Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Apóyate en mi hombro por zuru2

[Reviews - 104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Está horrible. Hice mi mayor esfuerzo (o sea que no es mucho jajaja) pero bueno espero guste un poquito.

 

Este cap son desde el punto de vista de Kyu

Notas del capitulo:

Siento pedir que lo lean

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

 

  Me gustaba correr a toda velocidad mientras el viento golpeaba mi rostro. Sentía la libertad que el campo desprendía por la carretera rodeada de vegetación y su peculiar y agradable olor. Me creía dueño del lugar y podía independizarme del casco por un momento para sentir aquella naturaleza. ¡La sensación era increíble! Y yo amaba sentir todo eso. De pronto ví a la policía aparecer de la nada.

 

 

-¡¡Maldición!! –Exclame aumentando la velocidad a mi moto. -Ah no! No me dejaré coger por esos idiotas. –La adrenalina se apoderó de mí ser haciéndome sonreír ampliamente y cual reto, apreté los manubrios con mayor fuerza. Parecía como en una película de acción donde el protagonista saldría victorioso al escapar de sus perseguidores y yo era ese protagonista jugando a ser el héroe. De pronto todo se torno negro y una inexplicable paz me rodeó. Yo ya no iba en la moto pero a la vez andaba a gran velocidad sintiéndome totalmente ligero, incluso podía observar todo a mi alrededor con una visión más amplia del lugar pero sin sonido alguno y sin estar y a la vez no estando ahí. (confuso) Pero duro poco y aquella paz se fue alejando de mí  provocándome que me alarmara llenándome de miedo. Repentinamente una gran luz incandescente me dio de golpe en la cara y un dolor indescriptible se apoderó todo de mí.

 

“¡Está regresando!” ¡Prepárense!  –escuché que decían lastimándome un poco los oídos. Abrí  mis ojos a duras penas sintiendo los párpados completamente pesados y aquella luz me cegaba. De hecho yo me sentía totalmente pesado por todas partes del cuerpo. -¡Oh no de nuevo! – fue lo último que escuché decir a alguien antes de regresar a esa oscuridad y a la nada.

 

Vació

 

…………………………………..

 

 

 

-¡Kyuhyun! –Sentí que me abrazaban lastimándome. El dolor era indescriptible pero “¡Podía sentir!”. No sé cómo pero la idea de sentir dolor me resultó reconfortante. La nada que anteriormente había experimentado me daba terror. Estaba asustado y podía sentir como se aferraban a mí. Mas tarde reconocí esa voz. Era… la voz de mi hermano.

 

 

 

-Mi niño. – Me dijo

 

 

 

Casi quería gritar y aferrarme a él pero no podía. Mis huesos y mi piel dolían… aunque la mejor descripción para esos momentos era “ardían” Me punzaba un poco la cabeza y aunque quería no podía articular palabra.

 

 

 

-Lee… -traté de hablar.

 

 

-Kyu… no mi niño… hermanito lindo no te forces. – Me hablaba  con voz quebrada mientras me acariciaba la cabeza. Sentía muy de cerca su mano desnuda. Acaso…

 

 

 

“¿Qué me paso?”  –quise pronunciar pero mi garganta estaba reseca y mi voz no salía.

 

 

“¿qué me paso Leeteuk… leeteuk?” –Comenzaba a desesperarme un poco por no poder hablar.

 

 

-Pero que guapo te vez sabes… -continuaba acariciándome mientras le miraba escurrir “agua” por sus ojos y nariz. Quise sonreír, él siempre había sido un tonto sentimental. Lloraba por todo. Solía burlarme mucho de ello cada que podía y Leeteuk sabía que me agradaba hacerlo pero parecía que en estos momentos no le importaba y sin tapujos ni pena lo hacía y seguía ahí sin preocuparse más que por limpiarse de cuando en cuando aquellos que parecían cristalinos ríos de su bonita cara.

 

 

-…Leeteuk! – En un sobreesfuerzo logré pronunciar su nombre en modo un tanto gutural que llamó de inmediato su atención.

 

 

-¿Qué pasa mi niño?. – Me dijo cual madre a su hijo. La situación comenzaba a apenarme un poco pero le deje seguir (después de todo en tal situación no podía hacer lo contrario) sin tomarle más importancia a tal modo de tratarme. Apenas nos ganábamos por unos años, ocho aproximadamente. Pero él era un sobre protector irremediable.

 

 

 

-Necesitamos que salga un momento, el doctor va a revisarle. – Le dijo una enfermera a mi hermano  quien sin muchas ganas y sin dejar de mirarme mientras salía se retiro obediente.

 

 

 

-¿Como te sientes hijo?. – Me decía el hombre barbado que se había presentado como mi doctor tomándome los signos. – Nos diste un gran susto pero mírate… estás vivo  -Me dijo sonriendo ampliamente dejándome en shock por un momento.

 

 

“Estoy vivo”

 

 

Pronuncie un poco aturdido en mi mente. Entonces…

 

 

- ¿Y mi moto? – Parece que por fin pude hablar con claridad pues el doctor comenzó a explicarme que “esa” ya había quedado en la historia. Siguió revisándome mientras me contaba los detalles del accidente en la carretera y acerca de los 5 días que pase inconsciente, del  alboroto de Leeteuk en el hospital al enterarse y las extremadamente exageradas visitas de parte de mis compañeros y compañeras del instituto y amigos de mi hobby favorito (parecía realmente popular). Incluso me contó de aquella rencilla entre dos chicas que habían dicho ser algo más que mis amigas. – Suspiré, ya imaginaba quienes eran; en la siguiente oportunidad me encargaría de preguntar todo a mi hermano, no era por nada pero él sabía dar la “información” con lujo de detalle. Sobre todo tenía ansiedad por saber sobre la visita de ella. 

 

 

 

-Y Luna? – Pregunté a mi hermano al verlo entrar muy sonriente y más tranquilo.

 

 

 

-Bueno ella… parece que… -noté su nerviosismo al no saber que responderme. –… Llamo ayer preguntando como…como te encontrabas. – Estaba mintiendo, Leeteuk era un libro abierto cuando se trataba de mentiras. No sabía hacerlo y yo siempre me daba cuenta.

 

 

-Teuk por favor… la verdad -Exigí con tranquilidad.

 

 

 

-Ella quizás no se ha enterado o…

 

 

-Déjalo así. – Como no se iba enterar si estaba en la misma escuela que yo. Y al parecer todo mundo lo sabía.

 

 

 

Al siguiente día me sentía un poco mejor tanto que quise levantarme un poco, apenas y pude mover mis brazos y girar con bastante dolor el cuello que por suerte no tenía roto. Miré por sobre la lamparilla mi rostro y si, estaba con pequeñas heridas y mi cabeza rapada. Bueno ya crecería, no le dí mucha importancia. De pronto noté curiosamente que el cansancio me invadía, trate de estirarme  pero nada. Me aterre, era como si de la cintura para abajo estuviera todo dormido. Moví de nuevo mi cuello y aunque con dificultada lo volví a lograr. Continué con los brazos de la misma forma en conjunto con cada dedo de mi mano haciendo lo mismo, pero mis pies no reaccionaban, lo intente y lo intente pero seguía igual. La desesperación me invadió y quise levantarme golpeando muy fuerte el colchón de la camilla. No sabía que Leeteuk se encontraba descansando a un lado mío hasta que le vi despertar asustado.

 

 

 

-Kyu tranquilo… ¿qué te pasa qué necesitas?

 

 

 

-¡No puedo moverlos! –Leeteuk que era un libro abierto pareció en primera instancia no entender para al siguiente segundo asustarse y agachando su rostro sin quererme alarmar me decía que era natural que no me asustara que tantos días y la operación era normal que no los sintiera, que ya pasaría. – Quise creerle pero sabía que algo no encajaba. Sabía que mentía pero me hice el tonto yo mismo y deje de preguntarle alzando mi cabeza y destapándome de sobre aquella sábana. Mi torso hasta mis piernas se encontraban vendados. Sin alarmarme más me tranquilicé un poco dejando mi cabeza recostada de nuevo viendo el cielo blanco del techo sin querer pensar en nada… ni en nadie.

 

 

 

-Quiero verla Leeteuk… quiero ver a Luna. ¡Por favor!. – Pedí viéndole asentir y salir de la habitación. Ella era mi novia y era la chica más linda y la más asediada por casi todos en  la preparatoria. Había muchas chicas que me seguían y que a cada rato me invitan a salir con ellas pero para mí Luna era la única. Ese día del accidente me dirigía hacia su casa. Me acababa de declarar hacía un mes y ella me había aceptado encantada. Yo llevaba un anillo en forma de rosa para regalarle por nuestro primer mes. En lo que respecta a mi vida se podía decir que lo tenía todo, una situación económica por demás estable para no parecer presuntuoso. Una hermosa familia compuesta por mi padre y mi hermano mayor Leeteuk que era como mi madre y sobre todo mi afición por las carreras en moto que eran lo que me hacían sentir pleno. Nada me faltaba… 

 

 

Sentía que pasaban las horas y nada, Leeteuk no llegaba, y no era mi imaginación de que el tiempo transcurría puesto que podía ver por la ventana de la lujosa habitación (que hasta ahora me había percatado que era) que sabía que ya la tarde estaba por terminar.

 

 

Escuché unos cuchicheos tras la puerta lo que llamó mi atención, pensé que alguien entraría pero nada y así volvió a trascurrir más tiempo hasta que por fin le ví ahí. Era Kangin mi “cuñado” como le solía llamar de broma pues parecía inseparable de mi hermano. Esos dos siempre juntos aunque la mayoría del tiempo estuviesen peleando eran los mejores amigos del mundo.

 

 

-¿Como estas Game Kyu? – me saludó de lo más natural palmeándome una mejilla y con su potente voz tan peculiar. Se sentó junto a mí sin delicadeza al contrario de mi “mami” hundiendo un poco el colchón. Su sonrisa me tranquilizo  más no al ver entrar a Leeteuk con su rostro más brillante de lo normal, como cuando lloras y te quedas deslavado y un poco hinchado y lo tratas de ocultar lavándote la cara. – Sabes, hay ocasiones en que uno no cuenta con que nos ocurran ciertas situaciones y piensa que la gente va a estar ahí para apoyarnos pero la realidad no es así. Eres un chico fuerte y blablabla… -Le seguía escuchando sin entender a donde quería llegar ¿qué quería decirme con todos esos rodeos y por qué Leeteuk se encontraba tan cabizbajo y sin… Luna?

 

 

 

-¡Al grano Kangin! –le grite exasperándome un poco y reconociendo que mi voz al menos se había recuperado.

 

 

-Luna… no quiere saber nada de ti.

 

 

 

-¡Kangin por favor, no se lo digas así! – Ví la desesperación de Leeteuk y el cómo le sostenía del brazo casi como queriéndole pegar por sus palabras aguantándose las ganas y enrojeciéndose por el esfuerzo de no hacerlo. Como lo dije, el era un libro abierto.

 

 

 

-¡Eres una bestia! – Le grito a Kangin empuñando sus manos y evitándome la mirada.

 

 

 

-Lo siento pero si no lo hice directamente fue por la insistencia de tu hermano. Incluso aun ahora  no quería que te dijera nada. – Me dijo con seriedad.

 

 

Ya entendía, aquellos murmullos tras la puerta eran ellos dos tratando de evitar que me enterara por parte de Leeteuk. 

 

 

 

-Eres un chico fuerte Kyu y muy joven y yo creo que saldrás de esta como otros han salido, no tienes porque aferrarte a una persona que a la primera dificultad te da la espalda.

 

 

 

Ella, ¿mi Luna no quería saber nada de mi?. No puedo decir que no me dolió, aquello me estaba matando pero ya tendría tiempo para ir y arreglar las cosas con ella en cuanto estuviera mejor. Quizás estaba asustada o había algún mal entendido. Claro ¡Eso era!. La chica más cariñosa que antes había conocido no podía hacer eso, incluso me puse en su lugar y reconocí que  también a mi me daría miedo ir al hospital y verla herida. Mucha gente se aterrorizaba con los hospitales era lógico. Era mi niña y la comprendía. Sería paciente y la esperaría. Me volvería a declarar con ella y todo normal como antes o hasta mejor. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte y yo estaba seguro que este accidente que no pudo conmigo me iba a hacer invencible. Tenía tantas ganas de besarla y llevarla a pasear en mi moto como siempre y después pedirle que… estuviésemos siempre juntos. -Estaba animándome de a poco.

 

 

Sentí de pronto la mano fría de Leeteuk secándome las lágrimas que no me daba cuenta que se escapaban de mis ojos. Era gracioso, de pronto ya no tenía control de mi mismo y me pasaban las cosas sin que me diera cuenta, podía incluso permitir que ahora fuera mi hermano quien se burlara de mí por verme tan sensible frente a él e incluso al tonto de Kangin. Quien lo diría, él (Kangin) y yo siempre tan rudos teniendo esta clase de conversaciones tan sentimentales… y siendo consolados por Leeteuk.

 

 

-¿Interrumpo? – De pronto el doctor estaba ahí para mi mayor vergüenza por el estado en el que me encontraba. No iba con mi imagen.

 

 

Cerré los ojos simplemente para no ver más a Leeteuk que se deshacía en lágrimas aún peor que yo. Kangin le tomaba de los hombros y estuvo atento a lo que el doctor recomendaba, de pronto yo volví en mí dejando de estar el la “Luna” literalmente y note su seriedad.

 

 

 

-Es mejor que sepa. – Kangin miró a mi hermano mientras este apartándose de su agarre salió de la habitación apresurado sin decir palabra. - Kangin suspiró regresando su vista a mí y enseguida al doctor.

 

 

 

-Bien muchacho, la operación fue muy complicada y {{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{                                                                                                                                          {{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{{

 

 

 

Miraba al techo sin mirar, mis ojos recién se estaban adaptando a la luz de la lamparilla que se encontraba en el lugar y la cual había sido recientemente encendida, creo que pasaron horas pero para mí ya todo me daba igual. La noche que tanto me agradaba ahora me parecía con poca gracia. Mi garganta estaba como arañada, me ardía como nunca. No sabía si aún tenía voz pero tampoco me importaba.

 

 

La mirada ininteligible de mi hermano me dio de pronto risa pero ni de eso quería preocuparme. Él se veía peor.

 

 

-Toma te traje un té. – Escuché decir a Kangin entrando en la habitación.

 

 

-No tengo ganas... – La voz tan cortante de Leeteuk me enfadó de pronto.

 

 

“Te recuerdo Leeteuk que el que iba manejando era yo. No tienes porque molestarte con Kangin…” -Quise decirle pero mi voz no estaba dispuesta a salir. Haber gritado hasta la paranoia tenía su precio y a mi ya me estaba cobrando.  

 

 

 

De nuevo el maldito silencio en la habitación me hizo sentir peor.

 

 

 

-… Me están… festejando el funeral… por adelan… tado. -Aquello parecía que si lo había podido decir puesto que ambos voltearon a verme.

 

 

-No digas locuras. -Leeteuk estaba sobresaltado mirándome con sus manos empuñadas.

 

 

-Pues tú tampoco… Kangin sólo… es amable. -Pude volver a pronunciar.

 

 

-Ya se encuentra más tranquilo me da gusto. -Se asomo una enfermera que llevaba un carrito con varios pomitos y medicinas. -Señores. Les dejo aquí una pastillita para la garganta del joven. -Les dio la enfermera sonriéndoles a los chicos.

 

 

-No me diga Señor. Yo aún no me caso. -respingo Kangin casi haciéndome sonreír y poniendo roja a la enfermera que se disculpo de inmediato.

 

 

-Ni te casarás. Con lo gruñón que eres. -Ironizó mi hermano aún molesto.

 

 

-En ese caso tú tampoco vendes piñas -Contraataco Kangin comenzando una pequeña disputa.

 

 

-Mejor pásame el agua para que Kyu se tome su pastilla y se ponga mejor de la garganta. Su preciosa voz debe volver pronto.

 

 

“Mi preciosa voz…” -bufé con burla. -Debí haber parecido un loco gritando de esa manera en el hospital. Sentí casi un poquito de vergüenza por mi comportamiento pero ésta se esfumó de inmediato al recordar el porqué lo hice. El Por que me quería reventar las cuerdas de mi garganta y las venas de paso si fuera posible. Mi vida daba un gran giro y cuando pensé que ya nada podría ir peor…

 

 

-Buenas noches. -Ahí estaba ella.

 

 

-¡Luna!… pasa siéntate. -La caballerosidad de Leeteuk a pesar de todo siempre se hacía presente. Kangin en cambio no la miraba igual.

 

 

-Lo siento chicos… -Muy en el fondo me sentí alegre de verla ahí frente a mí pensando en una leve esperanza de que todo se arreglaría al menos con ella. -No, gracias Leeteuk, -Rechazó el sentarse. - No tengo mucho tiempo sólo vine a decirte Kyuhyun que… me voy. Creo que te amo pero no puedo quedarme ya más en esta ciudad porque quiero… estudiar, tengo muchas ilusiones y proyectos por delante y… Oh perdón yo… -Aquellas palabras me habían acabado de matar.

 

 

-No me importa no ser parte de tus planes o de tu futuro. -Conteste con baja voz sintiéndome resentido.

 

 

-¡Si lo estabas!. -Se corrigió enseguida comenzando a llorar y tratando de salir.

 

 

“¿Lo estaba, pero ya no?” mi mente procesaba como en un reloj de arena que vez pasar de apoco a cada una de esas arena por la transparencia del cristal - Pero ahora… así como quedaste no podría… -continuó.

 

 

-Déjate de estupideces. -Fue Kangin el que se adelanto a lo que yo pudiera decir y la tomó de un brazo. -Si amas a alguien estarás para esa persona en las buenas y en las malas no sólo cuando se está en la cima. Apenas hace poco Kyuhyun gano las carreras de motociclismo y tú estuviste a su lado en esos momentos yendo y viniendo para todos lados con él, y qué me dices cuando ganó el premio por escribir esa canción que fuiste a decir a todo el mundo que él la había dedico para ti y entonces… ¿ahora qué me dices? -

 

 

Soltándose de su agarre se alejo corriendo quebrándose un tacón de las altas zapatillas en el acto, y sin importarle y aun cojeando continúo con su carrera saliendo de la habitación con Kangin tras de ella diciéndole que esperara que podría lastimarse por tal situación.

 

 

 

 

-¡ESTA PARALITICO! ¿QUÉ NO LO ENTIENDEN TODOS? ¡YO JAMAS PODRÉ ESTAR CON… con alguien que me arruinara la vida así!. –Los gritos de Luna soltando aquellos disparos me dieron directo.

 

 

 Acababa de quedar morir entonces….

 

 

Por qué seguía respirando

Notas finales:

Felicidades a suju por su quinto albúm


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).