-De veras no puedo creerlo, ¿Qué te pasa?, ¿Sabes lo que dirá tu madre cuando se entere?, ¿Tienes una remota idea de lo que piensa nuestro padre cada vez que algo como esto surge?...¡Que soy un inútil que te descuida!, pero claro, el señorito no puede vivir en paz. Quédate ahí hasta que regrese y considera el dejar de meterte en problemas de una vez-
El más joven le siguió los pasos por el corredor y se desplomó sobre una de las sillas que rodeaban la mesa blanca y redonda mirándolo, oyendo cada palabra sin decir nada hasta ver a Jin Ki desaparecer todavía enojado. Pasó muchos minutos tratando de utilizar la mano que le quedaba libre, tal vez era mejor adelantar la tarea y matar el tiempo, pero era complicado utilizar una sola mano cuando has utilizado dos desde siempre. Si no fuese por el estúpido de Jung Woo no tendría ese yeso aún húmedo y radiante haciéndole picar medio brazo dejando asomar sus finos dedos de 13 años.
-¿Y ahora que hizo?- Preguntó la chica que colgaba su chaqueta blanca en un mínimo closet.
Nan Hee le recordaba constantemente a Jin Ki que no era responsable de su hermanito, porque Taemin tenía una madre aunque no se diese por aludida, una madre era una madre aunque no se encargase al 100% de un hijo con aquella fascinación por su hermano mayor desde el principio, un mayor que lo miró casi desconcertado cuando era apenas un bultito que seguía con la mirada cualquier cosa en movimiento.
Hay crisis en cada década, pero hacía una década Taemin ponía en crisis al Señor Lee, y con una madre en crisis constante causada por una inmadurez galopante fue Jin Ki quien decidió encargarse del asunto. Un padre de sesenta y tantos y una madre que pisando la treintena aún parecía no adecuarse a pensar en alguien más que en ella misma no eran lo ideal para aquel chiquillo que consideraba podía sacar adelante y lo creía firmemente, pero el pequeño parecía querer contradecirlo en los últimos tiempos, peleando con compañeros de colegio, con calificaciones en picada, estando siempre solo y en eterno malhumor, ¿Cómo una niño tan listo no encajaba en ningún sitio? ese tipo de cosas no dejaban de rondar por la mente de Jin Ki.
-¡Porquería de pluma de…mierda!- El chico que estaba ingresando a la sala miró al más pequeño en plena faena, era evidente que intentaba hacer algo…¿pero qué sería?, fue cuando el pequeño al parecer frustrado se dejó caer contra la mesa. ¿Sería bueno acercarse?, cerró la puerta de la sala con cuidado dando unos pasos apresurados para acercarse, hizo dos o tres atisbos de hablar pero no sabía que decirle, posó la mano sobre su cabeza y ambos se sobresaltaron.
-Hola- el más pequeño saludó arrastrándose el flequillo con una mano antes de mirar su brazo y hacer un bufido como si aquel tubo blanco molestara -No hay ninguno de los asistentes, hace rato que nadie entra- Aclaró viendo al visitante aún estático como esperando algo.
-¿Qué te pasó ahí?- Preguntó el mayor haciendo que Tae quisiera sonreír, aunque lo ocurrido era evidente no pocas veces los habitantes del centro preguntaban cosas evidentes con total desconocimiento de causa.
-mi brazo está roto...un idiota me empujó y acusó- luego llegó el yeso, y ahora no solo molestaba sino que dolía y picaba -y el estúpido bolígrafo ya se atoró como tres veces dentro-
-Pica porque está húmedo- Aseguró el mayor con un gesto de seriedad al tocarlo y Tae le sonrió.
Muchos de los que entraron luego los observaron, parecían divertirse, y así los halló Jin Ki al ingresar.
-Minho,¿no deberías estar en clases?- La memoria pareció regresar a quien saltó en su sitio. Taemin aseguró no haberlo sabido, no quería que se metiera en problemas.
-Pero me ayudó con mi brazo y la pluma…atorada- el chico alto de grandes ojos lo observó casi agradecido.
-Ve Minho, diré que te necesitaba para algo, por favor, no trates de inventar una buena excusa, yo hablaré luego- Instruyó a quien corría fuera de la sala mientras Tae sonreía en despedida.
-Que bonito, no solo te metes en líos, también metes en líos a los demás- Completó ofreciéndole una bandeja de almuerzo antes de sentarse a su lado. Lo miró a conciencia, a pesar del yeso y un par de raspones en la mejilla, no se había siquiera despeinado y aquello lo hizo sonreír en secreto.
-Jung Woo estaba tras de mí hace muchos días, te lo dije Jin Ki, ¿Pretendías que no me defendiera?, ¿Crees que me gusta quedar como un estúpido?, ¡Si alguien me busca no me quedaré sentado a ver que pasa!- Aseguró antes de comenzar a bajar el tono ante la mirada gélida de su hermano mayor -Y además es solo mi brazo…no rompí nada que debas pagar- Concluyó mirando la mesa haciendo al otro suspirar frustrado.
-No se trata de pagar o no hacerlo, se trata de sensatez, responsabilidad y hablar con un mayor si alguien te molesta-
-¡Yo no soy un cobarde!-
-¡Eres un irresponsable, eso eres!, no solo eres irresponsable y dejado con la escuela, hasta contigo mismo, te lastimaste, ¿te crees que una fractura es un dolor de cabeza Tae?, ¡podrías haberte hecho más daño y ese es el punto aquí!-
-El estúpido punto no es ese- Aseguró el menor tratando de cruzar los brazos ofendido ante la mirada risueña del mayor al verlo desistir -El punto es que soy un estorbo para ti, soy un estorbo para mi madre y soy una carga para nuestro padre…¡ese es el estúpido punto!, no te importa que me haya herido, te molesta que te regañen a ti por eso…¡Pero fui yo quien peleó, fui yo quien se lastimó y tú no vas a la escuela conmigo como para impedirlo!, se lo diré a papá para que no tengas que cargar con eso también- Aseguró antes de comenzar a hacer fuerza para abrir el sándwich.
-¡No me hagas un show por favor!…puedes pensar lo que quieras pero yo sé que pienso de esto, ahora pasarás varias semanas con un recordatorio constante y molesto de que a veces no todo se arregla a los golpes o saltando un muro para escapar de lo que no te gusta- Agregó rompiendo el empaque facilitándole la tarea y aligerando las cosas.
:::::::::::
Taemin me acompañó el fin de semana al centro, con un brazo herido no me atrevía a dejarlo solo. No lo veía a disgusto, siempre hallaba con que entretenerse, en este caso fue Minho, quien a pesar de llevarle un par de años parecía compatibilizar totalmente como para hacer las mismas cosas.
-¿Has revisado la lista de candidatos al programa de inserción laboral?- Preguntó mi superior mientras veía que ninguno de los chicos pasara los límites establecidos -Debemos escoger a tres para el supermercado, veamos que sean sociables y resueltos por favor, deben poder sortear algún problema mínimo sin correr por ayuda-
-Creo que podemos incorporar a algunos como ayudantes con los más pequeños…¿No te parece buena idea?- Preguntó Nan Hee llevándose la pluma a la boca.
-¿La idea no era que se alejasen del centro y en lo posible consiguieran algún tipo de ingreso aunque mínimo para desarrollar independencia?-
Surgió como un problema que muchos de los internos en el centro no tuviesen familias que respondiesen por ellos, si bien el estado podía sostener el cupo establecido los chicos no podrían ser siempre números en rojo en el centro, sus trabajos dentro de la institución eran comercializados y eso solía levantarles el animo, muchos tenían un oficio a estas alturas pero no se podía ignorar que crecían y necesitaban nuevas experiencias y vínculos, debían aún con limitaciones tratar de formar parte del mundo que los rodeaba, teníamos maravillosos reportes de experiencias similares.
-He pensado seriamente en proponer a algunos como acompañantes, piensen en Jung Ah, toda su vida cuidó de su madre hasta que falleció, es sumamente responsable y tiene tendencia a la protección, de seguro habrá muchas familias que requieran una compañía como la suya, se desvive por cuidar a quien está enfermo y recuerda el horario de las píldoras ajenas- Sacudí la cabeza, si ella no era buena compañía que me dieran otro nombre, Nan Hee me hizo un gesto.
Dos horas después acarreando a varios agotados por la excursión busqué a Taemin con la mirada, llevaba por lo menos una hora sin oirlo. Lo observé haciendo un gran esfuerzo por mantener en posición la cámara mientras se movía alrededor de un grupo reducido, al parecer se estaba divirtiendo y era un alivio.
No tardó demasiado en dormirse después de la cena, tenía el rostro bastante colorado, seguramente su nariz estaría perdiendo piel en un par de días. Mientras cerraba programas para apagar la computadora me topé con las imágenes descargadas de la cámara…era bueno, tal vez hasta tenía talento aunque lo desperdiciase sacando fotos repetitivas, a mi alrededor y en los muros descansaban una decena de imágenes de nubes y cielos de colores que parecía coleccionar, volví la mirada a la pantalla y hallé varias de Minho, en algunas se le veía casi avergonzado de ser destinatario de la atención y en otras sonreía abiertamente y hasta se animaba a las poses, Tae a su lado, y a pesar de la diferencia de edad se veía feliz como no la había visto jamás con ninguno de los niños que a veces lo acompañaban.
::::::::
Taemin asomó la cabeza tras la puerta y casi salté de mi sitio
-¿Estás bien?, ¿pasó algo?-
-No seas paranoico- Su gesto de tedio era evidente y procuré retomar mi posición mientras se despatarraba en la silla enfrentada echando la mochila al suelo.
-¿No debes estar en casa a esta hora?...¿Necesitas algo?-
-Tengo poca tarea, la adelanté en el receso…me aburro en casa, ¿puedo quedarme aquí?- Lo miré inquisitivo, nunca se había aburrido en casa, es más había una lista de películas que me permitían corroborar que se la pasaba comprando por control remoto cuando no era por internet -Desde que la señora Park se fue estoy aburrido, me aburría viéndola hacer sus labores, pero por lo menos tenía con quien conversar- Aseguró revisando mi lapicero…¿Qué me costaba tenerlo aquí?, siempre y cuando se mantuviese tranquilo, este era mi trabajo y debía respetar eso.
-¿Minho está en clases…u ocupado?- Preguntó un par de minutos después evidenciando sus verdaderas intensiones. Miré mi reloj, aunque estaba ocupado justo ahora, en una media hora podía saludarlo -¿Qué tiene?, ¿Por qué está aquí?...yo creo que está bien- Comentó.
-Claro que está bien, es sano,inteligente y muy agradable…pero es muy lento para su edad- Tae me miró expectante -Aunque no lo aparente físicamente su mente es como la de un niño de doce años, incluso tú podrías tomar decisiones o tener ideas que puedan superar en complejidad a las suyas- sin contar con el hecho de que a veces no quería estar con nadie, tenía sus días -En resumen, por eso está aquí- Agitó la cabeza oyéndome, ¿Cómo explicarle la lista de rasgos que Minho parecía coleccionar?, no quería que pensase en él de un modo diferente ya que evidentemente le agradaba. Incluso a mí me simpatizaba, llevaba tratándolo dos de los cinco años que él llevaba en el lugar y reconocía que era una persona que no daba problemas, pero no me los daba a mí, sabía por otras bocas que podía ser muy extraño a veces.
-Todo el mundo tiene sus días, a veces yo tampoco quiero hablar o estar con nadie, además no es como si él tuviese a alguien, eso me dijo…que no tiene a nadie, yo tampoco quiero ver gente cuando estoy triste- Aseguró y volví mi atención a él.
-Tú no estás solo Tae…y si algún día estás triste preferiría que me lo digas- Se encogió de hombros y a mí se me encogió el corazón, traté de mantenerme incólume los siguientes minutos que pasó sentado frente a mí luchando con la tarea y dejando mi mente volar.