Se cerraron las puertas del ascensor, apoyado en un solo brazo trataba de apaciguar el dolor que le producía el recargarse del todo sobre su cadera.
-maldito… - soltó al aire, un rubio decaído luchaba por no destrozar las puertas a causa de su rabia, saliendo de su inconsciencia al igual que del hotel, se percato que a ese lugar lo arribo el peliazul, maldiciendo tomo un taxi que lo llevara de nuevo a la calle donde se ubica aquel bar donde había dejado su auto y en el cual la noche anterior, había sido su punto inicial con el geminiano. No tardo demasiado en llegar, abrió la puerta del conductor percatándose de la multa que tenía sobre el parabrisas, tirándola al suelo abordo arrancando a toda velocidad.
Avanzo por las calles de Grecia en silencio, dando constantes suspiros y en ocasiones maldiciones, venían a él los recuerdos de la noche anterior ¿Cómo había sido tan imbécil para caer? Y peor aún con alguien como Saga ¿Qué carajos pasaba por su cabeza en ese momento?
*Ahora que lo recuerdo… * - cerro sus ojos unos instantes y como punzantes flechas, atravesaron su mente los recuerdos del principio de su desventura.
.:POV Radamanthys:.
Después de ser liberados de sus actividades como caballeros de Hades, habían emprendido su vida como humanos normales, él por su parte, era gerente de una agencia de autos, aunque era un puesto menor ganaba lo suficiente para vivir, abarrotado de trabajo por la nueva línea que había llegado de Japón e incitado por sus amigos arribo en “The Paradise”, donde a pesar de la música que él desconocía, el ambiente se veía bastante prendido, los tragos comenzaron a rolar y fue allí cuando cierto chico de cabellera azul llamo su atención, moviéndose de manera provocativa arrasando en la pista era aludido y admirado por todos.
Su rostro le era similar, decidió dejarlo de lado debido a que, para él, ese tipo de cosas eran superficiales, aunque no podía evitar observarlo de lado, después de un rato le vio acercarse, llego a la barra y al ordenar, el rubio se atraganto con su bebida
-¿Saga? – exclamo estupefacto, ante el llamado el peliazul viro sorprendiéndose de igual manera.
-¡Vaya! Sabía que algún día los zombies invadirían la tierra– se acerco a él – el gran Radamanthys en un antro gay y lo más curioso es que en Grecia – el ingles se avergonzó un poco, sorbiendo su vaso ignorando el comentario.
-acaso uno no puede divertirse, digo excepcionalmente tu, se ve que conoces la pista…
-mejor que a Kanon te lo aseguro – río – así que me observabas – se recargo sobre la mesilla, para devorarle con la mirada.
- para nada – refuto
- entiendo… entiendo… - ironizo - ¿no me invitaras algo?
- ¿Por qué lo haría? – en tono frío trataba de cortar la conversación, mientras más lejos estuviera de él mejor, el peliazul sonrió y llamando al barman pidió Whisky, no supo realmente que fue lo que sucedió quizás el alcohol estaba adulterado o el mismo rumbo de la plática hizo que se prendiera demasiado rápido, de momentos o mejor dicho de vasos a otros, se encontraba totalmente alcoholizado, hablando con el geminiano como si lo conociese de toda la vida y no iba muy alejado de la realidad. Sin embargo cuando pudo recobrar un poco la conciencia se hallaba bailando o haciendo el intento, mientras saga le acariciaba la espalda y se apegaba a él perlándose por el sudor, dejándose llevar aquel baile se convirtió en un danza erótica en la que ambos cuerpos se pegaban con lujuria y deseo.
- vamos a otro lado… - susurro el peliazul a su oreja, mientras mordía su lóbulo, el inglés contuvo el revuelco que le causo aquella propuesta y sin pensar en nada, simplemente esbozo un firme “si” para salir del sitio en el auto de Saga, le llevo hasta “le fête” un hotel en el centro, las calles iluminadas de colores vistos obviando sitios de mala muerte, dirigían su camino el cual fue silencioso, las ansías le carcomían al igual que los nervios, sin embargo su visión era mareada debido a la cantidad de alcohol ingerido.
En la recepción Radamanthys uso su tarjeta de crédito para saldar la cuenta y accedieron al 4° piso habitación 365; el tiempo en que tardo en cerrarse la puerta fue mayor al que ya devoraban las ansias tocándose provocativamente, las prendas fueron abandonando la escena con cierta brusquedad, el tiempo se consumía a su paso, apresurado Saga arrojo al rubio sobre la cama la cual estaba rodeada por espejos, sonrió de manera superior relamiéndose los labios mientras daba un gran trago desde el boquete de aquella botella que habían traído consigo, el menor se quejo intentando enderezarse sin embargo el peliazul le detuvo besándole con euforia, perdiéndolo en sus lares húmedos, jalo con ambas manos la prenda interior del inglés para dejarlo totalmente desnudo, coloco su peso sobre él, mientras los besos se esparcían a lo largo de sus cuerpos; en cierto punto el rubio tomo la delantera succionando su cuerpo y acariciando sus músculos contorneándolos con sus dedos. El mayor le dejo hacer a su gusto, sin embargo en un hábil movimiento volvió a colocarse sobre él a pesar de su resistencia.
-¿Qué haces? –cuestiono estúpidamente al verse doblegado, el griego sonrió.
-te hare llegar a los elíseos nuevamente –vocifero prominente, para lograr colocarlo en cuatro –tu solo déjate llevar –rio mordiendo su lóbulo, bajo por su cuello lamiendo la piel sintiendo el espeso sabor salado de su cuerpo, recorrió su espalda delineando la delicada espina dorsal causándole un escalofrió pero; al llegar a su zona intima, el inglés se tenso para enderezarse -¿A dónde? –Cuestiono deteniéndole el brazo haciéndole quedar en su posición frente a los espejos –observa tu rostro… -le susurro para lamerle de nuevo llegando a esta su entrada, el rubio ahogo un gemido mientras su cuerpo sufría un leve temblor ¿Con que eso se sentía ir abajo? Pensó para sí. Un dedo se abrió paso.
-¡Ah! –se quejo entrecerrando sus ojos, oprimiendo por reflejo su recto, se observaba fijamente en el espejo admirando el sonrojo revolcante de sus mejillas, el brillo lloroso de sus ojos y en su rostro la facción de gozo entremezclado con vergüenza, Saga continuaba moviendo su dedo en el cálido interior del espectro, se abrieron paso dos más dilatando con fiereza.
-Duele – mascullo apenado mordiendo su labio inferior, el otro sonrío
-no imagine que fueras virgen… - soltó una carcajada –y pensar que lo tenias celosamente reservado ¿Para quién? – espeto de manera hiriente para moverlos con mayor rapidez, mientras su mano libre se dedicaba a masturbar el blanco miembro del inglés quien comenzaba a jadear avergonzado disfrutando del osado trato, apretaba sus puños unidos a la grisácea sabana dejando sus nudillos blancos, el miembro del griego estaba erecto como un fuste chorreando de excitación, no soportaría demasiado, la presión de sus venas hinchándose, tomo la botella de whisky dando otro trago para verter un poco sobre el trasero del Kioto haciéndole temblar.
-Delicioso… -le hablo con morbo, dejándole de lado para posicionarse entre sus piernas, estiro con dos dedos la piel de sus glúteos para vislumbrar de mejor manera su sagrada entrada, al sentir la presión sobre su piel el rubio bajo la cabeza recargándola en las almohadas para aferrarse a las mismas sin embargo el peliazul le tomo la barbilla levantándole el rostro.
-Mírate fijamente, mira la cara de puto que pones cuando te la meto… -el rubio estuvo a un paso de darle un golpe y largarse de allí dejándolo jodidamente caliente, sin embargo no lo hizo, estúpidamente se quedo ahí observando su rostro totalmente rojo y sudoroso e incluso abrió sus piernas un poco para recibirle ¿Dónde había quedado su orgullo? El geminiano totalmente ebrio rio plácidamente para adentrarse en el, un fuerte grito emergió de la garganta del rubio, la intromisión había sido demasiado dolorosa
-¡DUELE IDIOTA, SACALO! –gruño recobrando un poco de su coraje, sin embargo su mismo estado alcoholizado hacia que sus movimientos se patinaran erróneamente, el geminiano comenzó a moverse dejando escurrir un diminuto hilillo rojizo entre sus piernas.
-eres tan jodidamente estrecho… -le hablo nuevamente, comenzando a masturbarlo, mientras seguía con su bombeo sus caderas se movían de manera frenética haciendo rechinar la cama, sus gemidos guturales y varoniles inundaron la habitación, sus cuerpos perlados en sudor se fundían en uno solo mientras que los chapoteos de sus propios jugos se friccionaban, los minutos volaban apañándose de sus vidas; el inglés quien después de un rato comenzó a disfrutar gemía y pedía por mas, mientras que el peliazul le complacía satisfecho, Radamanthys se vació ensuciando su abdomen con la sutil esencia de olor prominente; después de unas cuantas estocadas mas Saga se corrió en su interior gimiendo como animal en celo.
Respirando con imparcialidad, el mayor quedo unos instantes en la espalda del rubio para que este virara y se besaran con pasión, el sueño les vencía el alcohol y la “rutina” no les haría soportar más por lo que después de ciertas miradas cómplices, se quedaron profundamente dormidos.
: FIN POV Radamanthys:
-¡Maldito! –Espeto furioso –pero yo fui mas imbécil ¿Cómo carajos, caí tan bajo? -golpeo sus manos contra el volante de su auto –Pero me las pagaras Saga… por Hades que me las pagaras –acelero frustrado para llegar a su apartamento, se adentro desganado y golpeando todo a su paso se despojo de su ropa para botarla en el cesto y darse una ducha quitándose de su cuerpo la esencia reseca del otro.
Por su parte Saga había llegado hacia ya un rato a su casa la cual compartía con su gemelo Kanon, fumaba sin apuros recargado en el barandal de su terraza, observaba el humo condensándose en el ambiente, suspiro.
-Creo… que ahora si me pase… - hablo para sí –en que carajos estaba pensando… - cerro sus ojos para tratar de proyectarse, sin embargo solo recordaba el hecho de estar con Radamanthys haciéndolo suyo de manera posesiva en la habitación de aquel hotel –estaba demasiado ebrio… - se disculpo el mismo – tal vez… no debí haberme ido así -suspiro apagando su cigarro
.-.-.-.
Los días venideros fueron realmente frustrantes para el ex – espectro de Wyvern, a diario era acosado por el recuerdo de Saga y su desventurado desenlace, se estiro dejando de lado el teclado de su computador
-¿Por qué aun recuerdo su rostro, sus facciones, su maldita voz? –resoplo, sin saber que para el geminiano ocurría algo similar, aunque su vida de conquistas y de sexo sin sentido le habían hecho ser un poco mas frio con el asunto. –Seguramente ni de mi perro nombre te acuerdas…
-Disculpa –interrumpieron sus pensamientos; alzo la mirada y se topo con…
-¡¿SAGA?! –se puso de pie inmediatamente descolocando al visitante
- ¿Radamanthys? –hablo el chico, quien para su desgracia no era más que su clon
- eres tu Kanon –suspiro
-¿Qué diablos haces aquí? -pregunto divertido acercándose al escritorio
-trabajo aquí ¿Qué haces tú aquí?
-traje mi auto al servicio, pero no hay nadie en la caseta de vigilancia –el rubio se asomo por la ventana
-esos incompetentes, descuida yo te atiendo –le hablo amable dirigiéndose a él, el otro sonrió complacido
-sí que has cambiado
-no se diga de ti –con tono seco, salió – dime que es lo que pasa –el gemiano le siguió explicándole su problema.
-Ya he venido 4 veces y aun no me dicen si es el radiador o la batería –sonaba molesto y desesperado, aunque en realidad no era por el rubio
-ya veo, espera aquí… - el mayor asintió para esperarlo después de un rato el inglés le tuvo respuesta
- hay un corto en los cables de la luz interna, podrán arreglarlo hoy y estará listo para mañana por la mañana
-¡vaya! –Exclamo efusivo –eso fue rápido, en verdad te lo agradezco me tenían harto estos idiotas –saco su celular –hay saga no molestes –se quejo en voz alta al leer un mensaje, el menor alzo una ceja
- ¿Saga?
-Si vivimos juntos, pero el muy jodelon solo me llama cuando necesita algo –rio divertido, el Kioto noto en sus expresiones que su relación era bastante buena quizá había encontrado su anzuelo; sonrió
-¿tienes como regresar?
-¿eh? Pues tomare un taxi y serás más rápido - argumento descolocado
-si me permites, como parte de la agencia puedo llevarte si primero… me aceptas una cena
-¿Qué? – Comenzó a reír - ¿has perdido el juicio?
-¿qué tiene de malo?
-nada pero es extraño –le miraba con cierta desconfianza
-vamos si no quieres no, solo trato de ser amable –sonrió –pero tienes razón es extraño –se dio la vuelta para acomodar sus papeles, el griego le miraba con incógnita
-me agradan el Sushi –hablo a sus espaldas, sacándole una enorme sonrisa “¡bingo!” –Entonces… vamos – le sonrío a lo que el geminiano correspondió ¿Qué le había llevado a decir que si? En efecto, el descaro del inglés & ¿Qué buscaba el rubio? Por supuesto… que su venganza.