Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Fact and the Fiction por just breath yaoi

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Feliz año a todos! :D Espero que la hayan pasado bonito, y que estén listos para este año 2012 *^* Tenemos una profecía que sobrevivir jojojo~ >:D

Bueno, he aquí la conti (: Lamento la demora, mis padres están en un plan...extraño y me quitan la compu uú, pero aquí está :) Disfrútenlo~

Cualquiera se asustaba de un fantasma, de ruidos desconocidos en la oscuridad en plena soledad,  de historias de gente desmembrada que te persigue o incluso de casa abandonadas. Yo no me asustaba de ello, porque sabía que nada de eso era real, sino una jugarreta de nuestra imaginación en busca de explicaciones, cuando todo era seguido por una lógica creíble. Claro que, podría decir que hablaba de dientes para afuera. Creo que nunca había vivido alguna de esas experiencias, pero la situación en la que me encontraba hace unos minutos y sobre todo ahora…superaba todo lo que personas imaginan a mitad de una noche de insomnio.

Una broma…todo ello debía ser una broma muy bien elaborada. Sabía que TaeMin y KiKwang reían de algo extraño, y ahora me han presentado a éste otro loco de sonrisa estúpida…y orejas de gato y… ¿eso era una cola?

-¿Has terminado de observarme?-atrajo mi atención, acabando con el silencio que se había formado- Digo, no es que me moleste,- decía éste caminando alrededor mío, recorriéndome con la mirada a medida que me rodeaba.- pero prefiero no ir tan rápido, MinHo- soltó una irritable risita.- Como sea, no vas a quedarte ahí todo el tiempo, ¿cierto?

-¡¿Cómo dices eso?! ¡Dime dónde carajo hay una salida de éste lugar!- me frustraba la tranquilidad con la que me hablaba. ¡Había caído por un agujero en el huerto, por un demonio! Al carajo las formalidades, sólo quería salir.

-¿Para qué buscas una salida? Perteneces aquí, MinHo- me sonrió, pasando una larga lengua sobre sus labios. Escalofríos…escalofríos… ¡era igual a un gato!- Caminemos, ¿te parece?

Respiré profundo al ver que el tal Onew extendía su mano hacia mí, ofreciéndola para ser seguido en ese lugar…o probablemente para comerme. Oh, no.

-¿Qué me asegura que no me harás daño?- me mantuve firme, tratando de no hacer mi voz temblar por el nerviosismo. Él sólo rió, mostrando afilados y brillantes colmillos en su sonrisa.

-No soy un extraño, MinHo. Ya me he presentado ante ti.- acarició las orejas que sobresalían de su cabeza.- Soy sólo un gato, después de todo. Sólo sígueme.

No supe si eso último lo había dicho con honestidad, pero la seriedad calculadora de su mirada me inspiró algo de confianza, y al final sucumbí a seguirlo. Tenía dudas, debía admitirlo, y quizá este extraño personaje podría resolver algunas. ¿Pero por dónde empezar?

Me encerré una vez más en mi mente, sin decir nada más al personaje que caminaba con parsimonia frente a mí, sólo pensaba en lo que tenía que preguntarle. Empezando por dónde estábamos, o qué era ese lugar donde, justo el lugar donde andábamos, los árboles crecían al revés y gotas de lluvia salpicaban hacia arriba, cayendo hacia los lados, evitando mojarnos. Había extraños colores y brillares en el suelo, en el “techo” de aquél lugar, en las plantas…Éste lugar era de locos, definitivamente.

-¿No preguntarás nada?- volvió a irrumpir en el silencio.- Parece que lo has asimilado rápido...

-Nada de… ¡eso!- ¡Maldición! ¡Una planta intentó golpearme cual boxeador!

-Oh, ignóralas, son inofensivas- deteniéndose frente a mí, sonriendo.- ¿Y bien? ¡Pregunta, pregunta!- ya que lo quiere…

-¡¿Qué demonios es este lugar?!

-Es todo y ningún lugar en especial, MinHo. Pero esto es real si es a lo que quieres llegar. Así que eso no está a discusión.- Oh, bienvenido a la tierra de los locos, Choi MinHo.

-¡No me vengas con…eso!- Oh sí, ya estaba molesto.

-No lo hago. Tú mismo has visto cómo terminaste en éste lugar.- Sabía que se divertía conmigo con su estúpidos acertijos o juegos de palabras. Estaba enloqueciéndome. Pero no dejaba de tener razón.

-¡Es una emboscada!- volví a explotar, acercándome a él.- Si no hubiera sido por esa puerta…¡no! Por la maldita llave…

-Bueno, no estás del todo perdido como yo pensaba.-no me dejó terminar, pero preferí ya no hacerlo. ¿En qué no estaba tan perdido?- Sigamos caminando.

-¡Tú no te vas hasta que no respondas lo que quiero!

-¿Y si respondo lo que no quieres?

-¡Onew!

-Mira a tu alrededor. ¿No te basta para saber lo que es este lugar?

Mantuve el ceño fruncido, decidido a no obedecerlo y a clavarle la mirada como si de esa manera pudiera destripar su “gatuno” ser. Pero fue el reflejo a voltear cuando lo pidió lo que me hizo ver con sorpresa el alrededor del lugar con mayor claridad, sintiendo el nudo que antes estuvo en mi garganta caer cual yunque a mi estómago.

Estaba oscuro.

-Esto es…

-¿El área que abarca tu mundo al soñar? Sí.

Caminé absorto en el lugar, caminando y viendo hacia arriba, admirando algo que podría llamar un cielo nocturno salpicado de un sinfín de estrellas. Y además, Onew brillaba en un color morado mientras miraba hacia el mismo lugar al que yo veía. Repentinamente caí de rodillas.

-¿Cómo es… esto posible?-me dije a mí.- ¿Cómo sabes lo que sueño?- inquirí, frunciendo el ceño con desconfianza.

-Simplemente lo sé, MinHo.  Todos en éste lugar lo saben

-¿Todos? ¿Hay más? –sentía punzadas en la cabeza, era demasiado para mí.-No…debe haber alguna explicación lógica.-Me puse de pie, buscando con qué explicar eso- De-Debí haberme tropezado en algún momento y-y caí y me golpeé la cabeza o…

-MinHo…

-¡Cállate! ¡Simplemente cierra la boca…hocico! ¡Lo que sea!

Y se rió una vez más.

-En vez de silenciarme, hazme preguntas, lo que sea. Comienzo a aburrirme.-rió-. Sé que tienes aún dudas.

-¡Estoy en medio de una maldita crisis nerviosa! ¡No me digas qué hacer!

- Estoy en medio de una maldita crisis nerviosa.- repitió lo que dije con un tono irritable, alejándose de mí, pero sin irse por completo.

-…- lo iba a matar.

-¿Y bien?

Tenía razón. Estaba comenzando a perder la cabeza, y aunque fuera por una perfecta razón, no estaba siendo inteligente. Estaba en un lugar extraño, sí, con un ser aún más extraño con rasgos felinos, sí, en el escenario que continuamente surge en mis sueños desde que era un niño.

Estaba mejor eso. Mente fría, MinHo, mantente tranquilo.

-¿Qué hago aquí?

-Es una buena pregunta, MinHo, pero es más adecuado preguntar qué harás aquí o…

-¿Qué?- moví su hombro, buscando que continuara lo que estaba diciendo, pero sus ojos se habían quedado prendados en algo que yo no veía.-¿Qué debo preguntar? ¿Onew?

Su cuerpo, o específicamente,  el hombro que mi mano tocaba, comenzaba a desaparecerse como si  tratase de polvo, y de ahí, comenzó a expandirse por el resto de su cuerpo. Pero ello no tocó lo que lo volvía un felino, mucho menos la brillante sonrisa, que se mantenía ahí, flotando en medio de la oscuridad.

-Lo lamento…hay cosas que no me corresponden a mí decirte.-veía la boca flotante moverse- Tu corazón es puro, MinHo, pero tu alma no. Cuídala, y mancha tu corazón.- la tan molesta risa sonó por última vez, siendo seguida por un suave eco, hasta que ésta se desvaneció por completo.

Me quedé sólo. Vaya sorpresa, haciendo notar el sarcasmo. Me quedé de pie, quieto, sin respirar muy rápido ni sonoramente. Aquella conversación había sido de las más extrañas que había tenido, por no decir que no aprendí nada de ella. Onew y sus estúpidos juegos de palabras. No había entendido nada de lo que había dicho.

Un sueño, que al parecer es mi realidad, o algo real….no lo sé. ¿Y qué era eso de mi corazón y mi alma? En todo caso, debería cuidar la pureza de ello y redimir el alma, ¿no? Estoy…confundido.

-Bien…sólo por mi cuenta una vez más…- dije en un suspiro, viendo de frente con determinación al camino que una vez más se tendía ante mí. Debía buscar una salida.

Pero antes  de siquiera dar el segundo paso, empecé a escuchar pausadas pisadas detrás de mí, acercándose más y más a donde yo me encontraba quieto. ¿Voltear o no voltear? La curiosidad me mataba, aún más luego de haber visto a Onew, pero a la vez temía que aquello que se acercaba no fuera tan “amigable” como Onew había sido. Quizá si lo hacía lento…

En eso, un par de destellos de un conocido azul aparecieron frente a mí poco antes de que volteara por completo hacia atrás. Pero juraría haber escuchado los pasos det…Un momento, ¿destellos? ¡Omo!

Ahí estaban, flotando frente a mí, esperando a ser atrapados…o seguidos…¿Qué demonios eran?

Se escucharon los pasos, y vi los destellos alejarse, pero esta vez no  pensaba dejarlos ir. Caminaba hacia ellos, estirando las manos con la intención de alcanzarlos, pero a medida que yo avanzaba, éstos simplemente se alejaban más y más de mi alcance.

-No te alejes…

-Es divertido, ¿no crees?- esa voz…¡esa voz!- Eres fácil de molestar, MinHo.- Pero algo en aquella voz estaba diferente a las ocasiones anteriores a las que había escuchado, por no decir que sonaba…¿juguetona?

-Tú eres…¿quién eres? Y no vayas a salir con juegos de palabras.

-Oh, yo no soy ese mañoso y torpe gato, MinHo.- soltó una risita aguda- Si deseo algo, prometo decírtelo sin rodeos…

-Entonces responde a mi pregunta: ¿quién eres?

Repentinamente, aquella persona a la que perseguía con la intención de ver de quién trataba finalmente, se detuvo, y por un momento, aquellos intrigantes destellos azules desaparecieron.

-Prefiero que me digas tú quien soy.

Aquello me dejó confundido, sólo un poco más de lo que ya estaba, pero cuando una extraña luz empezó a iluminarlo y a mostrar al rostro detrás de esa voz, simplemente lo empeoró. El rostro redondo y pequeño, el cabello rubio en infantil corte de hongo, la cálida y amplia sonrisa…

-TaeMin…

-¡Bingo!

Él sonreía, mas no de la manera que solía hacer a Kibum derretirse por la miel que ésta generalmente emanaba, sino de una manera socarrona…y podría decir que pícara. Sin duda era TaeMin, pero a la vez no lo era. Y no sólo era por la sonrisa, sino que ahora, el color pardo de ojos a los que ya me había acostumbrado a ver, eran sustituidos por un azul claro y puro, pero brillante para ser apreciados desde lejos. Ni siquiera parecía coreano.

-Puedes llamarme Huin Tokki si así te place , MinHo…-mordiéndose el labio. Actuaba de una forma…no convencional para él.

-Pero ¿por…-Oh, claro. Lamento mi aturdimiento. No había caído en cuenta en ¡el par de orejas de conejo blancas que brotaban de su cabello! No entres en otro ataque de histeria, MinHo, ¡no lo hagas!- Omo…

-Kekeke…eres cómico…tan fácil de sorprender.- decía acercándose más a mí, que me encontraba en un estado de parálisis en lo que asimilaba lo que acababa de ver en el pequeño Tae. Sus ojos se mantenían fijos a los míos, y yo sencillamente no podía romper con aquél intenso contacto visual que habíamos establecido. Quedé justo a la orilla del camino verde, con TaeMin aún más cerca, viéndome sonriente.

-Ta-TaeMin, ¿qué…

-Lindo…y torpe a la vez.- guiñó el ojo azulado-Verás, MinHo, es algo tan sencillo, y complicado a la vez, pero basta con que sepas esto: Sí, soy TaeMin,  mas no aquél que tú acostumbras  ver y con el cual convives últimamente.

 Comenzaba a exasperarme la manera con la que arrastraba las palabras y se pegaba a mí, invadiendo mi espacio personal.

-¿Qué-Qué quieres decir con eso?

-Eso. Yo no soy “el pequeño Tae”.-Estaba totalmente acorralado entre el cuerpo del “TaeMin no TaeMin” y el vacío oscuro que se expandía tras de mí, pero yo ya no podía alejarme más sin caer ante el gran acercamiento que creaba TaeMin entre ambos rostros, sintiendo su respirar sobre mi piel- ¿No has caído en la cuenta aún… MinHo?-sentí un suave roce de sus labios contra los míos, sorprendiéndome, y finalmente, perdí el equilibrio con ello, y caí deliberadamente a las tinieblas que nos rodeaban, viendo a medida que caía los ojos azules mirar hacia abajo…

-No llegues tarde a la próxima, MinHo.

Y extrañamente desperté justo en medio de los melocotoneros, siendo zangoloteado por alguien.

-¡Hyung! ¡Hyung!- era TaeMin, que gritaba para llamar mi atención luego de mi letargo-¿Está bien? ¡Omo, lo siento mucho, de verdad! Le dije a KiKwang hyung que tuviera cuidado de no poner herramientas en el suelo, pero menos mal que sólo ha tropezado, hyung.

Lo miré, furioso y completamente perdido.

-TaeMin…¿puedes  decirme ¡qué demonios hacías ahí abajo!?

-¿Abajo dónde, hyung?-ladeando la cabeza.

-¡Abajo! Ya sabes, ¡en la madriguera maligna que hay en el huerto!

-¡Omo! ¿Madriguera, dónde? Debo taparla antes de que alguien caiga o se atore…

-¡Nada de eso! ¡Deja de fingir demencia y explícame lo que pasó, TaeMin!- le agarré de la mano. No podía salirme con que no recordaba nada de lo ocurrido abajo. Pero…

-Hyung…n-no sé de qué me habla…-sonaba sincero…pero yo necesitaba una respuesta.

-TaeMin, mírame a los ojos.

Él obedeció sin más rodeos, y a pesar de que me miró por una milésima de segundo antes de voltear a ver a cualquier otro lado con el retraimiento que lo distinguía; pude ver que el color marrón permanecía en los ojos de TaeMin, sin rastro del bello azul que había visto hacía unos minutos de cerca.

-Hyung…

Ni siquiera el otro TaeMin me llamaba hyung. El otro se pegaba cual lapa a mí, y éste TaeMin sólo jaloneaba con inútil fuerza la mano que tenía cautiva entre las mías. Se mostraba avergonzado, y no con los excesos de confianza con las que el otro se arrimaba a mí y me hablaba…

Y fue cuando caí en la cuenta de que en apariencia, eran idénticos, pero en cuanto a la esencia, a los principios, a la forma de ser…eran totalmente opuestos.

-Yo…lo siento- aflojé el agarre y él pudo llevar su mano hacia su pecho, sobando la prensada muñeca. Sin embargo, él seguía mirándome, curioso, formulando preguntas en  la mirada castaña.

-¿Viste a los duendes ya?

-Yo…-él claramente ignoraba lo que yo había experimentado.

-¡Sí! Es curioso, ¿sabes? Este es el lugar donde encuentro mis calcetines.

Todo iba mucho más allá a fantasiosos duendes que TaeMin creía que se aparecían para ocultar sus calcetines…y aún ignoraba si había de ellos en el lugar donde estuve. No me sorprendería. Me pensé dos veces el contárselo. Era tentador, después de todo, no muchos a parte del pequeño Tae creerían en cosas fantásticas, y yo ya estaba seguro que aquello no había sido un sueño a pesar de mi constante búsqueda de probar que aquello había sido producto de mi imaginación. No lo había sido, y era algo por lo que vendería mi alma para demostrar. En todos los años en los que tuve ese sueño, jamás había sentido ese frío, miedo…confusión. Nada más aparte de aburrimiento y frustración.

Pero entonces, ¿cómo llegué aquí de nueva cuenta?

-Hyung…creo que debería entrar a descansar.-dijo de pronto TaeMin.-¡Pero! Hoy he visto varios melocotones que parecen estar listos ya, por si gusta probarlos. Puedo llevártelos.- me sonrió. Creo que luego de lo que pasó, puedo decir que eché de menos la sonrisa sin malicia del chico.

-Está bien…-y francamente, ya no sabía qué creer. Todo era tan difuso y lioso.

-Te acompaño entonces. Tengo que dejar unas cosas dentro rápido.- seguía hablando con alegría, y aunque hablaba de cosas sencillas, no pude concentrarme en nada de lo que me decía. Tenía que decírselo.

-TaeMin…-interrumpí a propósito para tener por completo su atención.- quisiera contarte algo…

-¿D-De verdad?- noté un suave rubor en sus mejillas.-¿Es sobre los duendes?- no pude evitar reír un poco ante eso.

-Yo…creo que esto abarca más que eso, TaeMin.

Notas finales:

*Huin Tokki: Conejo blanco~

*O*!!

Los veo en el siguiente capi xD lamento lo chafa que estuvo éste.

Los quiero (:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).