- Odio mi vida…
En un día soleado, uno de nuestros tan conocidos protagonistas, criticaba como siempre su vida, echándosele la culpa de todo. De que le hayan robado todo su dinero, de no tener buenas notas en la mayora –todas- las materias que se le ocurrían, de no tener novia, no ser alguien precisamente ‘genial’ entre otras. Bueno, no era su momento de felicidad y, en ese día caluroso, debajo del techo de la entrada de aquella casa podía desquitarse, al fin y al cabo, ya había terminado con todos sus quehaceres que Anna le había dejado.
- Tu vida no tiene la culpa de pertenecerle a un idiota como tu
Una segunda persona apareció detrás, el peli azul voltio la mirada molesto, reconocía la voz y las crueles palabras de ese ser, era obvio que era su ‘gran’ amigo Ren.
Y cuando digo ‘gran’ como notaran que esta entre comillas, quiere decir que esos dos no se pueden ver ni en pintura, se odian de sobremanera, son como el agua y el aceite, si están juntos en un mismo cuarto la casa explotaría. Así es su gran ‘amistad’ y con amistad me refiero a que… ¡Bueno! Lo mismo con esto.
- ¿Qué haces aquí Ren? ¿No se supone que tenias que limpiar todo el tejado hoy? O ¿Le estas huyendo a Anna?
Lo último lo dijo en un tono burlón, esperando no ser el único que odiara lo que tenia que hacer todos los días después y antes de clases.
- Al contrario de ti se hacer las cosas bien a la primera, y puesto que Anna quedo complacida, hasta ahora no me ha mandado que haga nada mas
- ¿Y por que no haces las tareas del colegio?
- Ya las termine
- ¡JODER MALDITO! – grito enfadado - ¿Por qué tienes que ser tan perfecto?
¡Claro que le molestaba y con razón! Mientras que él se partía el lomo trabajando como mula, todo era fácil para ese idiota. Anna lo prefería, Yoh hablaba mas con él, Pilika lo ponía de ejemplo, Ren era mas fuerte, mas inteligente, mas genial –según comentarios del resto, no de él- Ren esto, Ren el otro, ¡ESTABA HARTO!
- ¡Ren! No te soporto, No quiero que me vuelvas a hablar en toda la vida ¡Te odio!
Después de esas crueles palabras dejo al otro chico parado ahí, aun sin responder absolutamente nada, sus labios se movían lentamente, como intentando hablar pero no lo lograba. Luego de ese incidente Horo-Horo se encerró en su cuarto, evitando toda voz de sus amigos que le preguntase que sucedía. No le importaba.
- ¿Por qué? No soporto que seas mejor que yo Ren… No lo soporto…
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La mañana siguiente, Horo-Horo se levanto dispuesto a comenzar de nuevo, le pediría –aunque no quisiera- perdón a Ren por sus horribles palabras del día anterior, Ren se burlaría de él y todo seguiría igual, se había propuesto mejorar en todo para ya no envidiar al peli morado y así lograr estar a su nivel.
Como era costumbre, ambos se encontraban en la entrada de la casa de Yoh, y se iban juntos caminando hacia las clases. Claro que las conversaciones no eran de lo más amistosas pero a pesar de todo ya era un mecanismo tanto para uno como para el otro de esperarse mutuamente.
Pero esta vez… Ren nunca llego.
- ¡Ryu! ¿Has visto a Ren?
Después de buscarlo por… ¡TODAS PARTES! Y no encontrarlo, solo le quedo preguntarle a su viejo amigo Ryu, quien ya se encontraba haciendo el almuerzo.
- Si, salió muy temprano a la escuela, le pregunte si te esperaría y casi me mata a golpes
Dijo terminando de voltear el rostro y mostrándole al peli azul un gran moretón que tenia en el ojo izquierdo. Horo-Horo al verlo solo soltó una sonrisa, y con una de sus manos se rasco suavemente la cabeza; normalmente se hubiera muerto de la risa pero ahora tenia cosas mas importantes que hacer que andar riéndose de las tonterías de Ryu.
- Bueno, ya me voy
Fue lo ultimo que dijo para comenzar a correr hacia esa horrible institución que los grandes lo llaman ‘escuela’ y ellos ‘prisión para chicos’. Quería ver a Ren… debía que ver a Ren… TENÍA QUE VER A REN.
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Lamentablemente sus piernas no lograron mucho, cuando llego ya las clases habían comenzando, se dirigió a su asiento con la mirada baja por la vergüenza que le había hecho pasar el profesor. Bueno, eso no importaba, el se sentaba tan solo un asiento atrás del de Ren, así que podía hablar con él aunque las clases hayan comenzado ya.
Pero cuando llego, no lo encontró en su sitio, si no, a su otro ‘gran’ (Volvemos a lo mismo) amigo Chocolove sonriéndole.
Ignorando sus típicas bromas se sentó y busco al peli morado con la mirada, intento ubicarlo por todas partes hasta que por fin, lo vio al otro extremo de ese gran salón de clases, totalmente metido en un libro, como siempre… siempre con esa mirada tan pasional hacia la lectura, como semi movía los labios cuando llegaba a las partes mas emocionante, cruzaba las piernas de modo elegante y semi-cerraba los ojos solo prestando atención a la lectura, olvidándose del mundo, solo existía él y el libro, por eso… habían veces que Horo-Horo deseaba… deseaba ser aquel montón de hojas, y ser solo él el mundo de Ren, aunque sea por unos instantes, inconscientemente deseaba eso cuando se quedaba ‘embobado’ observando como su amigo leía.
¿Cómo hablaría con él ahora? Ehm…
ESTRATEGIA NÚMERO 1: Señas
Resultado: Nada. (Lo ignoro)
ESTRATEGIA NÚMERO 2: Cadena (Decirle al de al lado que le pase la voz al de al lado y así sucesivamente hasta llegar a Ren)
Resultado: Nada. (Ignoro al tipo)
ESTRATEGIA NÚMERO 3: Celular (Lo llamo)
Respuesta: Nada. (Celular apagado)
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Probo todo lo que se le vino a la mente durante toda la clase, y nada, ni una mirada siquiera. Bueno, le quedaba la última estrategia, hablar con él apenas sonara el timbre. Pero no contaba con que cuando eso pasara todos los alumnos se levantaban de sus asientos creando una barrera en donde Horo-Horo no pudo lograr llegar hasta el otro lado del salón y encontrarse a Ren. Puesto que este ya se había ido.
- “¿Qué pasa?”
Se pregunto, pero no se rendiría, al menos en la casa no había forma de que huyera de él, ahí si. Le pediría una larga explicación de porque se comportaba así. Es decir Ren no seria tan marica como para ofenderse después de esas palabras ¿Verdad? Y no era la primera vez que se las decía, ya habían pasado varias veces que ambos se decían Te odio, eres un estorbo, inútil, idiota, imbécil, tarado, entre otras; porque, bueno, era su forma de demostrarse ‘Cariño’ y ya estaban acostumbrados entonces ¿Por qué?