Genes Uchiha
- No te aguanto más Sasuke ¿Por qué eres tan terco? – escuchó que le decía Naruto mientras se paraba a un costado del sillón donde él se encontraba plácidamente sentado – ¿Si quiera me estás escuchando?
Sí, le estaba escuchando, pero era mejor hacerse el desentendido. Mejor que se enojara, así tal vez se le olvidaba la idea.
- ¡Me voy a casa de mi hijo!
- Haz lo que quieras – respondió sin siquiera voltear a ver. Recordando con cierta burla que ese hijo también era suyo, tenía sus genes también. Es más, le habían puesto Itachi en honor a su hermano.
Conseguir un vientre de alquiler fue una de las mejores ideas que se le habían ocurrido a su esposo.
Apenas escuchó el sonido de la puerta cerrándose estruendosamente, suspiró y dejó el libro que estaba leyendo a un costado suyo. Se reclinó hacia atrás y apoyó su cabeza en el respaldar.
Naruto tenía que entender que él no tenía ninguna intención de aceptar a esa copia mal hecha en su casa, mucho menos en su mesa. Si almorzaba con ese tipo probablemente el estómago se le revolvería. Mucho más si recordaba que Sai alguna vez, hacía años, había estado interesado en el que ahora era su esposo y antiguo Hokage de la aldea de Konoha. Además a él no le importaba si Sai se sentía solo porque su hijo se hubiera ido a una misión de 4 años fuera de la aldea. Ese no era su problema y tampoco el de Naruto.
¿Por qué Naruto no comprendía que esa copia barata aún quería meterse entre ellos? Obviamente estaba fingiendo tristeza para pasar más tiempo con él. Sai siempre quiso robarle a Naruto, pero los Uchiha nunca pierden.
Sin embargo, tres horas más tarde, Sasuke se encontraba sentado alrededor de una mesa acomodada para cuatro personas. Por supuesto, él sentado en uno de los asientos al lado de Naruto, mientras el otro era ocupado por Itachi.
Orgullosamente Sasuke podía decir que Itachi había sacado esa vena protectora de lo suyo. Y Naruto era solo de ellos dos, por diferentes razones, pero solo de ambos.
Ninguno de los dos dejó que Naruto hablara por más de 2 minutos con Sai. Y apenas terminó la reunión, el intruso fue despachado sin ninguna consideración por el hijo unigénito de la familia Uzumaki – Uchiha.
- ¡¿Pueden dejar de hacer esto cada vez que alguien viene?! Maduren. Ya somos todos grandes. Itachi, tú ya tienes 28 años – dijo mirando a su hijo. – Y Sasuke, tú y yo tenemos 57. No me voy a ir con nadie a estas alturas, ¡Ni tampoco quisiera hacerlo!
Fue lo último que Naruto dijo antes de salir de la casa.
Ambos hombres de cabello negro pero diferente color de ojos, se miraron y sonrieron con cierta arrogancia.
- Papá se ve muy bien cuando se enoja ¿no?
- Naruto siempre se ve bien.
- Vamos por él. Creo que he visto a ese tal Gaara en la aldea.