amo
-Natsuki Kuga-

  • Narradora: Natsuki


Cuando volví al departamento entré sin hacer ruido. Había dejado la puerta sin llave para no tener que despertarla. Eran ya las once de la mañana y había tardado más de lo esperado en el supermercado. Las filas eran inmensas y debido a que no conocía Kioto, me perdí en las calles un par de horas. Cerré la puerta con cuidado, tratando de hacer el mínimo ruido posible. Coloqué las bolsas sobre la barra de madera en la cocina. Estaba agotada, pero debía seguir mi plan: preparar el desayuno. Caminé rumbo a la habitación, con el fin de asegurarme de que Shizuru siguiese dormida, pero antes de llegar a la puerta me topé con ella, quien estaba sentada sobre el sofá, encorvada y en completo silencio. Me acerqué a paso lento y pude notarlo, estaba temblando.

 

Continuara...

Notas finales:

Bueno! pues espero les haya gustado! Debo aclarar que la carta que escribio natsuki al igual que las del capitulo anterior que escribio shizuru, son canciones! por si alguien reconoce la letra o algo asi jaja no olviden comentar! me encanta leer sus reviews para saber si les esta gustando!

SORPRESA: habra un tercer capitulo! claro que tiene que seguir esta historia!! :)  espero que les guste! y comenten mucho mucho! :) jajaja gracias x leer ;)


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