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Una Apabullante Obsesión por akari_uchiha

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Notas del fanfic:

Olass

Otra vez por aca, esta vez con un fic n_n

Tenia la idea hace tiempo, y aqui esta XD,

Como siempre, NaruSasu *.*

los personajes no nos mios, sino del autor original n.n

Saludos Kishimoto-san XDDDD

Notas del capitulo:

Despues de mucho hago un fanfic, wiii~

PROLOGO

Fanáticos del futbol. Eres uno de ellos?

 

-Si!!!, maldición, si!!

 

Si eres uno más de los hinchas que apoyan nuestra selección, ¡¡únetenos!!, no pierdas el tiempo.

 

En dos días, en el partido que marcara nuestra entrada o despedida del mundial. ¡Apóyanos!

 

¡Tu apoyo es necesario, tu selección te necesita!

 

Auspicia cerveza Tristan.

 

-Dos días?, estaré allí sin falta!!-

 

En medio de griteríos, efusivas coreadas, agitados movimientos de brazos y variados saltos, Naruto Uzumaki dejo su lugar de trabajo sin tan siquiera pedir permiso, enfrascado en su fanatismo y con una sola cosa en mente.

 

Conseguir pasajes para el mundial.

 

¡¡Su selección lo necesitaba!!

 

Y él, como hincha número uno, no iba a ser menos.

 

 

Naruto sufría uno de los males comunes entre los hombres en la actualidad. Futbol.

 

Aquel deporte era lo primero en su vida.

 

Su pareja no importaba.

 

El trabajo no importaba.

 

El futbol sí.

 

Sería capaz de dejar a su novia plantada en el altar por aquella obsesión.

 

Y eso era justamente lo que inconscientemente iba a ser. Porque en su mente no había nada más.

 

Todo aquel que le conocía veía imposible el solo hecho de pensar que eso un día cambiara.

 

Pero todo cambia, a veces, cuando menos se espera.

 

 

En un pequeño departamento, de raídas paredes caoba y estrecha sala de estar, con tan solo un pequeño sillón y un sofá alargado desgastado por los años, una pareja de jóvenes que no sobrepasaban los 23 años de edad convivían en la maltrecha vivienda, un joven recién egresado de la universidad y una muchacha emprendedora en inicios de la carrera en medicina.

 

Se iban a casar.

 

O al menos esos eran los planes. Naruto y Sakura lo llevaban planeando desde hace seis meses, la segunda más emocionada que el primero, con ilusiones y proyecciones que jamás se verían cumplidos, teniendo la insólita esperanza que para la vida del rubio, no existía alguien más importante que ella.

 

Llevaban 5 años de pololeo, un tormentoso tiempo que aun a pesar de los pronósticos, a pesar de las caídas del ojiazul (por sus contantes preferencias por el deporte del balón) aun se mantenía a flote, por ese amor ilusorio de la pelirosa hacia a él.

 

La Haruno dejo su casa al finalizar la preparatoria y se mudo con su novio, dejo las comodidades de su hogar para profundizar aquel lazo que un día, esperaba sobrepasara la obsesión insana que tenía el Uzumaki por el fútbol.

 

Tolero mucho... mucho.

 

Pero su paciencia llego a su final. La gota colmo el vaso. Y ella desistió.

 

El rubio, entre chillidos de emoción le conto sobre su gran idea, viajaría a apoyar a su equipo.

 

Dejaría su tan esperada y soñada boda. Ni siquiera parecía recordarla.

 

Se dio cuenta que no había posibilidad que su sueño se cumpliera.

 

-Así que... quieres ir no? Dejaste el trabajo tirado, todo por ese arrebato no?-

 

-Arrebato?-arrugo el entrecejo, y se hundió en su puesto en el sofá con los brazos cruzados-eso suena feo Sakura-chan, no es un arrebato!!, es algo muy importante!-

 

A duras penas, la pelirosa aguanto su llanto. La ira. La mezcla de frustración y tristezas que querían expresar sus lágrimas.

 

-Importante eh?, mas importante que lo que teníamos planeado?-aun a pesar de que tenia las pruebas del desamor del ojiazul frente a su cara, no pudo evitar darle una última oportunidad a su corazón, tratar de salvar la esperanza.

 

-Teníamos algo planeado?-

 

La mecha de los sueños se apago definitivamente y las lágrimas ya no tuvieron represión. Mojaron sus mejillas al instante.

 

-Jejeje-rio lastimera- íbamos a casarnos Naruto, acaso no recuerdas cuando te lo propuse? Cuando establecimos la fecha?, No recuerdas tus promesas?-cerro los ojos, inspirándose fuerzas-Anda a tu maldito partido...¡ve!, se feliz de una maldita vez. Me canse. Esto se termino. Púdrete en el maldito estadio y no me vuelvas a hablar en la vida-se levanto aun hecha un mar de lagrimas y a paso rápido se dirigió a la única habitación del estrecho departamento, esa que compartía con el ojiazul-¡Me voy!-Agarro un bolso, el primero que vio al revisar bajo la cama y en forma desordenada hecho toda la ropa que guardaba en el armario.

 

Naruto, aun estático, quedo con la boca abierta en el sofá, en un gesto de confusión que se disipo ante el último grito de la ojiverde "me voy". ¡Sakura se iba!.

 

-Sakura-chan de que hablas?. Está bien, recordé lo de la boda pero... no podemos cambiarlo para otro día? Sabes lo importante que es todo esto. No seas tan grav-

 

-Que no sea grave? Que te entienda?. Y quien me entiende a mi eh?!, todo este puto tiempo he esperado, esperado y esperado porque realmente me quieras, porque me consideres un poquito más por sobre tu maldita obsesión... ¡Pero ya me canse!- Tomo su bolso, en donde comúnmente llevaba los libros y cuadernos para las clases. Cargo todos y pasando a paso agitado y costoso por el lado del ojiazul se dirigió a la puerta-Adiós! No me vuelvas hablar en tu vida-

 

-Pero Sakura-chan!!-La intento detener antes de que pasara la puerta, pero, en un gesto agresivo, la pelirosa se giro y le dio un manotazo antes de que siquiera la rozara- No me toques-pronuncio con odio y finalmente, salió.

 

Naruto quedo mirando la puerta con incredulidad, con la sorpresa a flor de piel y aun sin salir del asombro que le significo toda la escena.

 

Sakura-chan lo había dejado?

 

 

Si bien el abandono de la pelirosa había significado un gran cambio en su rutina diaria, le afecto menos de lo que una vez pasado los hechos pensó. Se pregunto si alguna vez amo a Sakura.

 

No dudaba en haberle tenido un gran aprecio, por algo convivio parte de su vida con ella e iniciaron en un noviazgo pero... ¿realmente sus sentimientos alguna vez pasaron del amor fraternal? La pérdida más que a nivel del corazón, no le significaba mucho, si bien sus sentimientos se sentían resentidos, era más parecido a lo que queda al perder a una amiga que a un amante.

 

Se sintió culpable al recabar en sufrimiento que le hizo pasar.

 

Pero, paradójicamente, no sentía culpabilidad ante su preferencia por el fútbol, o como lo llamaba la pelirosa, su insana obsesión. Su lista de prioridades jamás iba cambiar. La pasión que le provocaba aquel deporte, nada, nadie mas era capaz de superar, y dudaba que algún día eso pudiera cambiar.

 

Supo que estaría solo a menos que alguien extrañamente fuera capaz de superar aquel gran factor.

 

Su vida en si no tenía mayor sentido, o al menos, siempre lo pensó así. Se crio en un orfanato, entre niños que sin una razón particular le mostraban rechazo, miradas de desdén y desprecio que de pequeño calaron hondo en su corazón. No había con quien compartir, jugar, reir o tan siquiera conversar.

 

Estaba solo. Hundido en una abismante soledad.

 

Fue un día soleado, cuando como siempre él se la pasaba en soledad, cuando pateaba piedras con descuido, sus pies dieron con algo más grande y conciso.

 

Un balón.

 

Al parecer, alguien había extraviado aquel objeto.

 

Aburrido como estaba, y sin nada mejor que hacer para despejar su mente, inicio un flojo peloteo con el objeto redondeado. Ya con anterioridad había visto por la televisión como jugadores profesionales perseguían cual desquiciados el balón, corriendo como si su vida dependiera de ello por obtenerlo aunque sea por un mísero segundo, anhelando anotar un gol que aria que una apabullante multitud se sumiera en un caos de euforia y otra, contraría, en un caos de frustración.

 

Entonces de alguna forma, concibió aquella insignificante pelota como un objeto poderoso y atrayente que le podría brindar un poco de diversión. El flojo peloteo se convirtió en un emocionante dominio inexperto que buscaba aplacar ese sentimiento de soledad, hacerle sumir en aquella abstracción en la que parecía sumirse los jugadores y olvidar los problemas. Sumergirse e ignorar.

 

Cuando cursó secundaria y preparatoria, cuando paso a la universidad, esa aversión que le manifestaban los demás se esfumo, cual  polvo que se sopla, y al fin hubo gente que le rodeo. Pero nunca nadie fue más importante que aquel deporte que de aquel entonces, cuando pequeño, le insto a una manera de ver la vida más vital.

 

Jugó en las ligas escolares y en torneos locales, mas al salir de la universidad dejo eso y paso a una vida profesional, el nunca aspiro a ser un jugador profesional, no se considero "digno". Porque si bien jugaba con "estilo", este no alcanzaba a cubrir el perfecto.

 

Si no era perfecto, no se podía dar el lujo de aspirar aquello.

 

En vez de eso, sería el fan número uno, y seguiría aquel afamado deporte de entre el público.

 

No fallaría.

 

Porque el fútbol  era lo más importante de su vida.

 

 

 

A todos los pasajeros, se les ruega abrochar sus cinturones de seguridad

 

Después de contar sus ahorros y pedir un préstamo de lo que le faltaba, Naruto Uzumaki compro de inmediato el pasaje que creía le llevaría a la gloria y a su lugar favorito. Un estadio. Su trabajo estaba perdido, la que había sido su novia por tantos años le odiaba y le había dejado, muchos de sus amigos le habían desertado; pero aun así, sintió que hacia lo correcto y se enorgullecía de ello.

 

El viaje fue tranquilo, no se presentaron turbulencias y aquel odioso dolor de oídos no le ataco por esa ocasión, todo marchaba bien y antes del gran día podría vacacionar unos cuantos días en la ciudad.

 

Por un momento lamento estar solo.

 

-Nacemos solos y aunque convivimos con otros, es debilidad ser dependiente de ellos. Aun si a los demás no les gusta, no puedes dejar de hacer lo que te gusta solo porque a los otros no les va. Te tenía por idiota, pero no pensaba que llegaras a este nivel, Naruto-

 

Si tu no sigues tus sueños, si tu no haces lo que te gusta, quien lo va a hacer?

 

Sonrió ante el pensamiento.

 

Aquel chico pelinegro de antaño, a pesar de lo que pensó de él en un principio, realmente... aquellas palabras suyas le fueron un gran motor. Lamentaba haber olvidado su nombre.

 

En el orfanato nunca ninguno de sus compañeros se le acerco, nadie nunca le extendió una mano o le dirigió una sola sonrisa gentil. Para todos en aquel lugar no significaba más que una mota de polvo que ansiaban "barrer", una mancha que ansiaban borrar. En medio de aquella desolación, el balón se convirtió en su único amigo. Aun si no tenia rostro con el cual dirigirle cálidas expresiones, aun si no tenia extremidades que se extendieran en su dirección ofreciéndole atención. Era lo único en aquel lugar que compartía con él y no le miraba con desdén.

 

Día y noche, el balón no se separaba de él.

 

Sus padres no lo quisieron, los adultos del orfanato le despreciaban y los que eran sus compañeros le odiaban.

 

Un día, una de las cuidadoras ansiosa de romper su burbuja de felicidad, critico su notable dependencia, le restregó en la cara aquello que con la pasión con el balón había ocultado en lo profundo de su mente. Se burlo de lo triste de su realidad, y por ultimo...

 

...Le quito su balón.

 

Abrazando sus rodillas, en un rincón de la habitación donde aquella lacerante conversación se desarrollo, escondió su cabeza entre sus piernas y lloro.

 

Solo, solo, solo... volvía a estar completamente solo.

 

La puerta entre abierta chirrió al ser abierta, y un niño de cabellos negros y ojos como la noche entro en la habitación. No supo de ello hasta que en un parco llamado, el visitante le llamo. Levanto su rostro lloroso y frente al él, un niño que jamás había visto le miro con una mirada fría y molesta.

 

Volvió a agachar el rostro, sin dudar en la intención del otro infante. Humillarle.

 

Pero contrario a todo lo esperado, el pequeño avanzo en su dirección, le levanto el rostro y le pregunto su nombre.  A partir de ese día, y durante los seis siguientes, en el mismo horario, aquel encuentro se repitió.

 

Comenzaron con conversaciones triviales y sin sentido, ignorantes de las realidades en las que cada uno vivían, tan solo encuentros independientes que aplacaban la soledad.

 

En el cuarto día, sin una pregunta que le incitara a hablar, Naruto decidió que acallaría esa gran interrogante que desde el pelinegro le hablara, se formulo en su mente.

 

-¿Porque te acercas a mi?-temiendo por la respuesta, se encogió inconscientemente en su lugar. La idea de que todo aquello no había sido más que una broma para burlarse de él, resonó con fuerza en su mente.

 

En un principio el otro niño le miro extrañado, sin entender a que venía de repente aquella interrogante. Su rostro adopto un gesto contrariado, que tal como había aparecido, se extinguió con un suspiro.

 

-Estaba aburrido-respondió con simpleza, torciendo el labio con desagrado-todos los niños de aquí son unos pesados-

 

-Yo también soy de aquí-recordó dubitativo, tan solo, esperando confirmar aquello que en sus palabras, había dicho implícitamente el pelinegro. Quiso pensar que para aquel niño él era especial. Necesitaba sentirse especial para alguien.

 

-No es verdad, tú no eres como ellos-desvió el rostro, impidiendo así al rubio ver el inevitable gesto de vergüenza que se había perfilado en su rostro-Pero no te creas tanto, tampoco eres la gran cosa como yo-refunfuño, fingiendo molestia.

 

Naruto abrió sus ojos sorprendido, con un brillo que jamás se había percibido en su mirada, la felicidad ante aquellas palabras se tatuó en la gran sonrisa que se plasmo en su rostro.-¿Quien te dijo que eras la gran cosa?-contradijo, divertido por el gesto de enfado que al voltear el rostro en su dirección, le había mostrado el otro infante-¿eres un creído sabes?-

 

-Dobe-insulto, con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos -No soy como tu-

 

-Oh claro que no teme-Sasuke acentuó un gesto de suficiencia, Naruto amplió su sonrisa- ¡no eres tan genial!-

 

-¡Usuratonkachi!-

 

Aquella fue la primera vez que se divirtió tanto con otro niño. Rio como nunca lo había hecho, y la sonrisa que le siguió a ese encuentro, se repitió durante todos los restantes días de esa semana en la que estuvo con el pelinegro.

 

Si por el hubiera sido, esa semana hubiera durado por siempre.

 

Durante esa semana, la soledad para él no existió.

Notas finales:

Termine! XD

Que tal les parecio el prologo?, planeaba hacerlo mas corto, pero ya ven, todo fluye XDD

Espero que les haya gustado n.n

Si les gusto dejen review =D

Matta nee!

 


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