El Profe…
(Las Crónicas De Takashima)
Capítulo 1: “Vestirse Adecuadamente”
*12:30 PM.
*Se abren las puertas de entrada.
*Primer día de clases.
*Escuela privada Nº 12.
*Secundario de Tokyo.
*Entrada del alumnado superior.
El timbre se hace sonar indicando la formación y el posterior ingreso de los alumnos a las aulas.
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*Estudiante trasladado: Takashima Kouyou
*Edad: 16 años
*Nivel de formación secundario: 2º año
*Nivel del IQ establecido: Medio+
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*13:15
*Timbre de entrada a los salones.
*Último aviso.
Corriendo por los pasillos del establecimiento se hallaba perdido Uruha, como le gustaba que lo llamaran, buscando desesperadamente el aula 8B donde fue designado para asistir durante los próximos 9 meses, 5 veces a la semana.
-Maldita sea esta escuela… ¿Dónde rayos está la dichosa aula esa?…- Musitó por lo bajo. Aún corriendo, se desvió por uno de los pasillos y dobló en una esquina apurado. -¡Auch!... ¡lo siento mucho!...- Tratando de levantarse y reponerse de la fuerte caída. –Discúlpame… es que… yo iba…- Comenzando a tartamudear y a vacilar cosas inentendibles.
-Ya, ya… no te preocupes…- levantándose también. –Escucha jovencita, no puedes correr por los pasillos de la escuela, creo que ya lo sabias… ¿No?...-
-“¿Jovencita?”- pensó Uruha… -En todo caso, jovencito.- Corrigió. El hombre a su lado, que resultaba ser su profesor (solo que él no lo sabía) lo observó detenidamente y lo único que lo hacía parecer chico era la voz algo gruesa que tenía.
-¿Y si eres un chico porque te vistes como niña?- destacó al notar que llevaba puesto un pantalón Short muy cortito, una camisa blanca 3¼ con una corbatita negra toda despareja y desajustada, pelo algo largo, maquillaje y zapatillas que le llegaban hasta las rodillas con más de 2000 hileras de cordón para ajustar y desajustar durante todo un día…
-¡¿Cómo dijiste?!- ya algo cabreado…
-Ya… no hagas tanto espamento cara de niña…- se burló.
-No… te pasaste amigo, vos si que cobras- haciendo tronar sus dedos y preparándose para golpearlo. Se le acerco rápidamente para embocarle una piña en el medio de su fastidiosa risa, cuando…
(Tose disimuladamente). –Disculpe si lo molesto, profesor, pero lo necesito en la sala de junta ¡Urgente! Así que si dejaría a este alumno dirigirse a su aula y usted acompañarme, se lo agradecería…
-“¿Profesor?”...- pensó sorprendido. –“¡Ay no!… casi golpeo a un profesor… es que se veía tan joven que no creí que fuera uno... encima le hable mal >.<”-
-Bueno… nos vemos… NIÑA…- se despidió sonriente y se marchó…-
-“Bueno, bueno… tranquilo, no pasó nada… Ahora a encontrar el aula 8B”- y siguió recorriendo por los pasillos hasta que finalmente encontró la mal nacida aula que le designaron… y lo peor era que después de haber dado tantas vueltas ya no sabía donde estaba, si en el 1º, 2º o 3º piso, o si doblo a la derecha o a la izquierda… nada… -¡por fin!...- grito emocionado. – ¡Te encontré!... al fin…- Entró tranquilo y vio que él único asiento libre se encontraba en la tercera fila al frente del que fuera su profesor titular, y rezando con todas su fuerza porque no fuera con el que se chocó porque sino ya habían empezado mal… se sentó. Pero como siempre tenía tanta mala suerte, más que seguro lo era por lo que si llegaba a pasar había decidido ignorarlo durante los próximos días que le restaran al año, los cuales eran muchos…
Ya pasado los 30 minutos que les hacían esperar, el profesor entró al aula y no era otro que con el mismo con el que se chocó al medio día. –“¡Maldita sea mi suerte!”-
-Hola chicos… yo soy el Prof. Shiroyama Yuu, pero pueden decirme Prof. Aoi. Estoy encantado de tenerlos este año, espero que nos podamos llevar bien… ^^ - recitó alegremente mientras nuestro querido Uruha se agarraba la cabeza con resignación y tristeza.
-“Aish… ¿Qué más puede sucederme hoy?”- El profesor observó a todos sus alumnos y reconoció de inmediato a uno… Rápidamente se decidió por acercarse. Y hablándole bajito al oído le dijo…
-Pero miren quién está aquí… si no es otro que mi BOXEADORA PREFERIDA…- Haciendo énfasis en las últimas palabras y apoyándose en el banco del chico, le sonrió, un poco escalofriante según Uruha…
-Si sigue molestándome lo acusaré con la dirección- le respondió ya cansado de la falta de respeto por parte del profesor.
-Tranquilo… además ya te dije que es tú culpa por vestirte de esa forma tan reveladora… ¿Qué no sabes que este es un colegio privado? Tienes que usar el uniforme obligatorio… aunque debo admitir que te queda muuuy bien esto que llevas puesto… Estás muy sexy… creo que hasta me EXITA verte así SHIMA…- dijo seductoramente al oído del menor que no paraba de sorprenderse, ese profesor era un descarado, un degenerado, un acosador y lo peor es que tenía razón… si hasta recién ahora se había dado cuenta que no llevaba el uniforme, eso le pasaba por andar de callejero, siempre terminaba corriendo a todos lados y olvidaba cosas como “vestirse adecuadamente”. –si yo fuera tú me volvería a mi casa antes que te vea el rector vestido de esa forma…- Tocándole el hombro… -Te lo digo enserio… ese tipo es muy jodido y te la va a dejar pagando…- alejándose de él…
-“¡¿Y ahora que hago?! >.Qué pasa si de verdad me ve el rector…? Que estúpido soy… Así que por eso me miraban más que de costumbre…”-
-Bien chicos voy a ponerles unos ejercicios de física y química de revisión. Si no entienden u olvidaron como resolverlos se acercan sin vergüenza a preguntarme… ¿Ok?-
*14:15
*Timbre Nº1: comienzo del receso.
[Según la normativa: “Durante el receso queda rotundamente prohibido el ingreso y/o permanecimiento de los alumnos en las aulas”]
-Bueno… salgan al recreo…- todos los alumnos obedecieron excepto cierto castaño que no podía mostrarse ASÍ. –lo siento mi vida… pero no podes quedarte o me traerás problemas…-
-Si salgo me pondrán amonestaciones o peor todavía, me echarán…- dijo entonando una voz de niño regañado.
-Debiste haberlo pensado antes de venirte así… ¿no crees?- cruzando los brazos sobre su escritorio.
-No lo hice apropósito… olvidé cambiarme…- se justificó algo molesto.
-¿Y olvidas cosas como esa constantemente?... Porqué si es así terminaras viniéndote desnudo…-
-Eso quisiera…- dijo por lo bajo, sin embargo la cercanía y el eco que producía al estar el salón vacío, provocó que su querido profesor oyera.
-La verdad sería interesante…- riéndose pervertidamente y mirándolo de la misma manera. A Uruha le recorrió un escalofrío por toda la espalda y tembló al imaginarse a su profesor contemplándolo desnudo.
-Va a ser mejor que cuide sus palabras o terminará teniendo problemas…-
-No te preocupes… siempre caigo bien parado…- volviéndole a sonreír.
-¿Es así con todo sus alumnos o sólo vio al primer boludo con el que se podía desquitar y aprovechó?-
-¿Tú has visto que soy igual con alguno de tus compañeros que contigo?-
-No- cruzándose de brazos.
-Pues ahí tienes la respuesta…-
*14:30
*Timbre Nº2: Fin del receso
-Haber van a pasar a resolver los ejercicios al frente… ¿Quién quiere ser el primero?...-
-…………- Ninguno de los estudiantes respondía. Por lo que sintió la oportunidad de poner a su alumno preferido a prueba y hacerlo pasar.
-¿Nadie?... bueno entonces tendré que llamarlo yo… haber, haber…- haciendo como si estuviera leyendo la lista de estudiantes. –Takashima Kouyou, al frente…- dijo mirándolo y sonriéndole de lado. Uruha sin poder resistirse ya que muchos problemas tenía con lo sucedido a la entrada, pasó con toda la paz que podía tener en ese momento (la cual no era mucha).
Sin perder tiempo su profesor voltio su silla hacía el pizarrón por tres razones…
1. Tendría la oportunidad de escanearlo tranquilamente.
2. Crearía una perfecta captura fotográfica en su mente de cuerpo entero.
3. Podría corregir, en lo posible, el ejercicio.
–Muy bien, Kouyou… tienes un diez…- le dijo haciéndole señales de que se acercara con el ejercicio en la carpeta. –Tienes un 10 en teoría…- elevando la mirada hasta chocarla con la del más joven. -y próximamente en la práctica…- volviéndole a sonreír con perversión. Uruha lo miró con fastidio y tomando su carpeta se fue a sentar.
Durante la hora siguiente el profesor se dedico a corregir a los demás alumnos mientras que su preferido oía música en su banco, mirando por la ventana más cercana hacía el exterior.