Todo cae en pedazos, puedes ver como los edificios poco a poco seden y caen, como todo es simplemente destruido por una fuerza más allá de su comprensión, pero a ti no te importa, te dedicas a mirar como todo cae y se destruye, no piensas en las personas que mueren bajo esos escombros porque ninguno es él, porque él ya esta muerto.
Y puedes escuchar a las personas gritando, puedes ver como los que se encuentran bien intentan ayudar a los menos afortunados, pero son detenidos por un simple kunai justo entre los ojos, y prácticamente puedes sentir como el frio metal atraviesa sus cráneos para quedar incrustado en su cerebro, y ríes, ríes por que ellos fueron los culpables de lo que les está pasando ahora.
Porque de no haberlo matado en este momento serias otro obediente shinobi de esa aldea, que ya no es más que un montón de escombros, pero las cosas no son así, ellos acabaron con todo, ellos lo mataron.
Y ahora están pagando por eso.
Por que debieron haberlo sabido, por que se suponía estaban entrenados para saberlo, para ver detrás de tu mascara.
Eso es lo que se ganan por subestimarte.
Solo un montón de idiotas, eso es lo que son, unos simples idiotas
Y notas las caras sorprendidas de todos, porque se supone que tú no puedes hacer nada de lo que en estos momentos estas haciendo, y es que en todo este tiempo no te has dedicado solo a comer ramen, nada de eso, descubriste una nueva habilidad, muy útil cabe decir.
Tan solo hacía falta romper un poco ese molesto sello, no lo suficiente como para que el zorro poseyera tu mente, pero si lo suficiente para contar con su exquisito suministro de chacra.
Solo era cosa de mezclar un poco de su chacra con el tuyo, y podrías hacer casi cualquier cosa que quisieras, claro con un pequeño costo, nada es gratis en la vida, ¿no?, una porción de tu vida se iba junto con la técnica.
Pero que importaba eso, lo único que te interesaba a ti era acabar con todos ellos, con toda esa estúpida aldea, y si por eso morías, que importaba, él ya estaba muerto, no era como si quisieras seguir con todo después de terminar lo tuyo.
Sientes el agotamiento que produce la técnica, y sabes que es momento de partir, ya no tienes nada que hacer en ese lugar, tu labor ya ha terminado, ya todo ha terminado, todos están muertos.
Te aseguraste de mantener los grandes muros que rodeaban la aldea, esperaras allí, sabes que te queda poco tiempo.
Sabes que hoy llegan los chicos, todos habían tenido que salir de la aldea por una misión de la que no te quisieron hablar, después de todo se te había dado de baja luego del incidente, ya no eras un shinobi, solo un simple aldeano que no tenía acceso a ningún tipo de información.
Esperaras a que lleguen y entonces te irás, ese es el plan, pero algo de dice que no podrás hacerlo, mantuviste la técnica por demasiado tiempo, ya casi no te queda tiempo de vida, y es que si no llegan dentro de poco simplemente morirás allí.
Y es mientras esperas que él aparece, y te parece tan real, lo sabes, sabes que el vino por ti, de la misma forma que sabes que no alcanzaras a ver a los demás antes de partir.
Puedes ver como él se acerca y te extiende la mano, no notaste cuando caíste al suelo, pero no importa, sostienes su mano y te levantas, y es mientras te acercas a él que puedes ver como las grandes puertas se abren, “llegaron” piensas.
Y mientras todos ven lo que hasta hace unas horas era su hermosa aldea, su hogar ahora hecho pedazos tú desapareces junto a él en un remolino de fuego, dejándolos a ellos con su dolor, de la misma forma en que ellos te dejaron con el tuyo