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De cuadrados amorosos: Devuélveme a mi Teme por Daneshka Boticcelli

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Notas del capitulo:

¡Importante!


Sé que muchas de ustedes pensaran que pienso hacer que Naruto perdone a Sasuke fácilmente y se acueste con él de la noche a la mañana. Aclaro, no será así.


Les pido por favor que no se adelanten ni saquen conclusiones con algunas de las cosas que leen o que digo, porque simplemente quizás se estén haciendo una idea equivocada.


Pregunte el orden de Lime o Lemon que estaba planificado para este capitulo porque quiero complacerlas no porque quiera más lectoras ni más reviews porque es gracioso pero cada vez que escribo un Lemon, recibo la mitad y mucho menos de eso de lo que normalmente recibo en comentarios.


Aclarados esos puntos, ¡a leer!

De cυadradon9; al4;oron9;on9;:

Devυélvel4;e a l4;ι m0;el4;e

VI

En medio de la frustración, Naruto no se contuvo y decidido esperó escondido detrás de una cerca hasta que Sakura saliera de casa y de todo el conjunto Uchiha directo al mercado.

Impulsado por sus deseos y necesidades más corpóreas, Naruto abrió la puerta principal con una patada violenta y se subió a su antigua habitación como un hombre aparentemente calmado pero llevando a una bestia salvaje dentro. De la misma manera que la anterior, de una patada abrió la puerta y entró como todo un semental dispuesto a saciar su hambre y sed hasta sentirse más complacido de lo que realmente necesitaba.

Con las piernas cruzadas, vestido sólo con un pantalón de pijama, Sasuke estaba sentado en medio de la cama, esperándole. Las cortinas cerradas impedían la entrada de la luz dejando la habitación en una ligera penumbra.

Sasuke le miró directo a los ojos y él no dudo en comenzar a desvestirse.

Sin retirar la mirada ni un momento de la oscura, Naruto sonrió debido a la situación y a la seguridad de sus actos y el temple de su comportamiento.

Desinhibido y desmedido, caminó hasta la cama y se subió en ella, quedando de rodillas frente a Sasuke. Y en un abrir y cerrar de ojos, su temple seguro y confiado se transformado en un desespero interminable cuando tomó a Sasuke de los cabellos y le obligó a inclinar la cabeza hacia arriba para poder besarle mejor.

En micros segundos ya estaba completamente excitado, mantenía el cuerpo inmóvil debajo de él y sus manos descontroladas recorrían cada centímetro de piel sin un ápice de paciencia ni pudor.

Naruto lamió, succionó, degustó y probó con desesperación por entero aquel cuerpo que conocía mejor que el propio. Pronto los pantalones del pijama fueron bajados junto con la ropa interior y Naruto supo que era el momento.

Como un macho dominante y deseoso, Naruto le dio la vuelta a Sasuke por completo, dejándole boca abajo en un simple y común movimiento y fue cuando volvió a sonreír.

Sin preocuparse por la preparación o no, Naruto se arrodilló en la cama y obligó a Sasuke a levantar la cadera y apoyarse en sus rodillas en una posición relacionada con el número cuatro y un poco sumisa y humillante.

Si preocuparse por nada más que no fuera su placer, Naruto introdujo su miembro de un sólo empujón y de inmediato comenzó a moverse salvajemente, mientras Sasuke permanecía sumergido en un silencio absurdo y ridículo.

Naruto quería escucharlo gritar. Fuera de placer o dolor, en ese instante no lograría diferenciarlo. Quería que Sasuke, en cierto malvado y retorcido modo, sufriera un poco. Un poco de lo que él había sufrido en todas esos meses. Cuando se sentía a punto de terminar, aceleró el ritmo para poder sacar al menos un par de gemidos de la boca del muñeco inflable en el que se había convertido Sasuke.

Esa clase de sesión relajante no era su preferida, no al menos cuando él era el único que participaba en ella por lo que se sintió un poco culpable e intentó hacerlo placentero para ambos yendo más despacio y cuando finalmente había logrado que Sasuke abriera la boca, estaba dispuesto a deleitarse con sus gemidos cuando lo único que salió de su boca fue el croar de una rana.

Pero... ¿Qué demonios?

Del pequeño pero molesto susto, Naruto despertó sobresaltado con las sabanas mojadas y un orgasmo a medias. El reloj sapo despertador seguía sonando y él se percato de que en medio de su sueño terriblemente húmedo, había estado embistiendo a su querido pero viejo colchón.

En medio de su vergüenza interna, Naruto no pudo más que suspirar decepcionado y pensar en comprar otro mullido, cómodo y nada húmedo colchón en donde dormir.

Al parecer estaba extrañando a Sasuke más de lo que si quiera podía imaginar, lo suficiente como para tener sueños húmedos y lujuriosos con él. Y después de una higiénica ducha, Naruto suspiró cansado y decidió aprovechar el día.

La noche anterior había regresado de una misión un poco complicada y por quinta vez desde que volvió a su pequeño departamento, lo encontró de la misma manera en la que lo había dejado. Entre bostezos y vestigios de sueño, Naruto lavó toda la ropa sucia y también la limpia que encontró a su paso tirada en el suelo y en cada uno de los rincones del lugar. Y en medio de la limpieza, le fue imposible no fijarse en el retrato del equipo 7. Sonrió melancólico pero terminó por guardarla en una gaveta de la pequeña mesa de noche y se concentró por completo en los deberes. No quería verlos, o al menos a dos de ellos.

Sacudió el polvo que cubría casi por completo todos los muebles y repisas mientras barría el sucio suelo cubierto por polvo y muchos tazones de ramen instantáneo vacíos. A pesar de que no era fácil limpiar aquel interminable desastre, lo que llevó más tiempo y esfuerzo había sido la cocina y pasó la mayoría de la mañana limpiando el refrigerador. Había un cartón de leche caducada desde hacia más de un par de años y pedazos de comida, o de algo que solía serlo, cubiertos por hongos demasiado desarrollados. Tenía todo un ecosistema en su refrigerador.

Cansado, sucio pero complacido, Naruto terminó de limpiar toda la casa y sin miramientos tomó un descanso largo tendido en su cama. Todo era tan conocido y a la vez tan diferente. Estaba de nuevo en su antiguo hogar pero aun así no se sentía del todo cómodo. Había vivido en la casa Uchiha lo suficiente como para acostumbrarse a ella y no es porque fuese un lugar terriblemente acogedor sino más bien porque una de las épocas más importantes de su vida había transcurrido en ese lugar junto a Sasuke.

Sasuke...

Ese bastardo infeliz que no había mostrado una minúscula señal que le indicara que lo sentía y mucho menos que estuviese arrepentido de lo que había sucedido. No habían hablado en más de dos meses y la llamada ley del hielo parecía ser la mejor opción para esa situación aunque debía admitir que los dos tenían demasiado orgullo como para intentar solucionar algo que al parecer estaba por completo perdido.

No sabes lo que posees hasta que en un determinado momento lo pierdes.

Por decima quinta vez, Sasuke ignoró uno más de los comentarios de doble sentido y de vez en cuando con un toque ácido que Kakashi-sensei recitaba a su lado como si de algo casual se tratase.

Tratar de olvidar a alguien que amas es como tratar de recordar a alguien que no has conocido.

Mentalmente se maldijo a sí mismo y también maldijo a Kakashi, a la misión, a quien había pedido la misión y por supuesto a la Gondaime por habérsela asignado a él junto con un adicto a mini novelas pornográficas. Estaba en mitad del bosque oculto entre las ramas de los árboles esperando por un grupo de estafadores que habían robado la casa de un anciano en una aldea vecina.

No hacer nada para solucionar la situación te convierte en el principal obstáculo de la relación.

Sasuke, en lo más profundo de su ser, respiró calmado e ignoró toda sandez y estupidez sacada seguramente de uno de los absurdos libros de Sai. Debía concentrarse y cumplir la misión con la ayuda de Kakashi o sin ella.

Kakashi-sensei por su parte suspiró, el repertorio de frases reflexivas sobre amor y la amistad que Sai le había proporcionado de una manera muy amable comenzaba a escasear. Habían pasado toda la mañana sentados en la gruesa rama de aquel inmenso árbol y por mucho que intentara representar vagamente el papel de la aparentemente inexistente conciencia de Sasuke no estaba dando resultados. Y una vez más, suspiró. Iruka-sensei tenía razón. No podía utilizar la culpabilidad de Sasuke a favor de Naruto porque Sasuke, aunque sintiera culpa por lo sucedido además de tener gran parte de ésta, no se dejaría manipular tan fácil y tontamente con un par de frases pre fabricadas.

Habían pasado cinco minutos desde su última frase y Kakashi estuvo a punto de decir otra cuando se le ocurrió intentar imitar la actitud sabia y paternal que Iruka mantenía y le era tan natural con los niños y todo ser viviente. Debía hablar con Sasuke de hombre a hombre, de maestro a ex alumno. Y luego de pensar y analizar detenidamente cada una de las palabras que planeaba decir, Kakashi tomó un largo respiro y estuvo listo para hablar.

Sasuke, a veces la amistad y el amor...— Pero se vio molestamente interrumpido cuando Sasuke, de un salto bajó del árbol.

Quince minutos después, estaba de regreso a la aldea con las pertenencias del anciano y Kakashi se sintió decepcionado de sí mismo. Había malgastado la mitad de su día intentando hablar con el indiferente y solido mural de piedra caliza a quien comúnmente se le conocía como Sasuke. Y sin culpabilidad ni más frases en su bolsillo, Kakashi deseó haber aprovechado su día leyendo aquel extraño libro que Iruka-sensei le había recomendado. Al menos de esa manera tendría un tema con el cual iniciar una conversación la próxima vez que topara con el maestro de la academia de manera nada casual y como siempre, provocada por él mismo.

Una vez devueltas las pertenencias del anciano, Sasuke pudo respirar en paz. Después de que la cuarta guerra ninja hubo terminado, las misiones de alto rango habían disminuido notoriamente. Ahora los ninjas de elite se dedicaban a pintar cercas blancas y a encontrar gatitos perdidos o extraviados que terminaba siendo lo mismo.

Toda una perdida de tiempo...

Por otro lado, el caminar entre los habitantes sonrientes y amargados de la aldea a los que alguna que otra vez había jurado matar, lo hacia sentir común y tranquilo porque todas esas personas no le tomaban siquiera un poco de atención al contrario que al inicio, cuando todos le gritaban traidor y escupían a su paso. Había pasado demasiado tiempo desde su regreso y todos lo habían olvidado, se habían acostumbrado a su presencia y quizás con el paso de los días le habrían perdonado o simplemente le ignoraban.

Si pensaba y recordaba sólo un poco, era terriblemente predecible la única razón por la que había regresado la cual era la misma por la que se había quedado en esa simple y común aldea del país del fuego. Uzumaki Naruto era la simple respuesta, dos simples palabras que conformaban un apellido y un nombre.

Después de haberse aliado con Madara y asesinado a todo el consejo de ancianos, Itachi le mostró la verdad a través de Naruto y fue entonces cuando ambos unieron fuerzas para derrotar al viejo Uchiha. Luego de que todo hubiese terminado, Tsunade en conjunto con Kakashi y Naruto, se encargaron de hacer creer a toda la villa, al país del fuego y al resto del mundo que el último y menor de los Uchiha era una especie de retorcido y macabro héroe. No paso demasiado tiempo cuando se dio a conocer quienes eran realmente los ancianos del consejo y todo lo que se escondía entre ellos. Finalmente, todo había sido declarado como la misión encubierta de más alto rango en toda la historia de la aldea la cual sólo Uchiha Sasuke era apto.

Una misión peligrosa en donde debió infiltrarse en la guarida de Orochimaru con el único motivo de acercamiento a la organización Akatsuki que lo llevaría a su objetivo final: Uchiha Madara a quien posteriormente eliminaría. Y aunque no fue considerado como un héroe sino como un ninja que mancho con demasiada sangre sus manos, muchos creyeron la historia y otros simplemente terminaron aceptándola como la única y valedera razón.

Si volvía a pensar, la única persona que había creído en su una vez muerta humanidad y desde el principio de su autodestrucción, resultó ser la persona a las que tantas veces intentó asesinar y que paradójicamente fue la única que pudo salvarlo de su eterna oscuridad. Uzumaki Naruto, años atrás y lo seguía siendo aun en el presente, se había convertido en la persona que jamás hubiese pensado que llegaría a ser: Un buen compañero, un buen amigo y un excelente amante y todo eso antes de que él lo arruinara todo.

¿Qué tal esta? ¿Sabe bien?

Sakura le miró con ojos ansiosos y preocupados, era la tercera vez que preparaba el almuerzo y ella no pudo evitar arrugar el rostro y sacar la masa deforme del interior de su boca con cierto asco.

Esto de cocinar se te da terrible — Ino le sonrió a su mejor amiga de forma burlona y también con reproche. — No esperaras que Sasuke-kun coma algo como esto, ¿cierto?

¡Por supuesto que no!— Sakura gritó enfadada y un poco sonrojada a causa de la vergüenza.

Deberías usar esto como un veneno ninja o una trampa para dejar al enemigo retorciéndose de dolor — Ino volvió a reír despreocupadamente y tiró el resto de la desagradable comida al cesto de la basura.

Por mas que intento hacer el platillo favorito de Sasuke-kun siempre termina siendo algo incomible.

Sakura había preparado Onigiris de atún o algo que en su apariencia deforme se asemejaba a uno. Estaban cubiertos por una capa de arroz demasiado cocido y con cierto sabor a quemado.

Quizás deberías tomar un par de clases de cocina.

Desde que se había mudado definitivamente a la casa Uchiha, Sakura buscó ciertos medios de entretenimiento como la cocina y la jardinería aunque ambas cosas no se le dieran del todo bien. Y en un momento de nostalgia que excedía el triple de su real importancia a causa del embarazo, miró con tristeza a su alrededor.

La casa estaba limpia, todo permanecía inmóvil en su lugar. No había huellas de barro en el piso de madera del tatami ni tampoco tazones de ramen instantáneo regados en la cocina. Por un momento extrañó la voz de Naruto anunciando su llegada o cuando ella regresaba a casa y le encontraba dormido en el sofá. Y le fue imposible no sentirse culpable, ella había sido la causante de aquella excesiva tranquilidad y silencio en esa casa.

Se sentía tonta e inútil. Usualmente, Naruto era quien preparaba los platillos favoritos de Sasuke en ocasiones especiales o simplemente cuando quería hacerlo y mentiría si dijera que Sasuke odiaba ese tipo de sorpresas y aunque no lo demostrara, Sakura sabía que Sasuke extrañaba a Naruto. Mucho. Con una simple mirada o un par de palabras era suficiente para darse cuenta de ello pero sólo si le conocías realmente y sabías mirar bajo esa expresión de marcada indiferencia.

Aun no he podido hablar con Naruto — Dijo después de suspirar, como hablándole al aire y esperando respuestas que nunca llegarían. En dos meses no había cruzado siquiera un simple hola con el rubio.

¿Por qué? Pensé que ya habías hablado con él.

No, sigue evitándome.

Después de entregar el reporte de la misión, Sasuke se dirigió al mercado para comprar tomates. Desde hacia dos meses que era una victima asidua de los experimentos culinarios de Sakura. Nada bueno para su salud ni para su cabeza, pero no la culpaba, el hecho de que Naruto la estuviese evadiendo a toda costa en conjunto con el embarazo, era un motivo lo suficientemente bueno como para deprimirla terriblemente por lo que prefería mantener la cabeza ocupada en otras cosas que recordar esos pequeños pero notorios e hirientes detalles.

En dos meses, ni Sakura ni él habían cruzado una simple palabra con Naruto. Éste iba de misión en misión sin ponerle atención realmente de qué trataba y tampoco lo que tuviese que hacer. No podía culparlo a él tampoco, esa era la manera en la que Naruto mantenía lejos de sus pensamientos todo lo relacionado con ellos dos.

Sakura cocinaba, Naruto iba de misión en misión y él se veía en la obligación de escuchar las casi interminables frases de reflexiones amorosas que Kakashi se empeñaba en recitarle cada vez que se lo encontraba a modo de castigo por lo que había y por lo que no había hecho también. Pero para él, era absurdo buscar a Naruto cuando éste había sido el que prácticamente había terminado su relación.

— No sabes lo que posees hasta que en un determinado momento lo pierdes.

De momento, escuchó las palabras de Kakashi repetirse en su cabeza una y otra vez como un susurro dentro de su oído. Sakura también le había aconsejado que debía buscarlo e intentar arreglar las cosas y finalmente pensó en la opción de ir a verle por primera vez en dos meses. La casa de Naruto quedaba relativamente cerca de allí y tras darle un par de vueltas al asunto, olvidó comprar los tomates y fue a buscar a Naruto con la única intención de hablar aunque no tuviese en claro exactamente qué diría.

Por simple educación, Sasuke tocó la puerta del departamento aún cuando no sentía el chakra de Naruto por lo que no tuvo otra opción que entrar por la ventana. Sorpresivamente, se encontró con la fugaz idea de haberse equivocado de lugar pero la decoración naranja y el poster de una espiral dibujada le confirmaron que estaba en el departamento correcto. Todo estaba en un perfecto e irreal orden.

Sasuke suspiró y tontamente se alegró de no haberse encontrado con Naruto por la simple razón de no saber por dónde iniciar una conversación tan intima y por otro lado, también se sintió decepcionado. Había tenido la vaga esperanza de verle.

Entrar por la ventana no es algo muy educado de tu parte, ¿No lo crees así, Sasuke?

Tras un puff y un poco de humo gris, Kakashi-sensei apareció sonriente en el marco de la ventada. Se sentía estúpidamente complacido de haber encontrado a Sasuke allí que su sonrisa burlona no era lo suficientemente curvada ni expresiva para demostrar cuan feliz estaba.

¿Qué es lo que quieres?

Tsunade quiere verte.

Iré enseguida, ¿Es otra misión?

Supongo que sí, tú adelántate. Tengo que ir a ayudar a una anciana a cruzar el puente.

Y otro puff con un poco de humo fueron suficiente para que Kakashi desapareciera y en un abrir y cerrar de ojos, el maestro pervertido estaba en la academia ninja en busca de Iruka-sensei por decima primera vez ese día. Tenía que contarle lo que había visto y con ello podría demostrar que no estaba del todo equivocado con respecto al efecto de las frases sobre culpabilidad y romances estúpidamente estropeados sobre la conciencia de Sasuke. Con mucha suerte, ganaría una cena o un almuerzo con Iruka y con mucho más que sólo suerte, seria en la casa de éste.

¡Iras de misión y es todo lo que diré! No olvides traerme un poco de ese famoso licor de durazno cuando regreses.

Naruto se sentía traicionado y a la vez indignado. Kakashi-sensei le había interrumpido a mitad de su día libre porque Tsunade requería de su presencia y él, como un buen tonto no dudó siquiera un segundo en dejar su ramen para ir a verla mientras ella se encargaba de torturarlo de la mas cruel manera.

¡Debe haber alguien más! — A causa de todas las muecas que hacia, el rostro de Naruto realmente era un poema realmente cómico. Arrugaba el rostro, se mordía el labio y hacia caras graciosas basadas en el más puro desagrado.

No lo hay.

Y allí comenzaba la verdadera discusión. Tsunade suspiró hastiada y Naruto estalló en frustración.

¿Y Shikamaru?

Cuidando del hijo de Azuma.

¿Kiba?

De paseo con Akamaru.

¿Ino?

Cuidando las flores.

¿Shino?

Entrenando a sus bichos.

¿Chouji? ¿Hinata y Neji? ¿Ten Ten o Lee? ¡Tiene que haber alguien más, dattebayo!

¡Tú y él son los ideales para esta misión!

¡Debe haber alguien más!

Antes de que la discusión continuara, alguien tocó la puerta y entró sin esperar respuesta. Y para la muy mala suerte de Naruto, era Sasuke.

¡No lo hay! — Ignorando por momentos la situación, Tsunade llegó al límite de la paciencia y se levantó de su cómodo sillón y golpeó el viejo escritorio con ambos puños partiéndolo al instante. Estaba harta. — ¡Tú y el Uchiha se van de misión! ¡Ahora lárgate!

Ante la inminente furia de Tsunade y los empujones nerviosos de Shizune, Naruto no tuvo otra opción que resignarse y salir de la torre antes de que la mismísima Hokage intentase asesinarlo. Tsunade, por otra parte, se juró a sí misma jamás volver a participar en los retorcidos planes de Kakashi y Shizune para unir a ese par de tontos. Y por último, Sasuke no entendía nada.

¿De qué trata la misión? — Se atrevió a preguntar.

¡Vete a la mierda!

En menos de dos horas, estaba de camino a cumplir la misión que tonta y únicamente consistía en escoltar y trasladar a una extraña chica al país de la Roca. El cielo estaba nublado y el ambiente estaba húmedo, Sus sandalias estaban llenas de lodo y su ropa ligeramente empapada a causa de la suave lluvia que caía sobre ellos. Incómodo, Naruto se limpió la nariz con la manga de su chaqueta y maldijo molesto cuando escuchó el par de pasos detrás.

Como si no fuese suficiente tener que viajar con Sasuke, también tenía que cuidar de esa chica de la cual lo único que sabía era que se trataba de una especie de princesa o hija de alguien importante. Y a causa de ella era imposible viajar sobre los árboles ya que se mareaba y debían entonces transitar por los caminos lodosos lo cual se había convertido en toda una proeza. Naruto volvió a maldecir y siguió caminando sin mirar atrás.

¿Licor de durazno? ¡Ja! la única cosa que le traería a esa vieja malvada de su viaje al país de la Roca seria la más fea y deforme piedra que encontrase.

Por su parte, Sasuke gruñó aburrido y molesto. Naruto seguía ignorándole por completo y aquella tonta chica sobrepasaba los límites naturales de la lentitud. Ella debía ser alguien realmente importante para que ambos fuesen enviados a una simple misión como esa.

Intentando mantener el paso de sus protectores, Kyouko permanecía callada y cubierta hasta la cabeza por un impermeable color negro. Su respiración era agitada y deseaba detenerse a descansar unos minutos, pero ambos chicos eran demasiado rápidos y sintió miedo de siquiera preguntar. Ambos parecían estar muy, muy molestos.

Todo iba en calma y en perfecta armonía cuando el camino frente a ellos se dividió en tres senderos diferentes los cuales llevaban sin duda al mismo lugar.

Debemos ir por la derecha — Sasuke se apresuró y sin detener el paso continuó caminando hasta llegar al sendero. Se detuvo y de brazos cruzados volteó el cuerpo y la mirada para contemplar la renuencia de Naruto reflejada en su total inmovilidad.

Ese es el camino más largo. Iremos por la izquierda y ahorraremos dos días de viaje. — Con una mirada y un gesto indiferente pero desafiante, Naruto también caminó hasta el sendero.

Kyouko miró a ambos sin saber a quién debía seguir y los dos ninjas al parecer ignoraban su presencia y comenzaron sin reparos una discusión tonta sobre el mejor camino. Ella aprovechó la oportunidad para respirar con normalidad y con indiferencia tomó el camino de en medio evadiendo la discusión sin saber que esa no era la primera y tampoco sería la última entre ese par.

Al llegar a un pequeño poblado, se animó a pedirles que parasen por unos minutos a comer y beber algo de Té. De inmediato Naruto se negó y Sasuke, extrañamente la apoyó.

Naruto 0 Té 1

Al poco tiempo de retomar el viaje, la terrible tormenta que venía persiguiéndoles desde el cielo se desató. Tuvieron que refugiarse entre los árboles y permanecer allí por más de una hora en la que Naruto no había parado de quejarse.

¡No debimos habernos detenido, ttebayo!

Y esa fue sin duda otra discusión entre ambos por otra hora más. Cuando la lluvia cesó, Naruto se negó rotundamente a caminar y la tomó del brazo y con delicadeza la subió a su espalda para continuar el viaje saltando entre los árboles. Un simple gesto que despertó los celos maliciosos de Sasuke.

Sasuke 0 Celos 1

Poco antes de que oscureciera, llegaron a una posada que se encontraba a mitad de camino. Cansada de escuchar las molestas discusiones entre ambos chicos, Kyouko se fue directo a la cama acompañada por Naruto mientras Sasuke tomaba un baño rápido en las aguas termales.

¡Fue un día realmente largo! — Naruto sonrió y se rascó la cabeza perezosamente, él también estaba exhausto. — Descansa, Kyouko-chan ¡Mañana nos queda un largo camino que recorrer!

Aprovechando la situación y de la amabilidad del rubio, ella decidió hablar antes de que él se fuera. — Tú y Sasuke-san... Sé lo que se siente.

Naruto la miró extrañado y repentinamente sintió vergüenza por su comportamiento infantil durante toda la tarde. — ¿Eh?

Sé lo que sientes.

Kyouko bostezó infantilmente y cerró la puerta de la habitación sin esperar alguna respuesta. Naruto sonrió en una extraña mezcla de ironía y tristeza. Era tonto y quizás algo estúpido, pero ella había sonado como si realmente sintiera por lo que estaba pasando y felizmente se sintió un poco menos solo. Era vergonzoso admitir que la única manera que tenía y sabía comunicarse con Sasuke era mediante los gritos y las peleas.

Ambos eran tan patéticos...

Debemos dividirnos y hacer dos rondas — Repentinamente, Sasuke apareció al final del pasillo con una Yukata de color azul claro y una toalla al rededor del cuello para secar sus cabellos.

Naruto se sobresaltó ligeramente por la impresión pero mantuvo su temple indiferente y calmado. — Haré la primera ronda.

No, yo lo haré. Debes estar cansado por haberla traído hasta aquí en tu espalda. — Sin poder controlar sus celos, Sasuke dijo las palabras como si se tratase de mortífero veneno.

Sí, realmente lo fue. — Y Naruto le respondió de la misma manera. Ninguno de los dos perdería la oportunidad de ser hiriente y vengarse por sus propias heridas.

¿Entonces por qué no vas a descansar con ella?

¿Qué dices? — Naruto suspiró intentando calmar los ansiosos deseos por partirle la cara al moreno y terminó por ser igual de mordaz y cruel. — Creo que te equivocas de persona, no soy igual que tú.

Sin motivos o con ellos, ambos volvieron a convertirse en dos simples hombres en medio de un pasillo pobremente iluminado que resolvían las diferencias y tonterías que las palabras no podían arreglar sin un par de miles de golpes de por medio.

Sasuke se arrojó sobre Naruto y éste aprovecho la oportunidad para confrontarlo directamente bloqueando el ataque. Golpe tras golpe, patada tras patada, esquivaban con mucho y poco éxito un montón más. Y en medio del caos de sus frustraciones, el grito de la casera se escuchó en toda la posada y la pelea se detuvo justo cuando ambos estuvieron rodeados por una cantidad innumerable de ninjas cubiertos por trajes negros.

Rápidamente, Sasuke desenvainó la Katana y Naruto creo unos quince clones de sombras y con la ira latente en sus venas, atacaron sin piedad al enemigo. Como pudo, Naruto se abrió paso entre el montón de cuerpos golpeados que desaparecían tras una estela de humo hasta la habitación de Kyouko y de inmediato derribó la puerta.

¡Kyouko-chan!

Lo primero que sus ojos enfocaron, fue la sombra deforme y oscura que rodeaba con los brazos el delgado cuerpo de la chica. Ella volteó la mirada y fijó sus verdes ojos en los azul intenso.

Sé lo que se siente.

De inmediato, la sombra también le miró y terminó por rodear el cuerpo de Kyouko por completo, desapareciendo también luego de una estela de humo.

¡Mierda!

Notas finales:

 


 


¡A mis queridas lectoras en general!


Les pido disculpas por el retraso, queria traerles algo innovador y diferente a lo común xD


¡Espero que les haya gustado y mucho!


¿Dije o no dije que habría lemon o lime?


Solo que no les dije de qué manera o cómo xD


LOL


Repito, espero les haya gustado!


En el proximo capitulo trataré muchas cosas con respecto a la confianza perdida y a todas esas tonterias de la amistad xD


Prometo tratar de actualizar lo mas pronto posible ;D


Por otro lado, agradezco a todas y todos los reviews que por motivos de tiempo me es casi imposible de responder D:


Intentaré responder todos los reviews que dejen a partir de este capitulo sin perderme en el orden o enviar dobles respuestas! xD


¡Se les quiere!


Daneshka ;3


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