Jadeaba como producto del cansancio, corría. Mas deprisa, aumentaba su velocidad, si no seguía lo lamentaría y aunque su cuerpo le pedía un descanso, el se negaba.
Las calles desiertas, los coches quemados y el olor a muerte en el aire. Una escena propia del apocalipsis, de una de sus teorias. Muertos, canibalismo. ¿Os haceis una idea? Sentimientos de angustia, dolor y tristeza, luchando por sobrevivir donde los muertos reinan. Los que caminan no son humanos, pero no dejan de serlo. Mi idea del apocalipsis preferida, un vicio en los juegos, un desastre en el mundo real, sobretodo en la actualidad, no sirve dialogar, solo un arma te podrá salvar. Y recuerda, un disparo certero, en la cabeza, recuerda... hay que rematar.
Cerró las puertas una vez dentro de aquel edificio que prometia ser seguro, aunque todos sabemos que las aparencias engañan. Había entrado en una casa, vacía. Y aunque esa puerta les retuviera, ellos entrarian. Una casa sin segundo piso, solo con uno.
- Matt... Tienes... que dejar - Tosió - me... aquí... - Gemía un señor. Ël adulto, con su mano puesta en el hombro derecho encima de una herida como tratando de pararla. Él sabia que pasaría ahora, le habían mordido, esos muertos... muertos andantes. O como solía decir su hijo, esos Zombies. Si. Tosió de nuevo, pero no fué un poco, si no al rato comenzó a toser seguido, como si se atragantara, no tardó en derrumbarse al suelo mientras su hijo se apartaba de él aterrorizado, con la mano en la boca, tratando de no gritar.
Como la tos llegó, su cuerpo no tardó en comenzar a temblar, poco, pero luego con mas intensidad, pareciera que iba a vomitar. Y vomitó. Sangre... Asustado, su hijo, estaba paralizado... El cuerpo de su padre dejo de temblar, parecía haberse calmado, pero no se reincorporaba, no muy seguro de si mismo, el nombrado Matt, se acercó al cuerpo que parecía no tener vida, de su padre, pero tan rapido como vió la cara del mayor se apartó, ya no había vuelta atrás. Comenzó a moverse, no se reincorporaba, solo se movía, se arrastraba... En dirección a Matt, no pudo evitar gritar.
Salió corriendo de la habitación, diriguiendose a otra obviamente. Como no habían mas salidas que la puerta principal, en la cual estaba su... no, donde estaba esa cosa..., optó por salir por la ventana. Con la adrenalina a tope rompió el cristal, y acto seguido saltó por ella. No tardó en darse cuenta de que habían demasiados zombies, y que si no salía de ahí el tambien correría la misma suerte que su padre. Volvió a huir, no tenía ningún arma, y no estaba seguro... No había mas opción, solo huir. El sonido de sus zapatos al hacer contacto con el asfalto no lo escuchaba, aunque a el le gustaba ese sonido, pero en esta situación no lo escuchaba. Por su consentración de haber donde ir, o por sus constantes jadeos.
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Pero no todo el mundo lo estaba pasando tan mal, o por lo menos eso hacian notar esta pareja tan singular.
- ¡Mello! ¡Vamos! - Gritaba un niño peliblanco que sotenía una pistola, una 9mm. Frustrado por no obtener una respuesta de su compañero denominado Mello, repitió de nuevo lo mismo, pero con mas volumen.
- Oh, pero es que es muy divertido, Near... - Replicó su compañero, el cual sostenía tambien la misma pistola, la misma que acababa de usar contra uno de los zombies... - ¡Mira! - Exclamó sonriente este. - A este tio le odiaba, que bien me siento - Añadió antes de que Near pudiese decirle de nuevo nada.
- Entendido, pero si no subes tu acabarás peor - Enfadado el albino señaló el coche al cual tenian que subirse para salir cagando leches ya. Razón no les faltaban, el lugar estaba lleno de zombies, que prometían matarles si no se iban.
La sonrisa se desvaneció de la cara del rubio, es decir, de Mello. Y accedió subir al coche con su amigo. Despues de todo, era él el que tenía que conducirlo, aunque conduciera mal... No, aunque lo estrellara cada dos por tres. Para bien o para mal Mello debia comprender que su vida era mas importante que la venganza a punta de pistola. Que Near supiera, encrustar una estupida bala en la cabeza de alguien que odiaras no te iba a dar ninguna satisfacción, mas satisfactorio era poder salir de ahí ilesos. Así que con un gesto de cabeza ordenó a Mello que arrancara de una jodida vez, este obedeció de mala gana.
- Era divertido, tienes que admitirlo - Pronunció Mello despues de un buen rato de viaje en coche.
- Como sea. No era importante -
- Si lo era. -
- Joder, Mihael. No lo era - Levantó la voz el pequeño al pronunciar la frase, pues seguía aun muy molesto por la ignorancia del mayor y por sus acciones impulsivas. Habría soltado tambien ''Piensa antes de actuar'' Pero si lo hubiera hecho, él mismo acabaría caminando y fuera de esa caja de metal con ruedas tan segura.
Cuando Near no obtuvo mas respuesta de Mello, ni si quiera para replicarle comprendió que este ya estaba cansado para seguir con la discusión, y eso probablemente significaba que pudiera descansar por unas horas, aunque fuera solo una...