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Love's Way por SHINee Doll

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Notas del fanfic:

Love's Way ~ es una colección de one-shots MinKey, inspirados en líneas de una cadena y nombrados en base a una única palabra. Están escritos con cariño, esperando disfruten de ellos. 

Notas del capitulo:


Ambos sonrieron. Kibum ya no estaba molesto, quizá por qué ya no había razón para estarlo. Y Minho no debía tratar de recordar cómo inició todo aquello, pues el desenlace era el mejor que podía darse. Tantas noches en vela, tantos pensamientos extraños, tantas preguntas a Jinki, habían valido la pena. Key ahora le miraba suavemente, de esa forma en que uno mira a la persona que le es especial, de la misma manera que él lo hacía cuando nadie parecía notarlo.

 

Enojo ~

-¡Tonto!-

Minho cerró los ojos, pensando que aquel grito se había alcanzado a escuchar en todo Seúl, sino es que en toda Corea. Permaneció algunos minutos así, creyendo que si no se movía, el mayor no se fijaría en él. ¡Cuán equivocado estaba! Kibum se llevó una mano al rostro, esforzándose por no irse contra el modelo y cometer un asesinato. Aunque, para estas alturas, ya ni siquiera podía recordar completamente el por qué de su enojo.

-Key…- pronunció en apenas un susurro.

-No hables.- el mayor mantenía los ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido.

-Pero…- el modelo intentó de nuevo, pero el resultado no fue distinto.

-¡Minho!- siseó, mirándole de esa manera que sólo él podía.

Choi se mordió el labio, tratando de no reírse ante el adorable puchero que comenzaba a hacer Kibum, al tiempo que le miraba con aquellos ojos felinos cuidadosamente delineados. Buscó en su mente la razón por la que el mayor se había molestado, pero le resultó imposible dar con ella. Y el propio Key se negaba a escucharlo…

-Lo siento.- susurró, haciendo esa carita de cachorrito perdido.

-No.- Kibum desvió la mirada en ese momento, pero alcanzó a percatarse del sonrojo en sus mejillas. Sí, estaba por ceder.

-Lo lamento, Kibum-ah.- se acercó a él lentamente, dejando que sus dedos se posaran en aquella suave mejilla. -¿Podrías perdonarme?-

Kim se mordió el labio y sus ojos temblaron. Minho estaba jugando con él, de eso estaba seguro. Y le dolía. Había recordado por qué estaba molesto y tampoco le gustaba la razón. Él, Kim “Key” Kibum se había puesto celoso al ver al modelo conversando animadamente con una de las chicas de la otra compañía. ¡Sí! Y no sólo eso, pues la chiquilla tonta se pegaba a él como sanguijuela y él… Él… ¡No hacía nada!

-¡No!- chilló de nuevo.

Kibum apartó la mano de Minho bruscamente, sorprendiendo al muchacho. Le miró una vez más de esa forma amenazante que funcionaba con los otros, más nunca con él, y soltó un gemido cansado.

-Idiota.- siseó aún molesto, aunque su corazón le doliese.

El modelo abrió la boca para decir algo, pero no pudo emitir sonido alguno. Acaso, ¿había tristeza en esa mirada? ¿Era miedo lo que se escondía tras esa máscara de frialdad? Minho estaba perdido en sus pensamientos, deseando conocer los de su compañero. Quizá, sólo quizá, supiera lo que estaba ocurriendo. Pero, ¿eso sería posible? Su corazón se aceleró ante la sola idea de que fuese de ese modo. Si Kibum le quería tanto como él lo hacía, se convertiría en la persona más feliz del mundo.

-Key…- lo intentaría una vez más, y si no funcionaba lo haría de nuevo, y otra vez.

-Mi respuesta sigue siendo “no”.- recalcó el mayor, dándose la vuelta e internándose en el pasillo que conducía a las habitaciones.

“Si se enoja y se va, síguelo”.

Sus pies se movieron solos. Comenzó a caminar tras él, cada vez más rápido. Kibum entró en su habitación y cuando se disponía a cerrar la puerta, Minho metió el pie y se lo impidió. Se quedaron así un momento, mirándose a los ojos, sin hablar, sin pensar, sin respirar… El modelo terminó de abrir la puerta, para luego cerrarla. El más bajo le contempló en silencio, mordiéndose un labio, con los ojos inundados en lágrimas que se negaba a soltar.

-Kibum-ah.- intentó limpiar la lágrima que ahora se deslizaba por la mejilla del muchacho, la única que no había podido contener. Pero éste se lo impidió, alzando la mano dispuesto a golpearlo. Minho aprovechó esa oportunidad para sujetarlo por la muñeca y tirar de él, provocando que la espalda del mayor chocara contra la puerta y soltase un gemido por la sorpresa. –Tonto.- la palabra escapó de sus labios tiernamente, como si aquello fuese un simple juego, y sonrió ante el desconcierto en aquellos ojos húmedos.

-Minho…- la réplica de Key fue interrumpida por unos labios que se movían sobre los suyos suavemente, al tiempo que una mano traviesa se colaba hasta su nuca, atrayéndolo aún más hacia el otro. No opuso resistencia, porque no pudo, porque no quiso, porque deseaba aquello.

Los labios de Key respondieron al contacto rápidamente, mientras luchaba por liberar su muñeca y acercarse aún más al modelo. Cuando lo consiguió, enredó sus brazos alrededor del cuello del más alto y sintió como lo apretaba por la cintura. Lo mordió juguetonamente, pidiéndole permiso para llevar el beso a otro nivel, y le fue concedido. Aquella inocente caricia se convirtió en un sensual juego de lenguas, donde ambos se esforzaban por recorrer completamente la boca del otro, por memorizar el sabor de sus labios y seguir sintiendo esa calidez en sus pechos.

Se separaron por la falta de aire, sonrojados, avergonzados, confundidos.

-Te quiero.- aquella confesión flotó en el aire algunos segundos.

La boca de Kibum formó una pequeña “o” cuando se dio cuenta de lo que significaban aquellas palabras. Minho estaba aún más sonrojado que antes y sus ojos mostraban algo de preocupación. Estaba más asustado que la primera vez que se presentaron en un show. Sonrió ante su propia comparación, recordando aquel inocente temblor en los labios del modelo antes de debutar. La primera vez que se fijó realmente en él, siendo apenas unos chiquillos tontos.

-Te quiero, Minho.- murmuró, acariciándole la mejilla.

Ambos sonrieron. Kibum ya no estaba molesto, quizá porque ya no había razón para estarlo. Y Minho no debía tratar de recordar cómo inició todo aquello, pues el desenlace era el mejor que podía darse. Tantas noches en vela, tantos pensamientos extraños, tantas preguntas a Jinki, habían valido la pena. Key ahora le miraba suavemente, de esa forma en que uno mira a la persona que le es especial, de la misma manera que él lo hacía cuando nadie parecía notarlo.

Lo que Minho no sabía, es que el resto lo notó siempre. Y lo que Kibum no sabía, es que todos estaban al tanto de sus celos. Y, lo que ninguno esperaba, es que los otros tres miembros de SHINee se encontrasen detrás de la puerta, tratando de no reírse por todo el drama que armó la pareja para confesarse.

Lo que Kibum menos sentía en ese momento era enojo.

 

Notas finales:

Y con eso termino. ¿Qué les pareció? ¿Valió la pena?

 

Chu ~


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