En las mazmorras, más concretamente en el aula de Pociones, dos alumnos conversaban entre susurros. Uno rubio y uno moreno. Al otro extremo del aula, junto al pizarrón Severus Snape, con un humor algo menos ácido de lo normal explicaba la poción del día.
- …y ¿cómo te fue anoche? – preguntó el rubio ansioso - ¿cayó?
- oh! por Merlín si!!, por fin!!! – exclamó sin siquiera mirar a su compañero, mientras anotaba los ingredientes en el pergamino – lo del libro avanzado de pociones fue una estupenda idea Malfoy – aunque ahora se llevaban bien, las viejas costumbres aun seguían.
- lo sabía – se pavoneó el rubito - ¿hiciste el puchero para que te explicara la lección?
- por supuesto – bufó medio indignado. El sabía ceñirse a un plan.
- y…. – volvió a preguntar arqueando una ceja.
- y… ¿qué? – dijo el moreno haciéndose el desentendido.
- Salazar Bendito! ¿Qué tal la experiencia? – interrogó moviendo la mano en una ademán exasperado.
- ¿sinceramente? – el rubio asintió solo una vez – fue el mejor polvo de mi vida. Joder, no puedo creer que sea tan tan… pasional. Aun puedo sentirlo dentro de mí… tu padrino sí que da duro.
- que vulgar… - pero el tono y la sonrisa eran totalmente divertidas por lo que el regaño perdió toda su fuerza – aunque he de admitir que a mí también me cuesta sentarme -
- así que lo del helado a media noche también funcionó, ¿no? - ahora le tocaba pavonearse al moreno.
Al ver que su padrino les dedicaba una mirada nada cariñosa, solo respondió con un asentimiento y centró su atención en su poción. El resto del tiempo lo pasaron en silencio. Al terminar la clase el rubio miró extrañado al moreno.
- No piensas acabar la poción Potter –
- Nop, creo que tendré que cumplir el castigo esta noche – contestó con fastidio fingido – y tú ¿terminaste los deberes de runas antiguas? –
- no tuve tiempo en toooooda la semana – respondió alzando lo hombros de forma casual
- Entonces creo que tú también recibirás una castigo de tu profesor favorito – ronroneó su compañero.
Los dos jóvenes comenzaron a recoger sus cosas con una media sonrisa en la cara. Antes de desaparecer por la puerta Harry Potter dedicó un guiño a Severus Snape murmurando un “hasta el castigo de esta noche profesor”.
Al entrar en clase de Runas Antiguas su profesor, Sirius Black, los recibió con esa sonrisa entre traviesa y lujuriosa que no presagiaba nada bueno. Sobre todo para Draco Malfoy que al sentarse en su pupitre se inclinó hacia su compañero para murmurarle “tu padrino también da muy duro”. Las carcajadas del moreno se escucharon por toda el aula.
FIN
En las mazmorras, más concretamente en el aula de Pociones, dos alumnos conversaban entre susurros. Uno rubio y uno moreno. Al otro extremo del aula, junto al pizarrón Severus Snape, con un humor algo menos ácido de lo normal explicaba la poción del día.
- …y ¿cómo te fue anoche? – preguntó el rubio ansioso - ¿cayó?
- oh! por Merlín si!!, por fin!!! – exclamó sin siquiera mirar a su compañero, mientras anotaba los ingredientes en el pergamino – lo del libro avanzado de pociones fue una estupenda idea Malfoy – aunque ahora se llevaban bien, las viejas costumbres aun seguían.
- lo sabía – se pavoneó el rubito - ¿hiciste el puchero para que te explicara la lección?
- por supuesto – bufó medio indignado. El sabía ceñirse a un plan.
- y…. – volvió a preguntar arqueando una ceja.
- y… ¿qué? – dijo el moreno haciéndose el desentendido.
- Salazar Bendito! ¿Qué tal la experiencia? – interrogó moviendo la mano en una ademán exasperado.
- ¿sinceramente? – el rubio asintió solo una vez – fue el mejor polvo de mi vida. Joder, no puedo creer que sea tan tan… pasional. Aun puedo sentirlo dentro de mí… tu padrino sí que da duro.
- que vulgar… - pero el tono y la sonrisa eran totalmente divertidas por lo que el regaño perdió toda su fuerza – aunque he de admitir que a mí también me cuesta sentarme -
- así que lo del helado a media noche también funcionó, ¿no? - ahora le tocaba pavonearse al moreno.
Al ver que su padrino les dedicaba una mirada nada cariñosa, solo respondió con un asentimiento y centró su atención en su poción. El resto del tiempo lo pasaron en silencio. Al terminar la clase el rubio miró extrañado al moreno.
- No piensas acabar la poción Potter –
- Nop, creo que tendré que cumplir el castigo esta noche – contestó con fastidio fingido – y tú ¿terminaste los deberes de runas antiguas? –
- no tuve tiempo en toooooda la semana – respondió alzando lo hombros de forma casual
- Entonces creo que tú también recibirás una castigo de tu profesor favorito – ronroneó su compañero.
Los dos jóvenes comenzaron a recoger sus cosas con una media sonrisa en la cara. Antes de desaparecer por la puerta Harry Potter dedicó un guiño a Severus Snape murmurando un “hasta el castigo de esta noche profesor”.
Al entrar en clase de Runas Antiguas su profesor, Sirius Black, los recibió con esa sonrisa entre traviesa y lujuriosa que no presagiaba nada bueno. Sobre todo para Draco Malfoy que al sentarse en su pupitre se inclinó hacia su compañero para murmurarle “tu padrino también da muy duro”. Las carcajadas del moreno se escucharon por toda el aula.
FIN