La depresión de Fubuki
Desperté a media noche con lagrimas cayendo de mis ojos, de nuevo llovía… no lo digo por mis lágrimas, realmente estaba lloviendo…
Me senté en la cama y mire por la ventana, se veía la luna desde ella… mientras miraba por la ventana paso un trueno y grite inconcientemente, creo que el ruido que causo el trueno cubrió el de mi grito y nadie lo escucho.
Aun en la cama, escondí mi rostro entre mis rodillas abrazando mis piernas, me asusta el ruido de los truenos… me recuerda a las avalanchas… y el día en que perdí a mi hermano, Atsuya…
Él se había ido, lo perdí, ya no esta… ahora estoy solo, ya no estará su voz en mi mente… ni sus interrupciones en los partidos… no quería dejarlo ir, no… tenía miedo de estar solo… dicen que sin Atsuya estaré mejor… que ya no tendré doble personalidad ni nada pero, de cierta forma, con él ahí… sentía que… que siempre había alguien conmigo… siempre…
Fubuki siguió temblando aun abrazando sus piernas, llorando y gritando cada vez que escuchaba un trueno. La lluvia no paraba y parecía intensificarse a cada momento, finalmente el peliplateado se escondió baja las frazadas de la cama y ahí se durmió.
…
Fubuki abrió sus ojos, no sentía ganas de levantarse, así que solo se quedo recostado mirando la nada. Pasaron las horas y aun nada.
- ¿Fubuki-kun? – Llamo Hiroto luego de dar un leve golpe en la puerta, Fubuki no respondió pero si miro hacia la puerta, sin moverse de su lugar - ¿Fubuki-kun, estas despierto? – pregunto entrando a la habitación y mirando hacia la cama del peliplateado.
Nuevamente no recibió respuesta y se acerco más a él.
- ¿Fubuki-kun? - le llamo mirándolo, notando que estaba despierto ya que le miro - ¿te sientes mal? – pregunto tocándole la frente, Fubuki se aparto.
- A…Atsu… Atsuya… - murmuro lastimosamente cerrando sus ojos dejando que las lágrimas volvieran a salirse.
- Fubuki-kun, Atsuya ya no esta, él murió hace mucho y lo sabes – dijo Hiroto mientras le acariciaba la cabeza en un intento de consolarlo.
- Atsuya… ¿Dónde estas…? – Volvió a sollozar Fubuki agarrándose el pecho – Atsuya… - murmuro sollozando.
- Fubuki-kun… - murmuro mirándole – espera, iré por alguien – salió corriendo de la habitación, preocupado por el estado del peliplateado.
Mire nuevamente por la ventana, seguía lloviendo, ahora menos que antes… logre levantarme, fui hacia la puerta y salí, caminando por el pasillo aun en pijama, sentía como si fuera a caer en cualquier momento, veía borroso y más de una vez tuve que apoyarme en la pared.
Salí de la posada y me quede en medio del campo de futbol, mirando hacia el cielo.
- ¡¡Atsuya…!! – grite llorando, caí al suelo de rodillas y baje la cabeza mientras seguía llorando…
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- ¡¡Fubuki-kun!! – llamaron Hiroto y Aki entrando a la habitación del peliplata.
Fubuki no estaba en la cama ni en ningún otro lado de la habitación.
- maldición, ¿Dónde esta? – Se pregunto Hiroto preocupado – esto esta mal… no estaba en buenas condiciones…
- hay que buscarlo – dijo Aki igualmente preocupada.
Se escucho un trueno y un grito tras el, ambos fueron a la ventana y vieron al peliplateado en el campo de futbol, arrodillado en el suelo temblando.
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- Atsuya… Atsuya, vuelve… vuelve, por favor… - murmuraba Fubuki totalmente empapado por la lluvia.
-¡¡Fubuki-kun!! – gritaron el pelirrojo y Aki para llamar su atención, el peliplateado solo siguió murmurando el nombre de su hermano sin tomar en cuenta a esos dos que se acercaban corriendo.
- Fubuki-kun, nos diste un gran susto… - suspiro Aki poniendo una mano sobre el hombre del aludido, este pareció no sentirlo.
- Atsuya… regresa… - murmuro mirando el piso.
- mírate, pareces un gatito empapado… - sonrió Hiroto, cubriendo a Fubuki con su chaqueta y tomando sus manos, tratando de levantarlo del suelo – vamos, todo estará bien – animo poniéndose a su altura y acariciando su cabeza con una mano.
- llevémoslo a la enfermería, no se ve nada bien – dijo Aki mirando al pelirrojo, este asintió y trato de que Fubuki se levantara, con el mismo resultado de antes.
De nuevo, un trueno lo hizo gritar, tapando sus oídos con las manos, temblando notoriamente.
- Fubuki-kun, calma, solo fue un trueno – sonrió Aki tratando de que dejara de temblar, Fubuki cerro los ojos, aun temblando, y se desmayo.
Hiroto lo tomo en brazos y suspiro.
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Fubuki despertó en la enfermería, se incorporo un poco en la cama y miro a su alrededor, desorientado y con la mirada perdida y opaca.
- Fubuki-kun, ¿ya te sientes mejor? – pregunto Hiroto entrando a la enfermería y acercándose a la cama donde estaba el peliplateado, este no respondió solo se le quedo mirando al pelirrojo para luego bajar la mirada – ya veo… bueno, entiendo que se puede estar feliz todo el tiempo pero… Fubuki-kun, esto no te hará nada bien… - suspiro con una sonrisa que mostraba algo de preocupación.
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En el comedor, estaban casi todos los del equipo, solo faltaban Hiroto y Fubuki, que estaban en la enfermería.
- Aki, ¿sabes dónde están Hiroto y Fubuki? – pregunto el capitán a la chica, esta se dio la vuelta, mirándole de frente.
- sí… ambos están en la enfermería… - respondió bajando la mirada, recordando lo que le había sucedido a Fubuki.
- ¡¿en la enfermería?! – grito Endou, todos en el comedor se le quedaron mirando y luego se acercaron para escuchar la conversación.
Aki, al ver que todos comenzaban a rodearla, se hizo un poco hacia atrás.
- tranquilos, ambos están bien…
- ¿entonces por qué están en la enfermería, Aki? – pregunto Endou, interrumpiéndola.
- Fubuki-kun… tuvo una recaída… esta vez parece que esta peor que antes, lo único que hace es llamar a su hermano – dijo Aki bajando la cabeza, notoriamente preocupada por el estado mental del peliplateado.
- era de esperarse, no se recuperaría tan pronto de algo así… - suspiro Kazemaru bajando la mirada.
- además, salio al campo de futbol en plena lluvia y luego se desmayo, Hiroto-kun lo llevo en su espalda a la enfermería, ahora se quedo con el para estar seguros que no volviera a salir – dijo aun cabizbaja.
- ¿H-Hiroto esta con él…? – pregunto Midorikawa murmurando - *¿m-me esta engañando con Fubuki…?* - se pregunto pensando en mil cosas sin razón, era demasiado celoso…
Endou, luego de escuchar lo que la chica había dicho, salio corriendo a la enfermería, a ver como se encontraba Fubuki. Seguido por el peliverde, definitivamente era demasiado celoso con Hiroto, y eso que apenas hace unos días se habían declarado sus sentimientos el uno al otro.
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En la enfermería, Fubuki seguía con la mirada algo perdida, sin mirar nada realmente, se sentía morir del dolor en el pecho que tenía, el dolor no desaparecía, no aumentaba ni disminuía… solo sentía como le consumía lentamente y le dificultaba la respiración.
Hiroto no podía hacer más que estar con él, se sentó en un banquillo que estaba al lado de la cama y mirándole enternecido le acariciaba la cabeza, no sabía la razón, pero verlo así le enternecía a la vez que le preocupaba, no era amor solo cariño hacia Fubuki.
- ¡¡Fubuki!! – Grito Endou abriendo la puerta de golpe.
- ¡¡Hiroto!! – grito Midorikawa igualmente en la puerta.
Ambos jadeando por haber corrido hasta el lugar, Endou camino lentamente hasta la cama de Fubuki y se le quedo mirando, el peliplateado ni siquiera le miro. Mientras Hiroto se levanto de la silla, Midorikawa se acerco a el y le abrazo, escondiendo su rostro en el pecho del pelirrojo, este correspondió con una tierna sonrisa en el rostro.
- no te atrevas a engañarme… - murmuro el peliverde aun escondiendo el rostro.
- ¿engañarte? – Se pregunto el pelirrojo, el peliverde levanto el rostro mirándole a los ojos – sabes que jamás lo haría – dijo besándole la mejilla.
- Fubuki… - murmuro Endou mirando al peliplateado recostado en la cama, mirando el techo, Hiroto y Midorikawa le miraron mientras seguían abrazados.
El castaño capitán apretó los puños con rabia, sentía frustración de ver al peliplateado en ese estado, ¿Cómo no lo noto antes?, se suponía que el era el capitán del equipo, debía cuidar a sus compañeros, ¿no?
Fubuki le miro, apenas dándose cuenta de su presencia, Endou se entristeció al ver el rostro del peliplateado, que casi siempre sonreía tiernamente, ahora mostraba solo tristeza y dolor.
- ha estado así toda la mañana… - murmuro Hiroto aun abrazando al peliverde – es como si no escuchara cuando le hablan… - Endou miro hacia atrás, al pelirrojo, y luego volvió a dirigir su mirada hacia Fubuki.
- pero… Fubuki, estarás bien, ¿cierto? – Pregunto Endou mirando notoriamente preocupado - ¿sabes? El equipo realmente te necesita…
- no… - murmuro el peliplateado – no necesitan a Shirou como defensa… tampoco a Atsuya como delantero… - nuevamente las lágrimas volvían a escapar de sus ojos, cayendo por sus mejillas, se sentía inútil.
- ¿pero que dices, Fubuki? – dijo Midorikawa.
- al que necesitan realmente es a Atsuya… - murmuro lastimosamente sollozando – no necesitan al inútil y débil Shirou…
Todos se sorprendieron al escucharlo hablar de esa manera de si mismo, sí, era débil de carácter, algo influenciable pero no era inútil, ellos nunca pensaron eso, le querían, lo apreciaban mucho.
Endou, por más frustrado que se sentía, consiguió formar una sonrisa, en busca de reconfortar un poco al menor.
- Fubuki – llamo, el peliplateado solo le miro, aun con la mirada apagada – cuando te sientas mejor… ¡te estaremos esperando! – Dijo sonriéndole - ¡para volver a jugar futbol juntos!
Fubuki al escucharlo, así de feliz, sonrió aun con un toque de tristeza en su rostro. Sin poder evitarlo, lágrimas salían nuevamente de sus ojos, aun con su sonrisa forzada y melancólica.
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Comenzaron a pasar los días, el peliplata parecía no mejorar, más bien, empeoraba, había dejado de comer y solo despertaba por unos minutos y luego volvía a dormir a causa del cansancio por llorar tanto.
- Fubuki… - suspiro Gouenji mirándole de pie junto a su cama, acarició su rostro, limpiando las lágrimas secas que yacían en el.
El goleador le iba a ver todos los días, preocupado por su condición, no quería dejarle solo, una que otra vez Fubuki había despertado cuando él estaba allí pero… el peliplata lo único que hacía era mirar a su alrededor.
- A… Atsuya… - murmuro el peliplata aun dormido, Gouenji le miro y tomo su mano, mientras seguía acariciando su mejilla, paso sus dedos por sobre los rosas labios de Fubuki, rozándolos.
Segundos después vio como los ojos del peliplata se abrían lentamente, su mirada seguía opaca, sin vida…
- ¿Gouenji-kun…? – murmuro con la voz entrecortada, el pelicrema le tomo suavemente por el mentón y un beso dejo en sus labios, el peliplata permaneció inmóvil, y al igual que Gouenji no cerro los ojos, se miraron.
Al separarse, Fubuki se incorporo un poco en la cama, con algo de ayuda del pelicrema.
- Fubuki – suspiro en su cuello al abrazarle – Fubuki, odio verte así… - se mordió el labio inferior, luchando por no llorar, aun así era inútil, por más que tratase ya caían esas saladas gotas de sus ojos, humedeciendo el hombro de Fubuki, este le miro y solo atino a corresponder su abrazo, mientras que también de sus ojos comenzaban a bajar lágrimas.
- Gouenji-kun, ¿Por qué lloras…?
El pelicrema levanto el rostro, mirándole a los ojos.
- porque… quisiera ser yo quien sintiera el dolor que sientes ahora, quiero quitarte este dolor… - murmuro con la voz entrecortada tocando con una mano el lado izquierdo del pecho del peliplata, justo sobre su corazón.
Fubuki bajo la cabeza y suspiro al sentir el calor que le daba la mano de Gouenji sobre su pecho, cerró los ojos mientras llevaba su mano sobre la del goleador de fuego, el contraste entre sus temperaturas era muy notorio.
El peliplata miro hacia la puerta de la enfermería, que permanecía abierta, se sorprendió al ver ahí a su hermano menor, sonriendo con lágrimas en sus ojos, el pelirrosa se limpió las lágrimas con la manga de su chaqueta y sonrió con alegría.
- Shirou… ¡se feliz! – dijo sonriendo mientras tocaba su pecho, sobre su corazón – te amo, hermano…
- Atsuya… - murmuro mirando la puerta, después de que el pelirrosa ya había desaparecido corriendo por el pasillo, Gouenji le miro aun con algo de tristeza, el peliplata sonrió mientras se limpiaba el rostro de aquellas lágrimas que hacia poco había derramado – gracias… - suspiro abrazándole.
Miro nuevamente hacia la puerta y escucho varias voces, sobretodo la del castaño capitán, y muchas más.
Fubuki deshizo un poco el abrazo y le miro con una sincera sonrisa.
- ya estoy bien – aseguro sonriendo mientras tomaba una de las manos del pelicrema, este también sonrió y, con su mano libre, quito el flequillo del peliplata para luego depositar un dulce beso en su frente.
Endou entro sin avisar, ya que la puerta se encontraba abierta, y al igual que todos los que le acompañaban, vio la hermosa escena que se había formado en aquella enfermería, ambos chicos protagonistas de la escena les miraron algo sonrojados.
- Fubuki, me alegra que ya estés mejor – sonrió el capitán.
- nos preocupaste mucho a todos – dijo Kazemaru al lado de Endou.
- lamente haberles preocupado… - se disculpo el peliplata – pero ¡ya estoy bien!
Se levanto rápidamente de la cama, perdiendo un poco el equilibrio, hubiese caído de no ser por Gouenji que seguía a su lado apoyándolo, Fubuki le miro algo sonrojado y recordó las palabras de Atsuya “¡se feliz!”, sonrió sin quitar la mirada de los oscuros ojos del goleador.
- chicos, aquí sobramos – rió Kazemaru saliendo de la habitación arrastrando consigo a Endou – hay que dejarles solos un momento – le murmuro al oído.
Los chicos dentro de la enfermería por un momento miraron como se iban todos para luego volver la mirada a los ojos del contrario, volvieron a unir sus labios mientras se abrazaban.
Fubuki suspiro con una sonrisa, sería feliz pero no solo.
Así termino la depresión de Fubuki y comenzó una bella relación.