-Mmm, delicioso, siento como los sabores juegan en mi boca…- Revolvía una y otra vez la comida en su plato como si su vida se fuese en ello, era su primer día de clases, y su linda mamá le había hecho un desayuno “especial”, huevos con tocino…Una bomba calórica… Mezclaba los huevos con aquella carne asquerosamente grasosa mientras tomaba un poco y lo acercaba a su boca – Me alegra volver a ver a todos mis amigos después del verano, los extrañé mucho… ¿Tú crees que ellos me han extrañado?-Preguntó con el tenedor cerca de su boca.
-Por supuesto mi amorcito, son tus amigos, claro que te extrañaron- Su madre, una mujer más baja que el promedio y de cabello más bien corto observaba como su hijo “se devoraba” el desayuno que ella había hecho. Su complexión física no era la mejor de todas, un ama de casa común y corriente que se dejó estar, no era exactamente un canon de belleza ni de perfección física
Por kami-sama que los genes no hagan lo suyo- Rogó para si mismo
-Al que más extraño de todos es a Shima- Siguió revolviendo mientras echaba un poco de sal en el plato-¡Ahora sí que sí!- Sonrió ampliamente para después mirar a su mamá, la cual se acercó para revolverle el cabello y alejarse rumbo a la cocina
Perfecto
Sacó de su bolsillo una bolsa plástica y vertió rápidamente toda la comida ahí, quería a su madre, la quería mucho, pero no iba a dejar que toda esa grasienta comida se almacenara en forma de celulitis en sus piernas y caderas. Se terminó su café sin azúcar para dirigirse a su cuarto.
Subió las escaleras con la bolsa de comida dentro del polerón que usaba para ir al colegio, ¡Cuantas veces ese polerón había sido su aliado a la hora de esconder cosas! Era su regalón.
Una vez en su cuarto metió la bolsa con comida en su bolso y se dirigió hacia el espejo, un pantalón gris apitillado y un poleron, debajo de este una blusa con la corbata mal puesta, el reglamento del colegio decía “pantalón gris recto, chaleco o polerón negro con la insignia y camisa con corbata, zapatos negros” y muchas cosas mas, pero dah, nadie respetaba eso, se miró de cuerpo entero- Podría ser mas delgado…-, se acercó y pudo ver esa frase escrita con plumón, siempre ahí como un recordatorio ”Nadie dijo que sería fácil…”, un pequeño retoque en su cabello y un poco más de base para ocultar sus ojeras, remarcó el delineador negro infaltable en su imagen y bajó listo para irse a su ya bien conocido instituto. Pasó a la cocina para despedirse de su madre con beso en la mejilla y salió de su casa.
Su madre, como todos los días le dio dinero para el colectivo que lo llevaría hasta su colegio, pero son sólo 20 cuadras, sólo un cerdito gordo no caminaría eso.
La misma rutina desde hace ¿3 años son ya desde que descubrió a su poderosa aliada Ana?
Sonrió para sí mismo y fue hasta el quiosco que quedaba a media cuadra de su casa, tenía la suerte de que su madre compraba todo en el supermercado, ya que así no hablaba con el vendedor de aquel lugar, un anciano de unos ochenta años que se conocía de memoria todo el barrio.
Con el dinero del colectivo de la semana completa compró una cajetilla de cigarros, como siempre, y emprendió su camino al instituto escuchando X-Japan y fumando uno de sus cigarrillos.
Se afirmó en uno de los árboles frente a su instituto.
7:50
Si el pato no llegaba en 5 minutos más entraría solo
7:53
-Hola idiota-Su amigo de toda la vida, Shima, llegaba como siempre corriendo producto del retraso- Bah, no sé cómo lo haces para llegar a tiempo a todos lados y verte siempre bien, lo que es yo en hacer que mi maquillaje me quede bien tardo una eternidad, has notado que…- Mientras su amigo hablaba vio como un chico entraba al instituto, tenía el pelo rubio mal teñido y una… ¿Bandita en la nariz? A parecer era nuevo, nunca lo había visto, le llamó bastante la atención, pero lo dejó pasar por el momento, después averiguaría mas…-… fue entonces cuando me di cuenta que el morado era mi color!
Miró al pelicastaño tan animado como siempre y soltó una pequeña risa
-Shima, tu no cambiarás nunca – Empezó a caminar para entrar al edificio, esperaba que su año no fuera tan aburrido como se veía venir, ya que su curso no había cambiado en nada, nadie se había ido y no había nadie nuevo, y conociendo el novedoso sistema educacional de su colegio sus profesores tampoco sería muy distintos.
-¿Qué? ¿Por qué dices eso? ¡Aún no reacciono bien! Es muy temprano aún…-
Llegaron al salón y empezaron los saludos, cuando vas en un colegio sólo de chicos te das cuenta lo afeminados que pueden llegar a ser los hombres, osea, él no se consideraba un macho recio, pero algunos de sus compañeros dejaban mucho que desear, y no es que tuviera algún problema con eso, pero simplemente no dejaba de sorprenderle…
-Etto, Ruki, no me odies, pero te abandonaré por Aoi, ya sabes…Yo…-Ruki… ¿Quién había elegido ese sobrenombre? No lo recordaba, pero le agradaba ser conocido de esa manera, en verdad, cualquier cosa sonaba mejor que “Taka-chan”
-No importa Shima - Una mirada de “Cuando te lo cojas quiero saber todo” le dejó mas que claro a su amigo cual era la condición de aquel trato.
Ruki siguió saludando a sus compañeros muy animadamente, ignorando el hecho que no comía desde el viernes y era lunes – Si me desmayo ahora, todos lo sabrán- Se dirigió a un puesto vacío y se comió un pequeño dulce – El azúcar siempre me salva de todas, sería perfecta si no engordara – Iba a seguir con sus pensamientos hasta que sintió que alguien se sentaba a su lado –
-Hola lindura- Este idiota estaba cada vez peor, primero su pelo fue gris, después azul, pero ahora la mezcla de rojo, verde, azul y morado había rebalsado cualquier límite
-Miyavi ¿Qué coño te hiciste en la cabeza?
-¿No te gusta? Es que si te soy sincero, me aburrí de usar un solo color, dos era algo muy típico, después del 3 viene el 4 así que…
-Ok, entendí, ¿Y pretendes ser mi compañero de puesto?
-Sí, osea, creo que Uruha te dejó solo – Uruha…Había sido Miyavi quien había elegido los sobrenombres de todos…Ruki… Ese nombre lo había elegido Miyavi cuando aún eran novios… No hacían mala pareja, pero terminaron cuando el mas bajo se enteró de que su noviecito andaba cogiéndose a un tal Kai en los baños del colegio
-Miyavi, tengo una seria política de no sentarme con mis ex’s, nada personal contigo, de verdad, pero mejor que no
-Me quedaré aquí
-Entonces me voy-Iba a tomar sus cosas para cambiarse de puesto cuando llegó su tutora-Mierda…-Miró a su “amado” ex novio con odio en los ojos y se mantuvo en su lugar-Mantén tu distancia y todo estará bien.
-Tranquilo precioso, no muerdo
-Mas te vale…
La primera hora de clases fue odiosa, hablaron del futuro presidente del curso, de la directiva, reglamentos y puras cosas que a nadie le importaban.
Una vez tocaron para el descanso él y su amigo Shima salieron al patio a saludar a sus amistades, tenían un grupo de amigos a los cuales conocían muy bien, salían, se drogaban, tomaban y tenían sexo entre ellos, sí que se conocían bien. Y por esta misma razón, por ser la distorsión andante todos querían andar con ”los populares” , porque claro, en ese lugar cuando rompes las reglas y tienes sexo en el baño todo el mundo te ve muy cool y quiere ser tu mejor amigo…
-Hey Shima! Ruki! – Un chico del mismo porte de Ruki les gritaba desde el otro lado del patio
-Kyo! – Por primera vez en ese día Ruki mostraba emoción, y no es que no le emocionara ver a sus compañeros o a Shima, pero el hambre y los mareos que sentía eran mayores, pero ese dulce le había devuelto el alma al cuerpo.
-¿Cómo están par de afeminados?-Die, como siempre pelirrojo y alto sonriendo con autosuficiencia
-¡Oye! No molestes a las princesitas- Se mofaba Kyo
-Mira que andan tiernos lo niñitos rudos hoy- Dijo Shima poniendo su boca de pato cosa que hizo reír a Die el cual se acercaba a Uruha para hablar sobre guitarras, su pasión en común
-Oe enano-Kyo miró a Ruki de pies a cabeza-¿Desayunaste?
-Sí, mi mamá me preparó la comida – Para mala suerte de Ruki, Kyo desde hace mas o menos un año notó su pequeña “preocupación por su físico” y desde entonces que lo hace comer siempre
-Pero es hora de colación, así que ten-Le pasó un pan con queso-Quiero que lo comas aquí y ahora.
-Está bien mi amor, como tú digas-Mirada de odio hacía Kyo, mirada de odio hacía el pan, eran 500 Kcal. Innecesarias, pero que más da, Kyo nunca entendería, masticó lentamente cada parte, debía admitirlo, tenía mucha hambre, y el pan estaba fresco, el queso era de buena marca.
500 Kcal.
-Estás muy delgado, deberías…
-¿Y Toshiya? ¿Y Shinya?-Preguntaba Uruha mientras miraba hacía el patio con cara de “un grupo incompleto no es un grupo” Y se tocaba la frente dramáticamente fingiendo un desmyo
-No sé, dijeron algo de ir a ver a un chico nuevo que conocían de antes y no sé, nunca los escucho cuando hablan- Respondió Kyo riendo, mientras observaba a Ruki comer
Tocaron para entrar de vuelta a las salas, Ruki esperó a que llegara la profesora para pedir permiso para ir al baño, el pan estaba realmente delicioso, pero no podía dejarlo más tiempo en su estómago.
-Lo siento profesora, me tomé mi jugo y el de mi amigo y ahora…
-Entendí, Takanori-san, valla y no se distraiga en el camino
-Hai!
Caminó tranquilamente al baño, cerciorándose que nadie lo hubiera visto, entró en un cubículo y empezó el ritual
Se dobló mientras apretaba su estómago con el brazo, metió dos de sus dedos a su boca y los movió hasta que sintió como las contracciones iniciaban, metió un poco más profundo sus dedos y por fin las contracciones aumentaron hasta que devolvió parte del pan, pero él no se iba a quedar así, repitió este proceso hasta que lo único que salió de él fue líquido, satisfecho sacó papel higiénico y se limpió la mano, salió del cubículo y caminó hacía los lavamanos, todo iba perfecto hasta que…
-¿Te llevo a enfermería porque te callo mal el desayuno…
-Yo no…- Ahí estaba el rubio de la bandita
-O a orientación por ser un jodido bulímico?
Ahora que lo tenía cerca veía que sus raíces eran bastante notorias, pero no se le veían mal, sus facciones eran finas, pero su apariencia era ruda. Confirmó lo que ya sabía de él, era nuevo, ya que aún no llevaba insignia en su polerón.
-¿Te vas a quedar como enfermo mirándome o me vas a responder?
Mala manera de conocer a alguien en su primer día de clases