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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

AQUI LA CONTINUACCION *`0´* espero la disfruten! *U*

A pesar de que el tigre le había hecho caso a su ninja al pedirle que descansara, a penas lo hacía solo para comer y tomar agua, luego regresaba inmediatamente a su entrenamiento y pedía nuevos obstáculos y armaduras para luego desintegrarlas. Sasuke se había marchado la tarde de ayer y desde entonces no había regresado y Keiji había salido al pueblo la noche anterior y tampoco llegó a la mansión a dormir, dejando a Yukimura el camino libre para seguir practicando durante toda la noche y la mañana de aquel nuevo y helado día.

Tantas horas de entrenamiento no eran suficientes para mantener su mente ocupada. A cada movimiento que le daba a sus lanzas, un nuevo recuerdo aparecía en su memoria. En ellos se mostraban la primera vez que vio a Takeda cuando era tan solo un niño, cuando le regaló sus lanzas, cuando lo nombró su segundo al mando, cuando le aconsejaba para ser un mejor hombre, cuando se reían juntos después de un combate, cuando dejó en sus manos el destino de sus tierras… y luego, en su mente aparecían otro tipo de recuerdos. Recordaba la primera vez que vio a Masamune, la primera vez que sus lanzas se cruzaron con esas espadas, cuando este le confesó con una sonrisa orgullosa que lo consideraba su mejor rival, cuando se sonreían con emoción durante un combate y cuando al despertar después de la muerte de su señor le vio a su lado.

Deseo quedarme aquí, aunque tú no lo quieras.

Esas fueron las palabras del dragón después de que le pidiera que se marchara, pero no, Masamune-dono simplemente le ignoró, no lo abandonó a pesar de que no tuviese ninguna obligación de seguir ahí y él, en ese momento en el que se sentía tan perdido, le pidió entre lagrimas que no le dejara… y no lo izo…

Cuanta decisión vio en su ojo… y cuanta pasión le despertaba ahora el recordarlo.

- HHAAAAHHH!!!- con un fuerte y rápido movimiento, destruyó noventa obstáculos, haciéndolos polvo.

Se hincó en el suelo y respiró forzadamente con la boca abierta al estarse moviendo tan rápido durante tantas horas, sintiendo como sus brazos se acalambraban, como sus músculos tensos comenzaban a arderle y miró con semblante enfadado como sus manos empezaban a temblar.

No debía detenerse, tenía que seguir luchando! Si caía ahora, nunca más seria capaz de verle a la cara a Masamune, dejaría de ser su digno rival y deshonraría el nombre de su honorable señor!

El dragón ya había echo tanto por él, tenía que demostrarle que sus palabras de aliento no habían sido en vano!

Por los verdaderos adversarios también se puede sentir simpatía.

A su mente llegó la voz de Oyakata-sama al recordar aquel lejano momento en donde él y Masamune se enfrentaron al entrenamiento del clan Takeda, provocando que cerrara con fuerza sus ojos al ver las vividas imágenes.

¿¡Vas a permitir las burlas de un amigo mientras que tú terminas de esta forma, Yukimura!?

- No, no he terminado… - repitiendo aquellas palabras, ignoró el calambre en su cuerpo y apoyándose de sus lanzas, se levantó con una ardiente llama de determinación creciendo en su corazón. La imagen de Masamune sonriéndole en sus batallas provocó que su corazón latiera con fuerza- AUN NO HE TERMINADOOO!!!! – una aura ardiente le rodeó y una gran cantidad de energía salió de su cuerpo y de sus lanzas al lanzarse con rapidez hacia los obstáculos que le quedaban, provocando que estos se desintegraran rápidamente por el calor y que el techo del dojo saliera volando por tanta energía contenida que explotaba de una sola vez.

Luego de que terminara su ataque, respiró agitadamente pero ahora en su rostro ya no había ningún rastro de cansancio.

No olvides esas palabras Yukimura, continúa luchando hasta que tus huesos se conviertan en polvo!

- AAAHHHH!!! OYAKATA-SAMAAAAA!!! MASAMUNE-DONOOOO!! AHORA YA HE PREPARADO MI CORAZON!!! HUUUAAAA!!!!

El fuego rodeó su cuerpo y levantó sus lanzas sobre su cabeza al sentir la adrenalina correr por sus venas y el fuego arder en su alma reconstruida. 

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Desde las afueras de la mansión Takeda, Maeda Keiji caminaba contento hacia el interior de la mansión con una bolsita entre sus manos y con su pequeño mono sentado sobre su hombro, escuchando feliz el alegre silbido que el vagabundo entonaba, pero su silbido se detuvo abruptamente al ver y sentir una fuerte explosión en una parte de la mansión de Kai, haciéndolo ver con asombro un especie de tornado de fuego que llegaba hasta las nubes después de consumirse con lentitud.

- Wow, parece que nuestro tigre ha despertado con mucha energía!-sonrió con alegría el vagabundo, terminando el trayecto hasta la mansión con una rápida corrida, ansioso de ver el desastre que ese ataque había provocado.

En cuanto llegó a la parte trasera de la mansión, se rió con fuerza y emoción al ver que del dojo ya solo quedaba el piso, dejándose ver en el centro al tigre con los brazos extendidos hacia el cielo mientras respiraba con agitación.

Como lo esperaba, a su lado pronto llegaron soldados y guerreros al ver la causa te tal estruendo, y a pesar de el gran desastre que había, estos exclamaban con asombro y alegría al ver a su señor tan lleno de vitalidad después de estar tanto tiempo sumido en la tristeza.

- Oi Yukimura! Si sigues así terminarás destruyendo la mansión!! Mejor ven conmigo que te he traído dulces!!!- le gritó Keiji con su mano cerca de su boca para aumentar el volumen, provocando que el tigre se diese vuelta a mirarlo con algo de vergüenza al ver lo que su pasión había provocado.

Luego de que Yukimura hubiese prácticamente desaparecido el dojo, ambos guerreros se fueron a cambiar y se reunieron en las afueras de la habitación en la que se quedaba el mayor, observando como el sol comenzaba a ocultarse entre las copas de los arboles.

Keiji no dejaba de reírse al recordar como el tigre se disculpó mil veces con su gente al saber que tendrían que reconstruir el dojo, divirtiéndose mas al ver como las mejillas de este se sonrojaban con facilidad por la vergüenza.

- Pero sí que dejaste ese lugar hecho polvo ajajajaja, pero dime, qué te impulso a descargar tremenda energía?- le preguntó mientras tomaba sake y le miraba atento, viendo como el joven tigre colocaba una mirada diferente.

- Todo se lo debo a Oyakata-sama y a Masamune-dono- apretó sus manos sobre la tela de su ropa- Gracias al recuerdo de mi señor y a la confianza de Masamune-dono, siento que me encamino nuevamente por mi sendero- levantó sus puños frente a su rostro que mostró la determinación, pero luego bajó la mirada con inquietante lentitud- Solo me gustaría que Oyakata-sama pudiese verme ahora… quisiera que en sus últimos minutos no me hubiese visto de la forma en cómo lo izo.

El recuerdo de sus lagrimas cayendo sobre el rostro de su señor agonizando le atormentó, provocando que cerrara los ojos, intentando alejar esa imagen de su cabeza.

Keiji le miró con atención, compartiendo parte de aquel sentimiento.

- Se cómo te sientes Yukimura… sé lo que es perder a la gente que amas- sonrió con nostalgia y levantó su mirada al cielo, siendo atentamente visto por el menor- Es por eso que ahora peleo para poder proteger a la gente que amo, para que podamos vivir en un mundo lleno de paz… seguiría peleando por mis sueños incluso sin mis armas- los ojos del tigre se abrieron sorprendidos.

Yukimura, algún día bajarás tus lanzas, pero incluso entonces debes seguir blandiendo las lanzas de tu alma para aquellos que creen en ti hasta el día en que mueras.

- Oyakata-sama…

- A pesar de que tus seres queridos se van de tu lado…- Keiji se giró nuevamente para ver al menor-…siempre aparecerán otros. Para que ellos se mantengan junto a ti, tienes que protegerles. Takeda Shingen no está, pero, tienes a otras personas que proteger, no?

- Personas que proteger?- de inmediato a su mente vino la imagen de Masamune y Sasuke, seguido de la gente común que vivía en el pueblo- Y-yo… claro que hay  gente que deseo proteger- gira su vista hacia el suelo, apretando con fuerza sus puños. Keiji sonrió con más ánimo.

- Tienes que saber que hay gente que piensa en ti cuando desean proteger a alguien.

- Eh?- miró al más alto- En mi?

- Claro- Vuelve a mirar el cielo aun con su sonrisa alegre- A pesar de que él siempre piense en peleas y parezca que no le importa mucho el resto, cada vez que habla de ti o escucha tu nombre la energía alrededor suyo es más cálida. Logras que coloque una cara de felicidad…- se gira a ver al tigre- Es del tipo de persona que haría lo que fuera por alguien que ama.

- Que ama? D-de quien habla?- Yukimura no sabía bien de quién hablaba el vagabundo, pero no pudo evitar pensar que podría ser de Date Masamune.

- Je, creo que tú lo sabes bien!- colocó una de sus manos sobre los cabellos del menor, revolviéndoselos con fuerza- Ya que tu también pareces sentir lo mismo por esa persona!

- Sentir lo mismo!?- su rostro enrojeció. El solo sentía eso con Masamune; podría ser que el otro le estuviese diciendo que el sentimiento era mutuo…?- Maeda-dono… dice que ese sentimiento… el hacer lo que fuese necesario por una persona… es por amor?- su rostro cada vez  se colocaba más rojo.- Aquello es amor?- Avergonzado por la pregunta, bajó la mirada y comenzó a retorcer y estrujar la tela de su manga con nerviosismo.

- VaYa, sí que es lindo, no me sorprende de que Dokuganryuu esté tan loco por él…- pensó Maeda con una leve sonrisa en los labios. Quitó su mano de su cabeza y comenzó a reír, llamando la atención del menor.- Claro que es amor! bueno, el de ustedes es un amor más intenso.

- De-de quién habla?- le miró de reojo, aun nervioso y sonrojado por el tema de conversación.

- Jejejeje- pero el vagabundo solo se rió pícaramente, aumentando la curiosidad en el otro.

- Maeda-dono!!- le reprochó al entender que este no le respondería.

- Lo siento Yuki! Pero si digo una palabra más las cosas no serian tan divertidas, no?- le preguntó con picardía.

- Eh? Divertidas?-giró levemente la cabeza hacia un lado como un inocente cachorro, provocando que el mayor soltara un grito emocionado al ver lo lindo que lucia.

- AAAHH KAWAII!! YUKI-KUN ERES MUY MONO!!!- y de un solo movimiento atrajo al menor hasta su cuerpo, apretándolo fuertemente en un abrazo, pero dejó de estrujarlo tanto al sentir como el otro se quejaba de dolor.- Yuki? Acaso estás lastimado?

- N-no… bueno, me duele algo la espalda, tal vez debí hacerle más caso a Sasuke con respecto al entrenamiento- dijo con algo de vergüenza, ya imaginándose al shinobi reprendiéndolo por su falta de conciencia.

- De veras? Oh! Entonces déjame ayudarte! Se dar unos muy buenos masajes que te aseguro te dejarán como nuevo!

- Eh? Masajes?

- Sí, sí!!- cada vez parecía más entusiasmado con la idea- Después de eso te sentirás mucho mejor!! No querrás que Dokuganryuu te vea tan magullado a su regreso, verdad?-tomó la muñeca del tigre y comenzó a arrastrarlo hasta su habitación- Vamos, vamos!!!

- AAhh! N-no! Espere Maeda-dono!! De verdad no es necesario!! No deseo molestarlo! Solo descansaré un poco y luego…!!!

- No es molestia!! Además tómalo como una forma de agradecerte por dejarme quedarme aquí!!

Y con una gran sonrisa, Keiji introdujo al confundido tigre a la habitación, cerrando con rapidez el Shoji al haber logrado meter al tigre finalmente dentro.

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En unas tierras más alejadas, el escenario de soldados del otro bando esparcidos por el campo de batalla traía alivio al dragón de un solo ojo, quien descansaba sentado en un tronco caído después de que el combate hubiese acabado.

Su obvia victoria por fin se había visto finalizada. Con unos cuantos soldados heridos pero no de gravedad, se sentía finalmente satisfecho al haber acabado bien con ese teatro. Como lo sabía, el jefe de ese ejército no era más que un hablador que apenas le alcanzaba para tener un pequeño e insignificante pedazo de tierra que tampoco llamaba su atención. Mejor así; liberó a esa pobre gente de un idiota que se llevaba hombres a una muerte segura.

- Hittou! Ya hemos revisado a los caídos, aun quedan sobrevivientes el otro ejercito! Que quiere que hagamos con ellos?-preguntó entre jadeos uno de sus hombre al haber llegado corriendo hasta su posición.

- Si lo desean que se unan a mi ejército, si no, déjalos ir. Ya no tienen a un enclenque hablador que abuse de ellos.

- Si Hittou!

Masamune observó a su soldado marcharse y un sonoro y fastidiado suspiro salió de sus labios.

No importaba cantas veces peleara ni con cuantos enemigos diferentes se encontrara, ninguno de ellos le hacía perder el control tanto como lo hacía Sanada Yukimura.

Podría enfrentarse a personas más fuertes que él, a personas con más experiencia, a personas más importantes, pero a su vista nadie superaba la ardiente alma que ese joven tigre portaba con orgullo, nadie movía esas lanzas con tanta rapidez y con tanto calor, nadie tenía esos chispeantes ojos llenos de sueños, ni nadie tenia es cálido, puro y fuerte corazón que todo guerrero debía de tener. No, nadie más era así y se sentía dichoso al saber que su corazón se había fijado en un joven como lo era el tigre de Kai.

Deseaba verlo con toda su alma… solo esperaba que a su regreso ya se encontrase mejor y si no lo estaba él se encargaría de seguir apoyándolo.

Con el joven guerrero ocupando su mente, se levantó de su posición y caminó hacia su segundo al mano, quien parecía estar dando órdenes a sus soldados.

En cuanto Kojuurou le vio acercarse, se dio vuelta a verle.

- Masamune-sama, muchas felicidades por su nueva victoria!- dio una leve inclinación pero levantó la mirada al escuchar como el otro chasqueaba la lengua.

- No le llames a eso una victoria, más bien fue un chiste-dijo al mismo tiempo que se cruzaba de brazos- Ese pelele ni siquiera me izo sudar ninguna sola gota.

- Era de esperarse de Masamune-sama- Kojuurou sonrió internamente al ver la mirada ansiosa que tenía el otro- Si lo desea, podemos regresar a Kai esta misma noche. No estamos lejos de sus tierras, a paso radio nos tomara solo un par de horas.

- Ja, creí que no lo dirías nunca!- ahora su rostro aburrido cambio por una satisfecha sonrisa, sintiendo la adrenalina correr por sus venas con el solo hecho de pensar de que podría ver a su tigre nuevamente.

- En cuanto reagrupemos a los soldados daré la orden para que regresen a Oshuu, luego partiremos a Kai.

- No es necesario que vengas conmigo Kojuurou.

- Uno de mis deberes es siempre estar a su lado, Masamune-sama- el dragón sonrió de lado.

- Bien, como gustes- se dio la vuelta con un humor renovado- Solo has que se apresuren para que regresen!

Kojuurou observó a su señor alejarse y sonrió.

Realmente le sorprendía ver el gran cambio que había sufrido en esas semanas. 

 

Durante la persecución en la que se vio enfrascada el ejército de Oshuu, Masamune no mostró ningún interés ni deseos por pelear, mas bien, se le veía enfadado e intolerante a cualquier cosa y ahora que sabía que podría regresar al lado de ese hombre, su rostro y la energía a su alrededor había cambiado por completo.

- Masamune-sama, sabrá usted que cuando piensa o está con él, su expresión se va suavizando…?

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En el momento en que Maeda Keiji se proponía algo, no lo abandonaba hasta haber cumplido con su deseo, por eso al joven tigre le costó tanto intentar en persuadirlo, cayendo horas mas tardes finalmente en el extraño capricho que este comenzaba a tener.

Prendiendo un par de velas al ver como la noche caía rápido en las tierras de Kai, Keiji le dijo a Yukimura que se tumbara en el suelo para así poder dar inicio con sus masajes en la espalda. El tigre, aun algo dudoso, le obedeció, colocando ambas brazos por delante para poder apoyar su mentón mientras que el otro comenzaba con su tarea anti impuesta, desacomodando un poco la yukata de los hombros del otro para tener acceso directo con su piel.

Después de unos sonidos de quejas por parte del más joven, de un Yumekichi entretenido con el pelo del tigre y las risas del mayor que comentaba lo tenso que estaba, inevitablemente la conversación dio un giro hacia el dragón de Oshuu, siendo un tema puesto por el mismo Yukimura, quien a pesar de intentar pensar en otra cosa, no podía quitar su mente de ese hombre y preguntarse si estaría bien.

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Cuando los últimos rayos de sol se escondían entre los cerros, el sonido de dos caballos entrando a las tierras de Kai provocó alerta en el shinobi que vigilaba los alrededores, pero volvió a guardar su arma cuando vio que quien se acercaba no era más que Date Masamune y Katakura Kojuurou.

- No pudiste siquiera esperar al día siguiente para regresar con la luz del día- sonrió con resignación al ver la sonrisa que llevaba el dragón junto a ese intenso brillo en su ojo- Será mejor que le avise de su llegada.

Y de un solo salto, el ninja desapareció, dejando a los dos visitantes acercarse con confianza hasta la mansión Takeda.

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- Maeda-dono…- se colocó un poco rojo con tan solo pensar en lo que diría- Como uno puede saber si… está enamorado?

Repentinamente los movimientos del masaje que hacía el vagabundo se detuvieron, centrando su mirada en la cabeza del tigre al no poder ver su rostro. Maeda sonrió conmovido al ver las orejas rojas de su compañero, dándole a entender que su rostro estaba en la misma situación.

- Bueno, es algo complicado, creo que cada persona se siente diferente cuando está enamorada- susurró con una sonrisa mientras miraba hacia arriba con una sonrisa como si recordara algo.

- Usted alguna vez ha estado enamorado?

- Eh? Bueno… -coloca una sonrisa algo triste- si, lo he estado, pero fue hace mucho tiempo.

- Hace mucho tiempo?-voltea el rostro para mirarle- Y qué sucedió?

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Los guardias que custodiaban la entrada, al ver quien se acercaba a la fortaleza, le dejaron el paso libre al obtener anteriormente órdenes del Shinobi de dejar entrar al comandante de Oshuu.

Masamune pasó con su caballo y fue recibido por otro soldado quien se lo llevaría a las caballerizas.

El dragón sonrió al ver frente suyo la gran mansión y con una mirada emocionada y decidida, fue él mismo en busca del tigre, sintiéndose en plena libertad de andar caminando solo por ahí al ya conocer el lugar casi de memoria.

- Masamune-sama, no deberíamos esperar a que apareciera Sanada o Sarutobi?

- De qué hablas Kojuurou? Sanada Yukimura me ha dado el libre permiso de venir cuando lo desee, le agrego a esa libertad el hecho de poder llegar y entrar, además no esperare a que ese mono ninja llegue para conducirme a un lugar que ya conozco!

- Pero, Masamune-sama…!

El otro no le escuchó y siguió avanzando con pasos impacientes, caminando directamente hacia la habitación del menor.

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- Ella murió- susurró el vagabundo sin borrar esa sonrisa nostálgica de su cara. Enseguida el menor se sentó para mirarle apenado.

- Lo siento mucho Maeda-dono… yo… no lo sabía… no quería hacerlo sentir así…-Keiji volvió a sonreírle como antes y empujó nuevamente al tigre al suelo para seguir con su trabajo.

- Tranquilo, fue hace mucho tiempo, además, aun la recuerdo con mucho cariño, ella me acompaña a donde sea que vaya. Además, aun hay mucha gente que quiero y deseo proteger-  Yukimura solo se quedó en silencio, pensando en lo fuerte que era el vagabundo al ser una persona tan alegre a pesar de haber perdido a alguien que amaba. Inevitablemente, la imagen de Takeda Shingen sonriéndole le invadió la mente.

Él tenía que seguir ese ejemplo, él tenía que seguir siendo la persona que era y no hundirse en un pozo sin fondo, tenía que demostrar esa fortaleza y seguir adelante por aquellas personas que le apoyaban y querían!

- Y por qué me preguntas eso?

- Eh?

- El cómo saber si uno está enamorado- le sonrió con picardía, provocando que el otro se colocase nervioso.

- Bueno yo… solo tengo curiosidad!

- Hmmm- pareció pensarlo un momento- bueno, creo que uno sabe cuando está enamorado cuando sus pensamientos solo piensan en esa persona,  cuando desea estar todo lo posible a su lado y que cuando lo está se siente el ser más feliz e importante del mundo!- sonrió ampliamente al ver como el tigre le miraba con ojos iluminados- Eso podría llamarse amor! el sentimiento más puro de todos!

- OHH!! Maeda-dono!!! Admiro la capacidad que tiene para expresarse tan bien!!- gritó eufórico el tigre, sintiendo como su corazón latía con pasión. Keiji no izo más que reírse con fuerza para después volver a empujar al otro, colocándose arriba de él para seguir con el masaje y evitar que se alzara a cada momento.

- Si pero quédate quieto Yuki!

- Lo siento Maeda-dono! Es que ha conmovido mi alma! De verdad es el amor algo tan importante?

- Claro que sí! el amor lo puede y lo mueve todo! Creo que ese es el sentimiento más hermoso que existe. Cuando uno se enamora y ese amor es correspondido es cuando ya se puede morir tranquilo!

Yukimura iba a hablar nuevamente por las palabras del otro, pero el deslizamiento de la puerta de la habitación le izo voltear la vista, encontrándose con su ninja que les miraba a ambos con los ojos abiertos de par en par, con un ligero tic en las cejas y con una vena que comenzaba a crecer en su frente.

- Q-qué está pasando aquí!?

La imagen de un Keiji sentado sobre las caderas de su señor, que yacía acostado de estomago en el suelo con la parte superior de su yukata fuera de lugar, mostrando toda su espalda y hombros que eran tocados tranquilamente por el vagabundo le provocaron una cólera nerviosa.

- Sasuke! Ya llegaste! Salió todo bien con las rondas?- preguntó el menor con naturalidad, como si ahí no estuviese pasando nada.

Sasuke estuvo a punto de empujar a Maeda al suelo con una sola patada, pero se alarmó al recordar porque estaba ahí.

- Danna! Eso ahora no importa! He venido para decirle que…!

 

- Oi! Ninja mono! Has visto a Yukimura!?- el llamado de Date Masamune solo izo que su cabello se erizara, girando con rapidez su cabeza hacia el dragón quien caminaba hacia él por el pasillo con un rostro receloso, como si no encontrar al menor por ninguna parte le pusiese de mal humor.

- Shimatta!- susurró Sasuke con un nerviosismo mayor, mirando la escena dentro de la habitación, que permanecía intacta, para después girar la vista rápidamente hacia el comandante de Oshuu que se acercaba cada vez mas.- Maeda! Será mejor que te quites!!!- les susurró con nervios, pero se puso aun más nervioso al ver como el vagabundo solo le sonreía ampliamente.- p-pero que pretendes….!?- Maeda se estaba entregando al suicidio!

- Fui a buscarlo a su habitación pero no lo encontré- volvió a decir Masamune, ya llegando a un lado del Shinobi- dime donde está o si no yo…!

Al colocarse a un lado del ninja, el ojo de Date Masamune buscó la fuente de luz de esa habitación y lo que vio en ella provocó que sus palabras muriesen en sus labios y que se quedara rígido como una piedra.

Ahí estaba SU tigre acostado en el suelo con ESE hombre arriba de SU cuerpo tocando con esas manos la piel que el reclamaba como SUYA.

- Kisama…- susurró el comandante de Oshuu, apretando con demasiada fuerza sus puños cerrados.

- Masamune-dono!

Le llamó Yukimura con asombro y alegría, brillando intensamente sus ojos al verle, pero al parecer el brillo no fue suficiente para llamar la atención del dragón, ya que este tenía su mirada fija en el vagabundo que se atrevía a sonreírle tontamente, tentando peligrosamente con su vida.

- Hola Dokuganryuu! Espero que hayas traído unos dangos para mí y Yuki-chan como prometiste!

Si, iba a masacrarlo!

Los fuertes pasos del dragón ni siquiera alertaron lo suficiente al resto al ver como Masamune tomaba con furia el cuerpo de Keiji y lo alejaba de Yukimura con un fuerte golpe en su quijada que lo mandó lejos.

 - MA-MASAMUNE-DONO!?-preguntó el menor alarmado al no comprender qué sucedía.

El dragón le ignoró y avanzó la poca distancia que le separaba del más alto que permanecía aturdido en el suelo, levantándolo tan solo un poco para volver a encestarle un nuevo golpe en el rostro junto con otro en su estomago, mandándolo metros más atrás y rompiendo una de las puertas corredizas en el camino.

- Masamune-sama por favor deténgase!!- gritó Kojuurou al llegar y ver lo que estaba sucediendo, pero ni a él le escuchó.

El dragón, aun con ira en su ojo y no satisfecho aun, volvió a agarrar a Keiji para darle un fuerte rodillazo en el estomago, para luego tirarlo al suelo con violencia, colocándose arriba de él para así comenzar a darle golpe tras golpe en el rostro del otro que a duras penas alcanzaba a bloquear con sus brazos  por la gran y violenta velocidad que eran dados.

- TE VOY A PARTIR LA CARA MALDITO PERVERTIDO DE MIERDA!!!

Luego de tanto golpe que iba hacia cualquier lado, Masamune agarró nuevamente a Keiji de su ropa para mantenerlo frente suyo, levantó su puño dispuesto a encestarlo en la cara del otro, pero su trayecto fue detenido por Yukimura quien le agarró el brazo antes de que el certero golpe llegara a su destino.

- Masamune-dono por favor ya basta!!! Está lastimando seriamente a Maeda-dono!!!- lo tiró hacia él para alejarlo del mas alto quien permaneció tirado en el suelo.

- NO ME DETENDRÉ HASTA DEJARLE LA CARA DESFIGURADA!-gritó un colérico dragón, con sus celos ya fuera de control.

Keiji estaba tan sorprendido que aun no alcanzaba a reaccionar pese a los golpes. Simplemente la furia del comandante de Oshuu lo agarró desprevenido, pero escuchar ahora a Yukimura intentando ayudarle le izo finalmente darse cuenta de por qué Date Masamune iba a matarlo.
Había sobre pasado los limites que el dragón impuso para con el tigre. Debió haber sabido que ese plan era mala idea.
Había comenzado con ese masaje solo para ayudar al menor y sin ninguna mala intención, pero luego de ver al ninja llegar y entender que Dokuganryuu había llegado a Kai, formuló ese plan suicida en ultimo minuto, por eso no pensó que su traviesa broma le iba a costar unos dientes menos y rápidamente se dio cuenta de su error al imaginarse a él arriba del tigre y tocándole frente a las narices del demonio azul.

Si, definitivamente estaba muerto o pronto lo estaría ya que el rostro del dragón estaba completamente desfigurado por la furia. Nunca antes lo había visto así! Ni siquiera cuando se enfrentaron nuevamente a Oda!

- LO VOY A MATAR!!! SE LO ADVERTI! SABIA QUE SI TE HACIA ALGO YO…!!!

- MASAMUNE-DONO DE QUE HABLA!? MAEDA-DONO NO ME IZO NADA!!!

Pero las palabras del tigre parecían no llegar a los oídos del otro, quien de un fuerte empujón tiró a Yukimura al suelo, reanudando su camino hacia Keiji quien tembló al ver su mirada.

- Masamune-dono!! Por favor!- Yukimura se levantó con rapidez antes de que su ninja le ayudase y se interpuso entre los dos involucrados, agarrando con más fuerza el brazo del otro, quien se movía bruscamente al querer separarse para seguir con los golpes- POR FAVOR PERDONEME!

Un sonoro y seco sonido cruzó la habitación, dejando ya el ruido de la pelea y las palabras mudas.

El rostro de Masamune estaba volteado hacia un lado con la mejilla izquierda enrojecida y el puño de un triste y nervioso Yukimura alzado en el aire.

Sasuke y Kojuurou, quienes habían quedado sorprendidos mirando la escena desde la entrada, dudaron de cualquier movimiento que hubiesen dado para detener la pelea, pero ahora ni siquiera Kojuurou intentó hacer algo. Sabía ya que ahí simplemente no se podía meter.

- Masamune-dono…- susurró Yukimura con el rostro acongojado, bajando su puño y apretándolo con fuerza al ver que el otro no se movía- Por favor… perdónem…!

No alcanzó a decir ninguna palabra más al ver como el dragón, sin siquiera mirarlo, se daba la vuelta y se marchaba con rapidez de la habitación, dejando la estancia en completo silencio.

El tigre, sintiendo como su corazón se apretaba, miró el suelo con impotencia y tristeza, no sabiendo qué hacer en esos momentos al no entender el por qué Masamune había reaccionado de aquella manera tan violenta.

Sasuke y Kojuurou se quedaron parados en la puerta viendo con horror como había quedado el rostro del vagabundo todo magullado y como Yukimura parecía más confundido que nunca al no saber si ayudar a Keiji o salir corriendo tras el colérico dragón.

- Maeda, tu labio está sangrando - dijo el ojo derecho con normalidad, provocando que los pensamientos del más joven se detuviesen al voltear preocupado para comprobar el estado del vagabundo.

- Ma-Maeda-dono está bien!?-preguntó el tigre para después darse vuelta a mirar el lugar por donde se había marchado el dragón con obvia intranquilidad.

- Notesh pecupesh Yukimuda estoy bnen- “mencionó” apenas Keiji al tener todo el rostro hinchado por los golpes, provocando que el menor le mirase con culpa.

- Iré por agua fría! Por favor quédese aquí!- y con esas palabras, Yukimura salió de la habitación, sin antes mirar la otra dirección que había tomado el enfadado dragón.

Sasuke estaba sorprendido por todo lo sucedido. Nunca antes había visto tal furia en las facciones de Dokuganryuu. Realmente parecía estar decidido en arrancarle la cara a Maeda, que el único error que había cometido era tocar un poco más de la cuenta justo cuando el dragón hacia acto de presencia. Aquello ya era muestra suficiente de que Date Masamune mataría a quien fuese que pusiese una mano sobre su Danna.
Un temblor pasó por la espalda del ninja al darse realmente cuenta de lo que eso significaba para él.

- Cielos… eso me pasará a mi si él se entera de lo que he hecho con mi Danna…-susurró con algo de espanto el shinobi, asustándose al ver como el ojo derecho del dragón se daba vuelta a mirarlo con la boca abierta, al parecer, escuchando y comprendiendo sus palabras- E-E-Eh no es eso! Jejeje, Katakura-dono no me haga caso! Jejeje-cada vez lucia mas sospechosamente nervioso.

- Será mejor que ayudemos a Maeda- ignoró el nerviosismo del ninja con algo de recelo y fue hacia el mal herido.

- Eh? No irá detrás de su señor?

- En estos momentos será mejor dejarle solo…

Después de que ayudasen a Keiji con las heridas y de que Yukimura limpiase la sangre con el balde con agua que había llevado, Sasuke comenzó con las curaciones.

Kojuurou le ayudaba de vez en cuando pasándole los implementos y Yukimura solo estaba sentado junto a ellos con las manos apretándola tela de sus rodillas, con la cabeza gacha y los labios fuertemente apretados.

Keiji, quien tan solo se reía despreocupadamente cuando Kojuurou decía algún comentario de que tenia suerte de seguir con vida, se dedicaba a ver al menor con una sonrisa enternecida.

- Yukimura, creo que se me olvido mencionarte algo.

-Eh?- el menor levantó la mirada sin entenderle.

- Cuando uno se enamora…- sonrió con un par de dientes menos- también llega a demostrar claras señales de celos al ver que la persona que ama está con otra- Yukimura le miró sorprendido-  Esto es prueba suficiente, no te parece?- preguntó el vagabundo con una sonrisa amistosa, pero quejándose al sentir como el ninja le desinfectaba una herida que había en su cabeza. – Jejeje, después de todo creo que el golpear a una persona por celos demuestra los verdaderos sentimientos que se tienen guardados o no?

Los ojos del menor se abiertos de par en par para mirar al otro con sorpresa y vergüenza, tiñéndose furiosamente sus mejillas de rojo al creer comprender sus palabras y ver que Sasuke y Kojuurou escuchaban atentamente lo que el otro decía.

- M-Maeda-dono! No diga eso! Y no se ría, no es divertido! Salió muy lastimado!

- Naah, no te preocupes, he estado peor. Ciertamente, creía que me mataría asi que estoy feliz de que no lo hiciera-dijo nuevamente con una gran sonrisa, provocando que el tigre le mirase con vergüenza y culpa.- Cuando te hablaba de esa persona, de que haría lo que fuese por la gente que ama, me refería a él Yuki, a Date Masamune.

- Qué!?- ahora la sorpresa y el rostro sonrojado creció al doble, mareándose levemente al sentir como sus palpitaciones se aceleraban en tan solo un segundo al  pensar que esas palabras pudiesen ser verdaderas.

- Sanada, yo más que nadie conoce a Masamune-sama- dijo Katakura, dejando de lado el labor de curación para centrarse en el menor- y a pesar de que me dije a mi mismo que dejaría que todo tomase su curso natural, mi señor ya está en su límite. Nunca antes lo había visto actuar de esa manera frente a una situación semejante y a pesar de que no hablaré por mi señor, creo que usted debería tomar cartas en el asunto.

- Tomar cartas… en el asunto?- preguntó el menor con duda, no sabiendo muy bien a qué se refería el otro. Sasuke, al obviar la ingenuidad de su señor, se obligó a traducir las palabras del ojo derecho.

- Taisho…-dejó a Maeda y se sentó a su lado, mirándole con una cálida sonrisa.- Lo que quiere decir es que usted tiene que hablar con Dokuganryuu, tiene que expresarle lo que siente por él antes de que alguien más salga herido- dijo eso ultimo pensando mas en su propia vida.

Yukimura la miraba con sus grandes ojos cafés, callado, procesando los hechos y el rostro se le puso furiosamente rojo al ver que ya todos conocían su secreto, aquel secreto que hablaba de aquel descubierto amor que sentía por Date Masamune.

- Sasuke…-le llamó con duda y con sus ojos algo cristalizados- Pero que ocurre si… no me corresponde?

- De que hablas Yuki? Claro que te corresponde! O acaso necesitas ver una masacre masiva para comprobarlo?- le dijo Keiji para después reíste con fuerza al imaginarse a Masamune con cara de un Oni destruyendo todo con sus garras.

El tigre parecía ponerse cada vez más nervioso; se mordía el labio y se apretaba con fuerza las rodillas entre sus manos, a la vez que miraba de vez en cuando el lugar por donde su amado se había marchado.

Un cálido toque en su mano derecha le izo voltear, encontrándose con el rostro de su ninja quien le daba ánimos con su mirada, indicándole en silencio que todo iba a salir bien.

El rostro del menor mostró una sonrisa temblorosa que parecía estar a punto de ser acompañada por lágrimas.

Sasuke siempre sabía como ayudarle y levantarle el ánimo sin siquiera expresar ninguna palabra.

Sonrió agradecido y feliz.

- Sasuke… no se qué haría sin ti- le dijo con emoción contenida, provocando que su ninja se riera quedamente con un leve sonrojo en sus mejillas.

- Para eso existo Taisho, para ayudarle en lo que sea.

El repentino movimiento del tigre sorprendió al shinobi al ver como el menor se abalanzaba hacia él y lo abrazaba con fuerza, hundiendo su rostro entre los cabellos de su ninja.

Sasuke, algo sorprendido, atinó apenas a corresponderle el abrazo. 

Sentía como su corazón latía con fuerza, temiendo que el menor le sintiera, pero su asombro creció al sentir la tibia respiración del tigre sobre su oído.

- Llámame Danna… por favor Sasuke, sigue llamándome siempre de esa manera- le abrazó con más fuerza, acrecentando cada vez más el asombro en el otro- Gracias por sentir eso por mi… sin ti, realmente estaría perdido.-le confesó en un susurro para que solo él le oyese.  

Los ojos del shinobi se abrieron a más no poder, sintiendo que en cualquier momento todo su entrenamiento, toda su experiencia como shinobi, caía derrumbada al suelo como una muralla de piedra que había sido demolida.

Sin dudarlo más correspondió con fuerza al abrazo y ahogó su llanto contra el cuello del menor, sonriendo al saber que su Danna siempre lo supo… que realmente, no era tan despistado como creía y que ese mote que le tenía puesto, significaba otra cosa para ambos.

A pesar de que ese tigre estaba enamorado del capitán de Oshuu, sabía que dentro de ese enorme corazón también cabía él, y al parecer ocupaba un puesto muy cerca del dragón.

Juró que siempre estaría a su lado, que siempre le protegería, le cuidaría y daría su vida por él. Era feliz con eso, con el solo hecho de poder verle todos los días y compartir su vida diaria uno al lado del otro, pero ahora, si es que era posible, era más feliz que antes. Ahora al saber que el tigre conocía su corazón, podría morir tranquilo.

Con un fuerte suspiro, apartó suavemente a Yukimura de su cuerpo, mirándose ambos con sonrisas que solo ellos entendían. Sasuke se rió quedamente solo de los nervios.

- Vaya pronto antes de que su dragón se le escape… Danna.

Yukimura le sonrió y asintió firmemente con la cabeza. Retiró lentamente las manos de los hombros de su ninja para luego tomar las de este entre sus manos, apretándolas con fuerza, y luego de unos momentos mirándose, se levantó y salió corriendo en busca de Masamune.

Keiji solo observaba todo con una sonrisa satisfecha. Después de todo su plan había funcionado mucho antes de ponerlo en práctica. El que Date Masamune llegase justo en ese momento fue crucial para la joven pareja y a pesar de haber terminado tan magullado y moreteado, valió la pena. Estaba contento de poder haber ayudado, aunque aquello significase que de ahí en adelante tendría que estar con Yukimura a tres metros de distancia y bajo la constante y amenazante mirada del dragón.

Rió con nervios al recordar esa escalofriante mirada.

Kojuurou solo observaba con intensidad al shinobi, quien no dejaba de mirar el rumbo que había tomado el tigre. Después de unos instantes, se levantó y decidió acercársele, colocando una de sus manos en el hombro del ninja, provocando que este levantase la mirada para verle.

- Se lo que sientes Sarutobi, créeme que lo sé.-Sasuke le miró con sorpresa al oír sus palabras.

- Acaso usted también? Usted siente algo por… Dokuganryuu?-preguntó con asombro el ninja en un susurro, sin poder creerse que el ojo derecho de Oshuu estaba en su misma situación y no lo había notado.

- No precisamente de Masamune-sama.

Los significativos ojos del segundo dragón le dieron a entender a Sasuke de quién hablaba precisamente, sintiendo a continuación como sus mejillas enrojecían con fuerza al ver la intensidad de esa mirada.

Rápidamente desvió el rostro y suspiró.

- Katakura-dono… sabe usted que yo…

- Lo sé y lo respeto-levantó su mirada, concentrándola en el camino que los más jóvenes habían tomado- Las cosas no siempre salen como uno lo quiere.

- Se equivoca…-susurró el ninja con una cálida sonrisa, sintiendo como Kojuurou le miraba atento- Han salido mejor de lo que me esperaba…-bajó sus ojos y miró sus manos, sintiendo aun la calidez y tibieza en ellas por el tacto del tigre.

El otro solo le sonrió discretamente al entenderle.

- Me alegro…

Notas finales:

- “shimatta“: significa “¡mierda!” o “¡maldición!”.

- “kisama“: significa “tú”, de la forma más insultante que pudiera decirse.

- "Oni" es como se le llama a un demonio.

y creo que Kawaii ya todos lo saben, si no, significa bonito o adorable!

los recuerdos que tiene Yukimura de la pelea en la que participaron el y masamune en kai es del segundo ova! :)

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