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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

Espero me dejen comentarios!!!! Q__Q

Date Masamune y Sanada Yukimura caminaban por el sendero de regreso a la mansión de Kai, absortos cada uno en sus pensamientos; uno feliz por el recién descubrimiento y el otro nervioso por lo que estuvo a punto de hacer.

El dragón estaba exhorto en sus pensamientos, ideando nuevos planes para poner en práctica con el menor, en cambio Yukimura se cuestionaba una y otra vez lo que estuvo a punto de hacer y lo que le hacía sentir aquello. Era un manojo de nervios.

En cuanto llegaron a la mansión Takeda se toparon con Kojuurou, quien caminó hacia ellos con una carta entre sus manos y el ceño algo fruncido.

- Masamune-sama lo había estado buscando! hay algunas cosas que hay que atender, nos ha llegado una carta de Oshuu.

- Eh? Tiene que ser justo ahora?- preguntó con fastidio. Lo menos que quería era separarse del tigre en esos momentos.

- Es urgente mi señor.

- Tsh, está bien- se gira a ver al otro- Nos veremos después Yukimura?- dijo su nombre en un tono suave y cómplice, haciendo que el menor diera un pequeño respingo y le mirase con algo de nerviosismo.

- E-eh, si!

- Tranquilo Dokuganryu, unos momentos separados no les hará mal.

- Tch, tú otra vez- susurró Masamune con molestia al ver al ninja aparecer de la nada.

- Eh?- el tigre se giró a ver a Sasuke quien había aparecido de repente tras él, colocando al mismo tiempo una manta sobre sus hombros- Danna, si no se cuida como debe caerá nuevamente en cama.

- Eh, si, muchas gracias Sasuke!- le sonríe agradecido, acomodando mejor la manta.

Sasuke se rió internamente al ver la mirada amenazante que tenía el dragón sobre él. Era un maldito posesivo! si tan solo supiera…

- Masamune-sama…- le llamó nuevamente su ojo derecho.

- Si, si!- dijo con fastidio. Dio una última mirada al tigre y partió junto a Kojuurou.

- Danna, será mejor que se cambie y se seque los cabellos, venga, déjeme ayudarle.

Yukimura solo se dedicó a seguirlo hasta su habitación, pero su mente estaba ocupada en otra cosa, o más bien, en otra persona. Tal vez, si le preguntaba a Sasuke qué era lo que le sucedía podría ayudarle! Después de todo Sasuke siempre tenía una respuesta inteligente para todo y parecía tener mas experiencia en ese ámbito.

Ya estando ambos en la habitación del menor, Yukimura veía a su ninja buscando entre sus cosas una Hakama limpia para colocarse. Meditó unos minutos hasta que se armó de valor.

- Sasuke, quería preguntarte algo.

- Eh? preguntarme?- le miró curioso, escogiendo finalmente una Hakama que colocó a un lado del menor para después disponerse a ayudarle a sacarse la Yukata humeda.- Qué ocurre Sanada-danna? Lo veo algo confundido.

- Es solo que… necesito que me ayudes- decía algo sonrojado, no porque su ninja estuviese desvistiéndolo, para él aquello era normal ya que desde que era pequeño Sasuke le ayudaba a vestirse, si no por el hecho de hablar de las dudas que tenía y de las sensaciones que le producía Date Masamune.

- Si? entonces dime en qué puedo ayudarle?- Sonrió. Sabía de lo que su Danna le hablaría y se sentía feliz por eso, feliz de que su Danna le confiara aquello.- Levanta los brazos- le quitó la Yukata húmeda, dejándolo completamente desnudo. Sin duda alguna su Danna tenía un cuerpo digno de admirar, podía entender a Dokunganryu al querer lanzársele encima, quien no querría hacerlo?

- Me siento extraño Sasuke, estoy confundido y la confusión me ha seguido desde…- bajó la mirada con tristeza.

- Desde lo de Oyakata-sama-terminó la frase del otro, viendo como el tigre asentía en afirmación. Secó un poco el cuerpo del menor y luego comenzó a colocarle el Hakama.

- Pero, mis confusiones son diferentes, están divididas entre el recuerdo de Oyakata-sama y el sentimiento que tengo hacia Masamune-dono- susurró, mirando como su ninja acomodaba el Hakama correctamente- Sasuke, creo que estoy sintiendo cosas por Masamune-dono.

- Y cómo lo sabes?- se agachó y tomó suavemente el talón del pié del menor, apoyándolo sobre su rodilla para poder ponerle el Tabi para calentar sus pies, siguiendo el mismo paso con el otro.

- Recuerdas esa ves que Oyakata-sama trajo a unas mujeres?- le preguntó algo avergonzado. Sasuke se rió quedamente al recordarlo.

- Claro, como no hacerlo, no pudiste ver a una mujer a los ojos por unos cuantos meses ajaja!

- Sasuke!- le miró con vergüenza y enfado- esa no es la cuestión! Es solo que… recuerdas lo que me dijiste? Eso de sentir cosas físicas por otra persona…- el sonrojo en sus mejillas era cada vez mayor, sintiéndose avergonzado de estar diciendo esas cosas en voz alta.

- Claro, claro, lo recuerdo- colocó ambas manos en los hombros del menor, haciendo una leve presión hacia abajo para que se sentara, colocándose detrás de él para comenzar a secar sus cabellos.

- Bueno yo… creo…- bajó la mirada avergonzado- creo que lo he sentido… con… Masamune-dono……- su rostro hirvió con tan solo decirlo, colocándose muy nervioso, provocando que a continuación comenzara a hablar fuerte y atropelladamente- P-pero no estoy seguro!! Quiero decir! No lo se! por que y-yo nunca, nunca…!

- Nunca has vivido algo parecido.

- E-exacto…-se relajó un poco cuando comenzó a sentir al otro cepillarle los cabellos con cuidado- Sasuke… de verdad estoy confundido…. Necesito que me ayudes… solo tú sabrías qué hacer…

El ninja se enterneció al escucharlo hablar de esa manera tan apenada y más al decir que le necesitaba.

Ese era su trabajo, ayudarle, orientarle, hacer todo lo que estuviera en sus manos para hacerlo sentir bien, era su sombra, siempre lo sería sin importar qué.

Cuando Taketa Shingen murió se sintió impotente al no poder hacer nada para ayudar a su Danna, pero ahora el pequeño tigre regresaba a él. Aquello era lo único que le importaba, que contara con él siempre, porque era lo que quería y se había prometido que siempre estaría a su lado.

- Danna- seguía sonriendo embobádamente mientras le cepillaba sus largos cabellos, soñando con los ojos abiertos.

- Sasuke y si me enseñas a dar besos otra vez!?

- EH!?- aquello sí que no se lo esperaba. Se puso nervioso al ver como el tigre se daba vuelta a mirarlo con aquellos ojos- Oh no…- cuando ponía esa mirada significaba que estaba decidido a hacer algo.

- Tú una vez me dijiste que con los besos uno puede darse cuenta de lo que siente por la otra persona! Tal vez si beso a Masamune-dono pueda aclarar mis dudas!- sus ojos brillaban de felicidad, contento con su nueva idea.- Además nosotros ya nos hemos dado uno de esos! Ahora no recuerdo bien como se hace pero puedes ayudarme a practicar!!!

- Eh, Danna, no es así de fácil- se rascó la mejilla algo nervioso.- En aquel entonces no tenías sentimientos hacia otra persona, esos solo fueron… besos inocentes jeje.

- Besos inocentes?- le miró confundido, ladeando su rostro hacia un lado como un cachorro- Entonces hay distintos tipos de besos?

- Ehhh….- se había metido en un gran problema. Lo que era tener un comandante ingenuo y puro como ese…- Pues si Danna, hay muchas clases de besos.

- Ah si!?- a cada palabra que el ninja decía parecía entusiasmar más al menor al querer saber.

- Bueno si… - Suspiró. De esa no podía salvarse, tenía que ayudar a su Danna en todo lo que quisiera.- Están los besos inocentes, como... esos que compartimos…- con el solo hecho de recordarlo le daba calor- T-tan bien los besos lujuriosos y claro, los besos con amor.

Yukimura era ingenuo e inocente pero sabía lo que la palabra “lujurioso” significaba, cortesía de aquellas mujeres que Oyakata-sama había llevado una vez, por lo que su rostro se sonrojó por la  vergüenza.

- Entonces… conozco los primeros dos pero no el ultimo- dijo algo pensativo, para después mirar a su ninja con ojos decididos- Enséñame a dar el último Sasuke!

- QUE!?- su propio rostro se volvió rojo y más a un al ver como el menor tomaba sus manos entre las suyas y le miraba con un rostro suplicante.

- Por favor Sasuke! Tengo que aprender a dar besos con amor para poder dárselo a Masamune-dono y así poder saber qué es lo que siento por él!

- Danna no has entendido nada! Los besos no se practican! Solo se dan!!!

- Entonces por que en ese entonces tu me diste mucho besos? Pensé que estábamos practicando!

El rostro del ninja se colocó aun más rojo. Claro, en ese entonces le dio esa mala excusa a su Danna, pero la verdad es que lo único que había deseado era ser el primero en probar esos labios. Porque lo quería más que a un comandante y porque era un maldito egoísta. Aunque su Danna tampoco se la había puesto tan fácil; con el solo hecho de verle con los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas daban ganas de corromperlo.

- Danna olvide eso!- aquello le pasaba por aprovecharse de la inocencia del tigre, aunque debía admitir que no se arrepentía de nada. A pesar de la torpeza del menor a la hora de la interacción intima, era un depredador innato listo para aprender todo lo que pudiese- No se te ocurra decirle a Dokuganryu de esto! No quiero morir aun.

- Eh? Y porqué habrías de morir?

- Ahhh… olvídelo- obligó al menor a darse la vuelta para así poder terminar de acomodar su cabello- Solo escúchame Danna; si estás sintiendo todas estas cosas nuevas es por algo, solo sigue tu corazón como siempre lo haces, en su momento sabrás qué hacer- terminó de amarrar los cabellos sueltos en una coleta baja- Pero quiero que me prometas que si Dokuganryu te hace algún daño, me lo dirás, de acuerdo?

- Daño? Masamune-dono no lo haría, al menos de que estemos en un combate cuerpo a cuerpo!

- Y lo estarán, créeme…- susurró más para sí mismo que para el otro, sabiendo que el dragón se le lanzaría encima en cuanto tuviese oportunidad.

- Ah si? Acaso Masamune-dono te dijo que quería una batalla contra mí!?- preguntó con entusiasmo por el reto de un duelo.

- No! y me haga caso Danna- tomó un Haori y se lo colocó sobre los hombros para que estuviese más abrigado- De acuerdo, será mejor que vayamos al salón principal para que coma.

- Sasuke- el menor se levantó y se colocó frente al otro con una sonrisa- Gracias por el consejo! Lo seguiré y escucharé a mi corazón! Creo que Oyakata-sama me hubiese dicho lo mismo…

- Si- sonrió para darle ánimos, acomodándole unos cabellos tras su oreja que se rehusaban a ser peinados- Vamos, no hagamos esperar a Dokuganryu, de seguro está como loco por verte.

- Sasuke no digas esas cosas!- su rostro volvió a enrojecer, provocando que el ninja soltara una risa divertida.

Era increíble que con solo mencionarle al dragón las angustias de su Danna se disipaban. Faltaba muy poco para que volviese a ser el de antes y solo de esa manera su ninja podría estar tranquilo.

Mientras, en la habitación que era ocupada por Date Masamune, se encontraba el dragón junto a su ojo derecho ocupándose de temas importantes.

- Con que Maeda… ese amante de la paz siempre se mete en mis asuntos!

- Si no hubiese sido por él tal vez hubiésemos tenido problemas. Es un alivio saber que aquellos ladrones no pudieron robar nada.

- Ja! Con Maeda o sin él mis tropas hubiesen podido con ellos! No eran más que basura!

- Masamune-dono… sé que no desea irse de aquí, yo tampoco me iré ya que mi deber es permanecer a su lado, pero la seguridad de Oshuu me preocupa un poco.

- Estamos en tiempos de paz Kojuurou, no creo que algo más que simples ladrones intenten algo contra mis tierras.

- Aun así creo que será necesario regresar solo para cerciorarnos- vio como Masamune le miraba de manera enfadada- Solo por un par de días.

El ojo derecho se quedó callado viendo como el más joven gruñía y maldecía entre dientes, lo cual le produjo una disimulada sonrisa en los labios. 

Era casi irreal ver a su señor tan ligado e interesado por otra persona y lo notaba al ver su enfado al no querer alejarse de Sanada Yukimura, pero debía entender que tenía unas tierras que proteger, por mucho que quisiera estar siempre al lado del joven tigre primero debía atender a sus obligaciones como jefe del clan Oshuu.

- Cuándo quieres que partamos?- preguntó el dragón entre dientes y de mala gana.

- Si partimos hoy estaremos aquí en dos días, Masamune-dono.

- Tsh… de acuerdo- miró hacia afuera, aun enfadado- Solo espero que esta maldita nieve no nos retrase.

Notas finales:

- Hakama es un "pantalón" largo con pliegues cuya función principal era proteger las piernas, por lo que originalmente se confeccionaba con telas gruesas y con algún diseño patrón. Posteriormente se convirtió en un símbolo de status o posición, algo que permitía distinguir rápidamente a un samurai, y evolucionó hacia una confección de tela más fina y de color liso oscuro (negro, azul índigo, gris).

- Los Tabi eran calcetines tradicionales japoneses.

- El Haori es una especie de "chaqueta" que va sobre la prenda.

 

 


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