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LEMON PIE por Shaka_Rubi

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Notas del fanfic:

Wow!!! Mil años sin publicar y me decido por una nueva historia. Claro está que no abandonaré mi largo fic llamado: "LA BROMA". Pero ahora estoy para comentar sobre "LEMON PIE" que más adelante entenderán el título. Uf, casi se le robé a la hermosa Sade de su canción "Cherry pie" xD. Bueno, pues les aclaro que este fanfic no será kilométrico como mi otro multi-chapter, este tendrá a lo sumo 4 capis.

Como dije en el resumen en este fic me alejé un poco de las personalidades de "L" y Raito, a veces es bueno variar :3. Y pues en este relato verán lo que tanto me gusta: líos estudiantiles y mucho romance aderazdo con comedia burda XD! Basta de bla, bla.... mejor lean el capi I.

Besos!!!!

 

 

Notas del capitulo:

Pues uhm.... no tengo mucho que decir... Aquí empieza la cosa :3!!!

 

-Lo siento Lawliet, suerte para la próxima.

La voz musical de un hombre de cabellos negros y estilizados lentes de pasta resonó como relámpago en todo el espacioso y pulcro salón de clases, mientras tales palabras se clavaban como dardos en la susceptible psique del chico denominado Lawliet.

-Pero… no es justo.-Replicó el desdichado alumno, al ver la hoja garabateada con incontables cruces rojas e incrustadas dos simples y llanas letras: NA, que significaban un irreversible; no acreditó.

-Lo es…-El sujeto de anteojos y mirada lúgubre suspiró resignado.-Creo que tus ensayos, si a eso se le puede llamar ensayo.-Apuntó con desdén la hoja de prueba de su alumno.-Son lo más precario, falto de sensibilidad y estética que he visto en mi larga carrera como docente de literatura…

Lawliet arqueó la ceja y desvió la mirada hacía el techo en un claro gesto de fastidio e indignación.

-Bueno… a mí no me gusta leer esas historias que ustedes llaman literatura. Me aburren.- Sentenció sin rastro de respeto a su superior. El profesor por su parte se limitó a escuchar a su educando.-Además no creo que la literatura me ayude mucho en mi carrera como detective, creo que es una asignatura inservible… que llena en esta escuela un vacío artístico, que sirve para emplear a un hombre que estudió una profesión sin benefici…

-¡BASTA!-El golpe seco que propinó el profesor al fino escritorio de madera, acompañado de aquel enérgico grito escapado de su garganta paralizó la boca de Lawliet, sus ojos de desenfocaron un momento e inesperadamente sintió temor de aquel sujeto de mirada trastornada y rasgos distorsionados por la ira.-Nunca nadie me había hecho perder la calma de la forma que tú-Sin el más mínimo respeto, clavó su dedo índice en el pecho de su problemático estudiante.-Lo has hecho… Elle Lawliet.-Dijo, degustando con enfermizo placer aquel nombre, mientras su rostro rompía de forma aterradora la distancia que lo apartaba de su alumno.-Quizá sea para ti un tipo inútil y mi clase te parezca una ofensa… Pero, si no logras acreditar esta materia, si, la inservible Literatura I. Olvídate de ser detective.-Susurró entre dientes, invadiendo impertinente, el espacio del joven, causándole inevitablemente una mezcla de terror y repugnancia.

Elle entonces echó la cabeza hacia atrás, apretó los puños y se mordió un labio pero no amedrentó. Sus pupilas, negras y nubladas jamás se despegaron de las también oscuras pero brillantes irises del profesor Mikami.

-Pasaré Mikami-sensei, le juro que pasaré. –Aseveró con seguridad. Como si hubiese recibido alguna profecía divina, aparentando un sosiego falso que podría disiparse en un pequeño descuido.

-Así sea.

Dos palabras, tan solo dos palabras escaparon de los desencajados labios del hombre adulto que amenazaba al más joven. No añadió más, tomo su portafolio y con una fuerza atroz clavó la puerta contra su marco, haciendo temblar cada destrozado nervio de Elle Lawliet.

-¡ME LLEVA LA PUTA MADRE!

Profirió tal improperio al encontrarse solo en el inmenso salón, expulsando todo el aire retenido en sus pulmones, atinando solamente a jalarse los cabellos y maldecir hasta al último hombre que compartiera algún gen familiar con el hijo de puta del maestro Mikami. Desgraciadamente recordó que todo el género masculino compartía parentesco.  Gruñó furioso. Se paró como bólido, tomo con odio su despreciable examen, lo hizo bolita y lo metió en el bolsillo derecho de su deshilachado pantalón de mezclilla. Pateó su silla pero calculó mal y se golpeo la rodilla. Quiso sentarse a llorar. Pero en lugar de eso se mordió el pulgar con fuerza y tras recordarle su progenitora al mundo entero se largo del salón hecho un salvaje.

Sin remedio alguno sus veloces pasos se dirigieron a la cafetería al aire libre, necesitaba azúcar, azúcar, toda la glucosa posible envenenando su sistema, devolviéndole la lucidez que al parecer había dejado olvidada en el salón de clases.

Afortunadamente para él desventurado chico de desobedientes cabellos negros, sus ojos también oscuros dieron con una ardorosa y bastante peculiar pareja que él conocía como a su misma piel.

-¡Mello! ¡Matt!-Chilló feliz al encontrase a las espaldas de los recién nombrados, pero ambos chicos hicieron caso nulo a su ansioso llamado. Elle se cruzó de brazos y negó con la cabeza al percatarse de la concentración y adoración que le dedicaban al cuerpo del otro cada uno de sus amigos.

El tal Mello estaba tendido sobre el deseoso cuerpo del tal Matt, recorriendo las líneas rectas y firmes, propias de su anatomía masculina. Besaba el cuello del chico con fruición mientras frotaba su miembro contra la delineada cadera. No obstante, el jovencito que recibía tan voluptuosas atenciones retribuía con creces la pasión desatada de su amante; deslizando, sus ansiosas manos entre los ajustados pantalones de mezclilla, apretando las musculosas nalgas de su joven hombre, haciéndolo temblar.

Lawliet tragó grueso al sentir como su propio miembro cosquilleaba bajo sus holgados bóxers azules, sentía el calor emanar de sus mejillas y el abundante sudor refrescando su frente.

-¡Oigan ustedes dos!-Vociferó avergonzado el recién reprobado, con las mejillas encendidas debido a la lasciva función que se desarrollaba en sus narices.

-¡Oh, Elle estas aquí!-Reaccionó de una buena vez el chico rubio que formaba parte de la exuberante pareja de amantes.-No te habíamos notado.-Dijo con tal tranquilidad, como si hubiera estado recitando un poema rebosante de inmaculado romanticismo a su dulce pelirrojo.

-Estoy aquí desde hace más de diez minutos…

-Amigo, nos has encontrado en mal momento.-Aceptó el rubio, aún encima de su chico, y con las sedosas manos de este pegadas todavía a sus nalgas.

-Yo diría muy buen momento.-Afirmó el joven que se encontraba bajo el macizo cuerpo de su atlético amante, apretando los grandes glúteos para confirmar lo dicho.

-Si verdad.-Y como si Elle fuera una incorpórea ventisca, fue de nuevo ignorado, porque el blondo besó una vez más el cuello de su amado.

-Son como animales en celo… no se controlan ni siquiera en la escuela. ¡Vaya amigos de mierda que tengo!

El pequeño berrinche que su querido amigo Lawliet les estaba montando los hizo separarse velozmente, sintiéndose culpables.

-Elle… oye no te enojes, no tienes porque llamarnos animales. Simplemente somos jóvenes y tenemos necesidades.

-Exactamente como dijo Mihael, pero he de aceptar que tienes razón; no debimos ignorarte por culpa de nuestros manoseos.-Completó Mail Jeevas, conocido oficialmente como Matt.

-¿Que te trae por aquí ojeroso?

Elle no contestó a nada de lo que sus camaradas decían porque su negruzca mirada estaba clavada en la entrepierna de Mihael. ¡El muy bastardo tenía una enorme erección! Y valiéndole mierda su estado tenía las piernas abiertas y rebuscaba entre sus bolsillos seguramente una barra de chocolate. Maldito pervertido sin moral.

-¿Qué?-Preguntó el rubio escupiendo algunos trocitos de chocolate de la barra rancia que recién encontró en su chaqueta, mas el mutismo de Lawliet y su mirada crispada lo desconcertaron.

-Estas duro…-Susurró lo más bajito posible, notando como sus mejillas ardían.

-Ah sí… es normal ¿Acaso no viste lo que hacía con Matt?-Preguntó indiferente el rubio de ojos celestes, ignorando la mojigatería de su amigo.- ¿Acaso no te pasa cuando piensas en Light? ¿Nunca te has masturbado… ¡Ay!-Mello el obsceno, no pudo añadir nada más que un grito de dolor. Lawliet le había atestado un severo golpe en su amarilla cabecita.

-Bueno ya basta con ustedes dos parecen críos.-Les reprendió Matt.-Elle ignora las reacciones fisiológicas de Mello y también todas sus tonterías, ven vamos a platicar un rato.-Con amabilidad en chico de la camiseta a rayas y pantalón azul de mezclilla dio unos suaves golpecitos al lugar vacío entre él y su novio, para que el pelinegro se sentara.

-Está bien…

-Es mi imaginación ¿o estas desganado ojeroso?- Cuestionó ya más serio el universitario de cabellos dorados.

-Reprobé Literatura I otra vez

-¡Qué!-Gritó consternado Matt al escuchar semejante noticia, tirando incluso el cigarro que estaba a punto de encender. Mello en cambio se atragantó con un trozo de chocolate y estaba tosiendo sin control.

Varios minutos después y habiéndole brindado los primeros auxilios a Mello, -incluso Mail practicó en su novio la maniobra Heimlich sin ser necesario y sin saber a ciencia cierta cómo ejecutarla-retomaron la plática como si nada hubiese ocurrido.

-Reprobaste otra vez Literatura I ¿Qué esta no era tu última oportunidad?

-No Matt. Aún me queda el examen extraordinario, el cual si repruebo repetiré la materia y eso significa adiós beca…-Relató con pesadumbre el aspirante a detective.

-Oh, no comprendo tu situación. Tienes un IQ de 185, tus calificaciones son de las más elevadas en todo el campus. Estas en segundo lugar solo detrás de Light Yagami y justo por Literatura. Y... repruebas la asignatura que generalmente todos aprueban con facilidad y apruebas con excelencia las que todos reprueban; como Matemáticas, Física aplicada o Química forense. Eres un enigma ojeroso bonito.-Tras sus observaciones, el ojiazul revolvió con cariño la alborotada melena de pelo negro.

-Lo sé…

- ¡YA SE!-Gritó efusivo Jeevas parándose de su asiento. -¡Tengo una gran idea!

-¡Nah! Ignora las ideas Mail, seguramente te dirá que te vistas de Sexy bitch para conquistar a tu profesor y tras los favores sexuales quede tan satisfecho y te ponga: “Nota excelente”.

-¿De qué hablas maldito Neandertal?-Contestó bastante enojado el pelirrojo.-Yo jamás idearía un mierda así.-Y sin miramientos, golpeó con fuerza la cabeza de su novio. Mello obviamente se quejó y tiró de los cabellos a su amor. Elle estaba tan en shock por las palabras Sexy bitch que hasta el habla perdió y no protestó al ser sacudido de un lado a otro por la pareja de novios que lo flanqueaban.

-Fue una pérdida de tiempo hablar con ustedes par de idiotas. Yo me largo.-Suspiró cansinamente comenzando a levantarse de la banquita blanca de la cafetería.

-No te vayas Elle. A un lado rubio de quinta.-Mail, con un rudo movimiento empujó a Mello lejos de él.-Mi idea no es tan mala… En realidad lo que iba a decirte es que le pidieras ayuda a Light Yagami.

Ambos, tanto Mihael como Elle miraron atónitos al jovencito de chispeantes ojos verdes. Y tras unos segundos Mello se echó a reír y Elle se llevó una mano a la cabeza para mitigar el mareo que le sofocó de tan solo imaginarse semejante posibilidad.

-Uh… Matty, tu sí que eres divertido.

-…-Matt quedó sin habla ¿Qué de malo había en lo que dijo?

-¿Alguno de ustedes dos sabe donde venden vestidos de Sexy bitch?- Preguntó Lawliet bastante serio.

-Mira Mello por ejemplo se los compra en un bazar para prostitutas.-Respondió iracundo el pelirrojo, parando en seco las risas de su tierno noviecillo.-Sé que te gusta Light Yagami, Elle. Pero ese chico podría ser tu salvación. Tú mejor que nadie sabe que él hace excelentes discursos y ensayos, es ganador de cuanto concurso de debate y oratoria le han puesto enfrente y siempre que le miras esta con un enorme libro de literatura clásica entre sus manos. –La voz de Matt era seria y calma, sin rastro de broma o burla.

Fue precisamente gracias a tan sencillas y acertadas palabras que el chico de gastados jeans y mirada perdida comenzó a ver en Light Yagami algo más que el chico guapo que le quitaba el sueño y provocaba un tumulto de emociones en su inexperto cuerpo. Efectivamente, Light podría ser la respuesta a su patético problema.

-Pero… Light es presumido y siempre esta solo o con alguna de sus novias… No creo que siquiera me dé la hora.-Afirmó desanimado el ojeroso, bajando la cabeza y disipando cualquier esperanza.

-Pues no lo sabrás si no lo intentas Lawliet.-Habló el rubio cuando vio pertinente hacerlo, estaba claro que la idea de su novio no era en absoluto una tontería.

-Mello por una vez en su vida tiene razón, debes hablar con Light.

-Pues…-Elle se rascó la cabeza, nervioso – Hablaré con él al terminar las clases.-Prometió el moreno, para así librarse de tan tenebrosa responsabilidad por lo menos unas horas.

-¿Y porque no lo haces ahora? Mira ahí esta.-Apuntó el rubio hacia una banquita solitaria, cubierta por la sombra de un enorme roble japonés, en la cual un chico castaño de resplandecientes ojos dorados platicaba animadamente con una muchacha de ojos negros y cabello del mismo color.

-No… no, no… ¿No ves que esta con su novia?-Los desmejorados nervios de Elle temblaron hasta sus fibras más recónditas. Acercarse a Light era simplemente una proeza que él, simple mortal, no era capaz de realizar.

-Oh por Dios, Takada no es más que un mueble anticuado del que Light pronto se deshará. ¡Vamos Lawliet, tu beca está en juego!-Le animó Mail.

Elle Lawliet suspiró, se llevo las manos a los bolsillos y elevó su triste mirada hacia el vasto cielo celeste; estaba claro, sus torpes amigos tenían la razón de su lado. Si perdía su beca, se olvidaría de ser detective, lo cual acarrearía una enorme tristeza en su abuelo y pequeño hermano que había dejado atrás, en su pequeño pueblo natal en Inglaterra. Pero, por sobre todas cosas, se decepcionaría a sí mismo. Tantos años de soñar con lo mismo y de luchar por mantener unas notas sorprendentes, una conducta extraordinaria y ganar un gran número de competencias deportivas; ¿no servirían de nada, todo se iría a la basura? Entonces, ¿por qué no doblegar por solo una vez su férreo orgullo?

Sí, hablaría con Light, a pesar de que la posible respuesta fuese negativa y aún a pesar de correr el peligro inminente de ser brutalmente humillado. Al fin y al cabo estaba en ceros y en medio de ese cúmulo de malos pronósticos cabía la remota posibilidad de obtener una respuesta positiva por parte del inalcanzable adonis de cabello claro.

-Hey… Elle…-Lo remeció un poco el pelirrojo, al notar el extravío mental plasmado en su rostro pálido.

-Tienen razón.-Dijo, aún ausente.-Ahora mismo hablaré con Light Yagami.-Sonrió forzadamente y, con paso firme dejó a sus amigos, para dirigirse hacía el genio literario más codiciado de la grandiosa Universidad nipona.

-¡Ese es mi Elle!-Gritó reluciente de orgullo el hermoso pelirrojo, mientras su novio negaba con la cabeza y en secreto le pedía a alguna fuerza suprema que su amigo moreno no fuese destripado por las garras del hermoso pero peligroso japonés.

Después de tanta euforia liberada, ligeramente preocupado, el joven de ojos esmeralda le preguntó a su chico:

-¿Tú crees que Elle salga ileso?

El mencionado arqueó la ceja y le respondió:

-¡¿Que todo esto no fue tu puta idea?!

 

*

 

Mientras tanto, Elle, que tan animado acudía a su encuentro con Raito, sentía que su convicción decaía a cada metro que sus piernas avanzaban. Ahí estaba él; Light el intocable, Light el chico más guapo y reservado… Light, la eminencia literaria más afamada de Todai, Light… el chico del que estaba perdidamente enamorado…

Cuando apenas tres metros lo apartaban del joven nipón, Elle tiró de sus dedos hasta hacer que sus huesos emitiesen un ruido seco; estaba hecho polvo… y ni siquiera había cruzado una sola palabra con Yagami.

“Buda, Alá, Shiva, Zeus, Amaterasu, y más dioses del universo… ¡Ayúdenme!”

El británico se mordió el labio, y actuó, no pensó. Sin más preámbulos, avanzó veloz, con los brazos rígidos y la mandíbula apretada, manteniendo su mente en blanco. Pero cuando su mano apenas tocó el hombro de Light para llamar su atención y este le envolvió con su mirada hostil, sintió las piernas flaquear y su voz se esfumó en los confines de su garganta.

Light parpadeó varias veces, arqueó una castaña ceja pero sus labios se mantuvieron unidos y su cuerpo inmóvil.

Elle quería hablar pero no podía, creía estar en medio de una de sus constantes pesadillas, quizá si tenía suerte pronto despertaría.

-¿En qué puedo ayudarte?-Preguntó Light con voz ronca.

-Esto… Soy Elle Lawliet… de Criminología… y… y…

Las palabras no querían salir, en realidad el joven inglés no sabía ni que decir. ¿IQ elevado? ¿Genio? ¿Futuro gran detective? Todos esos adjetivos que le habían otorgado al parecer le quedaban demasiado grandes, por lo menos en aquellos momentos en que se mostraba como un infante a punto de echarse a llorar.

-¿Y qué? –Indagó impaciente el apuesto joven.

-Ve… verás… Sé que tú eres muy bueno en Literatura… Yo soy muy malo en eso…

-Ajá…- Yagami ni siquiera parpadeó, sus penetrantes ojos no se despegaron ni un solo momento del nervioso inglés.

-Y la verdad…-Cerró los ojos con fuerza, tomo aire y enunció casi en un grito- ¡Me gustaría que me ayudarás a pasar mi siguiente examen de Literatura porque si no apruebo perderé mi beca y no podre seguir estudiando!-Tras decir aquello expulsó todo el aire que guardaba en sus pulmones y una agitación espesa le obligó a jadear, sus mejillas se pusieron rojas y su boca se mantenía abierta tratando de capturar oxígeno.

Light carraspeó y se acomodó en su asiento, para poder así dedicar su entera atención al aspirante a detective.

-¿Y cómo podría ayudarte?

Elle vio la Luz…

¿Acaso eso era un sí?

-Me gustaría que fueses mi asesor…-Hizo una respetuosa reverencia y esperó una respuesta positiva.

-No

Lawliet casi cae de frente al suelo… ¡Light le había negado su ayuda!  Levantó decepcionado la mirada y la risita burlona de Takada terminó por romper de forma definitiva con sus esperanzas. Pero, vaya ¿qué más podía esperar de Yagami? No obstante, no permitiría que su dignidad siguiese siendo pisoteada.

- Bien Light… Gracias por tu atención.

Con total desgano hizo otra pequeña reverencia y tembloroso se dio la media vuelta para regresar por donde había venido, pero, un ligero tirón en su ajada camiseta le hizo reaccionar instintivamente. ¡Light Yagami sujetaba con indiferencia el pedazo de tela que blanca que cubría su cuerpo! Estaba ahí, con una pierna cruzada sobre la otra, la palma de su mano derecha pegada a su mentón y los ojos ámbar mirándolo sin emoción.

-¿Cuánto tiempo tienes para estudiar antes de tu prueba?-Investigó, apenas moviendo los labios y haciendo de su voz un murmullo. 

-¡Light!-Takada-san que se mantenía muda como muñeca de porcelana protestó ante el extraño comportamiento de su enamorado. ¿Acaso Yagami estaba dispuesto a ayudar al extraño sujeto de Criminología?

-Takada-san, por favor…-Raito la recriminó de forma enérgica pero sin dejar de lado su acostumbrada caballerosidad.

La muchacha hizo una mueca de disgusto y como toda una dama saco de su bolso de mano un pequeño espejo y fingió empolvarse las mejillas. No discutiría con Light en frente de aquel aberrante tipo.

-Ermh… en realidad solo tengo una semana…-Confesó Elle con tristeza, sabía que el tiempo en aquel lío no era su mejor aliado.

Light-kun suspiró y en el acto soltó el trozo de tela que mantenía sujeto en su mano, miró su reloj de oro e, inesperadamente añadió:

-Hoy, a las 4 p.m. iniciamos tus asesorías. Si no estás de acuerdo, lo siento, pero lo que menos nos sobra es tiempo.

Lawliet abrió la boca estupefacto, sus ojos se abrieron de par en par y no pudo evitar que una alegre carcajada escapara de su garganta.

-Yagami-kun, de verdad muchas gracias.-Agradeció conmovido, y en medio de tanta euforia tomo de las manos a Raito, el cual lo miró con desagrado.-Lo siento, lo siento.

-Te veré en mi apartamento, se puntual que necesito que leas algunas obras clásicas cortas y realices los primeros conatos de ensayo bajo mi tutela.

-Si… si… conatos, muchos conatos… pero ¿dónde vives?-Balbuceó sofocado al realizar semejante pregunta.  Conocería el apartamento de Ligh, el sitio donde Yagami-kun vivía… donde quizá se paseaba desnudo…

-Oh… sí. Te daré la dirección del lugar en donde vivo.

Elle solo asintió. Su atolondrada mente se mantenía perdida en los confines de los pliegues del cuerpo desnudo de Light.

En cambio Raito con toda la paciencia del mundo reviso con delicadeza su bolso de escuela y al cabo de unos momentos extendió, ante la mirada perdida del inglés un pequeño papel con una letra clara y preciosa que indicaba el lugar donde residía.

-No se te complicará encontrar mi casa, sé puntual por favor.

-¡Sí!-Con mano temblorosa tomó el papel y tras otro repetitivo agradecimiento se despidió del hermoso castaño y de la vanidosa morena.

-¿En serio vas a ayudarle?-Interrogó furiosa la monótona chica.

Light Yagami tardó varios segundos en contestar.

-Takada-san hoy, después de clases necesito hablar contigo…

*

-¡Te digo que no presiones esa tecla! Así jamás pasarás de nivel Mello.

-¡¡¡Es que yo no tengo paciencia para estas mierdas!!!

-¡Mello! ¡Matt!

La pareja de enamorados no pudo continuar con sus sabias actividades de entrenamiento, porque los gritos de Lawliet terminaron con el patético juego de Mello.

-¿Eh? ¡¡¡Me mataron!!!-Gimoteó el rubio al mirar en la pequeña pantalla centelleante la palabra “Game over”-Fue culpa de Elle.

-Claro que no tu juego era una basu… ¿Cómo te fue Law?-Indagó emocionado el pelirrojo al tener a escasos pasos de su presencia el menudo cuerpo de Elle, el cual, estaba sudando y  luchaba por respirar de manera fluida pero, la brillante sonrisa que engalanaba su rostro era difícil de esconder.

-¡Chicos! ¡Me fue genial!

-¿En serio?

-¿Light te toco el culo?

-¡Mello!-Matt arrebató de las manos de Mello el artefacto de brillante color rojo y lo estampó en la amarilla cabeza de su amado.

-¡Ay!-Chilló el maltratado joven mientras se majeaba la cabeza para amainar el dolor.

-¿No puedes dejar de decir estupideces ni un solo momento Mello?

-¿Y tú no puedes dejar de ser tan salvaje? ¡Maldita sea!

-Saben que ustedes son una pareja de idiotas –Y dicho esto, acarició con cariño la cabecita pellirroja y rubia. Era evidente que estaba feliz, y ni siquiera las discusiones absurdas de sus amigos podrían arruinar su momento de gloria.

-Light aceptó ¿cierto?-Indagó impaciente Matt.

-¡Sí!-Declaró feliz el moreno.

Matt casi saltó de la emoción al oír esa pequeña palabra. Su idea había resultado provechosa.

-Hmmmm ¿y no has pensado en los riesgos que corres ojeroso bonito?-Lanzó Mello de sopetón con voz bastante fúnebre.

-¿Riesgos?-Repitió confundido Matt.

-Sí… piénselo chicos. El esquelético muchacho aquí presente.-Paseo su mirada azul por todo el cuerpo del moreno, analizándolo con cuidado.-Está enamorado como idiota de Yagami Light… y como no estarlo…-Dijo esto último para sí mismo… recordando las formas delicadas y firmes del sugestivo cuerpo del nipón.

-Mello…-Sin embargo, escuchar su apodo en la amenazante voz de su adorable noviecito lo hizo ponerse en alerta. No quería acabar sin su hermosa cabellera rubia como había pasado un año atrás…

-Ejem…- Lo que insinúo es que dudo muchísimo que Elle logre concentrarse estando en compañía de Light Yagami….es más ni siquiera creo que pueda  sostener un libro entre sus manos mientras es observado por Raito…

Matt iba a añadir algo, pero ante las sensatas palabras de su amante no pudo refutar nada. Tan solo pudo arrugar el entrecejo y rascarse la cabeza angustiado.

Elle mientras tanto podía jurar que escucho el silbido del viento penetrar sus oídos; un silencio denso se había diseminado entre los tres. Mello, no estaba equivocado. Y el pobre moreno se deprimió otra vez…

-Mello tiene razón…-Aceptó Elle con desgano, dejándose caer en el cuidado césped.

-No… no te preocupes Elle-chan, verás que todo saldrá bien. ¿Verdad Mello?-Llamó a su galancete para que lo apoyara pero el ingrato solo se encogió de hombros. Matt hizo una mueca de disgusto y con un sutil gesto que dictaba “No te daré sexo si no me ayudas a consolar a Elle y además te cortaré el cabello mientras duermes y tiraré al retrete todo tu chocolate ¿Entendido?”. Mello entonces sin reparo alguno corrió a auxiliar a Lawliet. Vamos que tras tres años de noviazgo sabían identificar en el otro hasta el más leve sigo de alegría, enojo o emoción y el rubio sabía muy bien que Matt nunca bromeaba. Tenía mente psicópata y eso le excitaba.

-Ojeroso bonito a pesar de todo sé que podrás mantener tu cabecita fría, tus neuronas despiertas, y tus emociones dormidas.-Añadió el rubio mientras peinaba con cuidado la desprolija cabellera de Lawliet.

Matt miró a su novio con la boca abierta.

-¿Qué? 

-Nada, a veces me impresionas…

-No… chicos… yo no podré estar al lado de Light sin dejar de pensar en lo guapo que se ve o en lo inteligente que es… estoy perdido. ¡Mírenme hasta parezco chica histérica! ¡Me doy vergüenza!

-Calma chico, piensa en tu beca.-Sugirió sonriente Matty

-En tu abuelo y hermanito.-Completó Mello.

-Y en mi mismo…-Finalizó el propio Elle.

-¿Lo ves? No te puedes dar por vencido sin antes intentarlo. Has dado el paso más difícil y las cosas salieron bien. Ahora toca el turno de aprovechar todo lo que Light tiene que enseñarte.

-Seep. Además de que podrás estar cerca de Raito por una semana.

-¡Mello!

-Tranquilo… muy pocas personas tienen la fortuna de estar cerca de la persona que les gusta.-Se defendió el rubio con un argumento, por increíble que parezca, bastante coherente.

-E… eso es cierto. –Aceptó Elle un poco más animado pero nervioso. Estar cerca de Raito era como saborear la ambrosía de los dioses. Vaya que era un hombre privilegiado.

-¿Ves chico?, todo saldrá perfecto.-Sonrió satisfecho Matt tras su comentario. Nada podía hacerlo más feliz que ver a su querido amigo bastante motivado.

-¡Sí! Light Yagami será mi absenta*-Perjuró Lawliet con conmovedor ahínco.

Matt y Mello lo miraron aterrorizados.

-¿Absenta?-Repitió el rubio incrédulo.

-Si… ya saben la bebida esa que dicen incita a los artistas a la iluminación…

El pellirrojo llegado de Irlanda carraspeó con exageración y añadió:

-Uno, no eres ningún artista Elle y dos ¿dónde escuchaste esa palabra?

-Lo leí en un libro…

La pareja de novios lo miró con desaprobación.

-Elle…

-Ok, lo leí en un artículo de arte en internet…

-Elle…-Le miró de forma reprobatoria el irlandés.

-Ok… lo vi en la tele, en el anuncio de un bar ¿Felices?

-Ufff…-Respiraron aliviados los otros europeos ahí presentes.

-¡Qué alivio! Yo creí que ya estaba leyendo.-Le comentó agitado el chico de los googles a su novio.

-Yo también y me dije: “como puede ser tan idiota y no poder hacer un ensayo si ya lee”-

Respondió ofuscado el rubio.

-¡Claro! A eso es a lo que yo llamaría estupidez… pero igual, ¡es Elle!

-¡¡¡Oigan ustedes dos!!! Todavía estoy aquí…-Gruño verdaderamente ofendido Lawliet-Si quieren insultarme por menos esperen a que me largue.

Y así, entre risas, gritos y alguno que otro golpe y tirón de pelo, los tres jovencitos se dirigieron a comer algo, Elle necesitaba dulces… ¡miles de dulces! Toda la energía del mundo, para controlar sus nervios, poner sus neuronas a mil por hora y claro esta… domar a su alocado corazón enamorado cuando, por bendición divina lo tuviese a centímetros de su piel leyendo obras de… ¿Shakespiare?... Bueno… o algo así.

 

 

Notas finales:

Ufffffffff me olvidaba de las notas finales.... ><

Plis que alguien me diga que por lo menos leyó hasta aquí ;O; jejeje... Uhm... espero que alguien me comente y me diga si le gustó o no, si quiere que siga actualizando o que de plano lo borre xD!!! Aunque faltan muchas cosas por descubrir de las personalidades de los protagonistas y pues honestamente es una historia sencilla hecha para pasar un buen rato =)... En fin u.u

Bueno niñas, nos leemos pronto y espero que aunque sea un poco hayan disfrutado este capítulo.

 

 

 

Shaka :3


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