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Te Amo por AddictiveHeroine

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Notas del capitulo:

Hola! :D Me extrañaron? Haha, gracias por sus reviews pasados! Me animan a seguir :') jajaja a puesto a que quieren saber que pasara con Reita y Ruki D: ! pues..

 

A LEER! *-*

Bip! Bip! Bip! Bip! Bip!

 

Un terrible y constant chillido comenzó a taladrarle los oídos, y después la cabeza. Sentía como si fuera a explotar en cualquier momento.

Abrió los ojos por fin y se encontró con que todo daba vueltas. Cuando por fin pudo incorporarse, se dio cuenta que no estaba en su habitación. Esa era, sin duda alguna la habitación de Reita. -¿Qué carajo estoy haciendo en el cuarto de Akira? – se preguntó mirando hacia abajo, y viéndose envuelto en las sábanas del bajista, y por consiguiente en su cama.

Se levantó rápidamente – ¿Qué carajo? – se levantó a toda prisa de ahí con la cara cambiándole a mil tonos de rojo, recordando seguramente escenas de quien sabe que anime absurdo que se la pasó viendo la semana pasada.

Su vista de nubló de un momento a otro y su estómago se revolvió y corrió lo más rápido que pudo al baño que se encontraba dentro de la habitación de Reita. Se hincó frente al inodoro y devolvió.

Estuvo así cerca de 5 minutos, devolviendo sabrá Dios qué, y asqueado por el sabor de sus jugos gástricos en la boca. –En mi puta vida vuelvo a aceptar alcohol si viene de las manos de Uruha – pensó el rubio aún en cuclillas

Salió por fin del baño, con el rostro perlado en sudor, y se encontró con Reita acomodando las sábanas revueltas encima de la cama.

-¿Qué hora es? – atinó solamente a preguntar Ruki

-Son las 6:30 de la mañana, así que báñate y ponte el uniforme que te dejé allá – le respondió el de la bandita señalando un montoncito encima de un sillón y una toalla – Y después bajas a desayunar rápido, que se nos hará tarde para ir al colegio –

 

Reita sonaba endemoniadamente maternal ordenándole aquello al rubio, que no hizo más que obedecer. Se metió rápidamente a la ducha y no tardó.

Rápidamente se vistió, con las que eran, obviamente ropas del bajista, tallas más grandes que él. Se miró al espejo para comprobar que ese uniforme le quedaba inmenso. Sobre todo de los brazos, Reita era mucho más musculoso que él, sin llegar a ser grotesco, solamente unos perfectos brazos marcados.

Bajó las escaleras pesadamente, todo le daba vueltas aún. Llegó trabajosamente a la cocina, donde encontró a su compañero de banda.. ¿Cocinando? Ruki parpadeó un par de veces, no se creía lo que estaba viendo. El gran Akira Suzuki parecía toda una ama de casa. Sonrió tiernamente al ver lo gracioso que se veía con aquel delantal blanco frente a la estufa revolviendo lo que parecían ser huevos e intentando no manchar sus ropas.

El cocinero en cuestión se dio vuelta al sentir una presencia detrás suyo. – Siéntate – le invitó al rubio que lo miraba sonriente, pero evidentemente mareado

El pequeño acató la orden y tomó asiento en el comedor. El de la bandita se acercó con el sartén en la mano, sirviéndole lo que parecía un intento de omelette. –No sé si estén buenos.. O totalmente cocidos, pero deberías comerlos antes de ir a la escuela en ese estado – le recomendó alejándose un poco para sacárse el delantal y tomar asiento frente a su invitado en la mesa.

-Oye Reita.. – le llamó el menor revolviendo la “comida” en su plato –¿Que pasó ayer? Es decir, recuerdo  hasta la parte donde estaba con Uru comiendo galletas en su sala y el whisky.. Pero después de ahí nada.. –

El Suzuki se lo temía. Se temía que le dijera eso –Nada, viniste ebrio a buscarme, me gritaste un poco y te quedaste dormido en la sala y punto final – mintió

-Ya veo.. Muchas gracias por cuidar de mí entonces, y perdona las molestias por venir a gritar y molestarte – le dijo el rubio dedicándole una tímida sonrisa

-Ni lo menciones – le cortó el bajista. No quería entrar en detalles, ya bastante era con que no recordara. Después de todo, ¿Qué le iba a decir? “No te preocupes Takanori, viniste, me confesaste tu amor y caíste rendido en mis brazos como una princesa justo antes de besarnos, y entonces te lleve a mi cama con unas ganas intensas de abrazarte hasta el amanecer para que cuando despertaras te dijera que también estoy enamorado de ti”. Eso no sonaba para nada lógico. Era preferible dejarlo así. Omitiendo sobre todo, la parte de confesarle sus sentimientos al menor, aún y a pesar de que fueran mutuos.

 

Pero algo en la cara del bajista le decía que no era todo. Supo, o más bien, entendió, que algo más había pasado. Retazos entrecortados de su borrachera venían intermitentemente a su cabeza a manera de recuerdos. Aunque intentó convencerse ante las palabras de su amigo, que nada más había sucedido.

Terminó como pudo, aquella grotesca masa amarilla que el bajista le había preparado y salió junto a él, encaminándose a la escuela.

-Me jode que apenas sea Martes – dijo el más alto para cortar el silencio que se había creado al salir

-A ti todo te jode – le dijo Ruki a manera de broma

-Excepto las chicas, esas me las jodo yo – dijo irónicamente el mayor

-Ruégale a Dios que un día no te toque una sidosa, porque con tanta puta que te revuelcas si no te fijas bien.. En una de esas.. – lo dijo con cara de fastidio, evidentemente molesto por los alardes de su compañero ante el sexo promiscuo que mantenía y recalcando las palabras “puta” y “revolcar”.

Sin saber cómo, una pequeña guerra había dado inicio.

Ruki hacía comentarios mordaces, irónicos, y llenos de ¿coraje? Definitivamente la resaca y los comentarios de Reita lo estaban sacando de sus casillas. Sobre todo si entendemos que le estaba hablando sobre sus aventurillas sucias con las perras de la escuela. El bajista solamente atinaba a contestar entre balbuceos, los ataques verbales de su acompañante.

 

-Vale, ya entendí que soy un enfermo ninfómano que se revuelca con todo lo que se mueve. Pero.. ¿Sabes algo? Al menos no soy un frustrado que se la vive escribiendo canciones depresivas para apaciguar sus ansias de no poder confesármele a quien me gusta sin tener varias copas encima – soltó la iguana por fin ante tanto ataque y a manera de reclamo acelerando su paso, dejando a Takanori sólo y haciéndole entender lo que había sucedido la noche anterior.

Se quedó estático. Definitivamente lo había hechado a perder. –¡Joder, es que soy un puto pendejo!- pensó sintiendo pánico por dentro. ¿Cómo mierda había ocurrido eso? ¡Se había pasado de copas con Uruha y había confesado su amor a Reita! ¿Qué cojones iba a hacer ahora? Se detuvo y soltó un gran suspiro.

No se iba a dejar vencer por él. Ahora conocía sus sentimientos, y él estaba totalmente avergonzado. Al punto de ni siquiera querer llegar a la escuela. Se iba a alejar de él, ¡ESO! Se alejaría, y con eso se refería a apartarlo de su mente y corazón. Iba a tratarlo solamente como su compañero de banda y amigo. No quería salir lastimado de aquello, y era evidente que Akira no iba a cambiar en cuanto a revolcarse con muchas mujeres y eso estaba más que claro. ¿Si no porque más le iba diciendo todas esas cosas? Estaba más que claro que los sentimientos del rubio estaban sobrando en aquel joven. Tenía un torbellino de ideas en la mente, pero aún así, se lo propuso. Iba a olvidar a aquel reptil polígamo.

A partir de ahora, iba a ignorar al señor iguanodonte del mal y sus insinuaciones acerca de lo confesado en cuestión.

Caminó algunos minutos más y llegó a la escuela, y después al salón. Miró a sus amigos y se apresuró a sentarse también.

 

--x—

 

Bendito sea el que inventó el receso. Qué, de no ser porque habían timbrado para salir, hubiera muerto de aburrimiento.

Salió apresurado del salón y se dirigió a la azotea con Kai tras de él. Consiguió recargarse en la pared mientras sacaba un cigarrillo de su bolsa trasera del pantalón y lo encendía.

-Sabes que no se puede fumar en la escuela – le advirtió el menor mirándolo reprobatoriamente

-Sabes que eso a mí me importa un carajo – dijo dedicándole una sonrisa triunfal a su novio

-Aoi, deja de fumar, te van a suspender.. – le siguió diciendo el Yutaka

-Mejor ven acá – dijo el mayor trayendo con su brazo a Kai y comenzando a besarlo, mientras le pasaba descaradamente las manos por el trasero.

El batero se separó –Odio que me beses mientras fumas Yuu – le dijo en tono serio y haciendo una mueca con la boca

Aoi puso los ojos en blanco, y dándole una última calada a su cigarrillo lo lanzó al suelo y lo apagó con la suela de su zapato. Prosiguió entonces a ponerse en marcha hacía la puerta.

-¿A dónde vas? –

-A donde pueda fumar sin que me jodan –

Lo dijo en tono de fastidio, y cerrando la puerta detrás suyo. –Mierda – pensó Kai. Había peleado con Aoi de nuevo. Se tiró en el frío suelo con el estómago revuelto, y pensando como remediar aquello.

 

--x - -

 

Caminó rápidamente cruzando el patio de la escuela hasta un sitio apartado. Quería fumar, el desgraciado frío le congelaba las entrañas, y para colmo el maldito de Kai se negaba a calentarlo, andaba de fastidioso ese día, definitivamente.

Llegó a la parte trasera de los laboratorios y encendió un cigarrillo.. Respiró profundo, metiendo y sacando el humo de sus pulmones.

No llevaba ni dos minutos ahí cuando sintió el aroma de la nicotina de otro cigarrillo, que en definitiva, no era suyo. Éste olía a menta, menta mezclada con nicotina. Levantó la mirada y buscó la fuente del aroma. Dio unos cuantos pasos y se encontró a Uruha.

-Vaya, reconocería el aroma de tus cigarrillos donde fuera. – dijo sonriendo – Parece que no soy el único que le gusta fumar en la escuela –

Uruha se tensó, pero lo disimuló bastante bien. Aún recordaba con asco y amargura la escena de Kai y Aoi teniendo sexo en el comedor. Y aunque prácticamente solamente se estaban besando  y estaban sin camisa, su mente viajaba e imaginaba al mayor tomando con frenesí el cuerpo del baterista mientras gemían de placer.

Su expresión se tornó a una de asco y un poco de enojo.

-¿Uruha? – le preguntó el Shiroyama al ver que la mente del castaño viajaba

-Ah.. Disculpa Aoi. ¿Dónde has dejado a Kai? – preguntó ácidamente para hacerse entender a sí mismo su posición

-¿Acaso parezco su sombra? Esta bastante grandesito para cuidarse solo ¿No? – dijo en un notable tono molesto

Uruha no pudo evitar sonreír con malicia. Se habían peleado, eso era más que evidente. Quiso reírse, era como si alguien hubiera escuchado sus súplicas, pero aún así, no iba a emocionarse, esos dos seguían siendo pareja y el no se iba a meter. Si algo iba a pasar, Aoi tenía que ser quien lo buscara.

-Lo siento, tan solo me pareció extraño no verlos juntos y comiéndose entre sí como siempre – dijo recalcando lo último y dándole una calada a su cigarrillo

Aoi lo miró extrañado, parecía que el castaño le estuviese reclamando algo. La campana sonó, pero ninguno de los dos se movió. El pelinegro seguía mirándolo fijo, mientras el primero en guitarra mantenía la vista al frente intentando no perderse en aquellos pozos negros que el Shiroyama tenía por ojos.

El mayor se acercó más a él y se sentó a su lado, esta vez sin mirarlo. Ambos se observaban simplemente de reojo sin decir nada. Por fin ambos terminaron sus cigarrillos, pero seguían inmóviles y silenciosos.

Uruha pensó varias veces en levantarse indignado y molesto. Pero ¿Por qué? El y  Yuu no eran absolutamente nada, entonces, una escena de celos solamente lo pondría en evidencia. Aunque no se dio cuenta, que ya estaba bastante evidenciado. O al menos lo suficiente para que el mayor se diera cuenta que algo pasaba con él. –No me gusta fumar sólo.. ¿Te vuelas la clase conmigo? – le preguntó el pelinegro mirándolo

Uruha sonrió y sintió que el cielo se le caía encima. Aoi lo estaba invitando a pasar tiempo solos ellos dos. Claro, como amigos, pero solos. –Claro, es mejor acompañado, sobre todo con este frío – le contestó con una sonrisita

El pelinegro lo miró fijamente, siguiendo detalladamente con sus ojos los finos rasgos del rostro del Takashima. Sus labios, sus ojos miel, sus mejillas, su cabello alborotado, su pecho, sus piernas. Que aunque eran cubiertas por el pantalón del uniforme en esos momentos, no pudo evitar imaginárselas con esos lindos shortsitos que al castaño le encantaba usar.

Casi no se dio cuenta de lo lujuriosa que se había tornado su mirada al observar al opuesto. Shima lo miró enmarcando una ceja, sabía perfectamente lo que pasaba por la mente de Yuu, pero ni hablar de ser su putita de un rato. No, nada de eso. Haría que lo deseara hasta el punto de que se volviera loco.

El mayor volvió a mirarlo a los ojos y le dedicó una sonrisita mientras sacaba otro cigarrillo. ¿Por qué carajo estaba tan cachondo de imaginarse a Uruha en sus cortos shorts morados? Necesitaba enfriarse, alejarse y recordar que estaban en la escuela. Y por sobre todo, que tenía pareja en esos momentos.

El castaño soltó una risita triunfal claramente escuchada por Aoi, quien lo miró llevarse también otro cigarrillo a la boca. Miró su reloj, aun faltaban 40 minutos para que acabara su clase.

¿Cómo iba a apartar sus pensamientos libidinosos teniendo que quedarse solo por ese lapso de tiempo con el que lo estaba haciendo fantasear sin razón aparente? ¿Qué harían durante ese tiempo? Al parecer eso estaba por verse..

Notas finales:

Que les parece? Interesante noo? *O*

 

y ahoraaa.. Preguntas preguntosas! :DDD

¿Podrá Ruki ignorar al señor iguanodonte del mal y dejar de quererlo? ¿Que hará Reita despues de dejarle en claro a Ruki que sabe sus sentimientos? ¿Porque Kai anda tan fastidioso? ¿Realmente suspenderan a Aoi por fumar?¿Que planea hacer Uruha para llamar la atencion de Aoi? DD: !! Y por sobre todo.. ¿Que pasara entre estos dos apartir de ahora? ¿Tendran sus que veres en ese lapso de tiempo? ¿Notara Uruha la ereccion de Aoi? DD: y por sobre todo.. ¿No son ya muchas preguntas? D: leanlo despues!! y recuerden por cada review les doy una foto de las pompis de aoi ♥


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