Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ladrón De Almas por Vampire White Du Schiffer

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hoy tenemos algo poquito más serio, y un par de confesiones.,

 

 

 

-Kazuki. –Susurró el mayor. –No creo que se pongan contentos de sabernos aquí.

-Mmm, dejemos eso para después. –Se retiraron a donde se encontrarían con su contratista. En una casa casi a punto de caerse, con cortinas desgastadas y viejas, había una enorme caja, y frente a ella un guapo jovencito de cabellos negros y ojos claros. Abdón.

-¿Y ahora? –Preguntó.

-Son ellos, no nos cabe la menor duda. –Dijo Kazuki afablemente. –Son muy fuertes y determinados.

-Entonces les dejo en sus manos detenerlos. –Pasó su dedo índice por una extraña joya de color amatista. Un anillo en corte rectangular en adornos plata. –Quiero a Ophelia ilesa, tráiganmela junto con el Emperador del relámpago. –Besó el anillo con devoción. 

 

*Una hora después*

-¿Por qué no terminamos de llegar al cuartel? –Preguntaba Ginji mientras caminaban en medio de las oscuras calles del pueblo.

-No creo que sea conveniente. –Respondió Ban.

-Dejamos el auto cerca de aquél lugar. ¿No crees que es una estupidez, capitán? –preguntó Ophelia.

-No creo que sean tan tontos como para ir por él. Lo que buscan ahora es a ti. –Dijo sin mirarla. –Eso me hace pensar que Abdón-chan no está deseoso de verte en buenas condiciones.

-Err.

-¿Hay algo que aún no nos hayas dicho, Ophe-chan?

-No sé qué más podría faltar. –Ban enarcó una ceja, detuvo sus pasos y se plantó frente a la chica.

-¿Segura?

-¿Quieres que te diga todo aquí afuera? –Le retó. Ban le miró durante unos segundos.

-Lleguemos a tu casa. –Dejó que la chica caminase adelante. Llegaron a una casita encantadora, de ventanas grandes y habitaciones pequeñas. Pintada en color perla. Abrió la puerta y suspiró hondamente. Todo estaba en total desorden, al parecer habían buscado y rebuscado algo en particular. La chica se puso a levantar la mesa y sobreponer un pequeño florero de plástico que se había salvado. Son sumo aire melancólico. Ginji se preocupó y se puso ayudarle, por lo mientras Ban buscó en cada esquina por si había alguna cámara o radio que les estuviese espiando.

-Cuando éramos pequeños. –Comenzó su relato mientras agarraba una muñeca rota. –Mi primo y yo nunca nos separábamos, y mi hermano cuidaba de ambos, fue en aquel entonces que papá nos dijo el enorme peso que cargaría sobre nuestros hombros por ser los nuevos vigilantes del cuadro, como mocosos comunes no entendimos nada hasta que empezaron a ocurrir cosas que no entendíamos. Una vez, en esta casa, el cuadro fue resguardado, y en un cataclismo provocado por mi primo… -Se le hizo un nudo en la garganta. –Extrajo decenas de almas, con un método que estudió y perfeccionó el mismo con los libros de nuestra familia, y las metió dentro del cuadro. Sé que suena difícil de creer, pero esa es la verdad, mi primo se ha vuelto muy fuerte.

-Entonces, -Interrumpió Ban. -¿Para qué quiere de nuevo el cuadro si tiene tanto poder? ¿Y por qué te sigue buscando?

-Sabe que quiero detenerlo. Además, después de algún tiempo, descubrimos que el cuadro de “Valle de México” tiene algo sumamente especial que lo vuelve el único contenedor posible para lo que el busca, y lo que el quiere es contener a todo enemigo que se le atraviese.

-¿Gobernar el mundo? –Ophelia meneó la cabeza.

-Quiere reconstruir este lugar, hace tiempo fue abandonado por el gobierno, como muchos otros pueblos de mi país, mi primo proviene de uno de los barrios más pobres de México, y piensa que coaccionando a la política podría obtener respuestas.

-Su móvil no es malvado, después de todo. –Susurró Gin.

-Pero aún así está mal. –Contestó Ban mirando por la ventana. –No es su decisión y tampoco su culpa, pero no es para tomar de esa forma las cosas. Y creo que estuvo celoso del cuadro, de la fama y el poder de influencia de José de Velazco… -Miró a la chica. –Aún no contestas exactamente lo que te pido.

-Te burlarás. –Ophelia se echó a reír. –Abdón está obsesionado conmigo y con esto. –Sacó de su pantalón una cadena de plata con una pequeña llave. –El cuadro está en una caja con temperatura moderada. La tenía mi hermano y se puede abrir con tres cosas combinadas: mi huela dactilar, la llave más un código.

-Y agraciadamente tenías que venir tú con todo el paquete completo.

-Si no la robaba Abdón iba a ir por él, y mi hermano tiene exámenes. Además no puedo dejar este lugar solo, es parte de mí.

-Arg, yo no pienso cumplir el papel de guardaespaldas. Yo sólo vine por el cuadro y eso es lo que voy a hacer. –Gin se sentía excluido del equipo, ya era más de una vez en la que Ban decía “Yo” “Yo” y “YO”. Ginji dio un golpe en la pared.

-Escucha, Ban-chan, no sé qué es lo que pasa últimamente que estás muy frío respecto a las personas, y la verdad que no me molesta que te sientas tan independiente, pero esa es una actitud que podemos tomar los dos.

-¿Qué? –Inquirió Ban sin entender. Ophelia se levantaba del suelo y ponía la mano sobre el hombro del rubio.

-Gin, por favor, no vayas a pelear con Ban.

-¡Tú no te metas! –Ban explotó.

-Ya me decidí. –Ginji se puso serio y dejó a Ophelia atrás de él. –Ophe-chan nos ha contado todo, le creo. Y tú no haces más que pensar en el dinero, ¿Qué es lo que te pasa? Sí tú no quieres cuidarla, yo lo haré, ve por el cuadro y recupera tú estúpido dinero, yo no pienso volver contigo a ningún lugar. –Sentenció. Ban estaba que no podía salir de su sorpresa.

-¡Es que tú no entiendes!

-¡¿Qué se supone que debo de entender?! ¡Estás irritablemente insoportable! ¡Jamás habías sido así, Ban-chan! –Estaba reprimiendo sus lágrimas, lo que más podía dañar el corazón de Ginji era discutir con su mejor amigo.  

-¡Es que no te quiero ver junto a ella!

-¡¿Por qué?! ¡Ella es mi amiga y podría ser tu amiga también! ¡Deja de ser tan cabezota! –El moreno se abalanzó hacía Ginji y le jaló de la muñeca.

-¡No quiero verte con ella! –Repitió. -¡Siento que te va a apartar de mí!

-¡Tonterías! –Le arrebató su mano y se dio la vuelta. Ban no pudo soportar esa escena. No pudo aguantar ver a Ginji dándole la espalda.

-¡Es que tú me gustas!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).