Se alejó lo más rápido que pudo de aquel lugar. Asegurándose que nadie le siguiera. Estaba molesto, estaba muy, muy molesto. ¿Qué era todo eso de que Uruha estaba saliendo con ése pequeñín? Un minuto, ¿de cuando acá le preocupaba con quien estuviera saliendo su compañero de banda?
¡Maldito Keiyuu! ¿De dónde había salido? Pfff.. Se maldecía así mismo por darle tanta importancia, pero ahora mismo su cabeza dolía demasiado. Muchos pensamientos y emociones para un solo rato. Intentó apaciguar su enojo con un cigarrillo, pero solamente lo puso más ansioso.
La campana sonó, indicándole que tenía que volver a su salón. Pesadamente, se dirigió a su salón sin prestarle mucha atención a Uruha que se encontraba en la puerta despidiéndose de Keiyuu que caminaba en dirección a su salón.
El más alto le dedicó una sonrisa, pero el no pudo devolverla. Aquello descolocó un poco al primero en guitarra. Entró a su salón intentando apartar aquel pensamiento tan extraño de su mente.
Las clases pasaron de lo más normal. Tomaban apuntes, ponían atención, trabajaban un poco, y holgazaneaban mucho.
Cuando por fín tocó el timbre que anunciaba la salida, se pusieron de pie rápidamente, y con velocidad impresionante salieron de ahí.
El mayor ya los esperaba en la puerta, con una notable cara de fastidio. -Vámonos - dijo poniéndose en marcha
-Espera - pidió Ruki -Tenemos que esperar a Keiyuu, vendrá con nosotros hoy al ensayo - dijo con una sonrisa
-¿Eh? - la molestía del pelinegro se hizo algo mayor
-Sí, Uruha lo ha invitado al ensayo, ya que tiene que acompañarlo a su casa después de la escuela - explicó Reita
-Será una distracción - se quejó Aoi
-No, como crees. El pequeño Keiyuu es muy respetuoso, ni siquiera notaremos su presencia, así que no te preocupes Aoi - le explicó Ruki defendiéndo al menor
¿De cuando acá todos eran tan amigos de ese pitufo? ¡Maldito niñito! Le traía un coraje tan grande, y lo peor era que ni siquiera sabía porque.
Por fín salió de su salón el pequeño Keiyuu, cargándo su mochila y con su sonrisita ensanchada al ver que lo esperaban.
-Vámonos - dijo Uruha feliz recibiéndolo con un abrazo
Se encaminaron los 6 a casa de Kai, como de costumbre. Pero esta vez haciéndole plática a su nuevo amigo. A todos les agradaba mucho el menor. Era bastante lindo, además de amable. Era un chico que definitivamente haría feliz a Uruha, pensó por un momento Reita.
Llegaron a casa del batero, y no quisieron comer. En parte porque recordaban lo que había sucedido días antes, y porque ya no quería perder más tiempo de ensayo.
Se posicionaron todos en sus respectivos lugares, tomando sus instrumentos y preparándose para que Ruki diera la orden de tocar.
-Chicos, he escrito algunas canciones, y tengo varios ritmos en mente.. Entonces, me gustaría que me ayudaran un poco - dijo sacándo su cuaderno de la mochila
Todos lo miraron atentamente, y Reita no pudo evitar sonreír-¿Estuviste inspirado? - preguntó con malicia
Ruki se abstuvo de responder algo y siguió con lo que hacía. Se posicionó en su lugar frente al micrófono y se dispuso a cantar para que le dieran ideas.
-En medio de la suave niebla, alguien canta tranquilamente.. Brillando como una gota de agua, su timbre canta la música del latido.. Los colmillos muerden antes que mis ojos se abran. Ahora, quiero escuchar de nuevo, suavemente tu dulce voz.. Brillando en la niebla mañanera, una canción de éxtasis y angustia resuena.. ¿Volverás mañana para devorarme? Los colmillos muerden antes que la razón lo advierta.. - cantaba tranquilamente. Sin duda, esa canción era más que una clara muestra de lo que había pasado ayer.
Reita sonrió para sí mismo con autosatisfacción. ¿Eso era lo que pensaba el pequeño? Quería que volviera para devorarlo, el mismo lo estaba cantando. Quizá, lo haga. Pensó un largo rato aquello, mientras el Matsumoto continuaba cantando.
En el otro lado de la sala, Kai intentaba abrazarse Aoi y darle suaves besos en la mejilla, pero el pelinegro, no se daba ni por enterado. Su mente estaba más bien maldiciendo la escena de Uruha sentado con Keiyuu sobre su regazo mientras lo mantenía abrazo por detrás.
-¿Cuándo carajo lo va a soltar? - pensaba para sus adentros. Ignorándo por completo a su novio.
Takanori por fin terminó de cantar. Miró a Reita, y su sonrisa de satisfacción y se sonrojó. Maldito, maldito Reita.
Aquello era sin duda, una imagen digna de admirar. Todos juntos, sentados, mirándose entre sí, con tantas emociones envolviéndo el ambiente.
-Bueno ¿Vámos a ensayar o qué? - preguntó Kai dirigiéndose a la batería
Pero fue detenido por el brazo de Aoi, quien lo jaló hacia él para darle un salvaje beso que dejó a todos clavados en sus lugares.
Uruha se aferró a Keiyuu, y se repitió internamente que sus sentimientos estaban ahora posados en aquel muñequito hermoso. No iba a dejar que la conducta "fogosa" de Aoi y Kai lo afectaran. Ya no.
Cuando aquel beso se terminó, todos se levantaron en silencio y se dirigieron a sus lugares para darle ritmo a la canción que el rubio había escrito.
El ensayo fue en paz, terminaron rápido. Debido a que tenían también tareas y que mañana habría otro ensayo antes de la fiesta.
-¿Y donde dices que es la dichosa fiesta? - preguntó Uruha a Ruki mientras enfundaba su guitarra
-En casa de Yamato, todo esta preparado no se preocupen. Empezará a eso de las ocho así que tenemos tiempo - explicó el cantante
-¿Qué fiesta? - preguntó tímidamente Keiyuu
-Ah, cariñito - dijo dulcemente Uruha -Mañana tenemos que ir a tocar a una fiesta - le respondió
-¿Vas a venir verdad? - preguntó Ruki picándole una mejilla
-No he sido invitado - respondió el pequeño
-Claro que vas a ir, irás con nosotros - dijo el castaño mirándolo tiernamente
Se prepararon a salir de casa del baterista, quien ya estaba en la puerta de la entrada despidiéndolos a todos. -También te vas a ir Yuu? - preguntó al ver a su novio colgarse su guitarra en el hombro
-Si, tengo cosas que hacer - respondió en tono frío
-Pensé que ibas a quedarte para divertirnos - expuso en tono pervertido Kai, pero sin evitar que un sonrojo cruzara su rostro de lado a lado
-Hoy no - dijo Aoi dispuesto a salir
-Andas raro - reprochó el batero
-O tu andas muy caliente hoy - se quejó el mayor
Kai se enfadó un poco ante el comentario. El día en que el realmente quería tener algo con su pareja, esta se negaba.
-Entonces vete ya - dijo Kai en evidente tono molesto
Aoi suspiró cansado. Se estaba cansando de estas estúpidas peleas sin sentido, pero sin pensárselo mucho dejó sus cosas en el suelo y se dirigió a Kai, alzándolo por las caderas, obligando a este a abrazarlo del cuello y enredar sus piernas en la cintura del mayor.
Lo besó salvajemente, arrancándo suspiros de la boca del menor. Paseó descaradamente sus manos por todo el cuerpo de su compañero mientras lo seguía besado. Lo estampó contra la pared y repegó su cuerpo contra el de Kai, haciéndole notar a este como su entre pierna se iba elevando.
Estuvo así alrededor de cinco minutos y después lo dejó. Se separó de él y tomó de nuevo sus cosas. -Espero que con eso tengas por hoy, andas insaciable Uke - dijo recalcándo un poco lo último haciéndo sonrojar a Kai.
Salió de la casa intentando normalizar su respiración y caminó lo más rápido que pudo para intentar alcanzar a los demás.
Por suerte para él los vió a lo lejos y se apresuró.
-Aoi, pensé que te quedarías en casa con Kai - dijo Ruki al darse cuenta de la presencia del mayor
-No, hoy no puedo - se excusó el pelinegro
-¿Y eso? - preguntó Reita por joder
-Tengo cosas que hacer - respondió Aoi con una sonrisita
Poco a poco se fueron despidiéndo, hasta que quedaron sólamente él, Uruha y Keiyuu.
-¿Nos acompañará a casa Aoi-san? - preguntó Keiyuu dedicándole una sonrisa
-Sí - respondió el guitarrista
Caminaron unos minutos más y entonces llegaron. Uruha se apresuró a darle un ligero beso en los labios a Keiyuu y este entró a su casa corriendo.
Y entonces, quedaron él y Aoi solos.
-¿Quieres que te acompañe a casa? - preguntó Aoi mirándolo
-Vámos - respondió Uruha sintiendo un cosquilleo en su interior
Caminaron de regréso a casa del primero en guitarra, en total silencio. Ninguno sabía que decir. Llegaron a la casa de la familia Kouyou por fín. Uruha abrió, y encontró una nota de su madre.
"Salimos a visitar a tu abuela, la comida esta en el microondas.
Besos, mamá."
Estaba sólo en casa con Aoi. Cerró la puerta de la entrada y le ofreció tomar asiento. Pero éste se giró y lo tomó por las caderas, estrellándolo contra la puerta de la entrada, haciéndo que unos pequeños cascabeles sonaran al contacto.
Lo apretó contra sí y lo besó.