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Hay por ahí un Kazekage... por Aomame

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Notas del capitulo:

Hay algo que se esconde, algo que impide que ambos se unan. Pero lo que importa es que ambos saben lo que sienten.

Hay por ahí un Kazekage.

 

Ganas… ¿de qué?

 

Nuestra escuela tiene cinco edificios-dormitorio, que sirven además como un esquema de competencia entre nosotros, pero eso no importa, lo que importa es que sepan que, el edificio de Gaara se llama Suna y el mío Konoha; y que un Kage es el “jefe” del dormitorio y este es elegido democráticamente, generalmente son los estudiantes de tercer grado como  en Konoha, mi hermano mayor es el Hokage, en el caso de Suna el Kazekage es Gaara, pero es de segundo año, como yo, lo cual es extrañísimo. Aun así por alguna razón parecía ser el mejor de todos, lo cual a mi hermano le iba y le venía. Pero lo que no le dio igual fue cuando le dije que me gusta ese Sabaku no.

Se escandalizo y me aventó un jarrón que le había mandado mi madre de China.

-¿se puede saber en qué estás pensando?

-¿en qué más? En que me gusta Gaara.

-¡¿estás idiota?!

-es obvio que sí…por él ¿algún problema?

-¡todos!-dijo Itachi pateando la silla más próxima- para empezar es un hombre,

-¿y?

-y que con él no tendrás hijos ¿qué pasara con nuestra dinastía?

-¿y a mí que me interesa? Tú eres el mayor ese es tu problema. Además ¿quién dijo que me voy a casar con él?

-como sea-dijo- es el hijo del archienemigo de nuestro padre ¿sabes lo que pasara si se entera que sales con él? Te mata y a mí por no haberte detenido.

-aun no salgo con él.

-ah bueno

-pero lo haré, eso júralo.

-¡tú!!

Y deje a mi hermano en su cuarto haciendo berrinche solo. Como todos los viernes a las seis de la tarde, salí del dormitorio Konoha y atravesé el campus tranquilamente hasta llegar al dormitorio Suna,  y como siempre al llegar ahí subí las escaleras hasta el quinto piso y toque aquella puerta, que como siempre me fue abierta por mi pelirrojo preferido.

Como siempre, me senté en la cama y esperé a que él me hablara siempre así, era más fácil. Siempre.

Él se encaminó a su escritorio y abrió su cajón, vestía completamente de negro, pantalón y suéter de cuello de tortuga que le acentuaban perfectamente su figura delgada y sexy, de igual forma su piel blanca contrastaba de forma casi imposible y su cabello parecía más rojo.

Se dio la vuelta y me entregó un paquete envuelto con papel manila.

-Toma-dijo- es el último que sacó.

Ladee la cabeza, confundido y comencé a abrir el paquete; era un libro, de uno de mis autores favoritos, el ultimo, que en teoría no estaría en venta hasta el próximo mes.

-oye…

-es tu cumpleaños- dijo dándose la vuelta y mirando disimuladamente por la ventana- ¿acaso lo olvidaste? baka.

Sonreí, deje el libro en el colchón y me levante.

-por supuesto que no lo olvide-dije- lo que no esperaba es que lo recordaras.

-insultas mi memoria Uchiha- dijo recargándose en el umbral de la ventana, sin voltear a verme.

-lo siento-dije- pero ha sido muy lindo de tu parte

Y lentamente lo abrace por la espalda, y él  saltó y me aparto rápidamente.

-¿qué…?

-ya te he dicho que no me toques- dijo hosco y molesto, yéndose hasta el librero, hasta el otro lado de la habitación.

-uh-dije y volví a la cama-solo pensé que por ser mi cumpleaños, me merecía un abrazo.

Él volteo a mirarme, sus ojos aguamarina amenazaron con asesinarme, pero yo le sonreí.

-hey Gaara dame mi abrazo, como todo el mundo.

-yo no soy todo el mundo-eso era cierto-olvídalo.

-¿por qué? Es un simple abrazo, simple, simple, anda, nada te cuesta.

Frunció el ceño y con la mano derecha se revolvió el cabello quedando despeinado pero perfecto.

-mmm…-gruño-de…de acuerdo pero rápido y que conste que solo es por tú cumpleaños.

Asentí, pero no me moví de la cama, por el contrario le hice una seña con la mano para que se acercará, de nuevo me miró indeciso y se acerco lentamente, paso a paso como si llevara bloques de cemento en sus pies.

Llegó frente a mí y se detuvo.

-vas a levantarte ¿o qué?-sonreí de nuevo esta vez con malicia.

-por supuesto que no-dije y lo jale por la cintura, sus pies tropezaron con la cama y su cuerpo con el mío, le di la vuelta de forma que quede sobre él abrazándolo contra el colchón. Lo sentí temblar y después de un segundo lo sentí luchar contra mi agarre, ya lo esperaba…y sin embargo…

-su-suéltame-dijo empujándome con brazos y piernas de tal forma que no solo logró despegarme de él sino que además me tiro de la cama.

-oye- le dije desde el piso- solo fue un maldito abrazo ¿qué demonios está mal contigo?

Él me miró desde arriba y sus ojos de pronto se hicieron más acuosos, me asuste, así que me puse de pie de un salto.

-oi, Gaa…- pero no me dejo hablar me aventó una almohada y a esta le siguió otra y luego el despertador y el celular, así hasta que me corrió de su cuarto y me cerró la puerta en la nariz.

Suspiré y me revise rápidamente, al parecer no tenía heridas por despertador asesino. Lo único que me chocaba de él eran sus cambios de humor tan drásticos.

Toque la puerta varias veces.

-¡oye neurótico, ábreme la maldita puerta!¡Gaara!- patee la puerta- ¡al menos dame mi libro, idiota!

Y él abrió la puerta y aventó el libro que se estrello en mi frente causándome verdadero daño.

-¡ahh!- grité- ¡oye tú desgraciado!

Patalee, golpee y grite cuanta barbaridad se me vino a la mente, al final, quedé adolorido y frustrado, porque Gaara no abrió la puerta. Solo conseguí que otros alumnos salieran de su habitación para ver qué pasaba, lo cual después lleno de chismes la escuela.

-¡que me ven!- les grite también-¡a su cuarto!

Respire agitadamente, vaya yo también era un neurótico. Me calme y volví a tocar su puerta, esta vez, suavemente.

-Gaara, oye…-le dije lo más tranquilo que pude- lo siento, ¿sí? Solo era una broma para molestarte… ¿Gaara?

-Vete- escuche del otro lado, pero su voz sonaba extraña, pegue mi oreja a la puerta e intente escuchar.

-¿Gaara?

Escuche algo parecido a un sollozo, pero dudo que lo fuera y después su voz.

-dije que te fueras,  Uchiha.

 Me quite de la puerta y suspiré, tomé mi libro que tenía unas gotas de sangre, mi sangre obviamente, lleve mi mano a mi frente y descubrí más sangre aunque ya seca.

Me enoje de nuevo.

-¡Pues al demonio!-le dije-enserio ¿Qué está mal contigo?

Hay un Kazekage por ahí que me hace enojar, que me golpea a su antojo y  me aparta de él, he de ser masoquista porque juro que volveré y esta vez lo abrazare aunque me mate, porque de verdad ese Kazekage me gusta mucho.

+++

-santo golpe te cargas Sasuke teme- dijo Naruto curándome la herida y negando con reprobación- ¿qué te pasó?

-nada.

-uhmm…si claro y yo soy idiota.

-de hecho si- dije y me levante para ver la herida en el espejo.

No era tan grave.

-tsk…Teme- me dijo mi amigo- oye, fue con esto, ¿no?

-sí- le conteste cuando me mostro el libro.

-¿no es el libro por el cual estabas lloriqueando?

-sí… y no lloriqueaba…

-¿Quién te lo dio?

-¿Qué te importa?

-idiota, pues quien haya sido, se nota que le importas, ¿ne? Mira que conseguírtelo incluso antes de que salga a la venta. ¿Fue quien te golpeó?

-sí

-uhmmm jaja dile que me de clases patea-traseros Uchiha jajaja

-¡cállate, Dobe!

- como sea no debiste hacerle enojar, mira que este, fue un gran detalle.

Me aventó el libro y lo atrape en el aire; mi amigo se estiró y se dirigió a la puerta de mi cuarto.

-me voy.

Asentí. Tenía razón, Gaara me había regalado algo que yo quería mucho y yo hice algo que de antemano sé que detesta. Mañana muy temprano le pediré disculpas como debe ser.

Al poco rato Naruto regresó, ofuscado y rojo como un tomate…

+++

-¿tú eres, Uzumaki Naruto?

-s-si- casi me desmayo, por dios, Gaara, el Kazekage me estaba hablando, pero ¿porqué? A lo mejor yo era su amor platónico…

-sí, claro- dije- y las nubes son de azúcar.

-oh vamos Sasuke ¿me vas a dejar terminar mi relato? ¿o no?

-sí, anda continua.

Naruto me miró con el ceño fruncido y después sonrió malicioso.

-pues aunque no lo creas, me invito a salir

-Imposible- le dije sintiendo una enorme molestia, era imposible, tenía que serlo.

-¿Por qué? ¿Eh? Soy guapo y…

-no lo eres… mira,  dobe, ve al grano ¿quieres?

-pues eso teme, que este zorrito tiene una cita con el chico que toda esta escuela quiere…

-¿estás hablando en serio?

-totalmente jeje creo que te contrataré como mi guarda espaldas, porque una vez que salga con él querrán matarme.

-eso no pasará- dije- sueñas…

Era…no, no podía ser verdad, ¿Por qué, Gaara, de pronto quería salir con Naruto? Ni siquiera se hablaban antes… creo que voy a llorar…nah, ¿yo? Pero para nada, me asegurare que ese zorro astuto no haga nada…see seré yo quien patee su rubio trasero si por asomo pretende arrebatarme a mi pelirrojo.

+++

Hay un Kazekage por ahí que me tiene muerto de celos, pero ¿porque tenía que lucir tan guapo y sexy estando a lado de Naruto? definitivamente hoy haré zorro a la plancha.

Escondido tras los arbustos, los observo, están sentados en una banca del parque, platican y no sé de qué, a la luz de la Luna en un escenario malditamente romántico.  

Es odioso, y molesto, hablan fluidamente y Naruto tiene en su cara una sonrisa estúpida que me exaspera, está noche, mataré a alguien.

+++

 

Cuatro días, siendo ignorado sistemáticamente por Gaara, cuatro días en los que mi amigo se la pasa con él día y noche, cuatro días horribles y frustrantes.

Acostado en mi cama, mirando cierta mancha de forma extraña en el techo, escuchó la palabrería de Naruto, qué está sentado en mi escritorio intentando, sin lograrlo, resolver su tarea.

-ahhh- gritó- no puedo.

Lo escuche cerrar su cuaderno y correr la silla.

-Voy con Gaara.

-¿para qué?- dije frunciendo el ceño.

-para que me explique esta ecuación del demonio.

-yo puedo explicártela, no tienes que ir a molestarlo- dije enojado pero sin demostrarlo.

-¡ah mira tú! Y ¿desde cuándo quieres explicarme algo?

Tenía razón, no me gustaba ser su tutor, era desesperante porque ni con sangre le entran las cosas a esa cabeza. Pero no quería que fuera con Gaara, no quería que pasaran más tiempo, juntos, eso me ponía de peor genio que tener que pelearme con el nulo entendimiento de mi amigo.

-¡ya sé!- dijo él tronando los dedos-estás celoso.

Lo sentí trepar por mi cama y yo me incorporé.

-¿de qué hablas?- le dije

-no te preocupes teme- sonrió tan tiernamente, que no me lo creí- tú eres mi mejor amigo, yo te quie…

-jaja no me hagas reír, dobe, solo en tus sueños más locos, yo podría estar celoso de ti.

Naruto ladeo su cabeza, se mordió el labio inferior y entrecerró los ojos.

-entonces- dijo arrastrando la palabra para dar tiempo a que sus pensamientos se hilaran- no estás celoso de que yo pasé tiempo con Gaara… ¿estás celoso de que Gaara pase tiempo conmigo?

Me miró, y yo desvié la mirada, mi amigo echo a reír rodando en la cama como cualquier niño de siete años.

-¡ah ya cállate!- le dije-no es lo que piensas.

-¿no? jaja eres como nosotros- dijo triunfante- eres otro “inútil estúpido enamorado de un imposible” o ¿no es eso lo qué siempre dices, cuando pretendemos algo con Gaa chan?

-¿Gaa chan?... no seas ridículo yo no soy como ustedes.

-¿ah no? ¿y por qué?

-porqué para mí no es imposible.

+++

-curioso- dijo Naruto una hora después cuando dejó de reír.

-¿qué?- le espeté del otro lado de la habitación resolviendo su maldita ecuación, por ocio, para quitármelo de encima más rápido, obviamente en el examen no le ayudaría.

-te peleaste con Gaa chan y desde entonces no le hablas ¿no?

-él me evita, fue mi culpa, le pediré disculpas cuando se dé la oportunidad.

-eso es lo que es curioso- voltee a verlo y me sonrió- por que Gaara dice que fue su culpa, pero que no sabe cómo hacer las paces contigo.

Me le quedé viendo, analizando la situación. Mi amigo echo a reír de nuevo.

-sino, ¿qué otra razón tendría Gaa chan, para hablarme? Aunque, ahora sí que somos buenos amigos.

-ah cállate- le dije, me puse de pie y aventé el lápiz- me voy

-oye… ¡mi ecuación!

Pero ya no lo escuchaba bien, estaba prácticamente corriendo con un pie fuera de mi dormitorio.

+++

La puerta de siempre fue abierta por mi pelirrojo. Me miró en silencio sin despegar sus labios, preguntando con su mirada aguamarina qué era lo que hacía ahí.

-¿puedo pasar?- él asintió y se hizo a un lado.

-oye Gaara…-se sentó al filo de su cama y desde ahí me miró-lamento lo del otro día.

Soy por definición un hombre orgulloso, aun cuando me equivoco finjo que eso no ha pasado y le doy vuelta a las cosas, pero sé por definición que Gaara también tiene su orgullo, y sé que “perdón” para los dos es una palabra difícil. Pero alguien debía decirla.

-yo…- dijo bajando la mirada-no debía ponerme así por un abrazo, pero…es que yo…

-no importa-le dije hincándome frente a él y le sonreí-¿somos amigos como siempre?

Él me miró con desconcierto frunciendo el ceño…

-pero… -dijo suavemente, casi en un susurro-dijiste que te gustaba.

No puedo decirlo, porque no tengo palabras para ello, pero en ese momento supe, que, yo no era un “inútil estúpido enamorado de un imposible”, era sin duda el único que podría ser dueño de esa pálida piel, de esa cabello incandescente y del misterio de esos ojos vacios.

-sí, lo dije y lo sostengo…pero dime Gaara… ¿yo te gusto?

Él no dijo nada, no iba a hacerlo lógicamente, se limitó a carraspear y mirar por la ventana. Tome sus manos ganándome su atención.

-dilo- le dije elevándome hacia su rostro- aun cuando no quieras decirlo, lo sabes, y yo también… pero dilo, di que te gusto.

Y tome sus labios con los míos, notando el ligero temblor que eso causó en él, presionando lo suficiente, tanteado  con mi lengua sus labios, abriéndolos, para mí por mí; mis manos abandonaron las suyas y buscaron su rostro, levantándome, obligándolo a avanzar por la cama hacia atrás, dándome espacio. Sin dejar de besarlo, gateando sobre la cama, posicionando una de mis piernas entre las suyas, sintiendo su respiración agitada, buscando abrazarlo, colando mis manos en la playera guinda, para tocar su piel, que se erizo ante mi toque.

Recorrí su espalda con verdadera pasión, deslizándome después hasta su trasero apretándolo con mis manos suave y sugerentemente, llevándolas enfrente desamarrando el cinturón. Abandonando sus labios para perderme en su cuello, el botón del pantalón quedó fuera, le siguió el cierre, deje una marca con mis dientes en la unión de su cuello y hombro, mientras buscaba el acceso a su entre pierna, retirando los dobleces de su bóxer.

Y entonces, me apartó, sujetó mis muñecas con sus manos.

-detente- dijo

Abrí los ojos, ¿Cuál era el problema? Todo iba tan bien.

-detente- y esta vez su voz no me gustó, había dolor y tristeza, también miedo, mucho miedo.

Lo miré a los ojos, no había lágrimas  pero no eran necesarias, algo estaba mal, pero no sabía qué. Hay por ahí un Kazekage que me ha dejado con las ganas…

Notas finales:

me tarde, lo siento, pero es que aunque tengo la idea me cuesta un poso plasmarla, espero que no haya quedado tan mal. un review si els gusto, sino tambien XD

hasta la proxima...

continuara....


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