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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

Perdón por la demora!!! he tenido problemas de inspiración y unas cuantas semanas de vacaciones sin internet :P
espero les guste la continuaccion!!

Después de que Masamune y Kojuurou se hubiesen colocado sus armaduras, se reunieron con los demás en la entrada del templo de Kai.

- Que te vaya bien Dokugan-ryu!- le dijo Keiji con una gran sonrisa- Te estaremos esperando con una rica tasa de té!

- Acaso piensas quedarte muchos días aquí!?- le miró con fastidio, ya arriba de su caballo- Que no tienes cosas que hacer? Entregarle amor al mundo por ejemplo?

- Jejeje, que malo eres! Sabes que Yuki-chan está desacuerdo con que me quede un par de días! Luego partiré.

- Tch.- le miró con enfado.

- Anda! Te prometo no hacer nada que pueda hacerte enfadar!- le guiñó el ojo de manera cómplice, haciendo que el dragón solo le mandara una mirada de advertencia.

- Lo que tú digas.

- Masamune-sama, ya debemos partir.

- Si, si!- dijo con fastidio, girando ahora su vista hacia Yukimura quien se le acercaba y le miraba con algo de tristeza.- Je, no pongas esa cara, nos veremos dentro de dos días, Yukimura.

- Si! Masamune-dono, por favor cuídese! Y mucho éxito en todo!- con el ceño fruncido pero con las mejillas levemente sonrojadas, se inclinó hacia adelante en forma de despido, sacándole una sonrisa al mayor al ver su formalidad tan característica en él.

 - Tú también cuídate Yukimura. Mantente fuerte.

Al escuchar esas palabras, el tigre levantó la vista sorprendido. 

Aquellas palabras… fueron una vez dichas también por Oyakata-sama…

- Masamune-dono…- susurró aun sorprendido, pero no pudo decir nada mas al ver como el dragón le sonrió para después darle un pequeño golpe a su caballo, alejándose con rapidez junto a su ojo derecho- Regrese pronto… Masamune-dono.

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Después de la ausencia del dragón, la tarde pasó relativamente tranquila. Yukimura se había mantenido distraído gracias a las atenciones que Maeda colocaba en él. Lo seguía a todas partes y no paraba de hablar, hasta que después de que tomara unas cuantas copas de sake, cayó dormido en el primer futón que vio.

Yukimura, ante la ausencia de su ninja, quedó solo junto con sus pensamientos, sentado en el corredor de la mansión, viendo el paisaje aun nevado y como el sol ya oculto hace poco provocaba que el frío le llegara al cuerpo.

Sin ninguna distracción de por medio, sus pensamientos fueron enseguida hacia Takeda Shingen, recordándole otra vez ese sentimiento de angustia que llevaba ignorando.

Por más que quisiera olvidar, por más que quisiera creer que todo estaba bien, sus momentos de soledad le volvían a decir que estaba equivocado. Su alma aun dolía, aun sentía ese vacío en su corazón, aun no podía creerse por completo que él ya no estaba ahí.

Sintió sus ojos humedecerse y rápidamente llevó una de sus manos hacia ellos para ocultarlos.

Ya no quería seguir llorando, ya no quería ser una carga para los demás. Sabía que debía asumir el roll de su señor, ser el ejemplo, ser un líder, crecer y madurar para poder seguir el camino que su señor le encomendó.

¡Ahora en mi lugar, abrirás una senda hacia el mañana!

- Oyakata-sama…

Una fuerte brisa helada le izo levantar la mirada, sintiéndose extrañamente impulsado en ir hacia un lugar en específico. Se levantó y comenzó a caminar, sin pensar realmente a donde ir.

Continúa luchando Yukimura…

Recordaba sus palabras mientras caminaba por los corredores con la cabeza gacha y los ojos cristalinos, llegando finalmente hasta una de las habitaciones, permaneciendo de pie afuera.

…ya sea torpemente…

Deslizó el Shoji con lentitud y permaneció ahí de pie observando la ordenada y oscura estancia.

…o al límite de tus fuerzas….

Se adentró finalmente a la habitación, contemplando el imponente casco que alguna vez fue de su señor, junto a su arma y el resto de su armadura. Se acercó con los pies a rastras y se dejó caer abatido frente a la armadura.

…pero continúa luchando.

- Continuar luchando…-tomó el casco entre sus manos, sintiendo como nuevamente las lagrimas caían por sus mejillas- Oyakata-sama… como voy a poder luchar si no encuentro las fuerzas… no quiero decepcionarlo! Pero no sé de qué afirmarme!- terminó apoyando su frente contra el casco, ya sintiendo sus hombros temblando al intentar contener las lagrimas.

Era inevitable, simplemente no podía dejar de llorar su sorpresiva perdida.

Una fuerte ráfaga de viento le izo voltear la vista hacia atrás, encontrándose con su ninja quien le observaba desde la entrada de la habitación.

- Danna… qué hace aquí?

- Sasuke…

El ninja vio las lagrimas de su señor caer por su rostro y no izo falta nada más para acercársele y abrazarle, sintiendo como el menor soltaba el casco de su señor y le respondía con mayor fuerza, hundiendo su rostro contra el pecho del shinobi, intentando ahogar sus lagrimas.

- Será mejor que salgamos de aquí, Danna, ya es tarde.

Sin mayor esfuerzo, Sasuke se levantó junto con el cuerpo del menor y lo condujo hacia la salida.

Caminaron en silencio hacia la habitación de Yukimura. Ya ahí, Sasuke se dispuso a ayudar al tigre a colocarse la nemaki para que pudiera dormir. Después de unos instantes en silencio, las lágrimas del tigre cesaron.

- Sasuke… tienes que hacer guardia hoy?- preguntó el menor, ya acostado en su futón mientras observaba a su ninja que doblaba con cuidado su ropa.

- Eh? Por qué lo pregunta Danna?

- B-bueno y-yo…-se irguió y quedó sentado aun dentro de su futón, agarrando las sabanas con fuerza entre sus puños- Quería saber si… podrías quedarte conmigo…

Sasuke sonrió al escuchar la petición de su ahora Taisho, sintiendo ternura al ver como el tigre se ponía nervioso con una petición como esa.

- Ahhh… bueno Danna, pero me quedaré solo hasta que te duermas, aun tengo asuntos que atender, de acuerdo?

- Está bien!

El joven guerrero se acomodó rápidamente en su futón y se movió a un lado para darle espacio a su ninja quien se metió dentro del mismo futón para después apagar la luz de la vela que estaba junto a la cama.

En cuanto Sasuke finalmente se acomodó dentro, sintió como el joven tigre apoyaba su cabeza sobre su hombro. Sin poder contenerse mucho, el shinobi movió su brazo, el cual tenía la cabeza del menor apoyado, y rodeó el cuerpo del otro, permitiéndole mayor comodidad para que pudiera apoyarse en él.

- Oyasumi Danna-le susurró el ninja con una sonrisa al ver como los ojos del otro se iban cerrando.

- Oyasumi Sasuke…- susurró a penas al empezar a quedarse dormido, cayendo rápidamente en sus sueños.

A pesar de la oscuridad del cuarto, Sasuke podía ver a la perfección el rostro de Yukimura, quien estaba apoyado sobre su hombro y pecho.

No podía evitar sonreír al verle. Se sentía feliz de que su Danna le pidiese ese tipo de cosas, se sentía feliz de poder serle útil y se sentía feliz de que pudiese dormir tranquilamente a su lado.

Sabía que la felicidad futura de su capitán no dependía de él si no de otro hombre, pero verle feliz, aunque sea con otra persona, significaba su propia felicidad, aunque aquello le doliera.

Él era su ninja, su sombra. Para eso había sido entrenado, para seguir órdenes superiores. Había sido entrenado para cumplir con ciertas misiones. Había sido entrenado para ser fiel a sus amos, pero no había sido entrenado contra ese sentimiento que el joven tigre le despertaba.

Siempre se dijo a si mismo que era una mera herramienta… entonces por que con Sanada Yukimura no se sentía como una? Tenían un trato tan distinto y confidente, tan impropio de un mero servidor. Él debía morir por su superior en cuanto se lo ordenasen, pero aunque ni siquiera se lo ordenase, él daría su vida por Yukimura. Lo daría todo por su bienestar y su felicidad.

Lo amaba. Desde cuándo? No lo sabía y ciertamente no lo quería saber, pero así es como habían acabado las cosas, y a pesar de que era algo doloroso no se arrepentía de amarlo.

- Danna….- susurró a penas, comprobando que el otro estaba ya sumido en un profundo sueño. Llevó su mano izquierda hacia el rostro del menor y le acarició suavemente la frente y sus cabellos, echándolos hacia atrás con ternura.

A pesar de que era mayor que el tigre, desde que eran pequeños le llamó Danna… su amo y su señor, pero le gustaba bromear al decir que era su marido, lo cual siempre provocó confusión en Yukimura.

Rió quedamente al recordar algunas de aquellas situaciones.

Pero ahora era su Taisho, su comandante, su capitán, debía de llamarle de esa manera, pero el mote ya era algo difícil de quitarle. De alguna manera, lo consideraba su marido, por muy idiota que fuese.

Reanudó las caricias en el rostro del menor al detenerlas por un momento al recordar el pasado, acariciando a penas las mejillas del durmiente con el el dorso de sus dedos, sintiendo como su propio corazón latía con fuerza al verlo acurrucarse más contra su cuerpo luego de que balbuceara cosas entre sueños.

A pesar de que tenía asuntos que atender y de que le había dicho a su Danna que solo se quedaría unos momentos, decidió pasar la noche a su lado a pesar de que le sería imposible conciliar el sueño con ese cuerpo apoyado en el suyo. Por lo menos podría verle dormir y asegurarse de que no tuviese más pesadillas.


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Inconscientemente al despertar, lo primero que izo fue estirar su brazo hacia el lado en busca de la fuente de calor que tuvo durante la noche, pero al no encontrar un bulto a su lado, abrió uno de sus ojos para así buscarle con la mirada, comprobando finalmente que Sasuke se había marchado, pero al sentir la tibieza del futón a su lado derecho, podía deducir que se había ido hace tan solo unos minutos atrás.

Por unos momentos se vio tentado a seguir durmiendo, pero la extraña luz que venía de afuera despertó su curiosidad.

Se estiró como un felino y luego de hacer crujir un par de huesos se levantó finalmente del futón, encaminándose hacia el shoji, el cual deslizó con lentitud y se sorprendió un poco al ver que el día estaba soleado, dándole un hermoso brillo a la nieve que tapaba todo a su paso. Era un día hermoso, no se había dado cuenta pero, había echado de menos el ver el sol. Lo único que le había acompañado en esos fatigosos días había sido la lluvia. Solo esperaba que esa noche pudiese ver la luna e irremediablemente la imagen de Date Masamune llegó a su mente, haciéndole sentir cosas extrañas en su estomago y nuevamente ese calor en las mejillas.

- Oh, Taisho!!!

- Eh?

Yukimura giró la vista hacia un lado, viendo a uno de sus soldados caminar hacia él con una respetuosa sonrisa, para después hacer una gran inclinación al estar a su lado. El joven tigre se sintió extraño al escuchar cómo le llamaba.

- Taisho, que bueno que ha despertado, espero que ya se encuentre mucho mejor.

- Si, lo estoy, muchas gracias.

- Que alegría! A propósito, Saturobi-sama me dijo que le entregara esto- con sumo respeto, le entregó una carta.

Yukimura tomó la carta y sintió como su corazón comenzó a latir con mayor fuerza al ver que la carta la había mandado el mismo Date Masamune. Sin esperar más, la abrió y se dispuso a leerla.

Sanada Yukimura.

Me he visto forzado a extender mis días en los alrededores de mis tierras. Han aparecido más cucarachas de las que creía por lo que no podré regresar en la fecha que había previsto. Espero que cuando haya terminado pueda ser bien recibido en tus tierras ya que aun tengo cosas que atender ahí contigo.

Yukimura, recuerda seguir llevando ese corazón y esa pasión que pones al vivir. Sé que aun lloras por la muerte de tu señor y perdóname por no decirte esto antes ni en persona, pero lo siento mucho. Confío en ti, en tu fuerza y en tu espíritu, se que vas a salir adelante con esto como siempre has podido hacerlo. Toma todas las enseñanzas del viejo Takeda y hazle sentir orgulloso… y hazme sentir a mi también orgulloso, de tener un rival y un amigo como tú tan lleno de vida, porque así de la manera en cómo eres, aunque algo torpe e ingenuo, ardes incluso más que el mismísimo sol.

Mantén esa alma ardiente que tanto me enciende y demuéstrame tus avances cuando llegue nuevamente a Kai.

Date Masamune.

Los ojos del tigre se aguaron por las lágrimas de la emoción. Yukimura sintió un enorme deseo de ver a Dokuganryu, de poder darle las gracias por impulsarlo hacia adelante, de poder decirle que haría todo lo que estuviese en sus manos para no decepcionarlo!

Su corazón latía de una manera diferente. Aquel sentimiento que tenia por el dragón se mezclaba con otro de decisión y deseos de vivir. Si! quería seguir viviendo! Quería ver el mañana con sus propios ojos! Quería ver el sueño de su señor hecho realidad y quería sentirse orgulloso de poder estar a un lado de Masamune sin que sintiera pena por él.

- Masamune-dono…-sintió su pecho arder de emoción, en deseos de poder cumplir con sus palabras – Yo, Sanada Genjirou Yukimura, le prometo que cuando regrese notará un cambio en mi… y de esa manera podrá sentirse orgulloso de tener un rival como yo!!!-llevó la mano que contenía la carta hacia su corazón, apretándola con fuerza sobre su pecho a la vez que colocaba una mirada decidida. Dirigió sus ojos hacia el soldado, sorprendiéndolo al ver casi fuego saliendo de esos dos ojos castaños- Preparen el dojo! iré ahí en seguida!

- Si Taisho! – izo una gran inclinación y se alejó de ahí para cumplir con los deseos de su señor.

- Solo espero verle pronto…-susurró el tigre al estar solo- quiero verle, Masamune-dono…. Realmente quiero verle!

Una fuerte ráfaga de viento movió sus castaños cabellos, corriente que se deslizó por los blancos arboles, alejándose rápidamente de las tierras de Kai.

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Date Masamune se encontraba sentado sobre una roca meditando con sus ojos cerrados, intentando contener su enfado.

Al parecer los bandidos no eran eso precisamente, si no soldados y espías de un supuesto capitán que se decía llamar más fuerte que el mismo Oda, pero resulto ser más que un fanfarrón llorica que salió huyendo en cuanto le dio alcance. Ahora estaba fuera de sus tierras buscándole para poder acabar con el problema de raíz.

- Shit ya estoy arto… -dijo entre dientes al recordar toda la situación.

- Masamune-sama!- le llamo Kouujirou desde lejos.

- Qué ocurre!?- preguntó de mala gana, viendo como su ojo derecho se acercaba a él con algo de lentitud al ver su estado de ánimo.

- Masamune-sama, ya hemos localizado a Shinihi, nos tardaremos tres días en llegar.

- What!? Tres días!?-le miró ya demasiado molesto.

- Se ha escapado hiendo por el camino de las montañas, por eso será mejor partir ahora para no demorar más.

- Demonios Kouujirou! –se levantó y comenzó a ir rápidamente hacia su caballo- Juro que matare a ese maldito por hacerme ir hasta ahí!

Masamune subió con un rostro cabreado hacia su cabello, dispuesto a marcharse enseguida, pero una fuerte corriente de aire chocó contra su cuerpo, sintiendo en ella un conocido aroma que le embriagó los sentidos.

Levantó la vista hacia aquella corriente que parecía alejarse entre las copas de los arboles, sintiendo un cálido calor en su pecho al saber de quién era ese aroma.

- Yukimura….-susurró su nombre, como queriendo que el viento llevase sus palabras al mismo tigre de Kai.- Solo espero que estés bien… y de que ese mono te haya entregado la carta- dijo para sí mismo mientras miraba la lejanía.

- Masamune-sama! Las tropas ya están listas para partir!-le digo su ojo derecho, sacando al dragón de su pequeño trance.

- Tch, bien, TERMINEMOS CON ESTO DE UNA MALDITA VEZ!!!-le gritó a sus guerreros, recibiendo un simultáneo grito de guerra de ellos- LET´S GO!!!!

Con gran velocidad, los guerreros de Oshuu emprendieron el camino hacia las montañas, listos para acabar con lo que fuera.

- Solo espera un poco más, Yukimura.


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El tigre de Kai blandía con gran velocidad sus lanzas contra unos montículos de madera con armaduras que colocó como modo de contrincantes; jadeando levemente por el constante ejercicio, moviéndose sin detener sus piernas ni sus brazos.

Desde afuera, algunos guerreros del ejército de Kai detenían su paso para poder ver a su general en el interior del dojo.

- Desde el día de ayer, Yukimura-sama ha estado practicando arduamente.

- No lo he visto parar en toda la noche ni en todo el día-dijo el otro guerrero.

- De seguro aun se siente mal por la pérdida de Takeda-sama…

- Yukimura-sama, nosotros contamos con usted!-dijo otro guerrero a la vez que apretaba los puños frente a su pecho- por favor, de todo de si! así como nosotros lo daremos todo por usted!

- Si!-dijeron los demás con energía, marchándose para también entrenar.

 

- HAHH!!!-Yukimura se movía de un lado a otro, derribando  con precisión los montículos de madera con armaduras- HHAAA!!-dejando alguno de ellos hecho polvo en el suelo y las armaduras destrozadas a un lado.

Mantente fuerte.

Esas habían sido las palabras que una vez le dijo Oyakata-sama…

Mantente fuerte

Y fueron dichas otra vez por Masamune-dono…

Mantén esa alma ardiente que tanto me enciende y demuéstrame tus avances cuando llegue nuevamente a Kai.

Cumpliría con esas palabras! Le demostraría al dragón que podía confiar en él! Y le demostraría a Oyakata-sama que no se había equivocado al elegirlo a él como el sucesor de las tierras de Kai!! Haría que ambos se sintiesen orgullosos!

- HOOOOHHH OOYAKATA-SAMAAAA!!!-gritó al mismo tiempo que destruía inevitablemente una parte del dojo al poner demasiada fuerza en uno de sus ataques.

- Yare, Yare…-susurró Sasuke con una gota resbalando por su cabeza mientras lo observaba desde la rama de un árbol a un lado del dojo.

La mañana anterior había salido para echar un ojo en las tierras y para averiguar acerca del dragón de un solo ojo, encontrándose con él al atravesárselo en las fronteras de las tierras y fue así como llegó a sus manos la carta que le fue enviada al tigre, carta que seguro era el motivo por el cual su señor había dejado la cama para ponerse a entrenar arduamente durante dos días completos.

- Sanada Danna, no debería de tomar un pequeño descanso?-preguntó el ninja mientras se acostaba cómodamente de lado sobre la rama del árbol y apoyaba su cara en su mano.

- Sasuke?- el tigre se dio vuelta a mirarle algo jadeante- Ya has regresado! Dime, está todo bien?

- Si, todo perfecto-le dijo con una sonrisa- afuera está todo más tranquilo que aquí dentro-susurró mas para sí mismo al ver el desastre que tenía su comandante en la estancia.

- Qué dijiste Sasuke!?-le preguntó el otro al no escucharle.

- No, nada, nada-movió sus manos con poca importancia- Danna, no debería tomar su entrenamiento con más tranquilidad? Su cuerpo aun no estará acostumbrado por estar tanto tiempo en reposo.

Yukimura desvió sus ojos hacia los montículos con el ceño fruncido.

- No es momento para que vaya con tranquilidad. Debo hacerme más fuerte para que así Masamune-dono y Oyakata-sama se sientan orgullosos!!!!-con un nuevo movimiento de sus lanzas, destrozó mas armaduras y montículos, dejándolos apilados en una docena ya destruida en un rincón del dojo. Sasuke vio las armaduras destrozadas con resignación- AUN ME TENGO QUE HACER MÁS Y MÁS FUERTE!! AAAHHH!!!-comienza nuevamente con sus ataques.

- Si que está lleno de energía…-Susurró el ninja con una sonrisa- Sanada Danna, tengo unos asuntos que atender, pero primero prométame que descansará un poco y comerá algo, nadie quiere verlo colapsar nuevamente.

- ESTA BIEN!!- derriba otro obstáculo para después ver al ninja- Te lo prometo Sasuke, por favor, ve con cuidado.

El ninja le sonrió por sus palabras y luego se marchó, dejando a Yukimura nuevamente solo con su arduo entrenamiento.

Sasuke corría a toda velocidad entre los arboles de las tierras de Kai mientras pensaba en todo lo que estaba ocurriendo.

Estaba feliz de ver esa nueva iniciativa en su Danna, por fin, después de muchas semanas, le veía volver a levantarse. Estaba saliendo de la oscuridad, estaba intentando seguir adelante.
Sonrió con ironía.

- Y todo por una carta del dragón, vaya.

Dio un nuevo salto y se perdió entre la oscuridad del bosque.

Notas finales:

espero les haya gustado!! ya en el proximo capitulo aparecerá mas Keiji! asique no piensen que me he olvidado de el! XD

 ojalas puedan dejarme comentarios!! ya que son muy importantes para mi al poder seguir con este fic! :)

bueno algunas aclaraciones!

- al decir Sasuke de que concideraba a yukimura como un marido es por que Danna se traduce como eso, como "marido" o como "maestro" por lo que tengo entendido :)

- Taisho significa capitan, era la manera en como llamaban a Oyakata-sama

- y el Nemaki es el traje tradicional japones que se usa para dormir

bueno si hay otra duda no duden en preguntarme :D

 


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