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Los objetos malditos. O no tanto por Xafy_new

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Notas del capitulo: No se si tienen el mismo nombre en todos lados, pero una hilacha es ese tipico hilo que cuelga de la ropa y que cuando uno tira, se salen todos los puntos de la costura y luego te persiguen por todos lados
Un Malfoy siempre esta presentable, el cabello en su lugar, la ropa planchada, la línea de los pantalones perfectamente recta, las uñas limpias, el aliento fresco, la tiras de los cordones de los zapatos del mismo largo, el prendedor que sujetaba la capa en el centro exacto de su pecho, el triángulo de la corbata con todos sus ángulos de 60 grados; y si había algo que irritara mas a un Malfoy que la imperfección en su propio atuendo, era la imperfección de otros. Camisas sin planchar, corbatas deshechas, alientos pútridos; y este día se le estaba haciendo particularmente irritante.

Cuando en la mañana había llegado por petición de un funcionario del departamento de control de criaturas mágicas, todo había ido bien, hasta que al encontrarse con el funcionario este se había girado a buscar unas carpetas y Draco contemplo con horror, como en medio de su espalda, resaltando sobre su capa negra azabache, había una hilacha blanca del tamaño de un antebrazo. Cada vez que el tipo, McGiver si mal no recordaba, le daba la espalda para buscar algo, Draco alargaba su mano tratando de agarrar el hilito; lo intento tres veces hasta que la oportunidad se presentó cuando ya se iban a despedir, y seguramente McGiver olvido por un segundo con quien estaba tratando y le dio una amistosa palmada en la espalda, Draco repitió el gento y se hizo con la hilacha, dos metros mas allá, arrojo el hilito al piso.

Tres horas mas tarde, volvió al ministerio para entregar los trabajos ya terminados del departamento de regulación y recibir unos del uso indebido de la magia. Cuando salió de la oficina con cinco casos nuevo se cruzó con Dean Thomas y en la manga derecha de su capa azul noche, se encontró con la hilacha. Thomas se estaba alejando y Draco no lo podía permitir, apresuro el paso tras de el y un metro antes de llegar a los ascensores estiro el brazo lo suficiente para agarrar la hilacha y arrojarla al piso nuevamente, pero como venía con el impulso de sus pasos apresurados, Thomas noto el ligero contacto y se volteo; Draco rápidamente camino por el lado contrario al que giro el rostro y se metió en el ascensor. Dentro no había nadie que conociera, así que se limitó a asentir levemente con la cabeza a modo de saludo, nadie le contesto.
Cuando las puertas estaban a punto de cerrarse una mano se interpuso en su camino, obligándolas a abrirse, un pelirrojo demasiado conocido para su agrado entro. Ron Weasley lo diviso inmediatamente, era imposible que no lo viese, su cabello platinado resaltaba demasiado entre los comunes castaños y negros, además, la comadreja le sacaba una cabeza de alto. Se miraron fijamente un par de segundos, Draco tenía la varita agarrada fuertemente en el bolsillo de su túnica y un hechizo protector acariciándole los labios, pero Weasley solo apretó los puños y la mandíbula y se giró dándole la espalda, para el horror de Draco, cruzando de hombro a hombro su túnica café, se encontraba la hilacha blanca. La mano de Draco temblaba de pura ansiedad, pero en el ascensor había demasiada gente; dos pisos mas arriba la comadreja bajo y Draco no perdió tiempo en ir tras el. A los pocos pasos, alguien intercepto al pelirrojo. Era Potter. La guerra y el quidditch profesional le habían sentado bien, ya no era un adolescente flacucho con el peso del mundo sobre sus hombros, ahora era un hombre joven, con una mandíbula firme con la leve sombra de una barba, un cabello que si bien aún estaba desordenado, no parecía como si la almohada siguiese pegada a el y con bastante fibra que se adivinaba bajo su túnica roja. Y a su pesar, tenía que admitir que Weasley no se quedaba atrás, al parecer, a el le estaba yendo bastante bien con los aurores.

Potter hablaba apresuradamente y la comadreja trataba de apartar la mano del moreno de su hombro, el pelirrojo emprendo marcha y Potter se apresuró tras el; el moreno alcanzo al hombre menor de los Weasley y le volteo con fuerza, se notaba a kilómetros que estaban peleando. Potter comenzó a buscar algo entre los bolsillos de su túnica, mientras le hablaba a Weasley, de un bolsillo interno saco dos marcos de fotografía y se los entregó al pelirrojo, este los tomo sin muchas ganas y los observo detenidamente. Su rostro comenzó a cambiar hasta llegar a lo que Draco deducía era repulsión, le devolvió los marcos al moreno y le sonrió tímidamente ofreciendo su mano, el niño dorado la tomo solo para atraerlo hacia un abrazo. Al separarse, Potter palmeo la espalda de su amigo y reparo en la hilacha, la cual tomo y arrojo al piso. Bien, algo menos de lo que preocuparse.

Antes de continuar con su atareado día, Draco decidió pasar a los servicios y al salir, alguien casi le arranca la nariz con la puerta

- ¡Imbécil! Casi me matas
- Siempre tan dramático Malfoy – Draco levanto el rostro y se encontró frente a frente con el niño favorito del mundo mágico. El rubio no se movió ni un ápice. Draco debía admitir que ya no sentía un odio visceral por el moreno, pero si un profundo desagrado.

Potter estaba tenso ante el, pero se fue relajando poco a poco al ver que no habría un pelea a muerte entre ellos. Abrió un poco mas la puerta y paso junto al rubio dirigiéndose hacia los urinales, Draco podía ver su espalda reflejada en el espejo, y ¡Por Merlín santísimo! Potter tenía la endemoniada hilacha atravesando su espalda, desde la nuca hasta la cintura. El rubio salió del baño antes de que le diera un infarto y espero a unos metros de la puerta.
A los pocos minutos Potter salió secando sus manos en sus pantalones. Draco fingió estar leyendo sus informes y Potter apenas le miro de reojo, y apenas este le dio la espalda, Draco alargo su mano agarrando el hilo entre sus dedos índice y pulgar, pero Potter se volteo y se le quedo mirando, Draco seguía con la hilacha colgando entre sus dedos. Por unos segundos sintió un calor en sus mejillas, pero se recordó que los Malfoy no se sonrojan; se aclaró la garganta e indico la hilacha en su mano

- Tenias….- volvió a aclarar su garganta sin la necesidad de varita quemo la hilacha en su mano, algo que debió haber hecho muchas horas atrás. Potter le seguía observando con un ceja levantada; la bajo y asintió levemente. Draco salió lo mas rápido que pudo, sin que dijeran que corría, de allí.
Notas finales: Puede que piensen que la obsesion de Draco por la hilacha sea demasiado, pero creanme, a mi SI me pasa y es ¡horrible!

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