¿Cuándo ocurrió…?
¿Cuándo fue que dejamos de contarnos lo que nos sucedía?
¿Cuándo fue que las meras palabras se tornaron innecesarias?
¿En qué momento el simple hecho de abrazarnos se transformó en algo tan natural como el respirar?
¿En qué momento una simple mirada bastó para decirnos todo lo que nunca nos dijimos?
¿En qué mísero momento mi vida cambió para siempre…?
¿Por qué ansío tanto tus labios, que apenas se dignan a dirigirme la palabra… Ya que tus ojos hacen todo el trabajo?
¿Por qué no puedo apartar la mirada de tu esbelto cuerpo cada vez que hacemos una presentación?
¿Por qué ninguna de mis anteriores preguntas tienen respuesta?
O peor aún…
¿Por qué poseen todas unas respuestas tan simples?
Porque te amo…
Porque se bien claro que daría mi vida por ver tu sonrisa relampaguear en la oscuridad…
Porque eres la única razón de mi existencia…
Porque, simplemente eso, te amo…
Ni más, ni menos…
O tal vez… más sea la palabra clave para toda esta locura…
El morir de celos al verte en brazos de alguien más…
El querer tenerte por siempre y para siempre a mi lado…
El dulce y embriagante olor de tu cabello que logra elevarme hasta el mismísimo cielo…
El querer arrancarme el corazón del pecho y entregártelo solo para demostrar que realmente te amo, que no miento cuando te lo digo, cuando te lo susurro al oído cada noche…
Cada gloriosa noche que paso a tu lado…
Cuando te ríes de mis palabras, diciendo que soy todo un poeta, y yo insisto que tú eres mi musa…
Más risas…
Y un corazón destrozado por ese dulce sonido.
A pesar de tener tu bella cabeza reposando tranquilamente sobre mí brazo, mientras que te dejas vencer por el sueño y cierras tus preciosos orbes negros, no puedo evitar entristecerme…
Nunca comprenderás lo que digo.
Extraño tus palabras, por más absurdas que sean…
Tus labios, a pesar de que nunca los he probado…
Tu olor, aunque lo tenga a mi lado…
Extraño lo que nunca me has dado y yo tanto anhelo…
Tu amor...
El amor que yo siento, un amor sin principio ni final, sin comienzo ni fronteras.
Te Amo
Quisiera que pudieras comprenderlo, pero no lo haces
No bromeo cuando lo digo, es mi corazón el que habla en esos momentos.
Acerco mi rostro al tuyo lentamente… Hasta que nuestros labios se rozan ligeramente
Son tan suaves y tan delicados como los pétalos de una rosa, pero a la vez cálidos…
Con esa calidez que solo tú puedes otorgarme…
Esa misma calidez que siento en el pecho cuando tú estás cerca de mí…
Pero me aparto rápidamente, siento que estoy profanando, de alguna forma, tú delicado ser.
En este momento es cuando despiertas, me miras somnoliento, y me preguntas que es lo que sucede…
Y yo me limito a negar con la cabeza y sonreír… Hasta que te duermes nuevamente, y, luego de observarte unos minutos más, te acompaño en tu sueño, donde por supuesto tú eres el protagonista…
-Te Amo, Key…
-Y yo a ti, Jjong…