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The Fact and the Fiction por just breath yaoi

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Notas del capitulo:

=W= ñam...vaya ;A; salió pronto el capi. Ojalá les guste u.u~~

Ah…definitivamente una mañana así ya me hacía falta. Lindo el fin de semana que al fin había llegado. Desde que había despertado, no había tenido prisa alguna, y afortunadamente, JongHyun no había entrado a despertarme en ningún momento de la mañana. Yo permanecía recostado de espaldas en la amplia cama, con brazos y piernas estirados por toda la extensión de ésta, sintiendo el reconfortante frío de las sábanas en mis manos y pies.

Miraba el techo con gran atención, buscando figuras y caras en él, mientras escuchaba el apacible cantar de las aves y el sonido de las cortinas al sacudirse por el aire frío que alcanzaba  a entrar por la ventana. Suspiré, y creo que era de los pocos signos de vida que había mostrado en ese momento. Podría llegar cualquiera y verme aquí, sin moverme, viendo con esa concentración el techo y respirando casi imperceptiblemente, tirado y desparramado en la cama, y me creería muerto. Pero a pesar de ello, para mí esto era vida.

Y tras un rato más de estar en calidad de bulto, decidí levantarme sin pensarlo dos veces para empezar a hacer algo productivo por la casa de mi hyung. Me estiré hasta sentir mis huesos casi salirse de su lugar, soltando los suspiros que surgieron por el acto tan placentero. Sin duda…no había nada mejor que eso. No me quejaba de dormir en las sencillas colchonetas en las cuales había estado durmiendo desde mis inicios en la calle, pero dormir en una cama así de mullida simplemente no tenía precio para mí.

En eso tocaron a la puerta, ya sacándome por completo de mi autismo mañanero. Y tras pronunciar un “adelante”, me dispuse a empezar a acomodar la cama.

 -MinHo hyung. Buen día…Uhmmm…-era el pequeño TaeMin, quien traía en manos una bandeja de comida. Detuve lo que hacía y me encaminé hacia él para recibirle la bandeja. Olía delicioso lo que había ahí.

-TaeMin-ah, ¿por qué no entras? Seguro tiene hambre ya.

Escuché una voz nada familiar venir desde afuera hablar con TaeMin, lo cual hizo frenarme en un intento por intentar reconocerlo, pero nada venía a mi mente. Y sin mucha demora, unas manos habían tomado la bandeja que TaeMin traía, y finalmente, a mi habitación entró un chico mucho más bajo que yo, sonriente.

- Hola.- saludó de una manera informal y animada, sonriendo ampliamente, mientras avanzaba en la habitación y dejaba la bandeja sobre una de las mesas que se encontraban aquí. –Ahora sí…-dijo más para sí que para TaeMin o yo.- ¡Soy Lee KiKwang! Un placer conocerte, MinHo-goon. JongHyun hyung nos ha contado sobre ti en varias ocasiones. Me da gusto por fin ponerle un rostro a tu nombre.

-Uh…-bien, al menos algunas de mis dudas se habían resuelto. La persona que se encontraba delante de mí, era el último de la familia de mi hyung que me faltaba por conocer. E igualmente, no me cabía duda alguna de que mi hyung se rodeaba de gente en verdad rara, y hacía que ellos me rodearan.- Gracias.- dije al fin.

Me sentía algo incómodo con alguien tan sonriente como él. Ni siquiera sabía cómo llamarlo. Sólo le devolví una pequeña sonrisa y caminé hacia la bandeja, listo para degustar los platillos.

-Espero que te guste el sazón de Kibum-ah, y que no esté tan frío.- el chico seguía hablando a mis espaldas, mientras TaeMin se recargaba en una pared a un lado mío, viéndome con la curiosidad que ya, en mi opinión, lo caracterizaba, y honestamente no me molestaba en lo absoluto.-  Hace ya un buen rato que nosotros desayunamos.

-¿Qué hora es?- pregunté tras tragar el último bocado que había dado. Estaba en verdad delicioso…

-Es tarde, eso te puedo decir.- respondió apresuradamente el chico.

-Kibum umma ya está en plena siesta de la belleza…-dijo TaeMin con suavidad, jalando el brazo de KiKwang para tenerlo cerca.- Y eso, ya es bastante tarde, hyung.

-Vaya…-vi a ambos un poco extrañado y di otro bocado. Yo sentía que era temprano…O bueno, la verdad desconocía cuánto tiempo había perdido viendo al techo. Y ahora que lo volvía a ver, realmente no le veía nada interesante.

-Eres muy callado, ¿verdad, MinHo-goon?

-No en realidad…Pero para ser sincero, no sé cómo llamarte en primera...

-¡Oh, vamos!- rió- Eso es lo de menos. No hay necesidad de tanta formalidad conmigo, MinHo-goon.- rodeó los hombros de TaeMin con un brazo, aún riendo un poco.- Pero ya que insistes, soy hyung del pequeño TaeMin, e incluso de Kibum-ah. Así que si gustas, puedes llamarme hyung, aunque realmente no hace falta.

Me sorprendió un poco el que fuera mayor que TaeMin. Me parecía algo…infantil, por no decir que era un poco más bajo que TaeMin. Pero el que fuera mayor que Kibum se llevó el premio a la sorpresa. No lo aparentaba. Pero ahora entendía por qué no le llamaba “umma” a Kibum o “appa” a mi hyung como TaeMin lo hacía constantemente. Sin embargo, emanaba casi los mismos aires de grandeza que Kibum tenía.

Que extraña familia.

-Entonces, KiKwang hyung, un gusto conocerte también.

-Eres un poco raro, pero me agradas, MinHo-goon.-sacudió mi cabello- Entiendo un poco mejor por qué JongHyun-ah te tiene tanto cariño.

Terminé de beber la naranjada de mi vaso, saboreando la dulzura del líquido, y con ello terminé con mi desayuno, satisfecho. Hice la bandeja a un lado y me senté sobre ella, viendo en dirección a TaeMin y a KiKwang, y éste último parecía tener algo en mente por la manera en la que me miraba.

-¿Qué?- cuestioné ante la inquisidora y oscura mirada de KiKwang.

-Nada, trato de…Olvídalo, no tiene importancia.

Me inquietó un poco, dado que esa mirada era bastante similar a la que Kibum me había dedicado el día anterior. Incluso toqueteé mi cara en busca de algún objeto extraño en mi cara, pero todo estaba en orden.

Rápidamente busqué una manera de romper el silencio con lo primero que me vino a la mente. O soy impertinente, o muy curioso.

-Y… ¿cómo fue que-…

-Larga historia.- me respondió KiKwang, sin siquiera dejarme terminar la pregunta.- Y aburrida, no creo que…

-¡Yo se la cuento, hyung!- interrumpió esta vez TaeMin, colocando su mano sobre la boca de KiKwang para callarlo bien.- A umma le gusta mucho contarla. Me la  se de memoria.

-Pero, TaeMin…

-¡Shh! Se que a KiKwang hyung también le gusta. Así que ya no me interrumpas, ¿sí?- miraba a KiKwang, y no me hacía falta verlo, sabía que era un puchero por la fácil manera con la que logró hacerlo ceder.

Definitivamente, había sido una pregunta impertinente.

-Bien entonces…-decía separándose de la pared, poniéndose frente a nosotros, sonriente, y juraría que hasta emocionado.- Kibum umma… ¡perdón! Según Kibum hyung, anos encontró por casualidad.

-Iba caminando con JongHyun-ah.- ayudó KiKwang, poniéndose a un lado de TaeMin.- En ese tiempo aún vivían con SuJu.

-Ne,  y eran mucho más jóvenes que nosotros. ¿Appa 12 años y Kibum 11? No recuerdo bien…pero  eran niños.

-Como sea, la cosa es que eran niños, TaeMin.-acalló a TaeMin colocando la mano sobre su boca, riendo.- Y bueno, una noche, les tocó a ellos ir a conseguir algo de comer.

-Le había tocado a Kibum hyung, -había logrado zafarse de la mano de KiKwang- pero a appa no le gusta dejarlo sólo, así que lo acompañó… ¡Mmmm!- volvió a callarlo.

-¡TaeMin-ah! Déjame contarla a mí.- quizá no tuvieran nada en común y no fueran relativos sanguíneos, pero no me cabía duda  de que eran hermanos. TaeMin sólo frunció el ceño, resignándose a no poder contar la historia.- Compraron las cosas y JongHyun-ah lo llevó por otra ruta, un poco más larga para platicar más tiempo a solas con Kibum-ah. Y entonces llegaron a un parque, (que seguramente conoces, es cerca de la base SuJu) caminaron a través del parque…

-…y en eso umma escuchó un ruido extraño.-continuó TaeMin, pero esta vez, KiKwang no lo calló- Jjong appa se asustó, pero Kibum hyung es muy instintivo, lo que lo llevó a indagar de dónde venía el ruido.

-Resulta que era yo. No recuerdo nada de esa noche, pero Kibum-ah dice que estaba llorando a la luz de un faro, y que a un lado mío había un bulto pequeño; TaeMin.

-Yo…estaba inconsciente. Tampoco  recuerdo mucho de esa noche.-ambas miradas habían tomado un aire melancólico.

Estaba intrigado, debía admitirlo. Siempre que me contaban algo así, mi curiosidad incrementaba, pero me pareció ya mucho de mi parte, y más cuando en un principio KiKwang no quería siquiera contarlo.  Así que no insistí, pero aún así, TaeMin siguió.

-Yo no desperté hasta un día después de eso. Ya estábamos con los SuJu, y por unos días, ni KiKwang ni yo habíamos visto a los que nos habían llevado ahí. HeeChul hyung, Yesung hyung y Siwon hyung se encargaron de cuidarnos ese tiempo.

-Pero les costó mucho tratar con TaeMin.- decía abrazando cariñosamente a TaeMin.- A diferencia mía, él no recordaba nada; ni de dónde venía, ni por qué había despertado ahí.

-Y sigo sin saberlo.- me sonrió ampliamente con las mejillas ruborizadas. Era como Jjong en ese aspecto. A pesar de eso que me contaban, mantenían su sonrisa intacta y brillante. Los envidiaba realmente.- Pero ya realmente eso no importa, trato de cuidar lo que ahora tengo, y agradecer todo lo que mis hyungs han hecho por nosotros.

-Luego de que aparecieron nuevamente, simplemente empezaron a encariñarse con nosotros, y nosotros con ellos. Y ya nos tienes aquí.

-¡Fin!- dijo animadamente TaeMin.

Me quedé en silencio un momento, viendo a ambos discutir, pero sin prestar realmente atención a lo que decían.

No podía sacar de la mente el hecho de que ellos dos no recordaran las cosas de la noche en la que Jjong y Kibum los encontraron, y más aún el hecho de que TaeMin no recordara nada antes de que despertara. La intuición de Kibum volvía a impresionarme, es decir, cualquiera hubiera huido si hubiera escuchado un ruido a mitad de la noche en un parque tan solitario como solía ser ese.

La situación era escalofriante, como toda esa familia.

-Bien, MinHo-goon. Te dejamos. TaeMin y yo tenemos que atender los melocotoneros ahora que JongHyun-ah no está y Kibum duerme.- se iba alejando en dirección a la puerta, jaloneando a TaeMin para llevárselo. Pero antes de que éste saliera completamente de la habitación, sus ojos destellaron una vez más en ese tono azul.

Rápidamente me bajé de la mesa y me dispuse a seguirlos, pero al abrir la puerta y salir al pasillo, ellos ya no estaban ahí. Quise pensar que habían salido corriendo, pero luego de lo que había pasado el otro día, dudé, pero no pude evitar emocionarme.

Miré a ambos lados del pasillo en el que me encontraba, que parecían casi interminables de no ser por los pequeños puntos de luz que había en cada extremo. Y me puse a pensar. Jjong no estaba en ese momento en casa, y Kibum dormía, mientras que ambos “hijos” estaban fuera trabajando en la huerta de melocotones. Y mi mente estaba tan lleno de dudas…

Sin que me diera cuenta, yo ya estaba caminando hacia el ala oeste de la gran casa, tratando de ser silencioso para no llamar la atención de algún empleado de la casa o del mismo Kibum.

Las paredes en la planta alta eran de un color ocre, pero a diferencia de las paredes de la planta baja, éstas difícilmente tenían adornos, y más a medida que uno se adentraba hacia el final del pasillo. Era silencioso, bastante, que no dudaría en salir corriendo asustado en caso de que una puerta se abriera o escuchara un ruido. Se sentía humedad y frío a pesar de la cantidad de luz que entraba por el ventanal al final del pasillo, y al voltear atrás, había una descomunal oscuridad como rastro del camino que había seguido.

Pero en eso, el chirrido de una puerta al abrirse atravesó mis oídos como si hubiera sido una bala, fue inesperado y simplemente horrible. Un escalofrío recorrió toda mi espalda, y ni siquiera pude reaccionar a salir huyendo de ahí como dije llegaría a hacer en caso de que algo llegara a asustarme. Estaba asustado, pero no podía moverme de mi posición. Sólo giré con los hombros encogidos hacia atrás, sudando frío y buscando en las tinieblas del pasillo la puerta que se había abierto.

-Es una casa vieja, MinHo, es una asquerosa casa vieja…-me decía a mi mismo, buscando darme alguna clase de ánimo para sacarme el susto y reaccionar. Me saldrían canas del susto por lo que iba a hacer a continuación.

Di un paso…seguido de otro, y otro, contra mi voluntad, y entré a esa habitación con los ojos cerrados. Temía ver algo, o que alguna cosa horrenda me saltara en frente sin que yo pudiera reaccionar. Toqueteé la pared en busca del interruptor, topándome con telarañas y demás cosas resbalosas y pegajosas. Sólo sentía un nudo en la garganta, esperando de verdad no escuchar algo que me hiciera saltar del susto.

Y finalmente, el alivio llegó a mí al encontrar el interruptor, y más aún cuando la luz se encendió. Me sentí mejor, pero aún sentía el nudo en la garganta. Eché una mirada superficial por la habitación, donde cosas viejas y olvidadas estaban amontonadas. Había una cama grande, igualmente forrada de varias cajas y telas viejas; había papeles desparramados por la mayor parte del suelo. Claramente, ni siquiera los empleados de la casa habían pasado a esa habitación ni por error. Incluso había nubes de polvo con cada paso que daba.

Pero de todas las cosas que había ahí, no fue sino un pequeño buró lo que llamó mi atención. Así que caminé hacia él, con cuidado de no tropezar con el montón de juguetes que había entre el buró y yo.

Escuché un susurro al momento en el que quedé frente a frente con el objeto, casi sintiendo mi corazón escapar  por mi boca. Ni estando demente volteaba a ver de dónde había venido eso, sólo clavé la vista en ese buró.

Curiosamente, estaba limpio, sin rastro de polvo o telarañas. Era pequeño, de madera roja y brillante, casi detalladamente pulido. Sobre la superficie, había una pila de libros, tan viejos y empolvados como el resto de la habitación, pero aún así, el buró mantenía su brillo.

Parecía tonto el que me haya acercado a ese lugar. Ya que estaba ahí, no le veía lo interesante, quizá sólo el hecho de que ¡era la única cosa limpia! No sabía si entrar en pánico…creo que ya había entrado en pánico.

-Un cajón…-vi una pequeña perilla asomarse bajo la superficie del buró, y sin pensarlo, la abrí.

Adentro había una llave. Era dorada, grande y se veía pesada. Parecía de esas que solían retratar en los cuentos de hadas que mi madre solía contarme…pero nah, no creo que ésta fuera como esas, igual y trataba de un juguete.

Pero entonces el pensamiento de que el buró estuviera limpio, y de que me hubiera atraído ese sólo objeto entre todas las cosas, me hizo dudar. Reí desquiciadamente, casi queriendo llorar. Sólo tomé la llave y me eché a correr, sin mirar atrás ni nada por el estilo, hasta bajar los escalones y llegar a la sala.

-¡Luz, al fin!- grité al aire, sintiéndome mucho mejor.

Me tumbé en uno de los sofás y saqué la llave de mi bolsillo para verla mejor. No me había equivocado, la llave era pesada, y al tacto era suave, como si fuera una llave recién sacada del herrero. Pero en una parte del mango de tan extraña llave, había una inscripción que no podía leer con facilidad.

Pacta sunt servanda.

Bien, no tenía idea de qué significaba, pero la cosa era que estaba ahí, grabado con detalle en esa parte de la llave. Sin duda era algo importante, pero al estar en una lengua desconocida para mí, me hacía tener más curiosidad.

Y aún estaba a tiempo para sacarme esa curiosidad.  Me sentía en una misión, similar a esas de los cuentos de hadas. Tenía una llave, una que había encontrado por azares del destino (y de mi curiosidad) en un pequeño buró extrañamente limpio en medio de una habitación abandonada. Y las llaves abrían algo. Me preguntaba qué sería…y si mi espíritu aventurero no se equivocaba, esa cosa que la llave abría no iba a estar en el mismo lugar que ella, y lo que buscaba era un objeto grande. Quizá un cofre, quizá una puerta. Pero algo debía abrir.

Me dejé llevar por mis impulsos aventureros, y salí de la casa hacia la huerta de melocotones. Escuchaba risas y gritillos, suponiendo que trataba de TaeMin y KiKwang que seguramente seguían trabajando con los melocotoneros.

Vi al frente, hacia donde la luz iba desapareciendo por la sombra que hacían los melocotoneros. Sentí nuevamente el nudo en mi garganta y mi corazón palpitar con fuerza, pero yo debía saber lo que abría esa llave. Me adentré en la huerta, determinado hasta los dientes, pero a la vez preparado para reaccionar en caso de cualquier cosa.

Aún escuchaba las risas de ese par, pero eran amortiguadas por los múltiples troncos y el frío que se sentía entre ellos. Me detuve al escuchar pasos acercarse a donde estaba yo. Cada vez más cerca, y más y más…sin embargo, al abrir los ojos cuando me di cuenta de que los había cerrado, sólo vi una mancha mucho más oscura  que el  lugar estar frente a mí. No se movía, y yo mucho menos podía correr. Ésta extraña sombra dio unas piruetas en el aire a medida que mis ojos la seguían,  y finalmente se alejó de mí con gran rapidez hacia el fondo del huerto.

-E-¡Espera!- corrí lo más rápido que pude, siguiéndola. Y justo cuando creí haberla alcanzado, caí. No al suelo, sino a través del suelo, por medio de un agujero bien oculto por la grama.

No grité, y ni siquiera sentía que caía, pero estaba seguro que caía por cómo el agujero por el cual había caído se iba alejando de mi alcance.

Caí por un par de minutos, y al final aterricé sobre un bulto de pasto recién cortado.  Hasta ese punto, me sorprendía el no haber mojado ya mis pantalones.  Volteé a ver el alrededor, definitivamente sorprendido por encontrar más área verde bajo ese agujero. Estaba en guardia, dispuesto a atacar lo que fuera que estuviera ahí abajo. Debía buscar ahora una salida… ¡pero todo estaba oscuro!

-Es en sueño…es un sueño…¡Esto no puede estar pasando! ¡TaeMin! ¡KiKwang! ¡Alguien!

-Oh, ¿pero qué tenemos aquí?

Salté del lugar de donde estaba, buscando con ayuda de la poca luz que se alcanzaba a colar al origen de aquella voz.

-¿Qui-Quién demonios eres tú?

-Vaya, qué grosero.- esbozó una amplia sonrisa, una brillante que incluso resaltaba en esa oscuridad. Estaba dispuesto a taclearlo y golpearlo.- Los extraños me conocen como Chesyeo Goyang-i, el guardián de éste lugar de ensueño. Pero tú, mi estimado MinHo, no eres un extraño. Llámame Onew.

-…Ya claro, lo que tú digas, “Onew”- lo miré escéptico, hasta asqueado. Yo estaba en plena crisis y esta…persona aparecía en frente de mí como si nada- Estás loco.

-Y bueno, ¿qué esperabas? Después de todo, es tu realidad.


-Es un sueño.


-No por ello quiere decir que no es tu realidad. Al menos esa que deseas, MinHo. 

 

 

Notas finales:

*Pacta sunt servanda: Los Pactos deben ser cumplidos
*Chesyeo Goyang-i : Gato de Cheshire

Y con eso último, confieso que mi fic es una historia alternativa de Alicia en el País de las Maravillas xD Sólo tomaré prestados los nombres :3 la historia de Lewis Carrol la dejaré intacta. 

xD Y ya dejaré de hacer preguntas *-* jojo.

Holo~ :3. Un gusto verlos de nuevo *O*  Espero que hayan pasado una bonita navidad con sus familiares, de verdad ^^ Mi trabajó mucho (y bajo miedo xD imaginé el capi bastante peliagudo T^T) para traerles este capi (cutre *O*) casi una semana después u.u, me metí en un lío por hacerlo tan fantasioso *-* tengo que ver cómo desenredarlos xP. Pero bueh, espero que les haya gustado :3, es un placer escribirles. 

¡Feliz año nuevo. y hasta luego! :P


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