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Draco's Nightmare por Lunita Shinigami

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Draco´s Nightmare

By Luna Shinigami

 

One Shot

Harry Potter

 

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Nota: los personajes de Harry Potter no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

Ps. Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos. Y tratare de mejorar.  ^^

 

Atentamente Luna Shinigami

 

++++++++++++++++++++++

 

 

Se escuchan dos disparos.

 

Luego llego el gran silencio,

 

Sus manos están temblorosas, sostiene el arma con fuerza entre sus manos blancas, se ve aun los rastros del humo de aquel revólver.

 

El cuerpo había caído a su lado, en su cama, inerte, frio, con los ojos completamente abiertos, ante una mirada indescifrable, ante una mirada que se debatía en preguntar ¿Por qué lo has hecho?

 

Y Draco sabía porque lo había hecho.

 

Allí hecho un manojo de nervios, deja caer el arma al suelo, dejó que el sonido ronco de aquella arma se le grabe en el alma y en la mente, repitiéndose como un maldito disco rayado.

 

Ve, aquel cuerpo y se agazapa más en una esquina, sin querer, esperando que se le levante de la cama como un Inferi y reclame la venganza por su muerte, y no una digna de mago, no, lo acabo con lo que más odiaba, un arma Muggle, como un maldito criminal.

 

Sus ojos platas, miraban a aquel hombre y aquella farsa, de vida, perfectos, serios, impolutos, pero la verdad, sucios.

 

No había otro sinónimo para ellos que sucios, así se sentía todas las malditas noches, desde que tenía uso de razón.

 

Así se sentía su cuerpo.

 

Sucio.

 

Manchado.

 

Indecente.

 

Inmoral.

 

Deshonesto.

 

Impuro.

 

Impuro, esa era tal vez la palabra que más se identificaba con Draco.

 

Impuro, sucio por dentro y por fuera, suciedad que no se iba ni bañándose, ni quemándose la piel.

 

Cerró sus ojos, dejando que los mechones rubios se le pegaran a la piel blanca como la porcelana.

 

Recordó, épocas más felices, en las que caminaba de mano de su hermosa madre y su padre, su héroe, su héroe de mil batallas, aquel hombre que admiraba más que la misma vida que sus palabras eran leyes.

 

Recordó, su infancia en la mansión.

 

Cuando correteaba pavos albinos para conseguir una de sus plumas y jugar a los indios muggles, y su padre le regañaba suavemente sobre su regazo, deteniendo la forma en la que corría, ya que no era digna de un Malfoy.

 

También recordó, cuando todo cambio.

 

No tenía más de diez años cuando su padre empezó a ir a su habitación, eso no era raro lo extraño era la forma en la que lo arropaba en la que besaba sus pálidas mejillas demasiado cerca de la boca.

 

Cuando el tacto cambio, cuando empezó a bañarlo, pasando sus manos grandes por su pequeño cuerpo haciéndolo sentir mal, impuro.

 

Cuando tocaba su intimidad y solo Draco recordaba llorar  al escuchar “se bueno con papá”.

 

Y, él en la inocencia de niño, era bueno con su papá.

 

Luego, su padre, su héroe, dejo de serlo, para convertirse en el Monstruo.

 

Aquel Monstruo que entraba a su habitación y lo hacía llorar, jalaba su pelito con tanta dureza que le quedaba doliendo todo el día siguiente, aquel que le tocaba en partes donde no debería tocarse un niño.

 

Aquel monstruo que hacia doler su cuerpo entero y más donde la espalda pierde su sacro nombre y también le hacía sangrar, dejándole manchado por dentro, ensuciándolo cada vez que se corría en su pequeño cuerpo.

 

Su carácter se fue agriando con el paso de los años, era un pequeño chiquillo vengativo y masoquista que le gustaba hacerse daño así mismo, sin que nadie viera pues un Malfoy siempre debía ser un Malfoy

 

Ya no era el mismo niño, gracias de las visitas constantes de su padre a la habitación.

 

Del odio de su madre.

 

Porque lo sabía, el día que había tratado de huir de su padre, su madre vio como entraba a su recamara y solo se dio la vuelta para regresar a la suya.

 

Su madre no le amaba, le envidiaba.

 

Envidiaba, que ese pequeño ser que ella engendro, fuera el causante de los delirios de su esposo y no ella misma.

 

Y Draco lloraba, después de que su padre se hubiera ido, preguntándose porque su mamá no lo defendía del monstruo de su padre.

 

¿Era tan mal niño? Que no merecía que su mamá le quisiera, sino que le mirara con la rabia de un rival.

 

Era su hijo, su hijo y ella le odiaba porque su padre compartía su cama y no la de ella…

 

Y aunque Draco fuer aun niño malcriado por fuera, él solo quería que lo quisieran un poquito, no vivir en una bella jaula de oro con dos carceleros que llamaba padres, uno que le amaba con lujuria y el otro que le odiaba con la misma intensidad de la lujuria del otro.

 

Hasta que no aguanto más, su cuerpo, su alma desvencijada no aguanto más, hasta que cada maldito verano cuando regresaba de Hogwards era lo mismo.

 

Dinero.

 

Posición.

 

Comodidades.

 

Todo lo tenía y a la vez no tenía nada, es más temía hasta que el ínfimo toque, temiendo el dolor y teniendo al mismo tiempo, miedo de manchar a que le toco.

 

Enterró sus manos en sus cabellos cuando escucho los gritos afónicos de su madre, cuando llegaron los aurores, cuando escucho el gemido generalizado de aquellos hombres, al ver muerto en su cama a Lucius Malfoy y  apenas cubierto con una camisa blanca en una esquina a él mismo.

 

Gritos escuchaba por parte de su histérica madre…  llamándolo “asesino”… realmente lo que ella pensara, hace algún tiempo dejo de importarle, lo mismo que a ella no le importó que su esposo se metiera sin consentimiento en la cama de su hijo.

 

Sintió una manta sobre su cuerpo y alzo sus ojos encontrándose con los ojos negros de la única persona que si lo quería de verdad.

 

De alguien que le había enseñado que ser padre no es quien te toma con violencia, sino que enjuaga tus lágrimas y desea tu bienestar.

 

De alguien que curo tus heridas y te dio cobijo entre sus manos, sin siquiera ser de la misma sangre.

 

De alguien que aprendió que para ser familia solo se necesitan dos... Alguien a quien dedicarle tu cariño y decirle en verdad “padre”

 

-Perdóname Draco- susurro aquel hombre que había sido en esta vida más, de lo que el monstruo que yacía en su cama. 

 

Y Draco sabia porque le estaba pidiendo perdón, por no haberlo liberado antes del infierno y él a sus 14 años debió liberarse solo, pero fue el amor y el cariño hacia aquel hombre que le había enseñado el verdadero significado de la palabra “padre” “familia” que le obligo a liberarse.

 

Negó varias veces abrazándolo, sintiendo como lo alzaba en vilo sobre su peso con suavidad y sonrió quedamente – soy Libre- susurro, aun sin saber cuál sería su futuro o si sería encerrado de por vida en Azkaban, ahora verdaderamente era libre.

 

Owari

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 No me maten :P jejejeje soy mala lo acepto:P

 


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