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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

Aqui el tercer capitulo!! espero les guste!

“Ahora es tu turno… Yukimura”

- Oyakama-sama… espere…

“Es tu turno…”

- Oyakata…sama

“Tu turno…”

- OYAKATA-SAMA…..!!!

Se levantó con rapidez de su fotón, agarrando con fuerza sus puños sobre las sabanas y mirando con los ojos abiertos de par en par hacia adelante mientras que su fuerte respiración escapaba de sus secos labios y el sudor recorría su cuerpo por completo. 

En cuanto su forzada respiración comenzó a regularizarse, a su mente pasaron las fugases imágenes de lo que había pasado y de lo que creyó había sido un sueño.

Se quedó estático en esa misma posición, intentando procesar lo sucedido, pero su mente se había bloqueado al igual que su cuerpo. Lo único que podía sentir en ese momento, y por primera vez en su vida, era frio, un penetrante frio que recorría todo su cuerpo.

“Observa bien Yukimura, estas son las tierras que juntos protegeremos!” 
“Juro dar mi vida por estas tierras! Y por que Oyakata-sama obtenga un mundo lleno de paz! Yo, Sanada Genjiro Yukimura, haré su sueño realidad!!!”

“Recuerda Yukimura, tus enemigos tan bien son seres humanos” “Oyakata-sama! Jamás olvidaré sus sabios consejos y sus enseñanzas!!”

“Ajajajaja! Tranquilízate Yukimura! Muy pronto te harás aun más fuerte!”
“SI! ME HARE MAS Y MAS FUERTE!!” 
“ASI SE DICE, YUKIMURA!” 
“OYAKATA-SAMAAAA!!!” 
“YUUUKIMUUURA!”
“OYAKATA-SAMAAAAAA”
“YYUKIMUURAAAAAAAA”

Oyakata…sama… - susurró el peli café, sin quitar sus ojos de la pared que tenía en frente.

Largos minutos se quedó en esa posición. Había olvidado el frio e ignorado la vela que ya estaba a punto de extinguirse a su lado, la cual era la única fuente de luz en esa oscura noche que acechaba su cuarto. Lo único que lo mantenía mentalmente en esa habitación era el acompasado ruido de la lluvia cayendo. Ni siquiera el ruido de la puerta deslizándose provocó que desviara su mirada hacia otro lado. El único sonido que ahora escuchaba más claramente al ser expuesta la habitación al exterior, era el claro goteo de esa lluvia…

- Danna! Has despertado!- Sasuke se acercó con rapidez hacia el peli café, que parecía estar en un especie de trance. Dejó la cubeta de agua que había llevado y se inclino a un lado del menor, mirándolo preocupado al ver que el otro no se había inmutado al hablarle- Has dormido durante semanas… ya empezaba a preocuparme por ti jeje…- trató de sonar como siempre, pero su rostro se tornó preocupado al ver que Yukimura aun permanecía con su miraba bacía mirando un punto muerto y no le respondía - Danna…- Le llamó, colocando lentamente su mano sobre la nuca de Yukimura, comenzando a acariciarle lentamente mientras introducía sus dedos en los cabellos sueltos del menor, proporcionándole un leve masaje.

Aquel contacto provocó que el joven tigre por fin pestañara, despertando de su tormentoso trance. Pestañeó un par de veces más y al sentir la caricia y la presencia de otro y giró lentamente su rostro, encontrándose con su ninja quien le sonreía tristemente.

- Sasuke….?

El ninja vio sus ojos rojos y la palidez de su rostro que contrastaba con las mejillas sonrojadas producto de la fiebre y sintió una presión en su pecho al ver como aquellos ojos que siempre estaban llenos de vitalidad ahora de aguaban en lagrimas, lagrimas que no tardaron en ser deslizadas por su rostro que se contrajo en pena.

- Danna...- el ninja abrió un poco sus brazos para darle el conforto que necesitaba, viendo como el menor se aferró a él con rapidez mientras que su cuerpo temblaba y era acompañado por dolorosos sollozos.

Sasuke lo recibió enseguida y lo abrazó protectoramente, apoyando una de sus manos en la espalda del menor y otra sobre su cabeza, acariciándole con cuidado a la vez que él mismo apoyaba su mejilla sobre esa cabeza y miraba la ya casi consumida vela con tristeza.

Finalmente, a mitad de la noche Sanada Yukimura se quedó dormido mientras abrazaba a su ninja y su ninja lo abrazaba a él…

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Aquella noche fue una de las más heladas. La lluvia cesaba por unos minutos para después caer con mayor fuerza sobre esas dolidas tierras…

Sasuke finalmente salió de aquella habitación. Había dejado a Yukimura durmiendo dentro de su futón después de que el joven cuerpo de su comandante sucumbiera frente al cansancio.

Permaneció afuera de la habitación de su Danna, mirando algo preocupado aquella lluvia, pensando en todo lo que estaba pasando y temiendo por el futuro. Se venían tiempos difíciles para el joven guerrero, pero sabía que su Danna los superaría, solo que no sabía cuando. 
Debía de estar agradecido de que no se estén presentando amenazas  sobre las tierras de Kai, suerte de que Uesugi estuviera en paz con esas tierras y suerte de que Dokugan-ryu estuviera ahí.

- Oi, ninja.

Sasuke giró su cabeza encontrándose con el mismísimo Date Masamune, quien caminaba hacia él con un rostro algo indeciso y enfadado a la vez. Una rara combinación.

- Hablando del demonio…- susurró Sasuke para si mismo.

- Eh? Acaso dijiste algo??- le preguntó ya estando frente a frente con él.

- No, nada, nada- movió ambas manos frente a su rostro en señal de que no le hiciese caso – Si me permite preguntar, ¿qué hace a estas horas por los pasillos? Creí que después de la cena se había marchado a dormir.

- Kojuurou no dejaba de molestar, asique decidí salir un rato- su ojo se giró involuntariamente hacia la puerta que estaba a un costado de ellos, desviándola rápidamente hacia aquella lluvia.

Sasuke pudo ver ese rápido movimiento en el ojo de Dokugan-ryu y sonrió suavemente con algo de picardía.

- Sanada Danna ya ha despertado.

Bastó solo decir aquellas palabras para que el guerrero azul le mirara nuevamente con atención, pasando su mirada del ninja hacia la puerta a su derecha.

- Y… cómo está?

- Aun tiene fiebre, despertó algo desorientado y…- al igual que el otro, dirigió su mirada hacia la puerta- Aun sufre por la pérdida de Oyakata-sama… se quedó dormido después de unas horas.

Sasuke regresó su mirada hacia Masamune y pudo ver como no quitaba su ojo de la puerta que era la entrada a la habitación del menor. Parecía inquieto y perturbado, como si estuviese decidiendo qué hacer en esos momentos.

Sasuke podía intuir acerca de las dudas que Dokugan-ryu tenía en esos momentos con respecto a su Danna, podía verlo en su ojo, en su voz y en sus gestos. Date Masamune sentía algo por el guerrero rojo, pero sabía que aun no aclaraba qué tipo de sentimiento era, por lo que decidió que él mismo tendría que darle un pequeño empujoncito.

- Pienso ir a prepararle algo de comer, ya que no lo ha hecho hace semanas, podrías quedarte tú con él por si se despierta? No quiero que se quede solo en ese estado.

- Ah... si, claro- dijo algo nervioso, nervios que disimuló muy bien con esa mirada indiferente, pero Sasuke era un ninja y a un ninja no se le escapaba nada.

Después de que Sasuke se perdiera entre los oscuros pasillos, Masamune permaneció inmóvil frente a la habitación de Yukimura.

Indeciso de entrar, pensaba en toda esa situación y en todo el revuelo que sentía en esos momentos, tanto en su cabeza como en su estómago.

Se sentía como un verdadero idiota! Él era Dokugan-ryu! Un poderoso samurái dueño de grandes tierra! No podía tener miedo de entrar a una habitación! Además, Yukimura de seguro estaría durmiendo!... pero y si se despertaba? Qué le diría…?

Dammit…- susurró el dragón tuerto a la vez q soltaba un gruñido y se maldecía a si mismo, pero un golpe desde el interior de la habitación lo hiso salir de sus pensamientos y levantando la mirada intrigado deslizó la puerta con rapidez.

Se quedó ahí parado, comprobando que el golpe que escucho había sido una fuente de agua que se había caído cerca del futón y sus ojos quedaron fijos en los cafés del otro, quien le miraba de una manera un tanto desorientada.

Sanada Yukimura se encontraba con una yukata blanca algo fuera de su lugar, dejando ver gran parte de su pecho que se movía de manera algo irregular, seguramente por la fiebre que aun cargaba en su cuerpo y que coloraba sus mejillas, viendo por primera vez esos largos cabellos sueltos y desparramados por su espalda y hombros.

Masamune se quedó estático en su lugar. En ese estado, el Tigre de Kai se veía endemoniadamente tentador y vulnerable y no sabía qué hacer frente aquella visión, y esa mirada perdida sobre la suya no le ayudaba a aclarar sus pensamientos.

Ver como Yukimura comenzaba a tiritar le izo reaccionar finalmente, avanzando unos pasos dentro de la estancia para así poder cerrar el shoji.

- Masamune-dono? Pero… qué hace aquí?

La rasposa y cansada voz del menor le provocó un nudo en el estomago al dragón, quien se acercó al otro con pasos lentos para después levantar la jara que ya se encontraba casi bacía.

- Será mejor que te cambies de futón, este se mojo por el agua- se levantó nuevamente y fue por un futón nuevo, colocándolo en el otro extremo de la habitación. Se giró hacia Yukimura, esperando que este se levantara y fuera a donde estaba él, pero parecía como si su mente no estuviera en ese lugar y como si su mismo cuerpo no le respondiese.

Respiró con fuerza para mantenerse tranquilo y se levantó. Caminó con pasos decididos hacia el menor y antes de que este pudiera levantar su mirada para ver qué estaba pasando, Masamune agarró su cuerpo y lo cargó entre sus brazos, provocando finalmente una reacción en Yukimura quien emitió un sonido de sorpresa y se aferraba a los hombros del dragón al ver que lo cargaba.

Masamune sonrió levemente frente a ese acto; realmente se sentía bien tenerlo entre sus brazos, su cuerpo era ligero y cálido… 

Caminó hacia el otro futón, acomodando a Yukimura dentro de él para después taparlo con cuidado.

- Será mejor que descanses, dentro de poco el ninja te traerá algo de comer- susurró el dragón tuerto a la vez que se sentaba a un lado del menor. Pudo ver como los ojos cafés de Yukimura estaban pegados en él. Parecía como si el tigre no pudiera creer que Date Masamune estuviese ahí, como si su mente lo estuviera imaginando o algo por culpa de la fiebre.

Frente a la insistente mirada del menor, Masamune comenzó a sentirse algo incomodo. Carraspeo su garganta y comenzó a mirar a su alrededor.

Nunca antes había estado en las estancias privadas de Yukimura. Podía sentir en todo ese ambiente el propio olor del menor… y al fondo de la habitación podía ver su armadura colgada junto a sus lanzas, aquellas lanzas que tanto gozaba ver en movimiento cuando combatían; combates que deseaba día a día y solo con él, con el joven tigre ahora dueño de las tierras de Kai…

Pero, ahora qué haría? Pelear por esas tierras? Era lo más lógico, pero la lógica no estaba en su cabeza últimamente, ya que lo lógico sería no estar ahí cuidando de su “enemigo” lo lógico era regresar a Oushuu y apartarse del tigre! Pero, no podía apartarse de él… en realidad, nunca intentó apartarse… ni tampoco quiso… todo lo contrario.

Un movimiento a su lado le llamó nuevamente la atención y se sorprendió al ver a Yukimura sentado sobre el futón, aun con la mitad de su cuerpo tapado, mirándolo con ojos tristes y avergonzados.

- Yukim…

- No debería de estar aquí, Masamune-dono…

Aquellas palabras sorprendieron al comandante de Oshuu, no entendiendo muy bien a que se refería su contrincante.

- Qué…?- le preguntó, como si no creyera lo que había oído. Ante la mirada extraña de Date, Yukimura bajo la suya hacia sus manos, las cuales agarraban con fuerza el futón.

- No deseo que me vea así…- desvió su rostro al otro lado, no dejando que el otro le mirara.- De esta manera tan deplorable…… No puedo ni con mi propia alma…- El cuerpo del menor comenzó a temblar y Masamune vio como una gota caía sobre la mano del peli café, comprobando que estaba llorando mientras intentaba ocultar su rostro de él. Masamune no supo qué hacer en ese momento, no supo como tomar aquellas palabras… aquello no estaba bien!- Por favor…- Le susurró el menor con voz áspera- Váyase…

Aquella petición lo sacó finalmente de quicio. Quiso golpearlo ahí mismo por estarle pidiendo que se fuera después de cuidarlo durante semanas! Pero ese creciente enfado se mescló junto con un sentimiento de protección. Si, quería golpearlo, pero a la vez quería  abrazarlo y reconfortarle… 

¿Por qué Sanada Yukimura le provocaba sentimientos tan extraños?, ¿Por qué no simplemente le hacía caso y se largaba? No podía, no podía hacerle caso… ya que quería estar ahí para él.

- No digas estupideces- le susurró por igual Dokugan-ryu con una voz algo molesta pero calmada. Sin pensarlo demasiado, colocó su mano sobre los puños apretados del menor- No puedes pedirme que me vaya….- al sentir el tacto en sus manos, Yukimura se dio vuelta a mirarlo algo sorprendido- …por que no pienso hacerte caso en eso - llevó su otra mano hacia el sorprendido rostro del peli café, secando con su pulgar una de las lagrimas que bajaban por su mejilla para después acariciarle lentamente. Masamune sonrió con burla hacia si mismo al sentir como su estomago se revolvía por ese simple contacto- Deseo quedarme aquí, aunque tú no lo quieras…

- Masamu …!- Sin dejarlo hablar, Masamune le tiro de la mano y lo aprisionó fuertemente entre sus brazos, no dándole opción de huida, quedando así el rostro de Yukimura enterrado en el pecho del otro.

- No me iré a ningún lado, okey?

- M-Ma-Masamune-dono…- Aunque el joven guerrero no pudiera entender del todo las palabras del dragón, tampoco quería pensar mucho en ellas, ya que aquel sentimiento de protección que sentía en esos momentos entre esos brazos le hicieron sentir una extraña sensación de calidez en su pecho, calidez que había dejado de sentir desde que su señor lo había dejado…

Cerró los ojos con fuerza, no queriendo recordar ese doloroso fragmento del pasado y de forma instintiva se apegó aun más contra el cuerpo de Masamune, apretando sus puños contra la yukata del otro, intentando alejar aquellas dolorosas imágenes de su mente.

- Tranquilo… - Masamune, al sentir el agarre y el cuerpo del menor tensarse, llevó su mano hacia los sueltos cabellos del tigre y los acarició con devoción- Pronto todo pasará… pero ahora necesitas descansar…

- Por favor no me deje solo- balbuceo el menor contra el cuerpo del otro, despertando en Masamune una cálida sensación que sintió por primera vez en su vida y su corazón comenzó a latir de una manera diferente, su garganta se secó y sus manos temblaron sobre el cuerpo del otro. 
Como su pudiera ser posible, estrechó a un mas el abrazo, apoyando finalmente su mejilla contra la cabeza de Yukimura mientras que una sonrisa escapaba de sus labios…

- Ya te lo dije, no me iré a ningún lado…

Yukimura, creyendo ciegamente en sus palabras, se quedó nuevamente dormido en ese cálido y protector abrazo y Masamune, sin poder evitarlo, quedo rendido ante el sueño unos minutos después, sintiéndose cansado al descubrir esos sentimientos que había deseado sentir hace ya mucho tiempo… a pesar de que no supiera que aquello realmente se pudiera sentir.

Notas finales:

Muchas gracias por leer! sus comentarios son muy importantes para poder seguir escribiendo este fic! espero seguir leyendolos! *.*


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