Sanji no puede dejar de mirar a Zoro, no puede apartar su vista de esa nueva cicatriz en su ojo izquierdo, y lejos de quitarle atractivo lo hacia parecer aún mas masculino y bien parecido.
Piensa que algo esta mal consigo mismo, tal vez permanecer tanto tiempo en una isla llena de okamas le provocó algún desorden, y a pesar de que cuando llegó al reencuentro no pudo evitar tener hemorragias por ver mujeres despúes de tanto tiempo, ya no era lo mismo.
Tal vez simplemente era la costumbre que tenía por coquetear con cuanta fémina se le pusiera enfrente. Pero lo que siente al ver a Zoro era distinto, es ansiedad, una necesidad irresistible de tenerlo.
Cada vez que piensa dos veces lo que tiene en su cabeza se siente mal, una culpa increíblemente cruda y una vergùenza culposa. Pero aún asi no puede evitar tener esos pensamientos. Tiene que analizar razonablemente la situación.
Un dia mientras limpiaban la cubierta (que no era necesario, pues durante esos 2 años el thousand Sunny se mantuvo intacto) Zoro se quedo dormido en una esquina orillado por la pereza.
Sanji se acercó a él dispuesto a regañarlo por escaparse de su deber. Pero no pudo hacer nada más. Lo miro detenidamente e inconcientemente se acercó más y más... lo tenía enfrente, dormido,con esa atractiva y masculina cicatriz en su rostro y que decir de su cuerpo.
No pudo evitar sentirse mal y al escuchar la voz de Nami se alejó rápidamente asustado de sus propios pensamientos.
Intentó recuperar la compostura y al ver a Nami se comportó como siempre lo había hecho, con una actitud coqueta y galante. Ella lo ignoró y se fue, Sanji la observó alejarse detenidamente, esa figura perfectamente torneada, piernas largas,hermoso rostro,cabello largo,cintura abreviada, ¿cómo podía pensar en Zoro,un HOMBRE, mas que en esa bella mujer? ¿cómo podia pensar en Zoro, más que en cualquier mujer?
Nadie se imaginaba que un hombre con tales costumbres y con tal fijación hacia el sexo opuesto pensara en cosas sucias con su compañero, era inaceptable, extraño y repugnante.
Al llegar la noche, y todos se disponían a dormir, Sanji se quedó en la cocina limpiando el desastre que había quedado despúes de la cena.
Tenía sueño y quería irse a su habitació,pero inconcientemente se detuvo enfrente de la de Zoro.
Para cuando reaccionó ya habia entrado a su cuarto y de una u otra forma no despertó a Zoro.
Apenas podia apreciar su rostro entre la oscuridad de la habitación y la tenue luz de luna que se filtraba por la ventana.
Se acercó silenciosamente... poco a poco ... se dió cuenta de lo que estaba a punto de hacer y ... no le importaba, tal vez una vez saciado su deseo no querría saber nada mas de Roronoa, asi que con ese pensamiento indiferente se acercó hacia sus labios, y justo cuando estaba a punto de darle un beso miró su rostro y vió que Zoro tenia sus ojos ya abiertos.
-¿¡Qué cres que haces!? - gritó alterado Zoro.
-¡¡¡¡¡Shhhh...Silencio!!!! No querrás despertar a los demás,idiota- respondió alterado. No había vuelta atras, si iba a hacer algo tenía que hacerlo de una vez... Así que se encimó sobre Zoro y sin pensarlo más lo besó.
Zoro no podía creerlo.
Y al ver que Zoro no reaccionaba, Sanji siguió. Bajo su mano hacia su entrepierna.
- Tranquilizate... ¿¡qué cres que haces, imbécil!?
Sanji no le respondió y siguió tocando, pero Zoro forcejeaba y no le dejaba tocarlo con libertad. Tampoco era como si pensara que Zoro se dejaría tan fácil.
Confío en sus habilidades y aunque nunca había tocado el cuerpo de un hombre sabía donde se sentía bien puesto que el también era uno.
Zoro se quedó inmóvil.Al sentir que no oponia alguna resistencia miró su rostro para encontrarse sus ojos clavados en los suyos.
-¿Quieres jugar, asqueroso cocinero? ¿Quieres hacerlo? ¿Quieres jugar conmigo? No te srrepientas despúes, cocinero de mierda... - Preguntó Zoro en tono desafiante.
Dicho esto lo tomo por las muñecas, y con una fuerza descomunal lo voltéo. Ahora Sanji estaba debajo. Esataba realmente sorprendido.
Zoro lo besó de una manera ruda mordiendo su labio y provocándole una herida que pronto comenzó a sangrar.Pero Sanji no se quejó, posteriormente la forma de besar de Zoro cambió y en vez de ser ruda fue suave y le lamió la herida que habia dejado, chupandole la sangre que había salido.
Bajó su mano hacía el pecho de Sanji y comenzó a acariciar sus pezones.
-No soy una maldita mujer ... no me toques como si fuera una- replicó Sanji enojado.
Pero Zoro no dijo palabra alguna y bao su otra mano hacia el cierre de su pantalón, y mientras lo besaba le metia la mano dentro de su ropa interior.
Sanji no comprendía aquel cambio,pero aun así no le importaba, tal vez solo era un sueño,pero era un sueño verdaderamente placentero, cerro los ojos y aún sin comprender como la situación había llegado a tal grado comenzó sentir como la boca de Sanji ya no estaba en la suya y en cambio bajaba poco a poco sobre su cuerpo, sentía el roce de esos pendientes largos que lo hacían ver tan bien.
Pronto sientió la boca de Zoro en aquel lugar, sintió una tibienza sorprendentemente placentera y como equella boca bajaba y subía cada vez mas rápido, hasta que sintio que porfin llegaria al clímax aquella boca se detuvo y escucho el sonido de la evilla de un cinturón caer y el de un cierre abriendose.
Miro a Zoro y asustado vió aquella enorme erección acercarse hacia él.
Zoro notó aquel miedo en su rostro.
-¿¡Tienes miedo!? pero si tu empezaste con el juego,¿ no es así,cocinero de mierda?
Al oír esas duras palabras en tono tan grosero y burlón no pudo evitar querer llorar,si , un hombre como el, quería llorar.
-No es así.... no.... no estoy jugando....- dijo Sanji avergonzado, enojado y a punto de llorar.
Zoro no podia creerlo, bajo la mirada y sin pensarlo dos veces penetró a Sanji.
-Ah! Idi...idiota!! ... D...duele... ah!!.... - Dijo Sanji con lagrimas en los ojos,esta vez por el dolor que lo provocaba tener dentro a Zoro.
-Tu me provocaste,tonto- Dijo Zoro,esta vez en un tono más amable.
Pronto comenzo a moverce y Sanji hacía un gran esfuerzo por no gemir lo suficientemente alto como para que los demas escucharan.
Hacía un esfuerzo inhumano por no gritar, un pequeño gemido, por parte de cualquiera de los dos era facilmente perceptible entre el silencio de la habitación. Tambien se oía el chapoteo de sus partes bajas.Oir ese sucio sonido hacía que Sanji se avergonzara cada vez más y más.
El movimiento de Zoro se volvia cada vez mas rapido y cada vez era mas dificil tratar de callar sus gemidos.
De un momento a otro Sanji llego al orgasmo y al pocos segundos sentío la tibieza de los fluidos de Zoro dentro de él,Zoro también había llegado al clímax.
Despúes de terminar se quedaron dormidos y al llegar el dia Sanji se fue sin hacer ruido.
Estaba equivocado, una vez que lo habia hecho,en vez de quedar satisfecho,quería más ...y esperaba con ansías el momento para repetirlo.... y probablemente Zoro también sentía lo mismo..