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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

aquie el siguiente capitulo! :D

les dejo un link de youtube de un video de Masamune y Yukimura que he echo :) espero lo vean y les guste!

http://youtu.be/FoJ9FoPpjTE

y espero tambien que les guste la continuacción!

Abrió los ojos lentamente con una agradable sensación de paz en su interior, viendo por entre el shoji una intensa luz que conseguía internarse en la habitación a través del papel de arroz, comprobando que la lluvia había desaparecido, dando lugar a lo que pensaba era un hermoso e inusual día soleado en aquella época invernal.

Sonriendo aun con cara de somnoliento mientras tallaba sus ojos semi cerrados. Intentó levantarse pero un protector brazo sobre su cuerpo y una aguda punzada en su parte trasera le provocaron un fuerte calor en las mejillas al recordar quien le abrazaba acostado tras su espalda y por qué le dolía tanto ahí abajo.

- Hmm… Yukimura…- susurró el dragón aun con su ojo cerrado, atrayendo aun más el cuerpo del menor hacia el suyo para así poder besar su cuello expuesto- Good Morning…
 

El escucharle susurrar de aquella manera sobre su oído solo provocó que el cuerpo del tigre se tensara y que sus mejillas, que de por sí ya estaban rojas, le hiciesen sentir un intenso calor.

- O-Ohayo Masamune-dono… AAAH!- se sorprendió al ser girado improvisamente para quedar con su espalda pegada al futón y su nerviosismo creció al ver al dragón colocarse a rastras sobre él, haciendo que sus cuerpos se rozasen con endemoniada lentitud. Masamune le miraba con una sonrisa divertida y lujuriosa pero que mostraba el intenso amor que sentía por el.- Masamune-dono…?

- Solo llámame Masamune, Yukimura- acortó el espacio de sus rostros y le besó lenta y tortuosamente al mismo tiempo que movía sus caderas bajo las sabanas, sonriendo entre el beso al sentir el cuerpo del otro temblando bajo suyo y como su miembro comenzaba a ponerse rígido por la descarada caricia.- Llámame así cuando estemos solos...- le susurró provocativamente para después dar una larga lamida sobre los labios del tigre, provocando que un ardiente escalofrío recorriera todo su cuerpo y que sus manos se afirmaran con nerviosismo a los brazos del dragón que se apoyaban a cada lado del torso del otro y mantenía la cabeza inclinada hacia él para poder seguir con las lascivas lamidas y los suaves besos que solo provocaban y despertaban mas al tigre.

De un momento a otro, Yukimura sorpresivamente le agarró con más fuerza, impidiéndole cualquier intento de quitarse de encima, intensificando aquel lento beso para comenzar con las mordidas y los jadeos.

Masamune sonrió al sentir como su tigre comenzaba a descontrolarse y se apartó de aquel beso solo para ver la expresión en el rostro de Yukimura, riéndose al ver que colocaba un semblante infantilmente enojado al haber detenido aquel beso.

- Vaya, que expresión-le miró como una sonrisa lobuna que se mezclaba con un extraño coqueteo, divertido al ver como con solo su rostro podía provocar al tigre al verle morderse fuertemente el labio inferior aun con esas mejillas sonrojadas y ese ceño fruncido, como si peleara consigo mismo al no dejar que “ese otro tigre” en su interior se desatara nuevamente.

Masamune, al querer que Yukimura no se contuviera y que dejara libre su lado libidinoso, se inclinó nuevamente sobre él y le besó con furia.

El beso fue apasionado y largo, no dando tregua a los pulmones de los guerreros al luchar incluso entre sus labios, comprobando cual de los dos podía durar más sin respirar. Incluso en esas circunstancias, se ponían a prueba, pero el beso fue trabajosamente ganado por el dragón que tenía más experiencia que el otro.

El menor rompió el beso y jadeó fuertemente al querer llenar sus pulmones de aire, mirando con recelo y vergüenza a su “rival” que estaba en su mismo estado pero que sonreía victorioso.

- No pongas esa cara Yukimura. Seguro que con un poco mas de practica me ganas la próxima vez, ya que aprendes muy rápido.

- Practica?

A la mente de Yukimura llegó la imagen de su shinobi besándole y después diciéndole que solo le estaba enseñando y que practicara con él, pero la sola idea le izo ponerse nervioso al recordar el magullado rostro de Maeda después de que el dragón le viese sobre él.

Ahora comprendía lo que eran los celos y si Masamune era tan celoso como demostró el día anterior, pondría en un grave peligro a su ninja!

Tal vez mas adelante le podría contar con quien fue su primer beso, pero más adelante, muuucho mas adelante… tal vez cuando fuesen viejos… o tal vez cuando al dragón le diese Alzheimer… así al día siguiente ya no lo recordaría y el estaría feliz al ya no tener cargo de conciencia. Si! era una idea perfecta!

- Porque sonríes tontamente?- le preguntó el dragón quien estaba atento al cambio de expresión que sufría el tigre al estar claramente pensado en algo, pasando a una expresión de duda a una de desconcierto, luego al miedo, al razonamiento y luego a la felicidad. Para él, su tigre era realmente adorable.

- Ah! No! por nada! Ajajaja- se rió con nervios y para distraerlo del tema, le agarró nuevamente el rostro y le beso con fuerza, viendo como Masamune cerraba su ojo para entregarse al beso.

El cuerpo del tigre dio un respingo al sentir la mano del mayor deslizándose por su cuerpo bajo las sabanas, agarrando fuertemente su trasero. El beso se rompió y el dragón sonrió con perversión al ver las mejillas sonrojadas de su amante.

- Sabes? tengo que confesarte de que te veías muy lindo mientras teníamos sexo anoche-le susurró sensualmente al oído.

- QUE!?- el rostro del menor se coloco rojo y comenzó a ponerse nervioso al ver la mirada lujuriosa de su dragón quien no pensaba quedarse callado.

- Si me dejas me gustaría probar cada rincón de tu delicioso cuerpo con mi boca para así poder oír tus gemidos pidiendo por más mientras dices mi nombre…

El rostro de Yukimura hirvió como una tetera y se colocó tan rojo como su armadura, sintiendo los nervios de punta al oír a Masamune hablándole de esa manera tan desvergonzada y con esa voz y mirada tan sexy que le provocaba llamas por dentro.

- MA-MASAMUNE-DONO!! N-NO DIGA ESAS COSAS TAN VERGONZOSAS!-le gritó completamente nervioso, aventándole una almohada en la cara para alejarlo de su cuerpo- POR FAVOR NO ME MIRE!!!-se tiró sobre el futón y se escondió debajo de las sabanas, aun temblando por los nervios.

Masamune se quito la almohada de la cara y vio con ternura a su tigre que inútilmente se escondía para que no viese su sonrojo. Aquello le dio gracia. Ese tigre ya no tenía nada que él no conociese, ya había explorado todo su cuerpo y conoció cada una de sus sensuales expresiones la noche anterior.

Era increíble ver como Yukimura pasaba a estar en una “modalidad” salvaje a una sumisa en tan solo fracciones de segundos. Faltaba una pequeña provocación para que los ojos del tigre ardieran en pasión y faltaba un comentario “vergonzoso” para que se transformara en un cachorro apenado.

Era adorablemente tierno y endemoniadamente excitante.

- No me pidas que no te mire-con una sola mano, tiro de las sabanas y dejó nuevamente el cuerpo desnudo del menor expuesto, provocando que este le mirara con el rostro avergonzado. Sonrió lobunamente y se tiró sobre él, posicionándose entre sus piernas y tomando sus muñecas contra el suelo, no dándole lugar a alguna escapada- Si con decirte esas cosas que te parecen vergonzosas hago que coloques esa expresión tan adorable, entonces me veo en la obligación de seguir diciéndolas, you see?- movió su cadera hacia adelante hasta provocar que sus miembros hicieran contacto en un roce enloquecedor.

- M-M-Ma-Masamune…- susurró completamente avergonzado y sonrojado, sintiendo la fricción de sus partes íntimas. Nuevamente la respiración del menor comenzó a hacerse trabajosa y sus músculos se tensaron al mismo tiempo que cerraba sus ojos con fuerza.

Masamune sabía que su tigre se estaba conteniendo y lo que el otro no sabía es que él no deseaba que se contuviese.

- What a sexy expression -le susurró contra sus labios- Después no me repliques nada, porque eres tú el que me provoca, Sanada Yukimura.

Antes de que el tigre pudiera decir algo en su contra, los voraces labios de Masamune le besaron con ansias, beso que después de unos minutos fue respondido con la misma intensidad.

- Ma-samune- jadeó el tigre entre besos y se tenso al sentir al otro soltar sus muñecas para agarrar descaradamente su miembro al mismo tiempo que los dedos de la otra comenzaban a introducirse en su cavidad- Me-me duele ahí abajo…- susurró avergonzado al tener que decir aquello en voz alta- N-No creo que yo… pueda…

- Hm?- Masamune dejó de besarlo para mirarlo con atención, provocando que el tigre le mirase apenado. El otro tan solo le sonrió de aquella manera que solo él sabia hacer, haciendo que el tigre le mirase expectante al no saber qué diría- Entonces, creo que es tú turno.

- EH!?- su sorpresa creció junto con su sonrojo al sentir como su cuerpo había reaccionado acaloradamente frente a las palabras del dragón y sus ojos se abrieron nerviosamente al ver como el otro quitaba los dedos de su cuerpo y se sentaba sobre sus caderas, abrazándole por el cuello con esa sonrisa que le provocaba un calor demasiado intenso.

- Hazme tuyo Yukimura, así como tú lo hiciste anoche, ahora es mi turno para entregarte mi cuerpo- le beso las mejillas para después deslizar sus labios hacia su oreja, susurrándole sensualmente- Quiero sentirte dentro de mí, quiero ser solo tuyo y de nadie más.

Si es que el tigre se había estado conteniendo antes, ahora simplemente le era imposible. 

Una conocida y ardiente descarga se apoderó de su cuerpo, provocando que agarrase entre sus brazos con desesperación al dragón sobre él, como si quisiese evitar que se le escapara o cambiase de idea.

- Masamune…- le miró atento, como si esperase una afirmación a lo que creyó oír, sintiendo como su corazón latía con demasiada rapidez y emoción.

El dragón confirmó sus dudas con una sonrisa libidinosa y con un apasionado beso, incitando al tigre para que continuase, moviendo a continuación sus caderas sobre el menor para darle ánimos de continuar.

- Let´s show time…- le susurró sobre sus labios y aquellas fueron sus últimas palabras coherentes antes de ser besado con voracidad por el tigre, quien le tiró con fuerza al suelo al mismo tiempo que se colocaba entre sus piernas.

Le besaba ya con destreza y sus manos ansiosas recorrían cada centímetro de la piel del dragón. Pasaba por sus hombros, sus brazos, sus pectorales, su abdomen y aunque en esa zona pareció dudar un poco, la lujuria superó a la timidez y llevo ambas manos al trasero de comandante de Oshuu, tocándolo por primera vez, apretándolos y separándolos levemente, paseando sus dedos por su entrada y su miembro como si tanteara el terreno, como si quisiera ver si era ahí donde tenía que centrarse.

El cuerpo de Masamune reaccionó con demasiada velocidad ante las desesperadas y aceleradas caricias que su amado le estaba proporcionando. Sentía que perdía el completo control de la situación, sentía como su miembro comenzaba a dolerle por la excitación y como se arqueaba cada vez que el tigre le besaba los muslos o el abdomen, provocando que su hinchado miembro comenzase a dolerle de manera ansiosa.

A pesar de que Yukimura no le tocaba ahí directamente, con solo su respiración calienta sobre su piel y esas manos desesperadas apretando lo que fuera le producirían un fuerte orgasmo.

Como era posible que con tan poco ese hermoso tigre le hiciera perder el control de su mente y su cuerpo?

Pero no alcanzó a buscar una respuesta válida al sentir una fuerte ola de placer recorriendo su espalda, arqueándola con sorpresa al mismo tiempo que se agarraba como podía de las desordenadas sabanas.

Y entre espasmos y jadeos, abrió a penas su ojo para ver al causante de su enorme placer.

Yukimura, en algún momento, bajó por su cuerpo y se metió de una sola vez el miembro a la boca, dándole a Masamune el espectáculo más sensual, ardiente y morboso que había experimentado. Ver a su eterno rival hincado sobre él chupándosela de esa manera tan concentrada le obligó a pensar en cortes de cabeza y tripas colgando para no tener que correrse tan rápido.

- D-demonios… hhahh- jadeaba el dragón con su ojo fuertemente cerrado al igual que sus manos sobre las sabanas- Como… aahh… cómo es posible…-se apretó con fuerza el labio al sentir su miembro chochando contra la campanilla del menor- aahhhhah… q-que lo hagas tan bien c-con tan solo… mmm haber mirado… hhaah Shit!!!

- Lo hago bien!?- al escuchar a su dragón decir aquello, separó rápidamente su boca del miembro y le miró emocionado. Masamune solo rió despacio al ver esa actitud infantil a pesar de estar en una situación como esa.

- Si… lo haces de maravilla, por eso no pares- llevó su mano hacia la cabeza del menor y le guió nuevamente hacia su miembro, cerrando su ojo con fuerza al sentir esa lengua y esa boca regresar a su ardua tarea.

El único sonido que llegaba a los oídos del dragón era la boca del menor succionando su miembro sin descanso alguno. Escuchaba sus jadeos cuando lo sacaba un momento de su boca, escuchaba la saliva que tragaba antes de lamerlo por completo y escuchaba sus gemidos ahogados cada vez que lo introducía por completo, sintiendo aquellas vibraciones en su propio miembro, haciendo enloquecer.

A pesar de tener los ojos cerrados, con todos aquellos exquisitos y morbosos sonidos podía imaginarse a la perfección el rostro sonrojado de Yukimura.

Falto solo ese pequeño estimulo para correrse finalmente en la boca del menor, abriendo su ojo enseguida para ver el desastre que había provocado al no haber podido avisarle al menor que ya estaba en su límite.

Y sus propias mejillas se sonrojaron con fuerza al ver al otro con cara entre confundida y avergonzada mientras miraba el semen entre sus dedos al quitárselo un poco de la cara y de los labios los cuales aun tenía.

- Yukimu…!!!

No alcanzó a disculparse cuando vio al tigre llevar uno de sus dedos hacia su boca, probando su líquido blanco con cara de curiosidad.

Con tan solo mirarlo hacer eso, su miembro comenzó a despertar nuevamente con una velocidad alarmante!

- Masamune… voy a bajar ahora.

- Eh…? Bajar...? AAH!

Con un rápido movimiento, Yukimura volteó al dragón, colocándolo en la misma posición en la que él mismo le había puesto antes, con las caderas alzadas y los brazos apoyados sobre el futón.

Quiso voltear para ver qué sucedía detrás suyo pero un delicioso temblor le provocó que cerrada su ojo con fuerza y que soltara un suspiro entrecortado. Sentía algo húmedo en su entrada y una respiración caliente.

No podía ser….! Sanada Yukimura estaba haciendo lo que creía que hacía?

No pudo más con la duda y volteó el rostro, encontrando al tigre inclinado hacia su trasero, con los ojos cerrados mientras lamia su entrada y de vez en cuando le acariciaba con sus dedos sus genitales, haciéndolo gemir y temblar como un principiante.

Cerró su ojo con fuerza y enterró su rostro contra la tela al mismo tiempo que las agarraba con desesperación entre sus manos.

Sentía la lengua del menor entrar levemente por su entrada mientras que sus manos iban y venían con desesperación de sus genitales a su miembro, de su miembro a sus genitales y de sus genitales a sus piernas, subiendo por ellas para luego volver a su trasero. Le sintió despegar su rostro de ahí un momento mientras jadeaba levemente y su espalda se arqueó al sentir un dedo entrar de una sola vez en su entrada.

- Lo lastimé!?- le preguntó preocupado al ver a su dragón maldecir levemente.

- N-no… tranquilo Yukimura… tú solo sigue- dio vuelta la cabeza hacia atrás y le sonrió entre jadeos, provocando que el menor se sonrojara fuertemente al escucharle y verle de esa manera tan provocadora.

Siguió el consejo del mayor y comenzó a mover suavemente su dedo dentro del otro. Cada vez que sentía que había mayor espacio, otro dedo seguía al primero, llegando después de unos momentos a los tres dedos, separándolos y moviéndolos cada vez con más rapidez al sentir los gemidos de dolor de su dragón que se transformaban en placer, sintiéndose finalmente seguro que todo iba bien al ver como Masamune movía sus caderas en busca de mas contacto.

Suavemente retiró los dedos del trasero de su amado y le agarró del brazo para voltearlo y besarlo con pasión, beso que fue rápidamente correspondido al mismo tiempo que se abrazaban con fuerza.

El apasionado beso fue repentinamente roto al sentir como las manos del dragón lo tiraban de vuelta al suelo y la sorpresa inicial del tigre se agigantó al ver a Masamune subiendo sobre su cuerpo, apoyando su trasero contra su miembro al mismo tiempo que sonreía sensualmente y movía a penas las caderas, provocando en el menor un fuerte temblor y una presión en su abdomen, siendo esas sensaciones acompañadas por un fuerte rubor en sus mejillas.

- Masamune…- susurró a penas el tigre, concentrándose en la exquisita presión que era sometido su miembro contra el húmedo trasero de su amado y sintiendo como este se endurecía con dolor al ver al otro sentado sobre sus caderas, con su propio miembro alzado, con ese escultural cuerpo sudoroso y esa mirada llena de pasión en ese ojo grisáceo que le pedía en silencio que continuase.

Y al no querer detenerse por más tiempo, tomó con fuerza las caderas del dragón entre sus manos y lo condujo hacia su miembro que palpitaba en deseos.

- AA-AAAhh!!

El gemido fue casi mutuo, uno gimió por la invasión de su cuerpo mientras que el otro por la inesperada presión.

El cuerpo de Yukimura tembló por el nuevo estimulo, apretando con fuerza sus dientes y mirando con los ojos entrecerrados a su amante que parecía estar en la misma situación.

Masamune se agarraba con fuerza de los pectorales de su compañero mientras jadeaba levemente e intentaba acostumbrarse a la invasión. Ahora sabía por lo que su tigre había pasado anoche y nunca creyó que doliera tanto. Si es que él había podido, el también debía hacerlo, fue por eso que después de unos momentos en donde se intentaba relajar, comenzó a subir y bajar sus caderas sobre el miembro del menor, escuchando feliz como su tigre expulsaba sensuales sonidos de su boca por el tortuoso y lento sube y baja.

Así se mantuvieron unos momentos, pero ni siquiera se dieron cuenta cuando los suaves y lentos movimientos se tornaron rápidos y frenéticos, sacando gemidos de ambos guerreros que a duras penas podían suprimir.

- Ahhh Ma-Masamuu…ne aaahhhahh!- echó la cabeza hacia atrás al sentir como su miembro era apretado al tener el dragón un fuerte espasmo al sentir como el tigre tocaba un punto sensible en su interior.

- D-Demonios… Yukimura…!!! aaahhhahh!

Masamune agarró con fuerza los brazos del menor que le sostenían las caderas y con dificultad abrió su ojo para ver a la persona que mas amaba en el mundo haciéndole el amor y entregándole sensaciones que nunca antes había experimentado.

Sus ojos lo tenían completamente hipnotizado. Desde su posición podía ver a su tigre en todo su esplendor. Como los músculos de sus brazos se tensaban al tenerlo agarrado fuertemente de la cintura, como el sudor bajaba sensualmente por su torso bien formado, como sus labios entreabiertos eran humedecidos de vez en cuando por su propia lengua, como sus mejillas a perladas estaban fuertemente sonrojadas, como sus revoltosos y largos cabellos estaban esparcidos por el suelo y como esos intensos ojos llenos de fuego y vigor no le quitaban la vista de encima.

Estaba tentado a cerrar su ojo cada vez que las estocadas eran más profundas, pero no se atrevía a hacerlo por temor a perderse alguna expresión en el rostro del joven guerrero.

Era casi un sueño pensar el estar siendo dominado de esa manera tan salvaje y apasionada por el que fue una vez su ferviente rival.

- Llegó a ser tan apasionado en la cama como en el campo de batalla… - sonrió el dragón por esos pensamientos, pero se vieron interrumpidos al sentir una fuerte estocada en el punto justo- hghh… a-a-AAHH…!!!

De un momento a otro las embestidas comenzaron a ser más fuertes y vio entre su ojo entrecerrado como Yukimura se inclinaba levemente hacia adelante y deslizaba una de las manos de su cadera hacia su nuca, comprendiendo que lo que deseaba de él era un beso.

Sonrió malvadamente y con un rápido movimiento aparto esa mano y empujó al tigre de vuelta al futón, recibiendo una mirada confundida y desesperada de parte del otro al no obtener lo que deseaba.

Sonrió nuevamente con burla. El sentirse en ese momento tan dominado por el menor le hacía ver lo vulnerable que era al ya no tener el control de la situación, fue por eso que quiso recuperar un poco de ese control y no dejar que el tigre cumpliera con su capricho de besarle. Era una estupidez, pero se divertía de lo lindo viendo los intentos fallidos de Yukimura al inclinarse una y otra vez hacia él para besarle mientras le embestía, siendo empujado la misma cantidad de veces al suelo al serle prohibido sus labios que le sonreían de manera burlona.

En respuesta a ese gesto y a su rechazo, Yukimura pareció enfadarse infantilmente, ya que llevó esta vez sus manos al trasero de su pareja y comenzó a envestirlo con una velocidad y una fuerza que provocó que la burlona sonrisa del dragón desapareciera y se instalara en su boca fuertes gemidos y maldiciones al sentir ese estimulo tan exquisito y enloquecedor.

- Damn… it…!! Yu…Yuki-mura…!! AAAHHHAHH!

-Ma-Masamu-ne… y-ya aahhh…!!! no puedo…!!!

Por primera vez en toda la penetración, Yukimura cerró sus ojos y echó la cabeza hacia atrás, provocando que Masamune sonriera con calentura al ver esa expresión tan sexy que colocaba su ardiente tigre.

- Hagámoslo… juntos!!! Aahhha!!!

Una corriente eléctrica recorrió ambos cuerpos, sofocándolos y haciéndolos gemir con fuerza al sentir el orgasmo recorrerles por completo, haciéndolos temblar con fuerza y respirar con dificultad. Masamune se corrió sobre el a perlado cuerpo del tigre, mientras que este lo hizo en el interior del dragón, dejando su marca y su esencia en ese cuerpo que ahora era definitivamente suyo.

Al igual que el orgasmo, ambos abrieron sus ojos al mismo tiempo y se miraron mientras seguían jadeando por el fuerte y delicioso placer, para luego colocar una mirada cómplice y enamorada, soltando ambos una fuerte risa nerviosa por lo sucedido.

Antes de separarse, Masamune se inclinó sobre el tigre y le dio aquel beso que le había prohibido, sintiendo como su corazón latía cálidamente al ser su beso correspondido con ternura y devoción.

- Te amo demasiado Yukimura- le susurró entre besos tiernos, sintiendo como los labios del menor se curvaban en una sonrisa.

- Y yo lo amo a usted, Masamune-dono- le susurró por igual, llevando ambas manos a las mejillas del dragón mientras seguían con los besos.- Ahora me doy cuenta de lo importante que es para mí- dejó de besarlo y lo miró directamente a su ojo- Ni aunque quisiera podría separarme de su lado.

- Y yo tampoco podría- acarició con su mano las sonrojadas mejillas del otro- Eres lo más increíble que le ha pasado a mi vida Yukimura y ahora me perteneces de la misma manera en como yo te pertenezco.

- Masamune-dono…- susurró emocionado, levantando nuevamente la cabeza para besar a su dragón con emoción y amor, sumergiéndose ambos en aquel beso que cerraba sus palabras como una clara promesa de que nunca se separarían.

Después de que se besaran apasionadamente, el dragón se levantó y dejó que el miembro del menor se deslizara de su interior, sintiendo a continuación como algo se deslizaba por sus piernas y sonrió divertido al ver la cara de vergüenza que colocaba su tigre al ver ese liquido blanco manchando su cuerpo. Tomó una de las sabanas esparcidas en el suelo y se tiró a un lado del tigre, tapándolos a ambos con ellas.

A pesar de que no se decían nada, sus expresiones y sus ojos lo decían todo. Se sonreían tontamente y se acariciaban la cara y los cabellos al estar uno frente al otro tumbados dentro del futón.

- Cómo lo he hecho?- preguntó finalmente el tigre, tiñéndose sus mejillas de rojo por la vergüenza que sentía al preguntar algo como eso. Masamune sonrió enternecido y acarició los labios de su amado con cariño.

- Lo has hecho increíble- sonrió al ver la alegre expresión en el rostro del otro- Creo que vamos a tener que turnarnos con el papel de seme.

- Que!? Oh Masamune-dono! No creo estar listo para compartir ese rol con usted! Aun me queda tanto por aprender! Pero no se preocupe! Daré todo de mi para hacerme merecedor de ese papel compartido!!!

Masamune rió con fuerza al ver la mirada decidida que colocaba el menor, ya imaginando las ardientes noches que pasaría con ese tigre al querer aprender más y más. Solo esperaba que no lo matase del cansancio o del sofocante calor que expedía su delicioso cuerpo.

- Entonces no perdamos más tiempo y comencemos con tu entrenamiento.- dijo con una voz entre diabólica y sensual.

Y entre risas cómplices comenzaron con la batalla de besos, pero el dragón se sorprendió al ver a su tigre colocándose sobre él e intensificando las caricias con más avidez, sacando una risa resignada en el otro.

Si, de seguro ese ardiente tigre iba a matarlo de pasión más rápido de lo que creía, pero sería la muerte más deliciosa de todas.

Notas finales:

waaa espero que les haya gustado! y espero COMENTARIOS Q_Q si?

bueno aun no se termina! pienso subir un capitulo mas! Y-Y ya que no quiero terminarlo snif!


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