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Un amor que cicatriza heridas por gabbana

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Notas del capitulo:

bueno aqui la continuaccion!!! espero les guste!

Galopaba lo más rápido que podía con una inmensa sonrisa en los labios, entusiasmado al ver que ya estaba llegando a su destino. Su pequeño mono salió entre sus ropas al detenerse, haciendo un sonido alegre al mismo tiempo que saltaba hacia su cabeza.


- Hemos llegado más rápido de lo que creí Yumekichi!- acercó su caballo hasta llegar a la entrada del palacio de Kai, viendo a dos guardias que le impedían la entrada- Soy Maeda Keiji! Díganle a Sanada Yukimura que he venido a verle!

Uno de los soldados se fue, seguramente a avisar su visita mientras el otro aun le vigilaba. Le ignoró y miró la mansión a unos metros de distancia, sonriendo con entusiasmo.

- Así que aquí es donde te has estado refugiando, Date Masamune- se rió quedamente- Tanta alegría te da Sanada que dejas tus tierras de lado? vaya jajajaja.

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- Eh? Danna, qué le ocurre?

En los pasillos del la gran mansión, Yukimura y Sasuke caminaban junto al salón para comer, pero el joven guerrero se detuvo abruptamente, sintiendo como su cuerpo comenzaba a temblar, apretando sus puños con fuerza y tratando de mantenerse sereno mientras miraba el suelo bajo sus pies como si quisiera evitar mirar a otro lado.

- Eh… n-no… no es nada.

- Hm?

El ninja miró a su alrededor y lo comprendió. Estaban pasando por afuera de la que fue antes la habitación de Takeda Shingen. 

Desde su muerte, ni el mismo Sasuke había entrado ahí. Si a él le dolía que no estuviera, no quería ni imaginar cómo sería el dolor del otro, quien veía a Shingen como un verdadero padre.

 

- Danna…- Había visto como esos grandes ojos expresivos comenzaban a cristalizarse y como sus puños cerrados comenzaban a temblar. Se le acercó con lentitud y colocó su mano sobre el cuello del tigre, masajeándolo levemente para tranquilizarlo; sabia que aquello siempre le relajaba, pero no parecía estar surtiendo efecto al ver como el cuerpo del otro se tensaba y cerraba con rapidez los ojos, como si de verdad intentara retener el llanto con todas sus fuerzas.

 

- Oi, Sanada Yukimura!

Sasuke miró hacia adelante y vio como por detrás del tigre se acercaba Dokuganryu y su ojo derecho. Un escalofrío pasó por su espalda al ver la mirada acecina que el otro le colocaba al ver dónde estaba la mano del Ninja.

- Qué hace esa mano ahí, mono?

- Mono?- era increíble. El dragón ya ni siquiera intentaba disimular sus celos. Quitó con rapidez la mano del cuello de Yukimura y vio como el menor se secaba con rapidez los ojos.- No soy ningún mono!- intentó aparentar normalidad.

- Lo que tú digas pero deja de tocar a…

Masamune se había acercado al menor, mientras hablaba con el shinobi y al colocarse a su lado pudo ver a la perfección los ojos cristalinos del otro, deteniendo enseguida su amenaza hacia el ninja.

- Ma-Masamune-dono! Q-que bueno que ya llega! Será mejor ir a comer antes de que se enfrié!

Vio como Yukimura se daba vuelta a verlo con una sonrisa, sonrisa que simplemente no engañaba a nadie. El dragón aun podía ver los rastros de lo que debieron de ser lágrimas en sus mejillas sonrojadas, pero prefirió no decir nada, no quería ver al menor intentando en vano engañarle.

Yukimura se puso algo nervioso al ver como Masamune le miraba fijamente, sin algún tipo de expresión en el rostro. Estuvo tentado a desviar la mirada al suelo, pero desistió al sentir como el otro colocaba su mano en su hombro derecho y le acercaba a su cuerpo. No pudo evitar enrojecer al tenerlo tan cerca.

- Si, vamos de una vez a comer, ya tengo hambre.

- Eh… s-si!!

- Tú, mono, muévete- lo corrió con su mano libre y comenzó a caminar aun con Yukimura a su lado. El tigre giró el rostro hacia su ninja, preocupado por el trato que recibió pero se tranquilizó al ver que este le hacia una señal con la mano en forma de decirle que estaba todo bien.

- Masamune-sama y yo tendremos que regresar a Oshuu.

- Qué!?- Sasuke se dio vuelta a ver a Kouujirou después de que los más jóvenes ya se habían ido- Tan pronto!?- Se veía la desesperación en sus facciones, lo que izo al otro reír quedamente.

- Reacciona casi igual que Masamune-dono- El ninja izo un gesto de desagrado- Tranquilo, solo será por un par de días, me inquieta un poco que sus tierras estén tan desatendidas.

- Bueno, es razonable- miró al mayor con una sonrisa- Es bueno saber que por lo menos uno de los dos tiene sentido de la responsabilidad.

- Es mi deber recordarle a mi señor los deberes que tiene que seguir- miró el camino que los más jóvenes habían tomado para irse- Aunque últimamente le sea difícil de recordar.

- Bueno, qué te diré, mi señor causa ese efecto de ligereza en las personas- levantó los hombros y sonrió- Aunque Dokuganryu esté siendo un factor importante para la recuperación de mi Danna, sigue sin agradarme- se cruzó de brazos y bufó entre dientes.

- Tiene que tenerle un poco de paciencia, sinceramente, esta es la primera vez que Masamune-dono se enamora.

- A si que ya lo has confirmado?- Sasuke se dio vuelta a verle con asombro- Ya se enamoró de mi Danna!?

- No creo que esta obsesión por el tigre de Kai sea solo eso. Lo conozco muy bien para atreverme a decir que está completamente enamorado, tal vez, desde hace mucho.

- Babosamente enamorado diría yo! Si llevara sus espadas consigo me hubiese cortado la mano en cuanto me vio así con mi Danna!- dijo con indignación para después asustarse un poco- Cielos! Será mejor que Sanada-danna no le diga nada de lo que hicimos!

- De lo que hicieron?

- Eh…-una gota bajó por su cien- No me haga caso Katakura-dono! Jejeje.

- Sarutobi-sama!!!- un guardia le llamó, captando la atención del ninja que volvió a colocar su rostro cerio.

- Qué ocurre?

- Maeda Keiji ha llegado, dice que viene a ver a Sanada-sama!

- Eh? Maeda Keiji?- preguntó Kouujirou con asombro.

- Vaya, vaya- el shinobi sonrió un poco- Háganlo pasar.

- Si!- el guardia se retiró corriendo hacia la entrada.

- Se supone que Maeda estaba en Oshuu, recibí una carta suya diciéndonos que retuvo a unos ladrones ahí.

- Eh, de seguro se enteró que Dokuganryu estaba aquí en Kai y vino a comprobar sus sospechas.

- Sus sospechas?

- Bueno, no todos los días se ve a un dragón enamorado!- se llevó una mano a su barbilla y sonrió sospechosamente- Creo que Maeda nos ayudará con el proceso de rehabilitación de mi Danna.

- En qué piensas?- le miró no muy confiado, sabiendo más que nadie de los planes que llegaba a formular el ninja.

- Que podríamos darle un pequeño empujoncito al dragón, jeje- su sonrisa era cada vez más maquiavélica, haciendo que hasta al mismo Kojuurou le diera un escalofrío.

 

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 En cuanto Yukimura fue liberado de ese discreto abrazo, se dispuso a sentarse lo más correcto que pudo frente a su comida. Había visto a los sirvientes alegrarse al verle, diciéndole que estaban muy felices de que ya estuviera mejor y no pudo hacer más que sonreírles torpemente en forma de agradecimiento, ya que sentía como su corazón latía a mil por hora al tener al dragón tan cerca suyo, quien se sentaba a su lado como si nada pasara.

- Sanada-sama!- un guardia entró a la estancia e izo una gran inclinación desde la puerta- Sarutobi-sama me mandó a decirle que comenzara a comer, él y Katakura-sama tenían algo que hacer antes.

- Hacer algo?-preguntó el cachorro- Está bien, muchas gracias por avisarme!

El guardia sonrió e izo nuevamente la inclinación para después marcharse.

- Vaya, esos dos andan en cosas extrañas… bueno, no importa, será mejor que comamos de una vez- dijo Masamune con poca importancia, tomando a continuación una botella de sake y sirviéndose un poco en una pequeña tasa de cerámica, pero antes de beberlo, miró de reojo al menor.

Yukimura tenía su vista fija en la comida, con sus manos apretando firmemente sus rodillas. Podía ver cómo le tiritaban los labios, como fruncía el ceño y como sus ojos se humedecían nuevamente. Estaba recordando al viejo Takeda, de seguro algo en esa comida se lo recordaba.

Bebió del sake, sin dejar de mirar al otro de reojo y luego estiró su brazo hacia el menor, colocando su mano sobre los puños cerrados del tigre, intentando de que dejaran de temblar.

Yukimura, al ver la mano de Masamune sobre la suya, se sorprendió. Miró unos segundos ese contacto entre sus manos para después desviar sus ojos cafés hacia el otro, quitando finalmente ese semblante de angustia por uno de sorpresa y vergüenza.

- Masamune-dono…

- Que tal si tomamos sake juntos?

- S-sake?- aun le costaba un poco reaccionar. Podía sentir como sus mejillas enrojecían con facilidad.Aquello ya le estaba pasando con regularidad, bastaba un pequeño contacto visual o corporal con el dragón para sentir ese calor en el rostro y el resto de su cuerpo.

- Anda, bebe del mío- se acercó al menor hasta estar ya los dos cuerpos pegados uno al lado del otro. Masamune levantó la mano que tenia aun la tasa de cerámica y la colocó frente al rostro del tigre, mientras que la otra mano, que aun estaba sobre los puños del otro, comenzaba a acariciarle para disminuir su tensión, provocando, si es que era posible, un sonrojo aun más fuerte en el más joven.

- De la misma… tasa!?- con tan solo pensar que colocaría sus labios en un lugar en donde ya habían estado los labios de Masamune le izo ponerse inquieto y ansioso.- P-pero podría tomar mi propia tasa!

- No, quiero que lo hagas de esta- era un capricho, pero no le importaba en lo más mínimo.

- Masamune-dono…- tragó saliva con dificultad. Creía que si colocaba sus labios en esa tasa, sería como compartir un beso indirecto con el otro.- Un beso…- pensó el menor, temblándole otra vez las manos solo de las ansias.- Sasuke me dijo que siguiera mi corazón… será que mi corazón me dice en estos momentos que le bese ahora? es por eso que late tan fuerte? Debería tomar de esa tasa, pero quiero que mi primer beso con Masamune-dono sea diferente… tengo que darle uno de esos besos de amor, solo así sabré qué es lo que pasa con mi cuerpo y mi mente!-Masamune se sorprendió al ver como el rostro indeciso y avergonzado del tigre cambiaba a uno lleno de determinación.- Ya lo he decidido!!! Tengo que hacerlo!!! - Sin pensarlo más, Yukimura comenzó a acercarse al rostro del dragón, sin siquiera despegar sus ojos del otro.

Esta vez el que comenzó a sentirse realmente nervioso fue Masamune. Podía ver al tigre acercándosele sin vacilación alguna, decidido por completo en llevar a cabo su cometido y él, no podía hacer otra cosa que verle estupefacto. 

 

Todo su plan se había ido al carajo, no podía moverse, dudaba siquiera que estuviera respirando, lo único que tenía en mente eran esos ojos de fuego consumiéndole y esa tibia respiración que le acariciaba las mejillas. Su cuerpo ni siquiera reaccionaba. Había quedado capturado por el tigre.

Su rostro finalmente enrojeció al sentir esos tibios labios que ahora rozaban los suyos. Ni siquiera se había dado cuenta lo rápido que había avanzado!

No podía cerrar su ojo, no podía dejar de ver a ese Yukimura que se parecía tanto al de las batallas. Lo tenía hipnotizado y ardiendo por dentro, quería que siguiera, que le besara de una vez por todas ya que él, presa de la sorpresa, simplemente no podía moverse.

Le vio girar su rostro levemente, rozando a penas sus labios entre abiertos sobre los suyos, mirándole directamente a su ojo, comiéndoselo con la mirada como un tigre a su presa.

Finalmente los labios del menor se cerraron suave y superficialmente sobre su labio inferior, provocando que su cuerpo reaccionara por ese simple roce, sintiendo como era ahora él el que temblaba. 

Un choque eléctrico le había pasado por toda la espalda por aquel tentados e húmedo contacto. Si con tan solo un roce le hacía sentir así, no quería ni pensar como seria con un contacto mayor.

- Masamune-dono…

Esa… había sido la voz de Yukimura…? De verdad lo había llamado de aquella manera tan seductora y ardiente?

- Masamune-dono…- volvió a repetir, colocando esta vez ambas manos sobre el rostro del dragón, sorprendiéndolo aun más.

- Y-Yukimura…

Dejó escapar un jadeo por solo verle cerrar los ojos e inclinarse nuevamente sobre sus labios para besarle. Instintivamente, cerró también su ojo y entre abrió los labios, listo para recibirle, listo para ser devorado por el tigre de Kai.

- MAEDA KEIJI POR FIN HA LLEGADO A KA… eh?

Keiji había entrado estrepitosamente a la estancia pero detuvo su grito de ingreso al ver la extraña escena frente a sus ojos.

Yukimura tenía ambas manos sobre las mejillas de Masamune, con su cuerpo inclinado hacia el susodicho y con sus labios a punto de devorar los del dragón, quien estaba tan rojo como la propia armadura del menor.

Frente a aquella escena tan sugestiva, ni siquiera Sasuke o Kouujirou, quienes acompañaban a Keiji, pudieron decir algo.

Finalmente la joven pareja reaccionó, separándose al instante, luchando por ver quién de los dos lograba sonrojarse más que el otro.

Todo rastro de aquel tigre voraz y seguro se esfumó, dejando a un pequeño cachorro confundido y abochornado.

- Eh… Danna- Sasuke aun estaba con la boca abierta, sin poder creer lo que vio. Luego de que se recompusiera, carraspeó un poco para llamar la atención- Veo que ya comenzaron a comer!- el doble sentido en su voz era evidente, haciendo que Yukimura mirase al suelo en busca de un lugar donde meter la cabeza y de que Masamune simplemente le mirase con obvios deseos de mutilación por la burla y la interrupción.

- Maeda, qué rayos haces aquí!?

Keiji tembló como una hoja al tener la acecina mirada del dragón sobre su persona, sin mencionar el tono filoso en el que le hablaba, como si con sus solas palabras pudiera cortarle en pedacitos.

- Eh, yo, bueno, este…- recibió un discreto golpe por detrás, cortesía del shinobi, haciendo que regresara a la normalidad- Solo vino a ver a Yuki!

- Yuki…?

Era caso imposible para el más alto no temblar al escuchar la escalofriante voz del dragón. Realmente estaba tentando con su vida. Ni siquiera en las batallas había visto esa mirada tan llena de odio en Date Masamune. 

Si fuese una persona sensata no seguiría hablando, pero para su desgracia nunca lo fue.

 

- Exacto!- entró por completo en la estancia como si no estuviese recibiendo miradas acecinas y se sentó al otro lado del menor, obteniendo que este le mirara con sorpresa, aun con sus mejillas sonrojadas.

 

- Lo siento, tendrás que disculparme, me he enterado hace poco de lo que ocurrió. Los soldados de Masamune me lo han dicho y quise venir de inmediato para darte mis condolencias y mis respetos por el gran guerrero que fue Takeda Shinguen.

- Maeda-dono…- el tigre le miró algo sorprendido- Muchas gracias por sus palabras. Espero no haya sido un problema venir hasta aquí con toda la nieve, seguramente le ha costado y estará cansado.

- No es un problema y no te preocupes el camino no ha sido dificil! Ademas, después de que hemos combatido juntos me di cuenta del gran guerrero que eres y ya incluso te considero un amigo! lo mínimo que podía hacer era venir a mostrar mis respetos y darte algo de apoyo- le sonrió y le guiñó el ojo, provocando que el menor le sonriera de vuelta en forma de agradecimiento.- Vaya! Esta comida sí que se ve deliciosa!! Yo también deseo comer algo! Este olor me ha despertado el apetito!!- el vagabundo se sentó cómodamente, listo para comenzar a comer.

- Y a ti quién demonios te ha invitado!?- le preguntó Masamune ya al borde de su paciencia, aun con las mejillas sonrojadas por lo que ocurrió antes.

- Yuki y yo somos amigos! Y los amigos pueden invitarse por si solos cuando quieran! No es así Yuki?

- Eh… creo que si.

- Ves! Jeje! Yuki y yo ya somos buenos amigos!-estaba a punto de pasar un brazo sobre los hombros del menor pero la escalofriante mirada del dragón le izo desistir, retirándolo lentamente con una sonrisa nerviosa.

- Tsh, eres un molesto- ignoró a todos y se dispuso a comer.

- Pero qué dices? Yo no fui el primero que se invitó solo a Kai- dijo Keiji mientras llevaba una porción de arroz a la boca. La única reacción visible en el dragón fue un leve temblor en las cejas y en la mano que sostenía los palillos, intentando controlarse para no clavárselo en los ojos.

- Masamune-dono es libre de venir cuando lo desee.

Todos se dieron vuelta a ver a Yukimura quien había dicho eso con demasiada naturalidad. 

 

Al tener las miradas de todos sobre él, se colocó un poco nervioso.

 

- Eso hacen en las amistades, no?-giró sus ojos hacia su plato- No sé muy bien cómo es eso de las relaciones de amigos, pero pienso que es algo parecido al respeto que uno puede tener por otro guerrero o no?- miró a Keiji con una sonrisa- y si Maeda-dono dice que las amistades pueden auto invitarse por si solas, entonces estaré muy feliz de recibirles siempre!

Pasó solo unos minutos de silencio en que todos miraban al joven tigre con rostros conmovidos, hasta que Maeda, ya al borde de las lágrimas, se tiró contra Yukimura para abrazarlo.

 

- Ahhh!! Yuki eres demasiado noble y puro!!! Nunca cambies!!!

- M-Maeda-dono!- dijo su nombre con sorpresa, pero no se separó. Se sentía feliz de recibir ese afecto, era parecida a la forma en como él se comportaba con Oyakata-sama.

- Oi…

Bastó solo esa palabra para que Keiji se separase automáticamente del cuerpo del menor. Ni siquiera fue necesario ver el ojo acecino de Dokuganryu para temer por su vida.

 

Luego de que Masamune quitara su vista amenazante del más alto, la dirigió hacia el tigre.

 

-Así que, Yukimura…- le sonrió al ver como el tigre le miraba algo avergonzado- Solo las amistades pueden auto invitarse?

El fuerte sonrojo en las mejillas del menor lo dijo todo, haciendo que el dragón sonriera complacido al ver que era más que una amistad para el menor.

- Yare, Yare, será mejor que comamos de una vez no?-preguntó el ninja, ya demasiado divertido por la situación, comenzando así a comer como se debía.

El único ruido de la estancia era el de Keiji comiendo y alabando la buena comida, conversando con Yukimura y lanzando algún que otro comentario al dragón, quien se limitaba a contestarle con gruñidos o miradas asesinas cada ves que el otro se acercaba mas de lo que debía al tigre.

 

- Sanada-dono, después de la cena Masamune-dono y yo partiremos a las tierras de Oshuu- dijo Kouujirou con su habitual seriedad.

- EEEh!?- el tigre dejó de comer y le miró con tristeza- Tan pronto!?- se giró  a ver al dragón, sonrojándose al ver como el otro le sonreirá cálidamente.

- Tranquilo Yukimura, solo será por unos días. Tengo que asegurarme de que mis tierras estén bien- se llevó un sorbo de su sake a los labios- Aunque lo encuentro una tontería, sé que mis tierras están a salvo con mis hombres ahí!-dijo con fastidio.

- Masamune-sama…!

- Si, ya lo sé Kouujirou!- le dijo con desgano y fastidio- De todas formas voy, no?

- Si tanto te molesta irte, deberían pensar en unir las dos tierras no te parece? Jajaja- bromeó el ninja, pero dejó de reírse al ver el rostro pensativo del dragón, quien de verdad parecía estar pensando seriamente en hacer algo como eso- Eh, solo estaba bromeando!

- Tsh- chasqueo la lengua con enfado, dirigiéndose otra vez hacia el menor que parecía algo desanimado- Regresaré a Kai si es lo que deseas.

- Claro que si!!!- Yukimura se sonrojo al ver que, nuevamente por los nervios, había hablado fuerte y apresuradamente, avergonzándose al ver la mirada divertida que el dragón le lanzaba- Eh… bueno, si es que usted puede…

- Ya veremos- le dijo el capitán de Oshuu, riéndose al ver como el menor colocaba un pequeño puchero- Tranquilo, lo haré y te traeré unos dangos, bien?

- Dangos!?- los ojos del menor brillaron, haciendo que Masamune riera con más fuerza.

- Ehh! Yo también quiero unos! Me traes a mi también!?- preguntó Keiji mientras levantaba las manos, recibiendo una mirada molesta del dragón.

- Qué!? Acaso piensas quedarte aquí!?

- Claro! fue un viaje largo y sería bueno que me quedara para darle mi apoyo al nuevo tigre de Kai! - miró al tigre con una sonrisa infantil- puedo quedarme unos días siento???

- Claro- dijo el menor con una sonrisa sincera. Masamune resopló enfadado y con resignación.

- Eso significa que me tienes que traer dangos a mi también!- volvió a pedir el mas alto.

- A ti no te traigo nada vagabundo mujeriego!!!

- Moo, que malo eres!- se acerca un poco al menor para susurrarle- Yuki dile que me traiga a mi también!

- YA TE DIJE QUE NO MALDITA SEA!- Masamune terminó tirándole su tasa de sake vacía, dándole de lleno en la cara al vagabundo, quien luego se levantó con un chichón en la frente mientras reclamaba infantilmente por el golpe, provocando que Yukimura comenzó a reír por la rara situación.

Sasuke les miraba con una discreta sonrisa. Estaba feliz de poder ver otra vez a su Danna reír de aquella manera tan despreocupada. Realmente sentía que ese Dragón hacía una gran diferencia en su capitán, quien con su sola presencia era capaz de alejar las dudas y el temor del Tigre de Kai.

- Oi, oi! No comiencen a tirar comida!- les dijo Sasuke con una gota de sudor en la cabeza al ver como el dragón y el vagabundo comenzaban a tirarse alimentos, usando a Yukimura como un especie de escudo humano.

- Aun son unos niños- susurró Kojuurou con una sonrisa, feliz de ver a su señor tan relajado.

- Si que lo son- le contestó el ninja, compartiendo la misma sonrisa.

Notas finales:

Espero sus comentarios! porfis! comentarios! comentarios! comentarios! que para una escritora son fundamentales Y-Y


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